12

La brisa del bosque era fría, pero Jimin apenas la sentía mientras caminaba entre los árboles, su corazón acelerado y su mente llena de pensamientos oscuros. Había esperado días enteros, sentado en la cabaña, mirando la puerta con la esperanza de que Yoongi regresara. Pero no lo hizo.

El miedo se convirtió en necesidad. Necesitaba saber qué había pasado, si Yoongi estaba vivo o... si todo había terminado.

Por eso había decidido enfrentar su terror y aventurarse al pueblo, ocultándose entre las sombras, con el rostro cubierto por su máscara y el miedo ardiendo en su pecho como un fuego incontrolable.

Cuando llegó, lo primero que escuchó fue el murmullo de las personas reunidas cerca de la plaza. Palabras como "boda", "La familia Min", y "hija del carpintero" se mezclaban en sus oídos. Se detuvo de golpe, escondido detrás de un muro, mientras intentaba procesar lo que había oído.

Una boda. —pensó intentando averiguar que significaba, lo había escuchado pero no lo recordaba. —La familia Min.

Esa era la de YoonGi, no escucho muerte.

Eso significa que Yoongi estaba sano y decidió no regresar con él.

El peso de esas palabras cayó sobre él como una roca. ¿Significaba eso que nunca lo había querido? ¿Que tal vez Yoongi creyó que él era una bestia y por eso no regresó? La idea lo destrozó por dentro, aunque trató de no mostrarlo, incluso estando solo.

Jimin retrocedió un paso, su cuerpo temblando. Tal vez nunca fue más que una bestia para él. Pero antes de que pudiera decidir qué hacer, escuchó más voces, risas y el sonido de campanas en la distancia. Todo lo que quería en ese momento era correr de regreso al bosque, lejos del dolor y las miradas, pero algo lo mantenía clavado ahí. Una parte de él todavía quería verlo, pero sus pies lo llevaron de regreso a su cabaña.

Mientras tanto, en la casa del carpintero, Yoongi se sentaba en el borde de la cama, mirando las ropas nuevas que su padre le había dejado. Un traje simple, con los bordes un poco gastados, pero suficiente para un evento como este. Era irónico cómo todos parecían más emocionados que él por una boda que ni siquiera deseaba.

Cuando se vistió, sintió un vacío en el pecho. El dolor físico de su herida palidecía en comparación con la carga emocional que llevaba. Pensó en Jimin, en la calidez de sus brazos y la tranquilidad que siempre encontraba en su compañía. ¿Qué estará pensando ahora? ¿Habrá creído que lo abandoné?

No podía soportarlo más. Su corazón latía con fuerza, y aunque sus piernas temblaban bajo el peso de su propio cuerpo, se levantó decidido. No podía quedarse ahí, no podía casarse.

No con ella.

Con pasos vacilantes pero decididos, escapó de la casa, ignorando las voces de protesta que lo llamaban desde atrás. Su cuerpo dolía con cada movimiento, pero no le importaba. La cabaña. Tenía que llegar a la cabaña.

La caminata fue larga y dolorosa, cada paso le recordaba su herida, pero nada podía detenerlo. Cuando finalmente llegó, el sol comenzaba a ocultarse detrás de los árboles, llenando el bosque de tonos dorados y naranjas. Se detuvo frente a la puerta de la cabaña, respirando con dificultad, antes de golpear suavemente.

—Soy yo... —murmuró con voz ronca.

Dentro, Jimin se tensó al escucharlo, su corazón latiendo con fuerza mientras reconocía esa voz. Se levantó lentamente, todavía incrédulo, mientras sus pasos lo llevaban hacia la puerta. Cuando la abrió, encontró a Yoongi de pie, con las ropas manchadas de tierra, el rostro pálido y los ojos fijos en él con una intensidad que lo dejó sin palabras.

—¿Por qué...? —susurró Jimin, incapaz de evitar que su voz temblara—. ¿No me odias?

Yoongi negó con la cabeza, dando un paso hacia él.

—No puedo. —dijo, con una pequeña sonrisa que apenas ocultaba el dolor en su expresión—. Porque estoy enamorado de ti.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top