Sasuhina
Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.
"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena
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Uchiha Sasuke | Hyūga Hinata
AU
Fluff|Comfort|Romance
G+
Palabras: 2000.
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— Parece que esa chica te ha cambiado, Sasuke-kun — su compañera de trabajo, la misma que había insistido en salir con él tantas veces, le repetía la frase que más había escuchado los últimos días.
Y es que desde Naruto hasta su propia madre, todos repetían una y otra vez que Hinata lo estaba cambiando, que lo había sensibilizado, vuelto un poco menos indiferente, menos gruñón, menos amargado y mucho más humano. Pero para él, sólo eran puras mierdas.
— No sé a qué te refieres, Sakura —
— Por favor — rodó los ojos con una tenue sonrisa, parecía melancólica — Hasta un tonto se daría cuente, no eres el mismo desde que estás con ella. Pareces menos frustrado con tu horrible vida — bromeó, sintiéndose con la confianza de hacerlo — Te ves más relajado... más feliz —
— Y más accesible también — la hermosa rubia de ojos claros se unió al asedio — Normalmente, nos habrías mandado a la mierda en vez de escuchar lo que tenemos para decir —
— ¿Es que no tienen trabajo que hacer? —
— Sólo estamos curiosas, ¿qué tan buena es esa chiquilla como para causar tal efecto? —
"Chiquilla" reflexionó en silencio mientras las veía cuchichear entre ellas. Menudas chismosas eran las dos, ya que poco a poco más de sus compañeros se acercaban a dar su humilde pero innecesaria opinión.
— ¿Y si nos la presentas un día? ¿Qué dices Teme? — el rubio parecía bastante animado, pero él no tenía planes de seguir sus estúpidos juegos.
— Deberían meterse en sus propios asuntos — dijo mosqueado, para dar vuelta y seguir con lo suyo, haciéndolos reír.
— Ese sí suena al Sasuke que conozco —
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— Vaya, si pudiste venir —
— Madre no perdonaría mi falta —
— Touché — le dejó pasar al fin, encontrando a su madre atareada en la cocina como siempre.
Había salido antes del trabajo para poder ver a su madre antes de su cita de esa noche, pues cada San Valentín se reunían sin falta, ya sea en la noche o en el día, todo por órdenes de Mikoto quien atesoraba la fecha tan especial. Según decían, su padre se había declarado ese día, mismo en el que años después le había propuesto matrimonio. A la mujer le gustaba celebrar la unión con, a sus palabras, un hombre tan maravilloso; y no había mejor manera de hacerlo que con los frutos de dicho amor que ambos profesaban.
— Si llegaste — le regaló una sonrisa después de dejar un beso en su mejilla, haciendo que frunciera el ceño, interrogante.
— ¿También creíste que no iba a venir? —
— Bueno... como siempre estás ocupado — antes que él pudiera agregar algo más, se fijó en el bonito arreglo que tenía en sus manos — ¿Y esas flores? ¿Son para esa niña? —
— ¿Sasuke regalando flores y bombones? — la voz irónica de su padre llegó a sus oídos, acompañada de la risa indiscreta de su hermano.
"Vaya manía" clamó por paciencia en su interior, no lo dejaban tranquilo.
— Hinata, mamá. Su nombre es Hinata — le corrigió ignorando a aquel par de tontos — Y contestando a tu pregunta, no. Estás son para ti, a ella la veré más tarde —
— Awww, gracias tesoro — le arrebató la caja y el ramo de las manos, no sin antes pellizcar su mejilla cual si fuera niño de cinco años.
La vio ponerlo como centro de mesa, adornando el espacio que compartirían en breve, parecía feliz con el detalle. Se encaminó hasta su padre, a quien saludo menos efusivamente, y se sentó a su diestra, mientras su hermano le lanzaba miradas a las que prefería no prestarle atención. Desbloqueó su teléfono al recibir un mensaje, en cual leyó sin poder evitar que sus labios se curvaran ligeramente en una sonrisa.
"Espero que no lo hayas olvidado" casi pudo imaginar el puchero en su rostro al escribir el mensaje, lo que hizo que su sonrisa se ensanchara un poco más.
"Sabes que no" había decidido responder "Estaré ahí"
— Es curioso, ¿no? — Fugaku rompió el silencio minutos más tarde.
— ¿Qué cosa? — preguntó un tanto distraído, fijando su vista en él.
— Lo mucho que esa niña te ha embobado —
"No puede ser" rodó los ojos hastiado, preparándose para las burlas que continuarían a lo largo de la noche.
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— ¿Te hice esperar mucho? — preguntó después de abrir la puerta del copiloto para darle acceso.
— No, recién llego — comentó mientras abrochaba el cinturón de seguridad — Neji-niisan acaba de dejarme —
Besó sus labios y puso su auto en marcha hasta el muelle, había pasado por su casa para asearse y vestirse antes de su encuentro, pero ahora se arrepentía de haber escogido aquella estúpida camisa. Cada tanto volteaba a ver su perfil, mientras esta no paraba de hablar y hablar sobre lo que había hecho en la semana, las aventuras con su hermana, el ascenso de su padre y la plaza conseguida en la universidad para comenzar una segunda carrera antes de terminar la primera.
— Hanabi, esa niña — se quejó, cruzando sus brazos bajo su turgente pecho — Me llamó mojigata aburrida y sólo por mi forma de vestir — despotricó contra la castaña un poco más, era divertido verla rabiar — Y tú... ¿crees que me veo mal? —
— Mmm... — hizo como si lo pensara, sólo para que el sonrojo y la pena en sus mejillas se acentuara — No lo sé... —
— ¡S-Sasuke-kun! — una risa brotó de su garganta, haciendo que la vergüenza en ella aumentara.
— Bromeo — tomó una de sus manos y la acarició con ternura — Te ves bonita — la sonrisa fue instantánea, rebosando su corazón de un sentimiento cálido.
Hinata era bastante peculiar, había sido así desde el primer momento en que se habían conocido, siendo el estudiante de término en una reconocida universidad. Ella y sus compañeros de instituto gozaban de un tour por las instalaciones, conociendo cada plan de carrera ofrecido por la alta casa de estudios, hasta que se chocó con él en la biblioteca. Tenía problemas para alcanzar los libros, se había acercado, la había ayudado y charlaron un buen rato hasta que ella tuvo que partir.
La peliazul era bonita, tranquila y bastante sencilla, así que no fue difícil para él encontrarla de su gusto, y meses después, cuando terminado el colegio se había unido a la misma universidad de la que él se graduaría poco después, volvieron a reencontrarse. Aunque no duró mucho ya que poco después el salió titulado al mundo laboral, no sin antes pedir por su número para mantenerse en contacto. Así, una cosa había llevado a la otra y ahí estaban, amándose como el primer día a pesar de la clara diferencia de ocho años. Misma que utilizaban todos sus allegados para burlarse de él, alegando que la ojiperla era sólo una chiquilla.
"Si claro, una chiquilla de veintidós años y un cuerpo bastante torneado para variar" pensó aparcando fuera del establecimiento, que parecía reventar con tanta gente dentro.
— Nunca he estado aquí antes — disfrutaba verla parlotear sin parar, su emoción era casi palpable — A padre no le gusta y Neji-niisan dice que es aburrido. Así que gracias por acompañarme —
— Hmph, no es nada —
Pasearon por la feria agarrados de la mano, yendo de puesto en puesto y disfrutando de todo lo exhibido; y si bien no era su lugar favorito, ya que no gustaba de sitios concurridos, al ver el regocijo de su acompañante simplemente se dejó llevar. Compraron chucherías y golosinas, más a pedido de la menor que por pura elección. Disfrutaron de la charla amena, de las ocurrencias de la Hyūga y de las presentaciones de varios artistas, hasta que Hinata se antojó de un premio de uno de los puestos de juego.
— Es muy lindo, ¿puedo tenerlo? — sus ojos brillaban, y sus mejillas cubiertas de azúcar y canela parecían doler de lo amplio de su sonrisa.
— ¿Cuánto cuesta? — preguntó al dependiente, listo para sacar su cartera y pagar por el sombrero en forma de conejo que le había gustado a su novia.
— No está en vente — con chulería, el regordete señor se acercó a los dos — Si lo quiere, tendrá que ganarlo — aquello lo hizo suspirar pesadamente.
— Y bien, ¿qué hay que hacer? —
Pronto supo por la sonrisa del viejo que no sería nada bueno, y al ver la pista de baile con botones de colores para seguir el ritmo, supo que había tenido razón en desconfiar.
— Si no quieres, no debes hacerlo — la peliazul se había acercado tímidamente, lo conocía y sabía que él no era dado a aquellas ridiculeces. Pero él había visto la ilusión que le hacía tenerlo, así que lo conseguiría para ella.
— Deberás compensarme después — revolvió su pelo antes de quitarse el chalequillo, el cual dejó en sus finas manos — Tenlo en cuenta —
Y con esto último subió a dejar su dignidad por los suelos, mientras algunos le daban ánimos desde el público que se había formado alrededor y Hinata contenía la risa al ver los ridículos movimientos que se obligaba a hacer. Y si bien estuvo varias veces a punto de caer, al final lo había conseguido.
— ¿Si te gusta? —
— ¿Bromeas? ¡Me encanta! — dio algunos saltitos de emoción a su alrededor, para luego plantar un beso en su mejilla agradecida — Observa — se colocó la pelusa sobre la cabeza para después presionar los botones que hacían las orejas mover — Bonito, ¿verdad? —
Y mientras escuchaba su dulce risa se dio cuenta por fin, que los demás tenían razón, que había cambiado y que eso se lo debía a nadie más que a ella. Hinata había rebosado su corazón de un sentimiento cálido, de la ternura y la sencillez que la caracterizaban, haciéndolo caer al punto de no importarle hacer el ridículo siempre y cuando la pudiera hacer feliz. Pues su felicidad era la de él, así como también sus tristezas. Esa mujer, en definitiva, lo había hechizado.
— Hinata — sintió la necesidad de llamarla y ella prestó su atención de inmediato. Se tomó su tiempo, admirando por unos minutos el cómo la luna bañaba su rostro y su pelo era golpeado por la brisa del mar, entonces se animó a hablar — Te amo — desde el fondo de su corazón — Lo hago en verdad —
— Lo sé — se refugió en sus brazos llenos de seguridad — Yo también te amo —
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Se me ha dificultado subir lo que me falta de esto. Lo quería hacer todo de sopetón antes de que terminara el 14, pero la facu me ha agarrado con exposiciones, trabajos y tareas toda la semana. Así que me demoraré más tiempo en soltar las demás historias.
Mientras tanto les dejo esta, espero que les guste.
Nos vemos en la próxima (✿◠‿◠)
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