CAPITULO 6

—Me llamo Alfred Booker ¿Y tú? —me dice.

—Rosalee Bell—le contesto de una manera muy grata.

Conforme el salón empieza a llegar más estudiantes y luego aparece el profesor, me dispongo a presentarme y le coloco la cartilla en su escritorio.  Al cabo de unos minutos los cuales el profesor se tomo para escribir en el tablero el tema, nos explica y se presenta muy rápidamente; luego pasa por cada dos estudiantes dejando un libro para leer, creo que esta clase se prolongara mucho más de lo que yo esperaba.

El tema fue muy fácil de entender y creo que lo leí rápido, porque el sudor de Alfred me estaba volviendo loca, tome unos cuantos apuntes para tenerlos presentes por si alguna tarea o examen más adelante, aunque ya sabía todo sobre los elementos químicos en especial los no metálicos.

El timbre suena y por fin nos avisaba un receso  al  refrigerio, eso fue una prueba muy difícil para mí nunca había sentido el olor de un chico en especial ese olor, ¡será que todos huelen así! me dije a mi misma.

—Es todo por hoy, por favor me devuelven los libros—dice el profesor Asthon.

—Te importa si lo llevo—me dice Alfred.

— ¡No lo hay! gracias por llevarlo—le contesto— la verdad quería verlo lejos de mi.

Me dispuse a levantarme lo más rápido posible, para recoger mi cartilla en el escritorio cuando pensaba que me sentía sola,  siento cuando me  colocaron una mano en mi hombro.

—Rosalee, ¿Si?—me dice una voz masculina.

Al voltear me me di cuenta que era otra vez Alfred, creo que lo de perro faldero se lo está tomando en serio o será que quiere algo más.

—Sí, ese es mi nombre ¿Por qué?—le digo.

— ¿Necesitas que te ayude a buscar la siguiente clase?—me pregunta.

—No tranquilo mi siguiente clase es ARTE, pero antes voy a los casilleros y creo que con ayuda del formato no me perderé.

— ¡Te toca Arte de verdad! ¡Es en serio! , cuidado es el terror de todas las áreas aquí en la escuela.

— Pero tranquila saldrás viva de la primera clase.

—Sabes Rosalee yo también me dirijo a  los casilleros, necesito sacar unos libros para mi siguiente clase.

—Ok, muchas gracias Alfred.

Mientras caminábamos me hablaba de todo, hasta que tenía unos pececillos que se llamaban CRYSPI y TOCHY que nombres, en fin hablaba por los codos y fue lo único que se me quedo en la mente.  A medida que íbamos avanzando sentía que nos miraban, creo que me estaba volviendo paranoica por lo que estuve a punto de seguir derecho para la cafetería, pero ya casi llegábamos a los dichosos casilleros.

— ¿De dónde te han transferido?—pregunto.

—Vengo de Portland Oregon.

—Yo llegue hace ya un año y no estoy en ningún grupo ni comité de bienvenida ni nada de eso.

—Pero si conozco los alrededores,  así que si quieres cuando gustes te doy un paseo.

—Ok, gracias de verdad Alfred.

—Y que tal te ha parecido  hasta ahora la escuela ?—pregunto.

— ¡Muy bien!, creo que es un poco diferente a mi antigua escuela.

— ¿Y eso por qué?—me dice colocándose  una gorra.

—Es una escuela para niñas, es un poco más estricta que está—le contesto.

—Oh, ya me imagino pero no pareces una alumna nueva y mucho menos tímida—me dice sonriendo.

—Todos a sus salones, muévanse despejen el pasillo—avisa un parlante que estaba en una esquina de las paredes.

Al llegar a los casilleros, comencé a buscar el mío para mi suerte estaba justo al final de la fija creo que este día seria uno de tantos de esos que no quiero recordar, coloque mi morral en el suelo para abrir el dichoso candado que me dio complique, por más que le hice tal cual como decía en el folleto nada que abría.

— ¿Por qué no intenta con cuatro ceros—dice Alfred y a la vez se recuesta en  la pared.

—Tienes que marcarlos para desbloquearlo y así puedas abrir el candado.

—O si no,  te quedaras todo el día hay intentando una y otra vez.

—Luego que lo abras tendrás que colocar  la nueva clave, porque ya todos aquí la saben y que tal de roben algo de tu casillero.

— ¡Sí, de verdad así es aquí!—le conteste.

—Te lo juro que si sabía, lo que estaba haciendo Alfred.

—No tranquila, no pasa nada lo importante es que conseguiste abrir el candado en tu primer día.

—Gracias, por lo de la clave en mi candado.  

—Quiero decir por el consejo que me has dado—le digo mientras él se dirige a su siguiente clase.

—Ok Rosalee, suerte con el terror hecho mujer en tu clase nos vemos adiós.

Luego de despedirme de Alfred saque de mi morral solo la agenda y el folleto, para no perderme buscando las últimas dos clases del día de hoy, por lo que guarde el morral y coloque mi nueva clave en el candado que sería una fecha muy especial para mí, el cumpleaños de papá y así no se me olvidaría jamás.

Luego de comprar un jugo de limón y un sándwich de pollo en la cafetería, preferí comer lo más rápido posible para poder llegar a tiempo, en la próxima clase que sería la antepenúltima del día, por un momento pensé que me encontraría con Madison pero no la vi en ninguna parte, ella sí que si, se sabe esconder en esos momentos que más la necesito.

Deje la cafetería y fui a buscar con el folleto el siguiente salón, parecía una pirata buscando una pista del tesoro, solo me faltaba el parche aunque tenía mis gafas, en esta escuela nadie se fijaba en eso uno que otro profesor me miraba como bicho raro como con cara de lastima, o pensarían que sería una típica nerds.

Al encontrar el salón de Artes, gracias para mí que estaba en el primer piso no tendría que subir escaleras, al acercarme habían un grupo de estudiantes haciendo fila enfrente de una puerta que se encontraba cerrada, no entendía nada aunque me dieron ganas de preguntar  pero espere unos segundo para ver que sucedía, al instante el timbre sonó y la puerta se abrió no pude ver quien la abrió ya que me toco el ultimo de la fila.

—¡Bienvenidos!.

—Sigan por favor, y cojan un puesto para sentarse—dice una voz femenina muy de mandato militar.

Me puse nerviosa cuando pase al lado justo al lado de esa mujer,  sentía sus ojos encima mío por lo que elegí el ultimo asiento en la fila que estaba junto a la puerta y evitar el contacto visual con ella.

—Soy la profesora Nathasa Lefuac, les daré la clase de Artes durante todo el periodo escolar.

La verdad Alfred si tenía razón, aunque no me dijo como era ella; toda alta, voluptuosa y horriblemente intimidante,  no lo puedo negar que tiene el cabello mucho mejor que el mío, es abundante de color negro azabache peinado en ondas como al estilo de los cuarenta, su rostro un blanco porcelana sin ninguna arruga, con unos pómulos marcados; sus ojos negro como la noche y unos labios todos provocativos con ese labial rojo que tenia.

Con un aspecto impecable que demostraba con su vestido todo negro y un cinturón a la cintura de color rojo, de verdad bueno para mí no parecía una profesora de Artes, parecía la directora de una funeraria y lo peor que caminaba muy  suave de un lado a otro, cogiendose un anillo que tenia en la mano derecha de tanto verle como tan persuasiva le coloque  le apode la "Hiena".

Tras la primera clase la profesora hablo un poco sobre el Arte de la Cinematografía  y a la vez nos coloco en el proyector unas películas sobre el "Cine Experimental", mis ojos nunca habían visto tanto en un día para no dormirme me mantuve ocupada escribiendo.  Cuando escuche un chiflido o algo parecido, por lo que trate de mirar a mi alrededor y observe que un estudiante que estaba sentado justo en la fila del medio, esgrimía una sonrisita de suficiencia y se echó a reír; lo que distrajo a la profesora Lefuac, quien se volvió hacia a mí.

Sé que ella dijo algo, pero mi oído no llego a captar sus palabras, las repitió mirándome directamente con esos ojos negros y una mirada fría.  Toda la clase guarda silencio, en un instante sentía que no podía respirar no había ninguna ventana abierta para mi suerte, así que me tuve que aguantar y agache la cabeza y le mire los pies que de por cierto sus tacones eran puntiagudos y de color rojo mientras los miraba con sus caminar de un lado a otro le oí decir:

—Señorita Bell, responda a mi pregunta por favor.

—¿Cuál es la definición de proyección?.

La verdad no me acordaba en ese momento de la definición, pero de algo si estoy segura que si sabia cual era esa definición de proyección, que me tenía en jaque mate, me levante de mi silla donde estaba bien y cómoda pero al abrir la boca no me salía ni una palabra, solo quería salir de ese lugar corriendo por el calor que sentía en mi cuerpo, últimamente me estaba dando mucho calor no era la primera vez desde que llegue a esta escuela.

Una chica sentada a mi lado intentó ayudarme y me susurró: "La definición de proyección es..."

La profesora Lefuac levanto la mano.

—¡Por favor le estoy preguntando a la señorita Bell!.

Sacudí la cabeza avergonzada, la profesora Lefuac soltó una sarcástica risotada.

—¿Que hacías en la escuela de pequeña?—me pregunto.

¿Tendría sentido para la profesora Lefuac lo que lo que pudiera explicarle sobre mi infancia? No sabía que le decía primero, si cuando entre de muy pequeña antes de mi edad a un curso donde todos era más grandes que yo, y al pasar el tiempo conocí a Alice quien fue la que me enseño con su valentía que no debemos de sentirnos menos que los demás. O le contaría sobre la desaparición tan repentina de mi padre que para mí es un misterio.

Deseaba con todas mis fuerzas salir de ahí, por lo que solo dije unas cuantas palabras sobre la definición de proyección, la clase me observaba en silencio cuando la profesora Lefuac caminó hacia a mí.  Pude oír y sentir su  respiración  detrás de mi cabeza.

—¡Esto no es una escuela para estudiantes privilegiados!—dijo con ira controlada.

Por lo que no aguante tanta presión de ella y cogí mi agenda de la silla y salí corriendo del salón a lo mejor la profesora Lefuac tenía razón, no debía estar en esa escuela ni mucho menos en la clase ya que estaban perdiendo el tiempo por mi culpa, y no le faltaba razón para que ella estuviera enfadada conmigo.

Cuando llegue al pasillo no pude evitar que las lágrimas  salieran de mis ojos y se notaran al rodar por mis mejillas por lo que  me puse a llorar  a medida que lloraba cada vez tenía más ganas de llorar, no sé en qué momento me senté en el piso sin importar quién me mirara.  Por el momento detesto esta escuela y eso que ni llevo ni un mes aqui,  por que tuve que elegir esa clase por que no la deje de ultimo periodo.

Mientras me seco las mejillas húmedas me doy cuenta que una chica salió poco después que se acabara la clase la misma que intentó ayudarme con la respuesta a la pregunta de Lefuac, era menuda y tenía la piel morena parecía bronceada y una melena castaña hasta los hombros.

—¡No es justo!.

—La escuela debería avergonzarse por la forma en que te trato la profesora Lefuac!—dijo arrodillándose a mi lado justo en el suelo.

—Si quieres te acompaño ya mismo a la oficina del director.

—Es una verdadera bruja.

—¡Me coloca de mal genio siempre!—dice sacudiendo la cabeza.

—¿Por que te refiere a ella asi?—le pregunte mientras me secaba las lagrimas.

—Ella es el terror para los nuevos estudiantes.

—Pero no te preocupes ,  desde ahora ya lo sabes como es que ella trata en su clase—me dice.

—Oh, no .... ¿La verdad no sabía que ella era así?—le contesto.

—Disculpa no me presente me llamo Molly ¿ y tu?.

—Muchas gracias, por tu ayuda Molly .

—Yo, Rosalee— le dije limpiando me las lágrimas de mi rostro. 

—Encantada de conocerte, sabes la verdad creo que esta clase será mi pesadilla—le dije.

Molly se levantó (estaba de rodillas a mi lado) y la oí decir que iba para el baño, la verdad yo necesitaba limpiarme la cara, aunque no tenía maquillaje para mi suerte que se me derritiera de tanto llorar, necesitaba agua ya que mi rostro y mis ojos me ardían.

—¿Ya estas más calma?.

—Si quieres vamos las dos al baño—me dijo dándome la mano para que yo me levantara.

Moví solo un poco mi cabeza en señal de un si y acepte su ayuda, intente pensar en todo lo que había pasado mientras nos dirigimos al baño.

—Entra Rosalee, llegamos a  un lugar donde todos los secretos quedan guardados.

—Este es un sitio donde puedes llorar, grita y hacer lo que tú quieras —dice colocando una cara de picardía.

Mientras se dirige a uno de los inodoros y cierra la puerta, trato de colocar en el mesón mi agenda junto con mis lentes de color violeta en una parte que no se me mojen , para poderme mirar en espejo al ver que tenía la cara muy roja decidí abrí la llave del agua fría del lavamanos y me lave la cara mientras lloraba con rabia e incomprensión.

—No sigas llorando, ya verás que la siguiente clase será distinta.

—Eso si nadie nunca había salido del salón eso si te digo solo tú fuiste la única que no espero que ella la sacara—me dice saliendo mientras se cierra la cremallera de su pantalón.

—¡Qué guapa eres!—exclama mientras me contempla en el espejo.

—Nunca había visto en mi vida unos ojos tan azules,  casi celeste y ese color de cabello son tan impactantes es en serio Rosalee eres linda.

—Por qué no te quitas esos lentes, y así creo que nadie se mete contigo— me dice cogiendo mis lentes y los pasea de una mano a la otra.

—Gracias Molly—le digo quitándoselos sus manos y me los coloco,  colocándome  un poco colorada pero ya estoy mejor que antes.

—¡Eso es pura mentira!.

—La mona aunque se vista de seda sigue siendo mona,  con gafas o incluso teniendo unos ojos lindos—dice una chica como las que aparecen en las revistas, toda perfilada y de tocador entrando al baño.

—Porque no te callas metiche—le dice Molly mirándola a los ojos como con rabia y ganas de pegarle.

Me coloque nerviosa la verdad estábamos tan bien antes de que ella entrara,  pero todo sucedió tan rápido  y solo pensaba en que lo mejor era sacar a Molly del baño, antes que se volviera de un lugar secreto, a un RING  de pelea y eso no sería nada bueno para ninguna de las dos.

—Tranquila vamos Molly ,  ya es hora de irnos—le digo cogiéndola del brazo.

—¡Ni te creas que esta vez me gana!  flacucha con cabellera de trapero tinturado.

—Siempre haces lo mismo, pero te llevo entre ojos y me las pagaras imbécil.

—¡Ni miedo me das! 

—Tonta la defensora de todos, aquí te esperare en tu rincón secreto Molinilla—le dice mirándose al espejo y pintándose los labios con su brillo.

Ya estando fuera del baño y viendo que Molly estaba toda sofocada por la discusión  halla  dentro,  trate de controlarme y saber que le preguntaría ya que no le conozco bien.

—¿Que fue todo eso allá dentro Molly?

—Tranquila Rosalee, es algo pasajero luego te explico.

—Ahora vayámonos para nuestras clases.

—Me imagino que te toca deporte ¡Cierto!, o estoy en un error.

—¿Ya sabes dónde queda el gimnasio?—me dice como para cambiar el tema y confundirme.

—Por favor Molly  no soy tan tonta como para no darme cuenta,  que esa cara de maniquí que es como la veo, se metió contigo y tú le seguiste el agua. 

—Antes de dirigirnos ambas a nuestras clases me dice que sucede con ella.

—Rosalle,  la verdad no tengo tiempo ahora en otro momento te lo diré si.

—Solo prometeme que si te la vuelves a encontrar no le dirijas la palabra, ella no se quedara así como esta, intentara buscarte hasta que te haga coger rabia; que es lo que ella siempre busca para hacerse la víctima.

—Creo que ya sonó el timbre  y tenemos que irnos a cambiar te parece.

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¡Hola a todos mis queridos seguidores y lectores!

Listo el capitulo 6 de # BeRebornBloodLineage, después de escribir el capítulo 5  quise aprovechar y  escribir a la vez el   siguiente, ya que tenía muchos días que no publicaba capítulos, por lo que se espero les guste y comenten todo lo que le sucede a Rosalee en su nueva escuela.    

Saludos llenos y besos de chocolate para todos.

María C.

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