12. En la oscuridad y lejos del dolor


And deep down I know this never works
But you can lay with me so it doesn't hurt

Oh, won't you stay with me? Cause you're all I need
This ain't love it's clear to see. But darling, stay with me....



Viernes en la mañana y Magnus estaba sentado en su habitación, abatido y aburrido, tratando de dormir y soñando con Alec. Optó por saltarse hoy la escuela, dado que la única razón por la que iba era por Alec. Y no vería a su pequeño y sexy niño rico hasta mañana. Así que le subió el volumen a la música de sus audífonos y se bloqueó del resto del mundo.

Viernes en la mañana y Alec estaba aburrido a más no poder, mirando la ventana y soñando con Magnus. Le dolía el saber que no vería a Magnus esa noche, y esperaba poder enmendarlo mañana. Quizá podría pasar todo el día con él, y no solo algunas horas. El mundo estaba fuera para descubrirlo, y siendo sinceros, su miembro le necesitaba. El más mínimo toque a su marca le ponía irracionalmente caliente y temió que el no ver a Magnus le pudiera matar.

*

El restaurante zumbaba con susurros de conversaciones y el golpear de los cubiertos y las sillas.

Alec se sentó entre Izzy y Jace, con Will enfrente de él. Sus padres se sentaron a su lado, hablando en voz baja de negocios y política. Todo aburrido.

Aunque Will seguía haciendo caras divertidas mientras se hablaba sobre la bolsa de valores y Wall Street. Alec bufó bajo mientras Izzy fingía apuñalarse repetidamente con su tenedor y Jace se sobaba un ojo, ofendido, por el guisante lanzado por Will.

Todos rieron en silencio mientras iniciaban una guerra disimulada. Izzy y Will contra Alec y Jace. Guisantes contra cubitos de zanahoria. Alec lanzó una zanahoria que quedó atorada en el cabello de Will, y un guisante, que aterrizó en la boca de Jace. Ellos rieron a carcajadas y sus padres les miraron mal.

– Niños, modales. Por favor, estamos en público, – les regañó Maryse, mientras Robert suspiraba. Aunque Edmund, el padre de Will, rió.

– Oh, Maryse, déjales que se diviertan. Al fin y al cabo, son niños, – dijo guiñándoles disimuladamente. Maryse negó.

– ¿Dejarles que se comporten como niños? – dijo Robert – ¿Es por eso que tu hijo casi tiene 20 y aun no se casa? –

Los chicos Lightwood jadearon con sorpresa y Will se congeló, agarrando su silla con miedo. Lo que a Alec le pareció raro, dado que era la misma mirada que se acostumbró a ver reflejada en su espejo todos los días.

Edmund volteó a ver a Robert con reproche.

– El por que mi hijo no se ha casado no es de tu incumbencia, Robert. Podría preguntar lo mismo de Alexander, ahora que es mayor de edad. ¿Dónde está su prometida? – preguntó con un poco de despecho. Aunque era un apoyo para los chicos, y eso se le agradecía.

Pero Alec ahora tenía un burbujeante ansiedad y miedo creciendo en él. Y de repente Will captó su mirada, viéndole con curiosidad. Alec mordió su labio y negó, dándole a entender a Will que no preguntara ahí.

La tensión entre Edmund y Robert comenzó a disipase por Maryse, quien le ordenó a todos un soufflé de chocolate y cambió de tema rápidamente al tema de las Industrias Lightwood.

– Niños, vamos a estar fuera la próxima semana, bueno, prácticamente desde mañana, por negocios. Hay un pequeño escándalo en El Circulo y necesitamos limpiarlo. El servicio en casa ya está avisado y estarán a salvo por la semana. Volveremos el sábado a la hora del almuerzo, como siempre. –

Alec, Izzy, y Jace asintieron, sabiendo que no debían preguntar mucho, y francamente, sin querer hacerlo. Porque iban a estar sin padres por una semana entera y de vacaciones.

Alec estaba radiante, volteando su rostro para esconder su sonrisa, al darse cuenta de todo el tiempo que podría pasar con Magnus.

*

– ¡Alec! ¡Hey! –

Una voz le llamó mientras se dirigía al tocador. Se giró y vio Will caminando hacia el. Se detuvo en el pasillo y mordió sus labios nervioso.

– ¿Qué está pasando Alec? – preguntó Will parándose a su lado, inclinando el rostro y suspirando.

– Te contaré lo mío si tu me cuentas lo tuyo. –

Will retrocedió en shock y parpadeó varias veces, claramente sorprendido por la audacia de Alec. Luego suspiró y pasó su mano desordenando su cabello.

– Okey. Te lo diré. Tengo la marca de amistad. Pero no puedo casarme con ella. Ella está enamorada de alguien más. –

– ¿Es Tessa cierto? – dijo Alec comprendiendo.

– Si, – Will sonrió. – Y si todos lo supieran, querrían que nos casemos. Y ella está enamorada de Jem y el de ella. Y aunque no sean almas gemelas de marca, no puedo quitarles eso. –

Alec asintió, inclinándose hacía Will y hablándole en voz baja.

– ¿Y qué vas a hacer? No te vas a casar con Tessa. No tendrás otra marca. Así que ¿te pondrán en subasta como a mi? –

Alec se tapó la boca tan pronto como lo dijo. Will le veía con ojos abiertos. El mismo se había lanzado contra el autobús.

– Okey. Tienes que jurar que no dirás nada. Solo lo sabe Izzy. Tengo una marca. Una marca de deseo. –

Will abrió más los ojos y sonrió. Alec podía sentir el comentario sarcástico-bromista saliendo de él y negó.

– Esa no es la peor parte. Mi alma gemela es un chico. Su nombre es Magnus. –

La boca de Will cayó cómicamente.

– Y se pone peor. Él no es exactamente de nuestro circulo. Es técnicamente un plebeyo. –

Will se dejó caer contra la pared y jadeó, parpadeando varias veces antes de sonreír desconcertado.

– Jesús. Y yo que pensaba que mis problemas eran grandes. –

– No es un problema para mi, – dijo Alec mordiéndose el labio. – Me gusta Magnus. Realmente me gusta Magnus, – sonrojándose, sin sorpresa.

– Eso es bueno, supongo, – Will sonrió. – Pero solo dios sabrá como va a resultar eso. Quiero decir, es deseo, así que siempre te puedes casar con alguien más y mantenerlo en secreto... – contestó Will bajando la voz.

Aunque Alec ya no escuchaba. Incluso Will el más alocado y de mente abierta de todos ellos, pensaba que Magnus solo era un broma, una aventura, solo deseo. Incluso Will creía que Alec aun quería casarse con una chica y establecerse. Pero Alec no quería eso. Quería a Magnus. Era más que solo deseo. Magnus le mostró el mundo.

Con Magnus, era libre.

*

Era media noche y Magnus intentaba dormir, aunque el sueño continuaba evadiendo. Así que solo estaba ahí, recostado sobre sus sabanas amarillo canario, pensando en su niño rico y escuchando Summertime de My Chemical Romance. La letra le hacía pensar en Alec y su graciosa relación.

And if you stay

I will lead away your mind
Or until my heart explodes out

How long?
Until we find our way

In the dark and out of heart
You can run away with me
Anytime you want

Sonrió y tomó varias respiraciones, inhalando la esencia de su playera, la que Alec había usado la noche pasada. Magnus no la había lavado. Le hacía sentir cerca de Alec.

Lo único mejor que la canción, la playera y sus soñadores pensamientos de su chico, sería que su chico estuviera ahí, en sus brazos.

*

Alec corría por las calles bajo la noche. Izzy le había ayudado a escapar. Era alocado y peligroso y riesgoso y estaba mal, pero tenía que ver a Magnus. Era emocionante romper las reglas. Le encantaba. Amaba ese lado suyo, amaba quien era cuando estaba con Magnus.

Jadeó un poco mientras subía al departamento y tocaba el timbre que decía "BANE". Sabía que era tarde, pero una parte suya esperaba que Magnus no estuviera durmiendo.

El intercomunicador crepitó antes de que una voz cansada hablara.

– ¿Qué? – preguntó abruptamente, aburrido. Alec se preguntó si así era como Magnus sonaba cuando se levantaba en la mañana. Sonrió inconscientemente.

– Hey, soy yo, – fue todo lo que dijo.

Escuchó un jadeo y la puerta se abrió. Sonrió y cerró la puerta, subiendo las escaleras. Estaba cansado cuando llegó al final, pero la sonrisa de Magnus mientras se inclinaba en la puerta, con el cabello desordenado y adorablemente arrugado, hizo que valiera el esfuerzo.

– No puedo quedarme mucho tiempo. Pero tengo que hacerte saber algo. –

– ¿Hacerme saber qué? – Magnus sonrió, pero tenía una mirada confusa.

Alec mordió su labio y dio un paso más cerca. – Que mis padres se van mañana por toda una semana de mis vacaciones. –

Las cejas de Magnus se alzaron y sonrió, lamiendo sus labios.

– Bueno ese un agradable cambio de planes. Aunque nos íbamos a ver el en parque mañana, podías habérmelo dicho ahí, no tenías que venir corriendo hasta acá en medio de la noche. –

– Lo siento si esto es raro, – Alec sonrió avergonzado. – Solo quería decírtelo ahora y no tengo un teléfono. –

Hubo un momento de silencio en el cual Magnus en su mente dijo un largo "Awww" por la ternura de Alec, antes de reír un poco y jalar al chico hacía él, enrollando sus brazos en su cuello.

– ¿Estás bromeando? Esto es lo más dulce que alguien ha hecho por mi. Eres maravilloso Alec. Y no puedo esperar para pasar toda una semana contigo... Asumiendo que eso es lo que quieres decir, ¿cierto? –

– Si, – Alec sonrió. – Quiero decir, pensé que podríamos ir a algún lado juntos, como nuestras propias vacaciones. Aunque, solo si tu quieres, quiero decir, no digo que tengamos que hacerlo. Solo pensé que quizá tu... no lo sé. ¿Sabes qué? No te preocupes, yo solo... si, yo... umm... Lo siento. –

Terminó encogiéndose de hombros, mientras Magnus reía. Magnus tomo su rostro en sus manos mientras hablaba, sonriendo enormemente.

– Eres tan lindo. Y sexy. ¿Cómo te las arreglas para ser ambas? Es un milagro. Y me encanta. Y si piensas por un segundo que no quiero pasar una semana entera contigo, entonces eres un estúpido. Porque me encantaría pasar la semana entera contigo, solos... Alexander. –

Dijo susurrando lo último en la oreja de Alec, haciendo que este sintiera sus rodillas temblar. Tomó las caderas de Magnus para estabilizarse y Magnus jadeó por las manos frías tocando su piel, y de repente de alguna forma, se estaban besando. Sucio y rápido, sin práctica y perfecto. Sus marcas quemaban, mientras se presionaban contra el otro solo separados por algunas capas de ropa.

Sus manos se movían rápidas y sus labios y lenguas jugaban su magia, sus cuerpos peleando una gloriosa batalla hasta que Alec se separó precipitadamente, con cabello alborotado, mejillas sonrojadas, ojos brillosos y sus labios mojados e hinchados, jadeando y gimiendo.

– Wow. Creo que debería irme antes de que las cosas se vuelvan demasiado...–

– Si, – dijo Magnus mordiendo su labio. – Creo que es lo mejor. –

Alec arrastró los pies – Aunque no quiero irme. –

– Yo tampoco quiero que lo hagas, – dijo Magnus con un suspiro. – Pero como dijiste, podemos ser un poco... impredecibles y creo que necesitas llegar a casa antes de que tus padres se den cuenta que te fuiste. No quiero que te asesinen antes de nuestra semana súper caliente juntos. –

Le guiño a Alec quien se sonrojó y besó a Magnus en la mejilla suavemente.

– ¿Nos vemos mañana a las doce en el parque? –

– Seguro, Lightwood, – dijo Magnus sonriendo.

Compartieron una última sonrisa antes de que Alec se fuera y Magnus entrara a su departamento. Aunque por ahora estuvieran separados, ambos compartían sonrisas idénticas de felicidad y posibilidades.

Y era una de las mejores noches que ambos habían tenido en mucho tiempo. Les dejó imaginando su semana juntos. La cual iba a ser maravillosa.



Bueno los que ya leyeron Big City saben por que me ausente... pero para los que no... ando en finales y me metí a trabajar y ps ando estresada

Pero esta semana termino finales y ya .... lo siento mucho 

Y espero que disfruten el capC:

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