El Guerrero Feroz del oceano: Atlas, El Guardian de los Mares

En el imponente castillo del Reino de Gloria, el ambiente se sentía inusualmente tranquilo. Minedrill, con su habitual seriedad y meticulosidad, organizaba documentos en el despacho del Rey Liogre. A su lado estaba Sianbi, un gato de pelaje plateado, luciendo una armadura morada que resaltaba su figura elegante. Junto a ellos se encontraban Garrison y Rhinus, quienes acababan de terminar de limpiar el trastero del castillo.

"Vaya, vaya," comentó Sianbi, dejando los papeles a un lado mientras se estiraba perezosamente. "¿Quién hubiera imaginado que este lugar se volvería tan aburrido sin esos humanos aquí?"

"No te quejes," replicó Garrison, ajustando su armadura con un leve resoplido. "Sabes bien que, junto con el Rey y los demás, tuvieron que partir hacia el Continente Perdido para detener a esa organización que está causando tantos problemas."

"Sí, ya lo sé..." suspiró Sianbi, su tono impregnado de frustración. "Pero, aun así, creo que al menos uno debería haberse quedado aquí. Este lugar ahora se siente como una tumba. Tal vez la señorita Mei habría sido ideal para animarlo un poco."

Sianbi continuó, su voz adoptando un tono de arrogancia juguetona: "Lástima que esté atada a Jan Jan y no a mí, que claramente estoy a su nivel."

"A la señorita Mei no le gustan los metrosexuales," comentó Garrison con tono desinteresado, lo que provocó que el pelaje de Sianbi se volviera blanco por la sorpresa, y una flecha con la leyenda 'Rechazado' atravesara su pecho de manera imaginaria.

"Vamos, aún tenemos mucho que hacer," dijo Garrison, tomando a un Sianbi aún atónito y llevándoselo fuera del despacho. Mientras tanto, Minedrill continuaba archivando documentos, aunque su mente comenzaba a divagar. "Me pregunto cómo estarán el Rey Liogre y los demás..." pensó para sí, su mirada perdida en los papeles.

Mientras tanto, en las profundidades del océano, a bordo del submarino de Turrock, el Rey Liogre soltó un estornudo que retumbó a través del casco de la nave. "¡Ah, ah, ahh-choo!" El rugido de su estornudo hizo eco, y Golder no pudo evitar reírse de la expresión desconcertada del rey.

"Ja, ja," se rió Golder. "Parece que alguien ha estado hablando de ti," bromeó con una sonrisa burlona. Ya habían pasado cuatro días desde que dejaron Gloria, y cada miembro del grupo aprovechaba el tiempo a su manera.

Leoparmint, con una postura firme, entrenaba a Ryo en el manejo de la espada, perfeccionando las técnicas que había aprendido de Liogre y enseñándole nuevas estrategias. "¡Eso es!" exclamó Leoparmint mientras lanzaba un golpe, pero Ryo, con destreza, esquivó y contraatacó con una finta que la dejó en el suelo. "¡Bien jugado! Has mejorado mucho en estos pocos días."

"Je, gracias," respondió Ryo, sonriendo con gratitud.

En la cocina, Mei y Jan Jan se afanaban en la preparación de bollos. "Bien, según esta receta..." dijo Mei, hojeando un libro de cocina. "Solo falta una pizca de polvo de hornear."

"Yo lo traigo, señorita," respondió Jan Jan, apresurándose. Sin embargo, tropezó y cayó, cubriéndose la cara con polvo de hornear.

Mei, intentando contener la risa, no pudo evitar estallar en carcajadas. "¡Pareces un oso polar, Jan Jan!" exclamó, mientras se reía a carcajadas. Pero Jan Jan, con una sonrisa traviesa, lanzó un poco de polvo hacia la cara de Mei, dejándola también blanca.

"Así que con esas tenemos, ¿eh?" dijo Mei, sonriendo de forma juguetona antes de abalanzarse sobre Jan Jan y hacerle cosquillas, mientras él, entre risas, le pedía que se detuviera.

En otra parte del submarino, Zhao se encontraba con Mantaray, Billsword, Morgan y Golder, jugando al complicado juego del hilo. Para ellos, era una novedad, y el desafío de entender las reglas añadía una capa de caos a la situación.

"Lo pasan por aquí y... voilà", dijo Zhao, mostrando orgullosamente su creación. "¿Qué tal ustedes?", preguntó con una sonrisa, solo para soltar una risa cuando vio cómo los cuatro estaban completamente enredados en el hilo.

"Niño, no te rías y ayúdanos", pidió Golder, mientras Zhao, con una risa disimulada, los ayudaba a liberarse de la maraña de hilos. Todo esto no pasó desapercibido para Goadon, que observaba en silencio, una sonrisa sutil en su rostro.

"Golder...", pensó Goadon, observando cómo Zhao los deshacía del enredo mientras reflexionaba sobre la relación entre los miembros del grupo. "Parece que tú y Liogre han encontrado a alguien muy especial que los respeta", pensó, dirigiendo su mirada hacia Ryo y Liogre antes de regresar a su meditación.

Mientras tanto, Big Serow, mareado, yacía en un rincón, con el rostro completamente azul, producto de los efectos del largo viaje por mar. Para él, la experiencia era aún más desagradable que la turbulenta travesía aérea hacia el Reino de Soara. Ogre, por su parte, dormía profundamente con un antifaz, sumido en sueños sobre combates épicos. Eagle meditaba en silencio, mientras Tadashi, meticuloso, afilaba una a una sus flechas, preparándose para lo que vendría. Turrock, acompañado por Padressa y C.O.T.B., revisaba las coordenadas para ajustar la ruta.

"Según las indicaciones de C.O.T.B., estamos casi a mitad de camino", comentó Padressa, mirando el horizonte.

"Es cierto", respondió Turrock. "Pero si tomamos este atajo, podríamos ahorrar una semana de viaje", dijo, señalando el vasto océano ante ellos.

En ese momento, Akira observaba en silencio desde un rincón apartado. Desearía poder estar allí con sus amigos, saludarlos, pero Killer Shark le había dado una estricta orden: no interactuar con ellos, a menos que fuera absolutamente necesario. Con una mirada melancólica, Akira se retiró hacia una bodega oculta en el submarino, donde Killer Shark lo esperaba.

"¿Por qué no podemos estar allí con ellos?", preguntó Akira, algo inquieto.

Killer Shark lo miró fijamente con sus ojos azules, su rostro imperturbable. "Ya te lo dije, mocoso", respondió con voz grave. "Todos piensan que estoy muerto, y prefiero que sigan creyéndolo. La última vez que Liogre y yo nos vimos, no éramos precisamente amigos."

"Sí, ya me contaste que eras el líder de una banda de piratas llamada la Pandilla del Corazón de la Muerte", replicó Akira, claramente fastidiado. "Pero ellos son mis amigos, y seguro entenderán que has cambiado."

"¿Y qué me dices de Liogre y los demás?", preguntó Killer Shark, su tono serio. "Fui un enemigo para ellos, les causé muchos problemas."

"Pero ahora tenemos un enemigo común", insistió Akira. "Te haré caso y esperaré el momento adecuado", dijo, sentándose en el suelo con una mirada decidida.

Mientras tanto, en la cubierta, Liogre se acercó a Eagle, que seguía meditando en silencio.

"Eagle", saludó Liogre con tono amable mientras se sentaba a su lado. "Hay algo que he querido preguntarte desde nuestra última reunión en la Fortaleza Fang Lock."

"Pregunta, viejo amigo", respondió Eagle con calma, sin apartar la vista del horizonte.

"Quería saber cómo lograste escapar del sello", inquirió Liogre. "Si no me equivoco, te sacrificaste para sellar a Death Condor en la Nube Negra de Soara."

"Así fue", respondió Eagle, su voz tranquila pero pensativa. "Estuve atrapado allí con Death Condor durante mucho tiempo. Pero, para ser sincero, no estoy seguro de cómo logré salir. Sin embargo, sospecho que fue gracias a él", añadió, señalando a Tadashi, quien conversaba animadamente con Ryo.

Liogre miró a Tadashi, luego volvió su mirada hacia Eagle, algo desconcertado. "¿Crees que el amigo de Ryo tuvo algo que ver con tu liberación?"

"No lo sé con certeza", dijo Eagle, "pero siento que tanto él como Death Condor de alguna manera me ayudaron."

"¿Death Condor?", preguntó Liogre, aún más confundido.

"Sí", respondió Eagle, mientras un flashback recorría su mente. "Recuerdo estar atrapado en esa oscuridad cuando, de repente, sentí una presencia, algo que me instaba a salir de allí. Y entonces vi una luz verde, tan cálida..."

"¿Una luz verde?", preguntó Liogre, ahora aún más intrigado.

"Sí, la vi claramente", explicó Eagle, recordando el momento. "Vi cómo Death Condor canalizaba su fuerza, pero no para atacarme. De alguna forma, me impulsó hacia la luz."

"¿Death Condor te ayudó?", repitió Liogre, perplejo. "¿Pero por qué lo haría?"

"No lo sé", dijo Eagle, manteniendo la calma. "Quizá algo en él cambió, algo que lo hizo reflexionar. Aunque nunca lo sabré con certeza", añadió, mientras su memoria revivía el momento en que Death Condor lo empujaba hacia la luz. "Lo único que me pidió fue que prometiera salvar el planeta, que evitaría lo que estaba por venir."

"Cuando llegué a esa luz, vi algo... o más bien, a alguien", continuó Eagle, mirando a Tadashi. "Lo siguiente que recuerdo es despertarme en la enfermería de Soara, con él a mi lado."

Liogre quedó en silencio por un momento, reflexionando sobre lo que acababa de escuchar.

"Umm...", murmuró Liogre pensativo. "¿Tú crees que Death Condor sabía algo que nosotros no sabíamos?", preguntó finalmente. "¿Algo que lo aterraba?"

"No lo sé", respondió Eagle con una ligera sonrisa. "Tal vez nunca lo sabré. Pero lo que sí sé es que voy a aprovechar esta oportunidad para luchar y salvar nuestro hogar", dijo, mirando su espada con determinación.

Liogre sonrió y, con una leve risa, respondió: "Esa es la actitud. ¡Vamos a por todo!"

De repente, una turbulencia inesperada sacudió el submarino con tal fuerza que todos se sobresaltaron. Liogre, al igual que el resto, apenas pudo mantenerse en pie ante el violento movimiento. Big Serow, con su rostro pálido, luchaba por no vomitar mientras el submarino se tambaleaba. La sacudida despertó a Ogre de su siesta y a Goadon de su meditación. Padressa se aferró a C.O.T.B., mientras en la cocina Mei y Jan Jan intentaban sujetarse de cualquier cosa para evitar ser lanzadas de un lado a otro. En la bodega, Killer Shark y Akira también trataban de evitar que los objetos cayeran sobre ellos.

En la cabina, el capitán Turrock luchaba por mantener el control del submarino. Liogre, tambaleándose, consiguió llegar hasta él.

"¡Capitán Turrock!" exclamó Liogre, sujetándose de lo que podía mientras el submarino se sacudía violentamente. "¿Qué está pasando?"

"Hemos entrado en la Corriente del Dragón", explicó Turrock, esforzándose por mantener el rumbo. "Y hay una tormenta en la superficie", añadió, mientras las olas del tifón golpeaban el submarino. "¡Sujétense bien! ¡Esto va a ser un viaje bastante movido!" advirtió, mientras la corriente los arrastraba con mayor fuerza.

Todos se aferraron a quienes tenían más cerca. Padressa se apretó contra C.O.T.B., mientras Tadashi y Eagle se aferraban a Golder, Zhao y Leoparmint. Mantaray, Billsword y Morgan se aferraron unos a otros, al igual que Ogre, que luchaba por no caer al suelo mientras se aferraba a Goadon. Big Serow, aún mareado, intentaba mantener el equilibrio, y en la cocina, Mei y Jan Jan se abrazaban y gritaban, mientras en la bodega Killer Shark y Akira estaban pegados uno al otro, con Killer Shark sosteniendo a Akira, quien cerraba los ojos, mientras el capitán permanecía alerta por si algún objeto caía sobre ellos. En la cubierta, Liogre y Ryo también se abrazaban mientras la corriente arrastraba al submarino hacia un destino incierto.

Cuando finalmente los primeros rayos de sol comenzaron a iluminar el rostro de Liogre y Ryo, se despertaron para descubrir que el submarino ya estaba en la superficie. El capitán Turrock, aún despierto, había logrado atravesar las turbulentas corrientes y llevar el submarino a la superficie del mar. Mientras todos se iban despertando gradualmente, Zhao, aún mareado por la sacudida, preguntó: "¿Qué pasó?"

"Lo lamento, mis jóvenes amigos", se disculpó Turrock. "Parece que tuvimos una sacudida bastante fuerte mientras atravesábamos las corrientes."

"¿Sacudida?" Ryo, aún atónito, comentó: "Eso más bien parecía el juego de la Tagadá de un parque de atracciones fuera de control", dijo entre risas mientras se recuperaba.

"¡Con permiso!" exclamó Big Serow, con la cara completamente azul, mientras salía apresuradamente de la cubierta.

"¡Pobre Big Serow!", pensaron todos al verlo salir corriendo.

Unos minutos después, todos estaban en la cubierta, con Big Serow ya en mejor estado, mientras Mantaray y Billsword exploraban el submarino para asegurarse de que no hubiera daños importantes. Los demás observaban desde la cubierta, justo a tiempo para ver a Mei y Jan Jan cubiertos de harina y otros ingredientes, con expresiones de fastidio.

Poco después, Mantaray y Billsword regresaron a la cubierta.

"Bueno...", comenzó Mantaray, "las buenas noticias son que no hay daños considerables en el submarino", dijo, aliviando a todos un poco.

"Las malas..." comenzó Billsword, cortando la tranquilidad, "es que los motores principales están casi sin energía, y los auxiliares no tienen suficiente potencia para continuar con el viaje submarino por mucho más tiempo", explicó, dejando a todos en shock, incluido Goadon.

"Pero las otras buenas noticias..." interrumpió Turrock, "es que antes de esta misión, le hice unas modificaciones a este bebé, por lo que podemos continuar el viaje en la superficie usando los motores auxiliares mientras los principales se recargan", anunció Turrock, levantando el ánimo de todos.

"¿Y cuánto tiempo va a tardar eso?" preguntó Ryo, con una sonrisa esperanzada.

"Bueno, al ritmo que va la recarga, yo diría que... unas cinco horas", dijo Turrock con calma, lo que hizo que todos se quedaran paralizados y sus ojos se agrandaran en shock.

"¿¡Qué!?" exclamaron todos al unísono, mientras sus voces se elevaban al viento.

"¡¿Cinco horas?!", gritaron, mientras en la bodega, Akira y Killer Shark, que estaban escuchando la conversación, intercambiaban miradas.

"¡¿Cinco horas?!", dijo Akira, incrédulo, mientras Killer Shark soltaba un suspiro de fastidio.

Momentos después, dentro de la cabina, todos se encontraban sumidos en un aburrimiento absoluto. Ogre golpeaba su cabeza contra la pared, frustrado por la monótona quietud. Golder intentaba meditar, pero el picor en su nariz y la irritante falta de estímulos le impedían concentrarse. Jan Jan, completamente ajeno al caos, dormía profundamente, una burbuja formándose en su nariz. Mantaray y Billsword jugaban a las cartas con Big Serow y Leoparmint, utilizando un mazo de naipes que habían encontrado entre los suministros. Mientras tanto, Goadon practicaba combate con Zhao y Mei, derribándolos con facilidad antes de lanzar un enorme bostezo de aburrimiento. Mei y Zhao permanecían tendidos en el suelo, esperando que algo, cualquier cosa, interrumpiera la apática calma.

Eagle y Tadashi revisaban su equipo por cuarta vez, asegurándose de que todo estuviera en orden, mientras Padressa inspeccionaba los sistemas de C.O.T.B. El Capitán Turrock, al mando del submarino, tarareaba una vieja canción de marineros. Liogre observaba el mar con indiferencia, mientras Ryo paseaba de un lado a otro hasta llegar junto a él.

"¿Cuánto falta para que se recarguen los motores principales?", preguntó Ryo, claramente exasperado por el tedio.

"A este paso, ni siquiera sé cuánto falta", respondió Liogre con un suspiro resignado.

"Por cierto, ¿alguien sabe dónde estamos?", preguntó Mei, mirando a Padressa mientras este seguía revisando C.O.T.B. Al notar la mirada curiosa de Mei, el dispositivo proyectó un mapa holográfico, mostrando al submarino en lo profundo del océano. El Capitán Turrock, alzando la vista desde el timón, interrumpió con un tono grave.

"Este lugar...", comenzó, captando la atención de todos. "Es el Mar de los Monstruos."

"¿El Mar de los Monstruos?" preguntó Ryo, despertando por fin de su letargo. "Recuerdo que lo mencionó días atrás. Habló de rumores sobre este lugar. ¿Qué clase de rumores?"

"El Mar de los Monstruos es un área muy misteriosa. Aquí, muchas embarcaciones han desaparecido sin dejar rastro", explicó Turrock, su mirada volviendo al horizonte. "Los rumores dicen que este mar está habitado por criaturas muy peligrosas, Bestias Marinas que no evolucionaron y regresaron a un estado más primitivo, más salvaje. De ahí su nombre." Mientras Turrock hablaba, Ryo tragó saliva nervioso, una inquietud creciente invadiendo su pecho.

Al mismo tiempo, en la guarida de Caesar Shark, él observaba a través de espejos mágicos cómo el grupo avanzaba por el mar. Salmomancer se acercó, su rostro reflejando preocupación.

"Mi señor", dijo Salmomancer, su voz temblorosa, "Liogre y su Tamer están atravesando el Mar de los Monstruos."

"Me sorprende lo lejos que han llegado", comentó Caesar Shark, analizando la situación. "La mayoría muere aquí, víctimas de las criaturas del mar. Pero veo que están aburridos, así que ¿por qué no les damos un poco de diversión?", agregó, una sonrisa maliciosa curvando sus labios. "Suelta la criatura", ordenó a Salmomancer, quien palideció de inmediato.

"¿Está seguro, mi señor?" preguntó Salmomancer, visiblemente asustado. "Esa criatura casi nos mata cuando llegamos aquí. Y usted necesita que estén vivos para que su plan funcione."

"¿Acaso te hablé en otro idioma?", rugió Caesar Shark. "¡Suéltala!" Ante esa orden, Salmomancer obedeció, presionando un botón que abrió una puerta en las profundidades, liberando una gigantesca criatura.

En el submarino, Ryo y Liogre suspiraban, sintiendo cómo el aburrimiento se apoderaba de ellos, mientras Goadon meditaba y los demás seguían con sus propios pasatiempos. De repente, Goadon abrió los ojos con una expresión grave. Se levantó rápidamente y se acercó a la ventana del submarino.

"Algo...", murmuró, captando la atención inmediata de todos. "Algo se está acercando", añadió, su mirada fija en el horizonte.

"¿Qué sucede, Maestro Goadon?", preguntó Golder, preocupado.

"¡Miren las olas!", dijo Goadon, señalando hacia afuera. Aunque el mar parecía tranquilo, las olas comenzaban a elevarse de manera extraña.

"Las olas están muy altas...", observó Ryo, frunciendo el ceño. Mientras tanto, en la bodega, Killer Shark y Akira dormían, hasta que Killer Shark se despertó abruptamente, alarmando a Akira.

"¿Qué pasa?" preguntó Akira, sobresaltado.

"Tengo un mal presentimiento", respondió Killer Shark, mirando alrededor con tensión.

En ese preciso momento, Liogre y el resto notaron algo aún más inquietante: las criaturas marinas que nadaban cerca del submarino comenzaban a alejarse rápidamente, como si un peligro inminente se acercara.

"¿Qué está pasando?" preguntó Mei, con creciente nerviosismo.

"Las olas, los animales... todo esto indica que algo se acerca. Algo que los asusta", explicó Liogre, su rostro grave.

En ese instante, una densa niebla comenzó a envolver el submarino, opacando la visibilidad.

"¿Y esta niebla?", preguntó Zhao, su voz temblorosa.

De repente, el submarino comenzó a temblar violentamente, alertando a todos a bordo.

"¡Otra vez no!" exclamó Big Serow, su rostro volviendo a un tono azulado por las náuseas. Los demás miraron, aterrados, mientras una sombra gigante emergía del agua, una serpiente marina monstruosa que rugió con furia.

"¡Aaaay!" gritaron al unísono al ver al monstruo frente a ellos, cuya cabeza se alzaba sobre el submarino. La criatura golpeó con fuerza, causando que todos dentro de la cabina fueran lanzados hacia un lado.

"¡Esta cosa quiere hundirnos!" gritó Ryo, recomponiéndose justo a tiempo para ver otro golpe sacudir el submarino, arrojándolos en dirección contraria. "Cuando deseé que algo emocionante pasara, pensaba en cruzar una corriente o navegar a toda velocidad por una fosa... ¡pero no esto!" exclamó, luchando por mantenerse de pie mientras el monstruo atacaba.

"¡Rey Liogre!" llamó el Capitán Turrock, su voz urgente. "¡Usted y sus amigos deben detener a esa criatura mientras yo intento alejarnos de ella!"

"¡De acuerdo!" respondió Liogre con determinación, mirando a Big Serow y Leoparmint. "Big Serow, Leoparmint, ayuden al Capitán Turrock. Los demás, conmigo. Vamos a darle a esa cosa una lección que no olvidará", dijo, su tono firme mientras Ryo y sus amigos activaban sus armaduras Tamer Link.

"Quédate aquí, vuelvo enseguida", le dijo Padressa a C.O.T.B., antes de unirse al grupo que ya se dirigía al exterior.

"A... amigo..." dijo C.O.T.B., observándolos partir con una mirada nostálgica.

En la bodega, Akira observaba preocupado lo que ocurría fuera, volviendo a mirar a Killer Shark. "¿Dijiste que tenías un mal presentimiento? ¿Era sobre esto?" preguntó, la preocupación evidente en su rostro.

Killer Shark asintió con gravedad. "Sí, pero si conozco a Liogre, podrá con esto", dijo. "Solo espero que no intenten atacar a la cabeza...", pensó, la tensión reflejada en su rostro serio.

Afuera del submarino, Liogre y los demás se enfrentaban a la gigantesca criatura, cuyos rugidos resonaban en las profundidades.

"¡Burning Blow!" exclamó Ryo, lanzando su ataque contra la bestia. Liogre, con una sonrisa confiada, imitó el gesto.

"¡Hell Flame!" gritó Golder, disparando su ráfaga de energía tigresa hacia la criatura.

"¡Magiclot: Burst!" exclamó Zhao, enviando una lluvia de energía en forma de estrellas.

"¡Eso es, sigan!" animó Liogre, mientras la criatura retrocedía lentamente.

"¡Slash Hurricane!" gritó Eagle, liberando una potente ráfaga de energía. Tadashi, con rapidez, canalizó el ataque de Eagle a través de sus flechas, lanzándolas con precisión y alcanzando el monstruo en su costado.

Sin embargo, la criatura rugió de nuevo, desafiando sus esfuerzos y obligándolos a luchar por mantener el equilibrio mientras el submarino tambaleaba por los impactos.

"Es más resistente de lo que pensé", dijo Ryo, pero esbozó una sonrisa decidida. "¡Aun así, no me voy a rendir!" añadió, haciendo que todos, incluso Akiraquien se encontraba oculto con Killer Shark, sonrieran ante su entusiasmo.

"Jeje", rió Akira al escuchar las palabras de su amigo, llamando la atención de Killer Shark.

"No has cambiado nada, Yagami. Sigues siendo el mismo cabezadura", pensó Killer Shark, sonriendo ante la reacción de Akira. Incluso él mismo mostró una sonrisa al ver a Akira con esa expresión tan familiar. "Tu amigo... es especial", reflexionó Killer Shark en su mente, observando a Akira.

"Este chiquillo... realmente es muy especial", pensó Goadon mientras lo observaba desde lejos. "No importa cuán difícil sea la situación, nunca se rinde. Siempre enfrenta el combate con confianza y una sonrisa", pensó, admirado, mientras dirigía su mirada hacia Liogre. "Y es capaz de inspirar valor en los demás. Liogre, tú y este joven fueron hechos para luchar juntos", concluyó Goadon, impresionado por el coraje de ambos.

"¡Hey, chico!" llamó Liogre con una sonrisa desafiante, su voz llena de entusiasmo. "Vamos a enseñarle a esta lombriz lo que pasa cuando se mete con nosotros." Mei, Jan Jan, Eagle y Tadashi asintieron, entendiendo perfectamente el plan de ataque.

"¡Warrior Spirit, Access On!" exclamaron Ryo, Mei y Tadashi al unísono. Tanto sus Tamer Links como las armaduras de Liogre, Eagle y Jan Jan se cubrieron con brillantes líneas de luz, que comenzaron a recorrer sus superficies en patrones intrincados, como un circuito vivo, convergiendo hacia los Cyclots de los Tamer Links y hacia los Cyclots ubicados en el pecho de las armaduras de las Bestias.

En un momento culminante, todos los Cyclots brillaron al unísono, sincronizándose perfectamente mientras se cargaban con una energía inmensa que irradiaba poder y determinación.

"¡Cross Fusion!" gritaron en coro, justo cuando Mei y Jan Jan fueron envueltos por una luz rosada, Liogre y Ryo en una luz carmesí, y Eagle y Tadashi en una luz verde.

============Secuencia de Transformación (Dentro de la Luz)============

//////////////////////////////////////(Mei y Jan Jan)//////////////////////////////////////

El emblema del Cyclot de Jan Jan emitió un rugido poderoso, proyectando su imagen mientras el escenario cambiaba a un espacio onírico de azul profundo, lleno de glifos flotantes y destellos de energía mística. Mei y Jan Jan flotaban en el centro, rodeados de corrientes de energía pura. Sus formas comenzaron a descomponerse en haces de luz, fusionándose en un único punto. De esta unión emergió una figura humanoide femenina, formada por energía de un rosado intenso.

El entorno dio paso a una dimensión de luz en blanco y negro, donde la figura carecía de rasgos definidos, excepto por unos ojos brillantes y fieros. Lentamente, piezas de una majestuosa armadura comenzaron a ensamblarse sobre su cuerpo. Un casco ornamentado, con detalles que evocaban las orejas de un panda, se unió a un protector facial que cubría la mitad inferior de su rostro. Finalmente, el Cyclot de Jan Jan se incrustó en el centro de su pecho.

Un rugido resonó en el vacío, y ráfagas de luz oscura y blanca envolvieron el espacio antes de disiparse. Emergiendo de la energía, apareció Tai-Li, completamente armada, mientras aterrizaba con gracia en un escenario que evocaba el Templo de Zhenwu, en el monte Wudang.

"¡Tai-Li!" proclamó, adoptando una firme postura de combate.

//////////////////////////////////////(Ryo y Liogre)///////////////////////////////////////

El emblema del Cyclot de Liogre emitió un rugido ensordecedor, proyectando su imagen en un espacio etéreo de azul profundo. Glifos místicos y destellos de energía flotaban alrededor mientras Ryo y Liogre se encontraban en el centro, rodeados de corrientes de energía pura.

Sus formas comenzaron a descomponerse en haces de luz, fusionándose en un solo punto. De esta unión surgió una figura humanoide hecha de energía carmesí, flotando en un escenario rodeado de llamas. La figura carecía de rasgos definidos, excepto por unos ojos y una boca brillantes. Poco a poco, piezas de armadura comenzaron a ensamblarse sobre su cuerpo, inspirándose en la armadura de Liogre, pero con un diseño más estilizado y menos robusto.

El Cyclot de Liogre se incrustó en el centro de su pecho, irradiando un brillo imponente. Un rugido resonó en el vacío, seguido por una explosión de fuego que lo rodeó antes de disiparse, revelando a Regulus.

Aterrizando en un terreno volcánico, Regulus desenvainó su espada y, con un movimiento firme, creó grietas en el suelo, liberando lenguas de fuego, antes de adoptar una postura de combate.

"¡Regulus!" proclamó con voz poderosa.

//////////////////////////////////////(Tadashi y Eagle)///////////////////////////////////////

El emblema del Cyclot de Eagle emitió un graznido ensordecedor, proyectando su imagen en un espacio etéreo de azul profundo. Glifos místicos y destellos de energía flotaban alrededor mientras Tadashi y Eagle se encontraban en el centro, rodeados por corrientes de energía pura.

Sus formas comenzaron a descomponerse en haces de luz, fusionándose en un solo punto. De esta unión surgió una figura humanoide hecha de energía verde esmeralda, flotando en un escenario rodeado de un gran vendaval verde y tornados.

La figura carecía de rasgos definidos, excepto por unos ojos y una boca brillantes. Poco a poco, piezas de armadura comenzaron a ensamblarse sobre su cuerpo, inspirándose en la armadura de Eagle, pero con un diseño más estilizado, similar a una armadura ninja.

El Cyclot de Eagle se incrustó en el centro de su pecho, irradiando un brillo imponente. Un graznido resonó en el vacío, seguido de un huracán de viento que lo rodeó antes de disiparse, revelando a Zephyrus, cuya armadura evocaba la de Eagle, con un casco verde que tomaba la forma de un águila y con una capa marrón con capucha que cubría parte de su cabeza. Su rostro estaba protegido por un protector facial que cubría su boca y nariz.

Apareciendo en un escenario en el cielo, Zephyrus invocóun arco junto con flechas. Con un movimiento firme, disparó una flecha quebrilló intensamente antes de desaparecer, creando ilusiones de sí mismo que sedesvanecieron, aterrizando en un dojo ninja . En su espalda, un emblema con elKanji del viento (風)brillaba.

"¡Zephyrus!" proclamó con voz profunda.

========Fin de la Secuencia de Transformación (Esto ocurre dentro de la Luz)========

La criatura lanzó una esfera de energía que fue cortada por el recién aparecido Regulus, ayudado por su espada, mientras Zephyrus la atacaba con sus flechas. Tai-Li se acercó rápidamente y lanzó una serie de patadas que hicieron retorcerse y enfurecerse al monstruo, que rugió de ira.

"¡Eso es!" exclamó Zhao mientras observaba a sus amigos luchar. "Ojalá yo también pueda conseguir la Forma Guerrero algún día", pensó, mientras peleaba junto a Golder. "Apuesto a que el señor Golder y yo seríamos un equipo imparable cuando lo tengamos", pensó, mientras seguía combatiendo con determinación.

"Esto se acabó", declaró Tai-Li, lanzándose al ataque con su látigo. "¡Shǎndiàn zhǎn!" gritó, mientras, con un movimiento preciso de su látigo, rebanaba la cabeza del monstruo, haciendo que su cuerpo cayera al suelo.

Mientras tanto, ocultos detrás de una puerta, Killer Shark y Akira observaban, mirando hacia la cabina donde Turrock, Big Serow y Leoparmint sonreían satisfechos.

"¡Muy bien, Mei!" susurró Akira, observando con orgullo el desempeño de su amiga. Pero algo no estaba bien; notó que Killer Shark tenía una expresión preocupada.

"¿Eh? ¿Qué te pasa?" preguntó Akira, desconcertado al ver a su compañero y maestro en ese estado.

"Esa criatura..." comenzó a decir Killer Shark, su semblante ahora serio. "Nunca se debe atacar en la cabeza."

"¿Eh?" preguntó Akira, aún confundido. "¿Y eso por qué?"

"Porque..." dijo Killer Shark, justo cuando una leve sacudida comenzó a sentirse desde abajo. Afuera, los demás celebraban la victoria de Tai-Li, pero todos sintieron el temblor, y la alarma se encendió rápidamente al ver cómo el cuerpo del monstruo se elevaba. Algo comenzaba a salir del corte.

"No puede ser..." pensó Regulus, mientras los rostros de sus compañeros se llenaban de temor. "¿Eh, chico? ¿Qué pasa?" preguntó Liogre, curioso, al percatarse de que, del corte en la criatura, emergían tres nuevas cabezas.

"Esta cosa es..." comenzó Regulus, justo en el instante en que las cabezas rugieron todas al unísono.

"Cuando atacas a esa criatura en la cabeza, puede generar más cabezas, y el ciclo continúa cada vez que la atacas en ese mismo lugar", explicó Killer Shark, visiblemente nervioso ante la situación, mientras Akira observaba, igualmente preocupado.

"¿Como una Hidra?" preguntó Akira, sin poder disimular su ansiedad.

"¿Una qué?" replicó Killer Shark, confundido.

"Una criatura mítica de mi mundo", explicó Akira con voz temblorosa. "Según la leyenda, si cortabas una cabeza, ésta se duplicaba."

"Tal parece que el mundo de este chico y el mío están más conectados de lo que pensé", reflexionó Killer Shark, mientras no apartaba la vista de la criatura.

Por fuera del submarino, la batalla se había vuelto cada vez más complicada. Cada ataque parecía multiplicar las cabezas de la bestia. "¿Qué es esta cosa?" preguntó Liogre, al sentir la presión sobre Regulus.

"¿Recuerdas que te hablé sobre la mitología griega y cómo tu armadura me recordaba a esa cultura?" preguntó Regulus en su mente.

"Sí, lo recuerdo..." respondió Liogre, mientras seguían luchando. "Pero, ¿qué tiene que ver eso con lo que estamos enfrentando ahora?"

Al mismo tiempo, Zephyrus conversaba mentalmente con Eagle sobre la criatura. "En una de nuestras clases, aprendimos sobre un héroe humano... bueno, no humano, en realidad era un semidiós llamado Heracles, que tuvo que realizar 12 trabajos para redimirse de sus acciones pasadas", comentó Zephyrus con tono carismático.

"¿Qué hizo?" preguntó Eagle, flotando en la mente de Zephyrus.

"Por culpa de una diosa celosa, Heracles terminó matando a su esposa, hijos y sobrinos, y como penitencia tuvo que cumplir esos 12 trabajos, impuestos por su primo, el rey de Micenas, Euristeo", explicó Zephyrus, mientras Tai-Li hablaba mentalmente con Jan Jan.

"Uno de esos trabajos fue matar a un monstruo llamado la Hidra de Lerna, una criatura bastante problemática", continuó Tai-Li, esquivando un feroz golpe de la criatura.

"¿Cuál era la razón de que fuera tan difícil?" preguntó Jan Jan, intrigado.

Mientras tanto, Zhao y Golder combatían juntos y discutían la situación. "La Hidra de Lerna... si le cortabas una cabeza, le crecían dos más. Heracles lo pasó bastante mal con ella", explicó Zhao, justo cuando una de las cabezas de la criatura se lanzó hacia ellos. "¡Cuidado!" advirtió Zhao, haciendo que todos se agacharan.

"Definitivamente estamos en una situación similar a la de Heracles", dijo Billsword, mientras cargaba su Cyclot para un ataque.

"¡Gimlet Sword!" exclamó, lanzando un ataque energético en forma de pez espada que destruyó una de las cabezas.

"¡Dio en el blanco!" gritó, pero fue reprendido por Zhao y Golder.

"¡No a las cabezas!" gritaron ambos, furiosos al ver cómo surgían dos cabezas nuevas del lugar donde Billsword había atacado.

"Lo-lo siento", se disculpó Billsword, avergonzado.

Mientras la serpiente monstruosa se enrollaba alrededor del submarino, los esfuerzos de Turrock y los demás para detenerla parecían inútiles.

"¡Maldición!" gritó Turrock, luchando por liberarse. "¡Esa cosa nos tiene atrapados!"

"¿Este submarino no tiene armas, verdad?" preguntó Leoparmint, mientras intentaba activar algún sistema.

"Sí, las tiene, pero esa cosa está bloqueando todo. No podemos usarlas", respondió Turrock, mientras Big Serow, a pesar del miedo, trataba de ayudar.

Akira observaba la escena, sintiéndose completamente impotente. En medio de la desesperación, recordó el día en que conoció a Ryo, tantos años atrás, cuando todo parecía más sencillo.

Flashback

Akira, a sus 12 años, jugaba cerca del río Sumida al atardecer cuando un grupo de chicos mayores, de 13 años, se le acercaron y comenzaron a molestarle.

"¿A quién tenemos aquí?", dijo uno de los matones. "El chico pez. ¿Estás buscando a tus hermanitos los peces?" añadió burlonamente.

Akira los ignoró y trató de alejarse, pero uno de los chicos lo empujó, haciéndolo caer al suelo.

"¡Contesta cuando te hablo, rarito!" gritó el matón, mientras lo agarraba de la camiseta y levantaba su brazo para golpearlo.

"Eh, eh, eh... Kurata", dijo uno de los compañeros del matón. "Se supone que solo íbamos a molestarlo, no a darle un golpe. Ya tenemos suficientes problemas, no queremos más."

"¡Cállate!" gritó Kurata, apartando a su amigo con un manotazo. "Hago lo que quiero, y lo primero que voy a hacer es enseñarle a este enano a respetar a los mayores", dijo, levantando la mano para golpear a Akira. En ese instante, una piedra voló hacia él, golpeándolo en la frente y obligándolo a soltar a Akira.

"¡Agh!" gruñó Kurata, tambaleándose de dolor. "¿Quién diablos...?"

"Y si quieres más, avísame, grandulón", dijo una voz desafiante desde atrás. Kurata y su grupo se giraron y vieron a Ryo, también de 12 años, que les había lanzado la piedra.

"¡Tú otra vez, Yagami!" exclamó Kurata, furioso. "Esta vez no te vas a escapar..."

"No pensaba hacerlo", dijo Ryo, avanzando hacia ellos. "Pero si lo que buscas es pelea..." cerró los ojos, y al abrirlos, su mirada feroz, como la de un león indomable, hizo que los compañeros de Kurata retrocedieran.

"¿Qué están esperando?" gritó Kurata, irritado. "Somos más grandes que él, ¿por qué no lo enfrentamos juntos?"

"No, gracias", respondió uno de los chicos. "Yagami es conocido por nunca rendirse en una pelea, además, siempre se levanta y da un golpe más fuerte que el anterior. Yo paso", dijo mientras se alejaba.

"Nosotros también", dijeron los demás, siguiendo al primero, dejando a Kurata solo, sorprendido por la cobardía de sus amigos, mientras Ryo permanecía firme.

"¡Grr!" gruñó Kurata, molesto. "Esto no ha terminado, Yagami", dijo, antes de irse con sus amigos, dejando a un desconcertado Akira.

Ryo se acercó a Akira, extendiéndole una mano. "¿Estás bien, colega?", preguntó con una sonrisa, mientras Akira, aún confundido, tomaba su mano.

"Sí, gracias", respondió Akira, mientras recogía sus cosas. "Oye, no le hagas caso a Kurata, es solo un jactancioso que se cree mejor que los demás... Pero cuando le muestras que no le temes, se nota quién es realmente."

"¿Por qué me ayudaste?", preguntó Akira, mirando a Ryo con curiosidad. "Ni siquiera te conozco."

Ryo, con un gesto dramático, se dejó caer al suelo de manera exagerada, ante un sorprendido Akira.

"¿Me ofendes?", dijo Ryo, levantándose como si nada hubiera pasado, mientras Akira lo observaba, incrédulo.

"Soy Ryo... Ryo Yagami, vamos juntos a la escuela, ¿recuerdas?" dijo Ryo, sonriendo ampliamente.

"Ah, ya te recuerdo", dijo Akira. "Eres el chico que siempre está serio y se sienta solo en el descanso."

"¿En serio eso es lo que recuerdas de mí?", preguntó Ryo, con una gota de sudor corriendo por su frente.

"No, también dicen que eres el tipo que nunca rechaza una pelea si es para proteger a alguien", agregó Akira. "Y que tienes una mirada feroz, como un león."

"Exactamente, ese soy yo", dijo Ryo, haciendo una pose ridícula mientras Akira, nuevamente, lo miraba con una gota de sudor en la nuca.

"De todas formas, no entiendo por qué me ayudaste", insistió Akira. "Yo no te lo pedí."

"No me lo pediste", interrumpió Ryo con una sonrisa. "Pero vi que lo necesitabas, y ayudé porque veo en ti una gran fortaleza", explicó, sonriendo.

"¿Una gran fortaleza?" preguntó Akira, extrañado.

"Sí", dijo Ryo, mirando hacia el río. "Mi abuelo solía decirme que todos tienen una fortaleza silenciosa, como el agua que fluye por el río, que pasa sin detenerse ante las rocas. Ignoras la provocación, como lo hiciste hoy", continuó Ryo. "Y además..." agregó con una mirada intensa, "creo que quedarse mirando cuando alguien necesita ayuda es lo mismo que ser un cobarde. Y yo no soy un cobarde", concluyó, mientras Akira lo observaba fascinado.

"Empecemos de nuevo...", dijo Akira, extendiendo la mano. "Soy Akira... Akira Shimizu", dijo con una sonrisa.

"Soy Ryo... Ryo Yagami", respondió él, estrechando su mano con una sonrisa. Ambos comenzaron a reír.

Fin del Flashback

De vuelta en el presente, Akira observaba con determinación desde su posición junto a Killer Shark. Las palabras de Ryo seguían resonando en su mente: "Quedarse mirando cuando alguien necesita ayuda es lo mismo que ser un cobarde."

"Tenía razón", pensó Akira, mientras observaba la crítica situación. "No soy ningún cobarde. Me enseñaste a ser fuerte sin ser feroz, y él..." pensó, mirando a Killer Shark, "me mostró cómo ser feroz cuando luchas por algo que quieres." Cerró los ojos por un momento, sintiendo el peso de esas enseñanzas. "Es hora de ponerlas en práctica."

Mirando a Killer Shark, habló con firmeza. "Dijiste que no debíamos interferir hasta que llegara el momento... Bueno, ese momento ha llegado." Killer Shark intentó negarlo, pero no pudo evitar reconocer la verdad en las palabras de Akira.

"Escúchame", continuó Akira. "Sé que tienes tus razones para dudar... pero nosotros, los humanos, siempre creemos en el destino y en las segundas oportunidades. Cuando llega ese momento, debemos demostrar que realmente lo merecemos. Cometemos errores, pero siempre nos levantamos y seguimos adelante. Ahora es tu oportunidad de demostrar que mereces una segunda oportunidad y que puedes avanzar."

Akira colocó su mano derecha en el rostro de Killer Shark, sorprendiendo al guerrero. "Has demostrado que puedes cambiar", dijo con una sonrisa, mientras el Tamer Link en su brazo derecho comenzaba a emitir un resplandor azul. "Ahora es el momento de demostrártelo a ti mismo, no solo a Liogre."

"¿Por qué me dices esto?", preguntó Killer Shark, confundido.

"Porque creo en ti", respondió Akira, sonriendo ante el asombro de Killer Shark, quien sintió unas lágrimas inexplicables brotar de sus ojos.

"Tienes razón", dijo Killer Shark, con una tranquila sonrisa. "No sé qué clase de criaturas sean ustedes, los humanos, pero de alguna forma logran sacar la luz de los demás, incluso cuando esta es pequeña." Apretó la mano de Akira en señal de aceptación. "Hagámoslo, compañero."

"¡Sí!" respondió Akira con determinación, mientras un aura azul envolvía a ambos. "¡Warrior Spirit, Access On!" gritó, activando su poder. Al instante, tanto su Tamer Link como la armadura de Killer Shark comenzaron a brillar con líneas luminosas que recorrían sus superficies en patrones intrincados, como un circuito vivo. Estas líneas convergieron rápidamente hacia los Cyclots: el de su Tamer Link y el situado en el pecho de la armadura de Killer Shark. En un instante, ambos Cyclots emitieron un resplandor intenso que sincronizó su energía.

¡Cross Fusion!" exclamaron al unísono Akira y Killer Shark, mientras una poderosa luz azul los envolvía, fusionando sus fuerzas en un destello que llenó el lugar de energía vibrante.

Big Serow alzó la vista y notó el resplandor.

"¿Eh?" exclamó Big Serow, sorprendida. "¿Qué es eso?"

Con Regulus y los demás

Regulus y sus compañeros continuaban luchando con valentía contra la criatura serpentina. Estaban exhaustos, pero su determinación no flaqueaba. "No... no me voy a rendir," dijo Regulus, preparándose para otro ataque. Sin embargo, un dolor punzante en su pecho lo paralizó de golpe. Al mismo tiempo, Zephyrus y Tai-Li experimentaban el mismo tormento.

"¿Qué diablos...?" murmuró Regulus, mientras escuchaba la voz de Liogre en su mente. "Niño... no creo que podamos seguir en esta forma por mucho más tiempo," dijo Liogre, compartiendo el dolor de Regulus.

En la mente de Zephyrus, Eagle también se comunicaba con él. "Parece que la fusión en esta forma tiene un límite de tiempo que no previmos," explicó Eagle, con dificultad. "Tenemos que terminar esto cuanto antes."

"¡Si tan solo pudiera moverme...!" exclamó Zephyrus, viendo cómo Tai-Li se separaba en Mei y Jan Jan. Mei fue atrapada por Padressa, y Jan Jan por Goadon y Mantaray.

"¿Qué acaba de pasar?" preguntó Billsword, desconcertado. "¿Por qué se separaron?"

"Al parecer, esa forma tiene un límite de tiempo," explicó Goadon, lo que preocupó a Zhao. "Si es así, Regulus y Zephyrus no tienen mucho tiempo antes de que se separen."

Zhao observó, preocupado, cómo una de las cabezas de la serpiente se dirigía hacia ellos. "¡Cuidado!" exclamó, cerrando los ojos por instinto. Pero justo en ese momento, una voz resonó: "¡Tidal Wave!" Un remolino de agua impactó contra la cabeza de la serpiente, lanzándola lejos, para sorpresa de todos.

"¿Qué...?" preguntó Zhao, asombrado. "¿Quién hizo eso?"

Una figura apareció, vestida con una armadura azul adornada con cuchillas, y un casco con un visor rojo y un protector facial plateado. Se acercó rápidamente a Regulus y Zephyrus. "¿Quién...?" intentó preguntar Regulus, pero el guerrero interrumpió.

"Me llamo Atlas," dijo, sin perder tiempo. "Escúchenme con atención. Esta criatura tiene un punto débil en la base de donde surgen sus cabezas," indicó, señalando la base del cuello de la serpiente. "Necesito que me den espacio para un golpe preciso. Tú, el de la armadura verde," señaló a Zephyrus, "aparta las cabezas de mi rango visual. Y tú, el de la armadura de león," apuntó a Regulus, "neutraliza las cabezas restantes con el fuego de tu espada. Cuando ataque el punto débil, lánzate con todo."

"¿Alguien entiende lo que está diciendo?" preguntó Billsword.

"¡Yo sí!" exclamó Zhao, iluminándose de repente. "¡Cómo no lo vi antes!"

Regulus observó a Atlas con atención, y en su mente, Liogre notó algo familiar en su armadura. "No puede ser..." pensó, dudando de lo que veía.

"En el mito, Heracles cortó las cabezas de la Hidra mientras su amigo Yolao quemaba los cuellos abiertos, derrotándola para siempre. Si seguimos esa lógica..." reflexionó Regulus.

"¡Ya lo entiendo!" respaldó Liogre. "Con la espada de fuego y el Fire Slash al máximo... ¡las cabezas no podrán regenerarse!"

Regulus asintió, decidido. "Seguiremos tu plan," dijo a Atlas, mientras él y Zephyrus se lanzaban al ataque. Atlas, por su parte, preparaba su movimiento, concentrando la Cyclo-energía en su tridente.

"Siente el flujo de la corriente del mar, su poder y todo lo que contiene," susurró una voz en la mente de Atlas. "Concéntralo en un solo punto..."

Regulus desató su ataque. "¡Fire Slash!" gritó, lanzando llamas precisas que cortaban las cabezas de la serpiente.

"¡Hurricane Arrow!" exclamó Zephyrus, disparando una flecha que formó un taladro de viento y hirió una de las cabezas que amenazaba con atacar a Atlas. Aunque agotado y con dolor, Zephyrus sabía que esta era su oportunidad.

"Este ataque nos dejará fuera..." advirtió Eagle en la mente de Zephyrus, "pero le dará a Atlas y Regulus la oportunidad que necesitan."

"¡Ahora!" gritó Eagle, mientras Zephyrus formaba un círculo de energía frente a él. "¡Wind Smasher!" Una enorme ave de viento chocó contra la criatura, y Zephyrus se separó en Tadashi y Eagle, cayendo agotados en los brazos de Golder.

Atlas, con su tridente cargado, escuchó la voz en su mente. "No titubees, ataca con ferocidad. ¡Ahora!"

"¡Desperate Crusher!" gritó Atlas, lanzando su tridente, que se transformó en un tiburón de energía azul oscuro y atravesó a la criatura. Regulus observó, y Liogre reconoció algo familiar en el ataque.

"¡Ahora, león!" gritó Atlas. "¡Tu ataque más fuerte!"

Regulus concentró toda su energía para un último golpe. "¡Great Burning Blow!" lanzó con fuerza, desatando un león de llamas carmesí que destruyó por completo a la criatura.

"¡Lo lograron!" exclamaron todos los presentes en la cubierta. El resto del cuerpo de la serpiente se desplomó, liberando finalmente al submarino.

"¡Muy bien!" celebraron Turrock, Big Serow y Leoparmint desde la cabina.

Desde su guarida, Caesar Shark observaba el espectáculo con una sonrisa satisfactoria. "Bien hecho..." murmuró, complacido.

Regulus jadeaba, agotado pero satisfecho por la victoria. Sin embargo, algo no estaba bien. Notó que Liogre permanecía inusualmente callado en su interior, una sensación que no lograba identificar.

De regreso en la cabina de observación del capitán Turrock, Ryo y Liogre ya se habían separado de sus formas combinadas. Todos expresaban su agradecimiento a Atlas por su crucial intervención. No solo habían escapado de las garras de la serpiente marina, sino que los motores principales se habían recargado y estaban listos para continuar su viaje.

"¡Eso fue increíble!" exclamó Ryo, sonriendo ampliamente mientras miraba a Atlas, quien permanecía en frente de él. "No sé quién eres, pero fue impresionante." Ryo soltó una risa mientras Atlas le revolvía el cabello de manera juguetona.

"¿Aún no te das cuenta de quién soy?" preguntó Atlas con una ligera sonrisa, aunque también notaba la confusión en el rostro de Ryo.

"¿Qué?" murmuró Ryo, queriendo hacer una pregunta, pero de repente un fuerte pisotón hizo que se sobresaltara, seguido de un estremecimiento en todos los presentes. Al voltear, vieron a Liogre, cuya mirada estaba cargada de una grave tensión.

"No... No puedes ser tú..." murmuró Liogre, su voz resonando con un tono sombrío. "Cuando te ataqué con el Burning Dynamite, no quedó ni rastro de ti... Fuiste destruido junto con Deadlock..." La ira comenzó a brotar en su voz mientras avanzaba hacia Atlas. Los demás intentaron detenerlo rápidamente.

"¡Liogre, tranquilo!" exclamó Golder, sorprendido por el repentino estallido de furia de su rival.

"¿Qué te pasa?" preguntó Ryo, sujetando con fuerza a Liogre para evitar que se abalanzara.

"¡¿Cómo es posible que sigas vivo?!", rugió Liogre, la furia evidente en su rostro. "¡Dímelo ahora!" Todos se giraron hacia Atlas, que permanecía inmóvil, como si esperara algo.

Dentro de su mente, Atlas escuchaba la voz que lo guiaba con calma. "Te dije que Liogre no lo tomaría bien," susurró la voz en su cabeza.

"La redención proviene de las acciones que tomamos," pensó Atlas, con una determinación creciente. "Si les demuestro que no soy lo que era en el pasado, ellos lo entenderán. Mis amigos lo harán."

De repente, en el mundo real, Atlas fue rodeado por un torbellino de agua. Cuando la tormenta se disipó, Atlas se dividió en dos formas. Una de ellas mostraba un rostro que Liogre conocía demasiado bien, mientras que la otra sorprendió a Ryo y a sus amigos.

"Así que eras tú..." murmuró Liogre con furia contenida. Todos los presentes, desde las bestias hasta los aliados de Liogre, observaban asombrados. Leoparmint, Big Serow, Ogre, Morgan, Padressa, Mantaray, Billsword, Turrock y Jan Jan se quedaron inmóviles, temerosos de lo que estaban presenciando.

Frente a ellos, de pie, estaba Killer Shark, a quien creían muerto desde hacía mucho tiempo. Junto a él, estaba Akira.

"Ha pasado mucho tiempo, Liogre," saludó Killer Shark con una calma desconcertante, lo que dejó a todos en un estado de shock, ya que solo recordaban su naturaleza cruel y despiadada.

"¿Qué haces aquí?" preguntó Liogre, su voz temblando de furia y confusión.

"Creo que la respuesta es bastante clara," respondió Killer Shark, su tono sorprendentemente sereno. "He venido a ayudarlos."

Akira, de pie al lado de Killer Shark, observaba a sus amigos. "¿Aki?" preguntó Ryo, confundido y tratando de comprender la situación. "¿Qué... qué está pasando?" Intentó preguntar más, pero Akira levantó una mano para calmarlo.

"Sé que esto es inesperado, pero confíen en mí, todo se explicará en su debido momento," aseguró Akira, mientras la tensión entre Killer Shark y Liogre llenaba el aire, creando una atmósfera cargada de expectación.

Continuará...

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