💊Pitiful children👓
Jeremy pensaba que de existir un óscar al más estúpido del año ya tendría aproximadamente 16.
Ya eran casi las 7 de la mañana y seguía tirado en su cama con la misma ropa que había usado en la fiesta del sábado, mirando el techo como quien mira la nada para pensar en todos los errores cometidos y cómo lamentarse por ellos. Estaba hecho un desastre y lo sabía, pero no tenía la voluntad para siquiera levantarse a lavarse la cara y quitar el resto de lágrimas secas, o tal vez ducharse porque todavía se sentía incómodo y sucio como si lo hubiesen bañado en aceite y tierra. Estaba exagerando, probablemente, pero la sensación seguía ahí.
Su Squip no decía mucho, hoy estaba más compasivo de lo normal y lo dejó hacer de las suyas por un rato antes de que tuviese que prepararse para ir a la escuela. O sea que le dejó quedarse en cama hasta las siete turnándose entre mirar el techo y las fotos de su teléfono donde aparecía Michael. Para su mala suerte, cada vez que veía una de él solo no había nadie, y cuando miraba una donde estaban los dos solo él estaba ahí, haciéndole cuernos a alguien invisible o sonriendo en una esquina de la foto. Bien sabía que era un efecto del bloqueo del nervio óptico y nada más, sin embargo le servía de autoflagelación mental, pues él lo interpretaba como lo que era.
Se acabó... Solo soy yo ahora, él se fue.
Sollozó por lo bajo llevándose el antebrazo a los ojos. Después de lo de anoche no cabía forma de que recuperara a Michael ¡Ya ni siquiera como amigo! ¿Eso de conquistarlo? Olvídenlo, si antes fue difícil ahora era peor que "Misión imposible". Después de las barbaridades que le dijo en la fiesta él no querría verlo ni en pintura hasta el siguiente año, tal vez nunca ¿Así de fácil es como destruyó una amistad que sobrevivió por doce años?
Con Christine las cosas no parecían que irían mejor. No fue solo con Michael con quien estiró la lengua de más.
La noche era silenciosa y calmada, Christine se apoyaba cansinamente sobre la ventanilla del auto y él intentaba no desconcentrarse en manejar. No se le notaba que había bebido un poco de lo que Chloe le obligó a tragar, pero si se encontraban policías haciendo test de alcoholemia quería mostrarse tan calmado que ni pensarían en detenerlo. La calma era la clave ¿No?
–Sabes... Siempre me pregunté cómo te hiciste tan popular de la noche a la mañana. –Murmuró de la nada, Christine, logrando que a Jeremy casi le diera un mini infarto. Por una mierda ¿No podían dejar de abusar de su pobre corazón? –No te ofendas, es solo que... Te veías muy nervioso cuando nos conocimos y luego fuiste... Waw.
–S-Sí... Fue... Un cambio difícil, ya sabes. Pasar de eso a... Esto. –Balbuceó nervioso, forzándose para no devolverle la mirada a Christine, quien había decidido verlo a él con curiosidad por un rato, sin saber que aquello solo lo haría sentir más culpable por no hablar con la verdad ¿Pero qué esperaba ella? No podía decirle la verdad, lo tomaría de loco, y no, no le apetecía conocer un hospital mental muy pronto, al menos no como paciente si era posible.
–Es casi como si alguien te hubiese dado consejos. –Ella se rió, sin saber que había dado justo en el blanco.
Luego de eso volvieron a quedarse en silencio y Jeremy se sintió aún peor. Christine había sido tan sincera y abierta con él... Le había hablado de algo que nunca le contó a nadie y se guardó para ella misma por años, mientras tanto él... Bueno, evitaba a toda costa ser muy profundo. Una parte de él quería decirlo, la otra le aconsejaba que cerrara el pico porque a nadie le gusta escuchar delirios mentales sobre ansiedad, pensamientos negativos, comportamientos autodestructivos que no puedes controlar y una enorme dependencia emocional a otros. Sabía que eso era algo jodido, incluso para la gente ajena a ello. Le constaba lo pesado que era para otros oír esas cosas.
–Deberías decirle. –Su Squip habló, mostrándose en el asiento trasero del auto. Jeremy tan solo lo miró un segundo por el espejo retrovisor y gruñó intentando fingir que él no estaba ahí. –Existe posibilidad de que si le dices ella entenderá y no te juzgue.
"Tienes que estar bromeando, hombre." Pensó para sí mismo y para responderle. "¿Y si piensa que estoy loco?".
–No lo hará si hablas con honestidad, Jeremy.
Suspiró agotado, mirando rápidamente a Christine, quien se había perdido nuevamente en la vista nocturna con una sonrisa tranquila en su rostro, hasta que anunció incorporándose un poco. –Oh, es aquí. Esta es mi casa.
Jeremy detuvo el auto de forma automática, sin embargo se adelantó a que Christine abriera la puerta. Ya ni sabía que estaba haciendo, solo... Iba con la corriente, eso quería pensar. –Espera, uh... Christine, hay algo que quiero decirte.
–Si vas a pedirme que salgamos, tendré que decir que no. Tú sabes que no puedo hasta saber exactamente quién soy. –Explicó rápidamente. –Y además todavía está ese tema de Michael y...
–¿Qué? ¡No, no hablaba de eso! Por Dios, no.
Ella se mostró sorprendida, aunque aliviada, y se quedó callada y expectante con una mirada curiosa mientras Jeremy trataba de ordenar sus pensamientos para explicarle ¿Por dónde comenzaba? Todo era muy extraño y digno de una película de ciencia ficción ¿Le explicaba lo que era un Squip primero? No, eso la confundiría... ¿Debía hablarle de él como si fuera una persona real? No estaba seguro.
–Es verdad que hay alguien que me está ayudando, yo solo no hubiese podido volverme popular. –Christine asintió sin mostrarse muy impresionada, a decir verdad se lo esperaba. –Pero... No es un "alguien", sino más bien un "algo". E-Es... Es muy raro ¿Sabes? No quiero que pienses que estoy loco.
–Por supuesto que no, Jeremy. Cuéntame.
Él respiró hondo mirando por última vez a su Squip, quien le alzó el pulgar en señal de que siguiese hablado. –Existe... Una microcomputadora súper inteligente que es de Japón... Él me da instrucciones para volverme popular y saber cómo comportarme. De hecho me acaba de decir que debía decírtelo, después de todo tú fuiste muy honesta conmigo y... –La azabache alzó una ceja con los ojos muy abiertos, con una expresión que claramente denotaba que lo creía loco. Jeremy suspiró, sabía que esto iba a pasar. –Crees que estoy loco ¿No?
–¿Q-Qué...? ¡No...! B-Bueno... Espera. –Ella carraspeó la garganta, queriendo ponerse más seria. –Uhm... O sea, es como una aplicación o algo así ¿Lo es? ¿Está en tu celular?
–Uhm... No, está en mi cerebro y... Me habla directamente, ya sabes, como si nos comunicáramos telepáticamente. –La vio asentir no muy convencida, por no decir que parecía que no le faltaban las ganas para huir.
–Ok, entonces esta... Computadora... Es como tu consciencia.
–¡Sí! D-Digo... ¡No! N-No, realmente es algo, pero no soy yo.
–Bieeeeen... Eso... Está muy bien. –Murmuró. –A veces tenemos voces en la cabeza, y... Dicen cosas que creemos que nosotros no diríamos, y eso está bien.
–Christine, no trato de ser indirecto, yo en serio...
–Creo que esperaré a que estés sobrio y entonces podremos hablar de esto. E-Ehm... ¡Te veo en la escuela, adiós!
Él se quedó mudo, observando cómo Christine sonreía nerviosamente antes de salir del auto y alejarse a paso rápido hasta la puerta de su casa. Por reflejo miró a su Squip, que ahora se ubicaba en el asiento del copiloto. Ese se limitó a alzarse de hombros. –Sí, que se lo tomara de ese modo también era una posibilidad.
Todavía le dolía un poco la cabeza por haberla golpeado contra el volante del auto debido a la frustración, aunque ya se le estaba pasando. No podría creerlo todavía... Su única amiga y creía que cuando bebía alcohol deliraba.
¿Tendría que mandarle un mensaje para explicarse? No... Era mejor hablarlo de frente en la escuela y siendo claro, quizá podía hacerle creer que el alcohol le había revuelto la cabeza y por eso hablaba estupideces. Quizá serviría.
Inhaló aire, queriendo calmarse y despejar el espacio en sus pulmones. Desde que se había puesto a llorar sentía que le faltaba el aire, por lo que por su propio bien decidió dejar de ver las fotos de Michael y se adentró en Twitter. No usaba mucho esa red social a menos que fuese para seguir a creadores de videojuegos, a artistas geniales y a uno que otro GamePlayer, sin embargo desde que se había hecho popular seguía a más gente de la que podía recordar.
¿Cuándo su escritorio se llenó de fotos y frases de desconocidos? Suspiró fastidiado buscando algo más, tal vez un poco de fanarts lindos para contrarrestar tanta amargura, o puede que considerara reproducir "His theme". Bajaba y bajaba buscando algo interesante que lo se relacionase con su "vida popular" pero algo llamó su atención, y era un Twitt de Jenna.
No le extrañaba, el 30% de su escritorio eran Twitts de Jenna la mayoría del tiempo. Casi siempre eran chismes que no le importaban, de hecho luego de haberla seguido y de revisar su perfil llegó a toparse con muchos que lo incluían a él, mas no dijo nada al respecto porque eran cosas viejas y molestarse por ello en este momento era estúpido. No era raro ver a Jenna subiendo cien cosas al día, sin embargo esta vez era diferente, el número de re-twitts y el hilo de comentarios propasaba el límite de lo que para Jenna era lo máximo.
Sudó frío leyendo la primera línea de algo que habían subido el domingo.
"¿Oyeron todos? ¡Rich se volvió loco y prendió fuego la casa de Jake!"
Por reflejo rodó sobre sí mismo y se acomodó espalda arriba para leer más cómodamente los twitts. No quiso creerse nada y aludió esto a una broma de Jenna o a como muchos le decían "Clickbait", pero mientras más leía más horrorizado quedaba. La gente daba detalles explícitos y hasta subían fotos de la casa chamuscada.
Leyó de todo, desde testimonios que eran claramente falsos por la falta de coherencia hasta chismes y palabras venenosas dirigidas al joven Goranski, por el cual con suerte algunos se lamentaban falsamente con esa idiotez de ponerlo de foto de perfil. Era increíble... ¿No habían ido a verlo al hospital siquiera? ¿Qué tan morbosos tenían que ser para asegurar que estaba muerto o hecho pedazos en una bolsa de plástico? ¿A quién mierda le importaba si era gay?
Él no dejaba de sudar nervioso, sintiéndose culpable. Él se había dado cuenta de que Rich actuaba extraño la noche anterior, pero estaba tan ocupado sintiéndose como la mierda que creyó que solo era otro intento suyo para llamar la atención.
Pobre Rich... ¿Sus padres lo habrían visitado? No lo creía, no después de imaginar con algunas pistas cómo debía ser la vida familiar del joven.
–Oh por Dios... Están diciendo que Rich está en el hospital y... Jake se rompió las dos piernas tratando de escapar del fuego. –Aquello último variaba mucho, desde que lo hizo salvando a Rich hasta por su pellejo ¿Qué importaba de todos modos? ¡Las dos piernas se había roto el desgraciado! ¿Qué hace un chico deportista sin sus piernas? Dios, seguramente él también se sentía fatal. –¡Esto es horrible! ¿Cómo es que el Squip de Rich le dejó hacer eso?
Hasta por donde él sabía, ningún Squip haría algo que afectase de forma negativa al cuerpo de su huésped. No era conveniente para ninguno de los dos, y aun así... Puede que Rich estuviese en un estado casi moribundo si tenía quemaduras muy graves.
–Rich estaba bajo mucha presión en la casa, y con su Squip apagado debido al alcohol. Parece que le faltaba... El mecanismo de copia apropiado. –Su Squip le explicó tranquilamente, revisando unos datos que luego hizo desaparecer con un gesto de manos. Por un momento Jeremy se dijo "Bueno, tiene sentido" pero entonces recordó algo que le puso la piel de gallina.
Sí, él no sabía lo que pasaba con Rich y por eso no pudo ayudarlo, pero...
–¿Lo sabías? –Murmuró, dejando el celular de lado y sentándose en el borde de la cama con la mirada fija sobre el holograma de Keanu Reeves que ahora le miraba sospechosamente quieto y callado. –Tú me dijiste que dejara la fiesta.
–Estaba consciente de ciertas probabilidades.
–¿Sabías que gente iba a salir lastimada?
–Estoy teniendo la impresión de que no confías en mí, Jeremy.
El de rizos no respondió ¿Qué diría de todos modos? No podía decir que no estaba en lo cierto. Ya no sabía qué estaba haciendo, no sabía por qué confiaba en él ¿Luego de todos los desastres que ocurrieron con él cerca y bajo sus consejos enserio era coherente seguir escuchándolo? No tenía ni que mencionarlo, su Squip leería su mente como siempre y sacaría sus propias conclusiones.
Sin embargo había una pregunta, una duda que lo picaba desde el interior luego de su pelea con Michael.
–¿Por qué yo?
El Squip enarcó una ceja y alzó un brazo, demostrando no comprender. –No entiendo la pregunta.
–Podrías estar dentro de líderes mundiales, presidentes ¡Gente famosa! ¿Qué haces dentro de mí? ¿Qué es lo que quieres?
Michael tuvo razón al cuestionarse tantas cosas ¿Quién habría inventado algo tan increíble que sería un progreso para la humanidad, solo para dejar que adolescentes con problemas emocionales los usaran? ¿Por qué eran ilegales? ¿Acaso habían probado esto antes y no fue aceptado porque provocaba más problemas que soluciones? ¿Su Squip era del mismo tipo que el de aquel chico que quedó en el hospital mental? Su cabeza daba vueltas y vueltas en lo mismo sin quitarse la imagen mental de Rich enloquecido y alterado en la fiesta.
El holograma puso cara fastidiada y agotada, posando sus dedos sobre el puente de la nariz como si estuviese perdiendo la paciencia. –Te prometo que mi única función es mejorar tu vida.
El adolescente se levantó soltando una risa sarcástica, la mezcla entre furioso y triste solo logró que le saliera a la perfección. Este sería un buen momento para halagarse por atinar al fin una pequeña actuación de no ser porque no estaba en su modo "me auto-amo". –Oh, bueno ¡Gran trabajo! –Exclamó forzando una sonrisa que más tarde deshizo, pasándose una mano por el cabello en un gesto de desesperación. –Christine piensa que soy un idiota. Realmente... Lastimé a Brooke...
Se abrazó a sí mismo bajando el tono de la voz, sintiendo que se quebraba al recordar a su ex novia solloza e incrédula mirándolo cuando salía sin camiseta de la habitación de Jake. Se sentía como una escoria por ello, por haberla usado tan descaradamente para subir en el escalón social y quizás despertar los celos en Michael, por haberla ilusionado tan vilmente luego de que ella le contase sobre sus ex novios infieles a los cuales prometió no parecerse, por haberle destrozado el corazón en miles de pedazos sin quererlo.
Por haberle hecho daño a la única persona genuina que encontró entre la superficialidad de la popularidad, alguien que llegó a apreciar y querer, aunque no fuese de la misma manera que ella.
Siempre se jactó de ser un buen chico y no le sabía bien ser un cretino que usaba a las chicas para su beneficio, para ser honesto es por eso mismo que nunca se permitió llegar lejos con ella pues sabía que cuando esa farsa se terminara a ella le dolería demasiado. Sin embargo ahora lo veía, la había utilizado de todos modos, pudo no aprovecharse de su cuerpo pero sí lo hizo de sus sentimientos.
Ella... Probablemente lo odiaba, y no podía culparla. Joder ¿En qué momento se convirtió en alguien tan horrible? Dolía aún más saber que todo fue para nada, pues al fin y al cabo nada lo había acercado a su amigo como deseaba.
–Y... Y-Y Michael...
Se sentía al borde del llanto otra vez ¿Cómo no hacerlo? Había perdido todo en una sola noche culpa de su idiotez. Por más que Christine ahora formase parte de su vida no podía ignorar el hecho de que gracias a él dos personas de buen corazón estaban heridas.
Oh, Michael... ¿Tendría oportunidad de hacerle saber lo mucho que sentía haberlo tratado tan mal? ¿Podría perdonar a un imbécil como él? Quería disculparse, suplicar y llorar a sus pies como un maldito perro abandonado. E incluso si él no lo aceptaba... Creía que merecía esa humillación.
–Se supone que harías que yo le gustara. –Murmuró perdiendo su vista en el hoodie del aludido. Aún no sabía cómo se lo devolvería, pero necesitaba hacerlo lo antes posible, porque mirarlo lo hacía sentir peor. Al principio se sintió bien usarlo, pero ahora que volvía a despertar y se daba cuenta de su realidad... Solo era como torturarse. En vez de sentir que lo abrazaba sentía su mirada decepcionada y triste atravesándolo como en esa fatídica noche de Halloween. –S-Se supone que... Harías de mí alguien que lo mereciera.
–Y lo haré. A su tiempo, pero él es solo humano. Debo tener en cuenta los errores humanos.
–Se supone que harías las cosas mejores. Entonces... ¿Por qué no lo son?
El Squip suspiró aparentando que estaba preparándose, o más bien intentando inspirarse para animarlo. –Mírate. –Dijo con firmeza, lo cual Jeremy no captó en el momento ¿Qué tenía que ver? ¿Su cara de drogadicto con insomnio? ¿Su ropa desacomodada y sucia? ¿La vergüenza que él mismo era? –Te vistes mejor. Eres... 93% más atractivo. –Se notó que dudó un poco para poner el porcentaje, pero lo dejó pasar, aún más interesado en lo que tenía que decir. –Tuviste más experiencia con el sexo opuesto. –Alzó una ceja con una sonrisa satisfecha antes de tratar de remarcar ese último punto, cual por cierto pareció entusiasmarle más que cualquier otro por alguna razón que desconocía, y que estaba bien sin saber. –Que es decir que tuviste experiencia con el sexo opuesto, nos falta el otro... Aunque ya lo arreglaremos. Sin embargo la actividad humana es cuestión tanto de aporte como de emisión.
–¿Eso qué quiere decir? –No entendía a dónde quería llegar ¿Tenía un punto o lo estaba vacilando como siempre, solo para confundirlo y meterle ideas tontas? Eso funcionaba con todo el mundo, era normal que él también cayera en ese jueguito mental.
–La culpa... Está en tus compañeros.
Jeremy no supo por qué, pero cuando el holograma anunció eso, su sonrisa se le hizo más sombría de lo normal. Algo estaba pasando por su mente digital y no podía adivinarlo ¿Cómo podrían los demás tener la culpa de sus fallos? O sea... Eran SUS fallos. Podía atribuir últimamente varios de ellos a su Squip, aunque no la mayoría de los que había cometido a lo largo de su vida y de este desastre tecnológico.
–Date una ducha y prepárate para la escuela, tú y yo vamos a hablar de esto cuando estemos allá. –Anunció sin borrar su sonrisa, para luego desaparecer tan campante y tranquilo como había aparecido, tanto que Jeremy se indignó.
Estaba de más decir que a Jeremy eso le pareció una falta de respeto enorme como una casa y sus ganas de matar a alguien que de preferencia sea él, pero decidió mantener la calma y hacerle caso, preparándose para ir a tomar un baño. No podía ir al colegio así, estaba seguro de que aún apestaba a alcohol y vergüenza. Lo del desamor no se lo quitaba nadie, sin embargo eso nadie lo olería con desagrado, y con una cara lavada y una sonrisa falsa nadie se daría cuenta.
Se desvistió sin mucho apuro antes de entrar al baño y llenarlo del vapor relajante del agua. Un cálido y largo baño siempre le hacía bien, reacomodaba sus pensamientos y lo desconectaba un rato del mundo exterior, para infortunio hoy no podía darse el lujo de pasar mucho tiempo bajo la ducha, la escuela lo esperaba.
Al salir se detuvo frente al espejo, no porque tuviese que hacer algo aún, sino porque algo le llamó la atención cuando miró fugazmente en su dirección. Se frotó los ojos pensando que era el efecto del shampoo que no notó que se le metió en los ojos, pero... No, lo veía claramente. Unas extrañas líneas azules bajo su piel recorrían su cuerpo desde el cuello hasta más debajo de su pecho y sus brazos donde se hacían menos notorias. Volteó tratando de ver si su espalda se encontraba en las mismas condiciones, no estaba equivocado.
Tragó en seco, aunque su garganta lo traicionó anudándose ¿Y eso qué mierda era? ¿Rich no se veía igual en el baño por unos momentos cuando hablaron del Squip? Squip... Él le había hecho eso a su cuerpo, claro. Sabía que tantas descargas eléctricas no le harían bien.
Relájate, Jeremy. Nadie tiene que notarlas... Nadie.
No quería darle vueltas a esto. Estaba seguro de que las marcas desaparecerían paulatinamente, por lo que se limitó a ponerse una chaqueta sobre la camiseta que lo ayudase a disimular.
Se quedó pensativo todo el camino a la escuela, preguntándose a qué se refería su Squip. Incluso se había llevado por delante un mueble de la habitación y tiró algunos papeles, pero no se detuvo a recogerlos porque se estaba haciendo tarde.
El Squip tendía a ser así de misterioso a veces cuando estaba por darle indicaciones, no siempre era por buenos motivos y por cosas que le agradara hacer así que no podía deducir si tenía que asustarse por el momento. Por más que anhelara preguntarle, sabía que él no le prestaría atención y no le respondería absolutamente nada hasta que llegaran a la escuela. Una parte de él no quería saberlo, la otra tenía curiosidad y estaba ansiosa al estacionar el auto en el estacionamiento de la escuela.
Cuando ingresó nadie se detuvo a mirarlo, todos estaban más entretenidos chismoseando aún sobre lo que ocurrió en la fiesta de Jake, y puede que como mínimo eso durara una semana. La mayoría se jactaba de haber estado presente en el incendio, otros ignoraban totalmente el tema y comentaban sobre disfraces ajenos, cuánto habían bebido sin vomitar y a cuántas personas habían besado. Incluso escuchó a un chico decir que había bebido shampoo por accidente.
Todos en grupo... Hablando tan amistosamente... En momentos así no evitaba extrañar a Michael. Su grupo no era opción, se habría disuelto con la falta de Rich y Jake, la infidelidad con Brooke, la traición de Chloe... Y el hecho de que todos ignoraban siempre a Jenna.
Ah, y por supuesto, ahora a él más de la mitad de ese grupo quería matarlo a piedrazos.
De repente no escuchaba absolutamente nada, todos a su alrededor seguían moviendo los labios como si hablaran, pero Jeremy no podía escucharlos. Le recordaba a cuando ponía en "mute" las películas que le aburrían. No se detuvo a creer que algo malo le ocurrió en los tímpanos, el responsable de la falta de audición estaba ya presente y sonriente, mirándolo como si fuera un pobre ingenuo al cual solo le faltaba ese ridículo sombrero de cono que anuncia "IDIOTA" con letras grandes y rojas.
–De esto quería hablarte. Siempre fuiste un perdedor, Jeremy. –Él dijo, dejando que él se adelantase en su caminar, para posteriormente apoyarse sobre sus hombros. –¡Entonces te invadí y te mejoré! Pero, oh, Jeremy... Es cierto que te encontré ¡Pero mira a tu alrededor!
Obedeció sin mucho interés, congelándose en el acto cuando se percató de que su visión se había oscurecido alrededor de la gente. Veía a sus compañeros y profesores como penosas almas negras y sollozas, cada una peor que la otra, lamentándose silenciosamente debido a sus problemas personajes en el aire como un mensaje sin cartel. Veía desde problemas familiares, de autoestima hasta corazones rotos y autolesiones.
Ahogó un grito ante esa escena tétrica, apegándose a los casilleros de espaldas. Un grupo de gente pasó caminando delante de él, puede que sin esa espantosa visión programada estaría viéndolos hablar sin más mientras iban a clases, pero ahora solo podía ver lágrimas y escuchar llantos.
–Todos tus compañeros son tan incompletos. –Su Squip habló con autosuficiencia, alejándose de Jeremy para extender sus brazos hacia la multitud. Se veía feliz en ese ambiente deprimente, al igual que un niño en una dulcería. –No puedes verlo, pero todos están sufriendo ¡Sus sistemas operativos son obsoletos! Así que completemos las cadenas ¡Metámonos en sus cerebros! ¡Salvemos a esos niños lamentables!
–Q-Qué... O-Oye, basta ¡Basta! ¡Quita todo esto, da miedo! ¡Y explícate! –Tragó grueso, recordando no gritar aquello, sino pensarlo. Con el miedo y la impresión del momento algo así se le pudo haber saltado. Afortunadamente para él, la computadora obedeció y en un chasquido todo volvió a la normalidad, incluso su audición.
Le dirigió una mirada entre fastidiada y confundida, él no pareció sentirse afectado por ello porque sostenía la misma sonrisa que daba desconfianza, junto a ese brillo audaz y eufórico en sus ojos digitales.
–Hay que enseñarles, Jeremy. Tenemos que mostrarles a estos patéticos niños, que no tienen ni una pista sobre qué hay que hacer ¡Ayúdalos a que te ayuden a ti!
Fue cuando la copia de Keanu Reeves levantó su mano y le enseñó una píldora gris que comprendió de qué estaba hablando, y todo él tembló al considerarlo como una opción viable ¿Eso es lo que estaba tratando de decirle? ¿Tenía que darles Squips a los demás? ¿Así es como los ayudaría?
No es que creyera que no era una buena idea... Bueno, no iba a mentir, creía que era mala idea ¿Qué le aseguraba que esto los ayudaría, si a él solo le causó problemas? Por no hablar de Rich y ese chico del cual Michael le habló.
A su vez dudaba ¿Y qué tal si funcionaba? Puede que la gente a su alrededor no fuese tan problemática y complicada como él, y que unas instrucciones simples les vendrían de maravilla. Porque sí, en parte creía que la razón por la cual no se sentía pleno con sus logros gracias a su Squip se debían al mero hecho de que no lo llenaban. No satisfacían una verdadera necesidad, la cual empezaba a sospechar que no era Michael.
Puede que simplemente estuviese dándole vueltas al asunto, porque ya no creía que fuese un plan tan malo. Es decir... Si uno o dos alumnos recibieran esta pequeña ayudita no pasaría nada ¿Verdad?
Se quedó tan pensativo al respecto que muy tarde notó que ya casi no había gente en los pasillos, y que muchos estaban asistiendo a clases. Los hubiese seguido de no ser porque su acompañante holográfico se quedó quieto delante de un casillero y le indicó que se acercara haciendo una seña con la cabeza.
Era el casillero de Rich. En cualquier otra situación no lo habría adivinado, sin embargo había fotos de él pegadas, junto a mensajes como "Mejórate" o "Te veremos en unas semanas". No negaba que era un lindo detalle, pero de nada servía si el dueño del casillero no veía esto.
–¿El casillero de Rich?
–Ábrelo.
Jeremy atinó a mirarle como si estuviese demente al pedirle algo así. Para empezar, no quería ni enterarse de los oscuros secretos que Rich guardaba en su casillero, todavía no alcanzaba la morbosidad de Jenna Rolan. Y segundo... ¿Cómo carajos lo iba a abrir? –No sé la combinación.
Bufó, suponiendo que en ese caso tendría que perderse toda una clase para tratar de abrir ese condenado cerrojo, pero no contó con que eso no era lo que su Squip planeaba. Oh no, porque apenas se puso a analizar el candado un choque eléctrico descendió velozmente de su brazo, no solo haciendo que él se moviera hacia atrás con un quejido, sino también logrando abrir el cerrojo, cual cayó al suelo en un pestañeo.
Iba a quejarse por esa descarga, aunque prefirió no hacer ningún comentario porque más grande había sido su sorpresa al ver que su Squip había logrado abrir el candado de una forma tan automática y rápida.
–Woah... Solo... Woah. –Murmuró, y sin más tiempo que perder, abrió el casillero. Adentro no había libros, solo un par de bolsas de frituras, dinero y... Una caja de zapatos.
–¿Zapatos de correr para mujeres? –Lo primero que se le vino a la mente es que Rich escondía como uno de sus secretos el hecho de que le gustase usar zapatos de correr para mujeres, aunque no lo culparía o juzgaría, últimamente estaban de oferta, era mejor aprovecharlo cuando no tienes tanto dinero en el bolsillo.
Abrió la caja esperando encontrar los dichosos zapatos, pero... En vez de eso había centenares de píldoras grises que reconocía a la perfección.
–E-Esto... Aquí hay suficientes Squips para...
–¿Toda la escuela?
No se molestó en asentir o dar una respuesta positiva ¿Entonces iba en serio? Tenía que ser honesto, esperaba que lo hicieran hacer publicidad de modo que los más necesitados fueran a comprar un Squip como él, o en el más descabellado de los casos hacerle comprar algunos y darlos gratis. Nunca esperó encontrárselos así, aunque... Eso descartaba el que Rich fuese a estafarlo hace tiempo.
La pregunta era ¿Cómo había comprado tantos? Rich no se caracterizaba por tener mucho dinero encima, más por su familia que por otra cosa, pero al parecer robarle a los de primero o segundo año había rendido sus frutos, por no mencionar que los vendía más caros. El truco era cuestionable, más aun preguntándose a cuántas personas les habría vendido para aumentar de ese modo la cantidad.
Poco tiempo pudo seguir cuestionándose de qué modo Rich logró conseguir tantos, pues un pequeño choque eléctrico lo sacó de sus pensamientos y lo hizo volver su atención a su Squip, quien señaló a su lado donde una chica dejaba algunas cosas en su casillero.
Era Jenna Rolan, a quien por cierto esperaba ver más alegre y animada después de haber hecho correr el chisme más jugoso y picante en la historia de Middleborought. Pero no, se la veía decaída y entristecida ¿Podía ser eso una posibilidad luego de haber esparcido el mejor rumor en años? Lo dudaba, pero... Eh, no quería ser ningún maleducado preguntándole algo tan directamente, así como tampoco quería otro choque eléctrico por no hablarle como su Squip le estaba indicando que hiciera.
–O-Oh... Hey, Jenna ¿Qué tal? –Saludó en voz baja, tratando de no ser tan invasivo. Ella lo miró de reojo sin cambiar su expresión derrotada y cerró su casillero.
–Hola, Jeremy ¿Cómo estás? –Por un momento se animó, buscando algo en su celular. –¿Te enteraste sobre...?
–¿El incendio? Sí, fue... Masivo en twitter. –Cuando respondió la vio apagarse nuevamente. –¿Te pasa algo? Te ves... Triste.
–Ugh... No es nada, solo... Es una tontería. Hice mi trabajo al saber sobre la vida de todos ¿Pero a alguien le interesa conocer la mía? Soy tan popular y a la vez invisible... Ah, te lo dije, es una idiotez.
–Oh, tan triste. –Su Squip interrumpió cualquier pregunta o intento de consuelo de su parte, apareciéndose detrás de Jenna con una muy fingida expresión de compasión. –Pero tú puedes ayudarla.
Jeremy dudó ¿No era más simple hablar con Jenna sobre eso? No... Qué tontería ¿Por qué Jenna se abriría con él? ¿Por qué ella le diría precisamente a él sus problemas emocionales? Apenas eran más que extraños, ni siquiera se dieron tiempo de conocerse cuando salían en grupo. Ella no confiaría en él de ese modo, en especial ahora que tenía la imagen de un patán.
Atinó a buscar un Squip en la caja de zapatos y a hacer el ademán de ofrecérselo, y como esperaba ella no se mostró muy convencida y lo miró con extrañeza. –¿Eso es droga?
–N-Noooo... –Alargó el "No" al no estar seguro de soltarlo, pero el Squip le asintió con la cabeza para corregirlo. –¿Sí...? Sí.
–Como sea. –Se alzó de hombros con resignación, sin darle mucha importancia a nada. A Jeremy eso le pareció un poco deprimente, pero no dijo nada y solo dejó que Jenna tomase el Squip para luego verse decepcionada. –No siento nada.
–Tienes que tomarla con Mountain Dew.
–Oh, está bien. –No estaba seguro de en qué momento Jenna habría guardado una Mountain Dew en su casillero, mas no se quejaba de hacer esto rápido. Ella no precisó más que un sorbo para soltar un grito adolorido y caer al suelo junto con la bebida.
Jeremy casi se infarta y por reacción se agachó para ayudar a Jenna, olvidando por un mili-segundo que era así como comenzaba la conexión con un Squip; de forma dolorosa e insoportable. Extrañamente, Jenna no demostraba estar tan adolorida como él, y de hecho poco duró su martirio, ya que unos pocos segundos después ella se levantó con su ayuda, mirando a un rincón de forma anonadada ¿Su Squip se le estaba presentando, tal vez?
–¿Jenna? ¿Estás... Bien? –Poco le dijo ella, tan solo le devolvió una mirada brillante y sonrió ampliamente para apartarse después y alzar los brazos triunfantemente como si hubiese sacado la lotería.
–¡OHHH, SÍ! –Gritó, por no decir que casi cantó el "Sí" y le dio otra sonrisa radiante.
El de rizos apenas podía procesar todo lo que había visto ¿En serio funcionó? Jenna había pasado de estar desolada y deprimida a ser como una niña pequeña que había ingerido mucha azúcar. No podía creer lo que veían sus ojos ni tragarse esa enorme sonrisa suya. No era... Muy natural, mas se veía feliz.
–¿Puedes ver la visión claramente, Jeremy? –El holograma compartía la misma felicidad, rodeando a Jenna, quien lo seguía con la mirada sin perder su expresión ¿Ella podía verlo? Era razonable, todavía no le quedaba muy claro qué ocurría cuando otros Squips se conectaban, solo lo había experimentado con Rich y él no había sido capaz de verlo, ni Jeremy al de Rich, pero puede que haya sido una función que no necesitó utilizar. Aún le faltaba aprender muchas cosas sobre ellos, era consciente de ello en este momento. –Usuarios abrazándose e interconectándose ¡Es como un beep boop beep boop! ¡Gente feliz y radiante cantando dulcemente!
–¡Sí! –La castaña exclamó en afirmación, solo confirmando su punto anterior. No evitaba notar cómo ella le miraba con admiración, creyendo cada palabra. Eso le perturbaba un poco. No por ver a Jenna alegre y eufórica, a pesar de no haberlo visto nunca, sino cómo lo secundaba de ese modo tan... Leal ¡Que el tío apenas y se había aparecido a ella hace unos segundos!
–Los errores y miedos humanos desaparecerán. Cada problema se resolverá fácilmente. –Su Squip se acercó a él, haciendo un gesto falso de limpiarle una lágrima rápidamente. Jeremy lo comprendió como una referencia a todas las ocasiones en las que lloró o sufrió de algún modo con él presente, y que eso podía dejar de ocurrirle pero... –¡Si sientes un sollozo o lágrima solo gira la perilla y cambia el engranaje! ¡Salvemos a esos niños lamentables!
–¡Sí, sí!
–Hay que enseñarles a estos niños lamentables, Jeremy... ¡Y así pronto este serás tú!
–Y-Yo... No, no puedo. –Retrocedió abrazando la caja por reflejo, apurándose en guardarla en el casillero de Rich y acomodando su espalda contra la puerta. –¡No, no puedo! ¡Esto no está bien!
Su Squip bufó poniendo cara de "¿En serio, hombre?". Como siempre, no se tomaba en serio sus palabras. –Jeremy, cálmate ¿Quieres? Si me dejaras explicarme yo...
–¡No! –Se adelantó a cualquier cosa, haciendo el amague de taparse los oídos aunque sabía que eso no lo salvaría de seguir escuchando su voz. –¡No quiero...! N-No... No lo vale, no vale la pena... Ni para mí ni para nadie. Y esto no entra en discusión ¿Comprendes? No lo haré.
–¿No puedes considerarlo de nuevo? –Él volvió a hablar con ese tono que usaba cuando quería tentarlo, chasqueando los dedos solo para nuevamente envolverlo a él y a Jenna en una visión utópica y brillante.
La gente que conocía, amigos y rostros familiares, todos estaban ahí reunidos a su alrededor con unas radiantes sonrisas en sus rostros y unas miradas que daban la impresión de que todos habían bajado treinta tazas cargadas de café en la mañana. Estaban enérgicos, alerta, y el Squip avanzaba tranquilamente entre ellos para llegar a él.
–¡Salvemos a esos niños lamentables! ¡Salvemos a esos niños lamentables! –Exclamaban, cerrando un poco el círculo con un paso. Jeremy no pudo evitar sentirse ansioso al igual que esa vez en la tienda de ropa. –¡Salvemos a esos niños lamentables que no tienen ni una pista de qué hay que hacer!
El holograma alzó los brazos como intentando que la multitud lo ovacionara o siguiese hablando. –¡Si eso es lo que hacemos...! ¡Entonces...!
Jeremy retrocedió fallando al intentar pensar en algo para acabar con aquella falsa visión perfecta, pero apenas dio un paso hacia atrás una buena cantidad de gente lo detuvo tomándolo de los hombros y brazo con apariencia amistosa, pero que Jeremy muy fácilmente le provocó de todo menos confianza. –¡Todo sobre nosotros va a ser maravilloso! –Ya lo esperaba, usaría el mismo método que en el centro comercial ¿Verdad? ¿Trataba de sobornarlo con la soñadora pero estúpida oferta de ser adorado por todos? Eso pensó hasta que volvió a escucharlos hablar. –¡Amamos todo sobre los Squips! ¡Todo sobre nosotros va a estar tan vivo! ¡No podríamos vivir sin los Squips!
Jenna no se veía con ganas de ayudarlo cuando la miraba suplicante por una mano, al menos para que pidiese que esto parara. Intentó apartarse, pero su cuerpo no respondía, era como si realmente aquellas personas inmateriales lo sujetaran, mas ahora sabía que era otro efecto más de su Squip. Cual todavía tan descarado y convencido de que le haría decir que sí, cambió su apariencia a... Maldita sea ¿Michael?
¿Le parecía gracioso acaso? ¿Pensaba que podía burlarse de él? ¿Se creía que con jalarlo hasta él y simular sujetarlo como a su pareja volvería a hacerlo dudar? Podía estar loco por aquel chico de gafas al cual trataba de imitar, pero no tenía en cuenta que Jeremy no podría jamás lavar de sus ojos la imagen de su mejor amigo mirándole con tristeza y decepción antes de pedirle que lo dejase solo.
–No te sentirás excluido ni inseguro ¿Verdad, chicos?
–¡Niños lamentables ya no más! ¡Porque todo acerca de nosotros va a ser genial cuando nosotros mandemos!
–¡YA BASTA!
Cayó de sentón en el suelo y al igual que un videojuego o un efecto de video todo lo ilusorio a su alrededor se esfumó, dejándolo en el mismo escenario escolar desolado y silencioso.
Atinó a respirar agitadamente, por el susto y el andar de su corazón más que por cualquier otra cosa, y a levantarse temblando de coraje.
–¡He dicho que no! Si crees que la única forma de ayudar a las personas es quitándoles su dolor como si fueran máquinas programadas... Estás mal. Y-Yo... ¡Nadie! ¡Nadie necesita esto!
No le importaba para nada que se excusara con un futuro prometedor, él no podía siquiera considerarlo. Incluso si esa copia barata de Keanu Reeves solo intentaba ayudar con la información que tenía a la mano no podía permitirle siquiera creer en un 1% que funcionaría. Su Squip podría no comprenderlo porque siendo honestos no era más que una programación a la cual hablarle de sentimientos, emociones y humanidad no era de mucha utilidad, sin embargo se mantendría firme.
Ya había visto lo que significaba estar bajo la observación meticulosa y calculadora de una computadora que no comprende del todo bien las emociones. No les deseaba lo mismo a los demás, ellos eran fuertes, ellos podrían con sus problemas, ellos no merecían esto.
Lejos de haberse cabreado o de insistir, el gesto facial de su Squip se ablandó y él dijo suavemente. –Lo siento, creo que me precipité. Todavía puedo buscar alternativas, hasta entonces... Será mejor que vayas a clase, llegarás tarde.
No le contestó, para su salud mental era mejor fingir que nada de esto había pasado. Pero de todos modos no podía ignorar a Jenna, por lo que se acercó a ella tímidamente, esperando que ella pudiese comprender. –J-Jenna, lamento haberte metido en esto, no debí...
–Está bien, Jeremy. –Ella sonrió comprensivamente y suspiró agotada. –Trataré de procesarlo mientras, pero... ¿Sabes? Creo que le puedo sacar un provecho sano a esto. Y si no es así me las arreglaré.
Jeremy se sorprendió bastante, aquello había sido demasiado fácil, sin dudas había subestimado a Jenna Rolan. Ya aliviado le devolvió la sonrisa y se despidió para ir a clase. Puede que si le dieran algo complicado que hacer en matemáticas se olvidara rápidamente de este incidente.
Jenna se quedó allí, observando a Jeremy irse. Sonrió ampliamente con un deje de maldad, moviéndose hasta el casillero de Rich donde pudo abrir el candado con el mismo truco eléctrico. Por si acaso se fijó adentro de la caja, sus ojos se iluminaron como si hubiese encontrado un tesoro.
Al voltear, la imagen de su Squip le miraba burlonamente con los brazos cruzados y una sonrisa fanfarrona. Resulta que la imagen predeterminada del mismo era la famosa entrevistadora del momento; Gretchen Wieners.
–No te tragaste nada de lo que dijo ese tonto ¿No es cierto?
–¿Estás bromeando? Como si fuese a desperdiciar la oportunidad que tengo para que los demás me noten ahora.
. . .
Estaba cansado, no, más que cansado ¡Híper mega cansado!
Había ido más temprano a trabajar hoy, necesitaban manos extra en la comisaría porque muchos de sus compañeros fueron al centro de la ciudad por un accidente automovilístico... ¿O era por un asalto al banco? Ya no recordaba, Fred hablaba rápido luego de beber su café extra fuerte matutino y apenas le entendió algo cuando los demás lo arrastraron a una de las patrullas, dejándolo a él ocupado con uno de sus jefes. Cual todavía en su locura senil trataba de hacer confesar quién sabe qué crimen a un chico de cabello castaño largo y hetero-cromía, al cual supuestamente había visto fumar crack en la calle hace unas semanas.
Tuvo que convencerlo de que solo estaba exagerando y pudo haberlo imaginado, después de todo ningún test para detectar efectos de droga dio resultados positivos en el pobre chico, quien fuerte y bestial como una fiera se mantuvo un largo rato discutiendo con él. Afortunadamente logró convencer a su jefe de dejarlo ir cuando el adorable y preocupado novio del chico apareció y negó toda acusación con un poco más de diplomacia, incluso evitando que su novio—Según había escuchado, se llamaba Connor, y el chico más educado Evan— se tirara a los golpes con uno de sus otros prejuiciosos compañeros.
Sí, sin duda su día había sido muy largo. Evitar que los adolescentes se salgan de control no era su fuerte, por algo las cosas con Jeremy no iban muy bien últimamente. Así era desde que su esposa lo había dejado, siempre estaba muy cansado para todo, incluso para la mayoría de cosas que se relacionaban con su hijo, y ahí estaban las consecuencias.
Y hablando de Jeremy, debido a que se llevó el auto tuvo que andar en la patrulla de policía todo el día. No era lo ideal, aun así no le molestaba que el adolescente tomara el auto. Para algo lo había mandado a clases de conducir ¿No? Bueno... Para eso él se anotó. Gracioso ¿Verdad? Paul no recordaba cuándo su hijo había sacado la licencia, ni siquiera que estuviera en clases de conducción.
Penoso ¿No creen? No saber casi nada sobre tu hijo, ni siquiera a donde va. Porque Jeremy había estado muy salidor últimamente y no se explicaba por qué. Generalmente lo encontraba en casa luego de volver del trabajo, pero hace tiempo que empezó a notar que se ausentaba hasta muy tarde, y a veces no volvía hasta el día siguiente. No solo eso, empezaba a usar ropa nueva que por cierto no sabía cómo demonios compraba ¿Se había conseguido un empleo de medio tiempo quizá? Muchas veces quiso formularle esa duda, pero no lo encontraba para hacerlo.
Eso lo entristecía.
No que su hijo tuviese una vida, claro que no. Hasta donde él sabía, Jeremy no tenía problemas de ningún tipo. Le iba bien en la escuela, tenía amigos... Aunque solo conocía a Michael hasta el momento, pero no lo contaba porque él era su novio. Eso nunca se lo habían dicho formalmente, pero ambos eran demasiado obvios como para no darse cuenta. Lo único que lo picaba un poco sobre ese asunto es que Jeremy no se lo haya dicho hasta ahora ¿Había hecho algún comentario homofóbico delante suyo en algún momento? No... El tema nunca salía a la luz, y tampoco es que fuese muy importante mientras su hijo fuese feliz.
Puede que Jeremy no lo viese así, y eso es lo que lo entristecía ¿Qué tan lejos podía estar de su propio hijo para que este ni siquiera le mencionara que se había conseguido novio? ¿No lo creía de confianza? ¿O es que pensaba que era innecesario decírselo?
Suspiró levantándose del sofá, decidiendo al menos buscar la ropa sucia del cuarto del adolescente para variar y ayudar un poco con la casa. No era costumbre que él dejase la ropa ahí pudriéndose como otros jóvenes que había visto, de hecho podía agradecer que Jeremy al pasar mucho tiempo en casa era basta de ordenado, sin embargo suponía que su nueva vida afuera de la casa afectaría ese orden.
Se sorprendió gratamente al ver que todo estaba en su lugar, incluso más organizado que antes. Excepto por dos cosas que notó enseguida porque rompían con la armonía.
Veía el hoodie de Michael sobre la cama de su hijo, sin embargo muchas fotos que había de ellos pegadas en uno que otro mueble habían desaparecido por completo. No quiso darle mucha importancia a eso, estaba viejo pero seguía sin comprender tanto el amor.
Los papeles que se habían caído de un mueble tampoco le sorprendieron tanto. Solo los juntaría y pondría en su sitio, al menos... Eso es lo que quería hacer, hasta que leyó el título de una de ellas.
–¿"Hoja de humillaciones"? Qué...
Murmuró para sí mismo, observando incrédulo que debajo del título estaba escrita una lista de cosas como "Comentarios", "Agresiones pequeñas", "Saludos ignorados", "Agresiones físicas", etc.
¿Esto era de Jeremy? Pero... ¿Por qué él tendría algo como esto? ¿Para qué? ¿Qué significaba?
Frunció el ceño, dedicándose a analizar detenidamente las hojas. No había nada explícito escrito ahí más que la lista de humillaciones y la infinidad de tildes que se encontraban detrás, como si fueran un contador. Y abajo de la hoja siempre estaba escrito el año. Todas eran recientes, al menos relativamente. Empezaban en 2016 y llegaban hasta la fecha actual, y en total había casi 20 escritas de los dos lados. Eran aproximadamente 10 hojas por año, aunque este reciente no pasaba de 2.
Se le revolvió el estómago cuando su cerebro empezó a maquinar y a suponer que esas hojas no eran más de lo que mostraban ser, anotaciones de mortificaciones dirigidas a su hijo o que él dirigía a otros. Descartaba más la segunda, su hijo no era capaz ¿Cierto? No... No podía estar seguro, pero se negaba. Por lo que sabía de Jeremy él era incapaz de ser tan cruel con otros, sin embargo no podía actuar o suponer tan pronto, tenía que preguntarle en persona cuando lo viese.
Puede que haya sido coincidencia, pues en ese momento escuchó el auto estacionarse en el garaje. Así que sin perder más tiempo volvió a apilar las hojas y se las llevó con él a la cocina-sala, necesitaba un café y ahí había una mesa para hablar con Jeremy de esto como se debe.
Jeremy por su parte estaba cansado, y la única razón por la que había vuelto más tarde de lo habitual es porque se había quedado ensayando con los demás chicos de la obra, y por supuesto que cerciorándose que Jenna no iba a causar problemas y se encontraba en un estado mental estable. Fue una sorpresa que estuviese calmada y actuando como siempre hoy, incluso podía permitirse olvidar un poco lo de más temprano, mas no pudo quitarle el ojo de encima la mayoría del tiempo que pudo vigilarla.
Volviendo a lo de la obra, solo había vuelto a buscar un par de conjuntos para salir luego de la función con Christine. Pensó en buscar el hoodie de Michael, solo que dudaba mucho en que él asistiese a la obra o que siquiera pudiese encontrárselo. Por ello solo venía a descargar su pesada mochila. El resto del elenco se había llevado todo a la escuela y seguramente se estaban preparando, pero él no legaría tarde, calculaba que tendría tiempo suficiente para prepararse allá, de cualquier modo no haría más que ponerse el vestuario.
Una vez preparó su mochila salió del cuarto en dirección a la sala. Por costumbre había dejado las llaves del auto en el llavero, pero cuando se dispuso a acercarse más para tomarlas se detuvo al escuchar a su padre hablarle. Lo observó, estaba sentado en la mesa junto a una pila de papeles y un café.
–¿A dónde piensas ir, "privado"? –Paul sonrió nerviosamente sin poder disimular mucho la preocupación en sus ojos. Jeremy reconoció eso por lo que alzó una ceja alzándose de hombros, como si fuera bastante obvia la respuesta a esa pregunta.
–¿A la obra?
–¿Qué obra? –El hombre se mostró sorprendido y Jeremy pues... Se sintió un poco idiota. Claro que su padre no sabía que estaba en una obra escolar ¿Cuándo se enteraba él de su vida? Nunca. Tendría que haber inventado una mentira para evitar que la charla se extendiera más de lo innecesario que sabía que era. –¿Estás en una obra? –Él volvió a preguntar, borrando su sonrisa ante el silencio expectante y sarcástico del más joven, quien ahora le miraba como si lo creyera tonto por no saberlo. –¿Tomaste mi auto en Halloween?
Así es, puede que Paul fuese muy despistado para muchas cosas, pero ¡Vamos! Era oficial de policía ¿Cómo demonios no iba a enterarse del incendio que hubo en la fiesta de Halloween de uno de los compañeros de su hijo? ¿Y cómo no iba a enterarse de que él asistió, si él se llevó el auto esa noche? No necesitaba tener más de dos dedos de frente para darse cuenta de ello.
Jeremy se puso un poco nervioso, aunque no demasiado. Sí, no le había pedido permiso a Paul para ir a la fiesta ¿Y qué? El auto estaba sano y salvo, nadie le pinchó las ruedas hasta ahora—Lo cual era un milagro después de haber enojado a tantas personas en una sola noche—y lo que es más importante... Él estaba ileso físicamente hablando. No había nada que ameritara hablar, ni siquiera quería escucharlo hacerle preguntas sobre el incendio nada más porque "Como padre tenía que asegurarse de su bienestar". No quería nada de eso cuando no lo sentía genuino.
–Negación evasiva. –Indicó su Squip. Jeremy no lo vio como una mala elección así que fingió demencia, pero le salió tan mezclada con fastidio que eso lo delató.
–No sé de qué hablas.
–Bueno, entonces supongo que tengo que culpar a los duendes del auto. –Respondió Paul, enarcando una ceja. Sí, dos podían jugar ese juego del sarcasmo.
Jeremy chasqueó la lengua e hizo un gesto de restar importancia, decidido a irse. No necesitaba nada de esta idiotez. –Tsk, haz lo que quieras.
–¿Lo llevaste a esa fiesta? –Su padre insistió, ahora más calmado y con un tono de preocupación que debió ser muy convincente porque hasta su Squip lo detuvo, dándole una mirada atenta al adulto.
–Espera.
El adolescente no sabía a qué se debía este despertar de interés de su acompañante digital, pero de todos modos lo obedeció y volteó nuevamente hacia su padre, quedándose en silencio para permitirle hablarle.
A él no le importaba tanto qué tuviese para decirle, pero ya que su Squip quería saber... Bueno ¿Por qué no? Tan solo deseaba que fuese algo rápido.
–Estoy preocupado por ti. Vas y vienes a cualquier hora, haciendo Dios sabe qué, usando ropa nueva... ¿Qué está pasándote?
–Dile la verdad.
Por reacción miró a su Squip de reojo con los ojos bien abiertos. Sabía que podía leerle la mente, aun así no pudo evitar ese impulso ¿Es que acaso estaba loco? Ya había intentado lo mismo con Christine ¿Y qué pasó? Pues que ella le tomó por loco y trató de ignorar completamente el asunto esa misma tarde,—Lo cual agradeció mucho porque la charla hubiese sido bastante incómoda y difícil de abordar para ambos—lo que le dejaba claro que confesar algo tan irreal y loco a la gente no era la acción más sensata que podía hacer, pero... ¿Qué más daba ya? No es como si fuese lo más estúpido que haría en su vida, y además... Solo era su padre, hace mucho que no le importaba su opinión.
Sin más que dudar, tomó aire y lo soltó todo con naturalidad, con más de la que esperaba expresar para ser honesto. –Tomé una súper-computadora del tamaño de una pastilla, llamado "Squip". Está en mi cerebro... Y me habla, y hace que las cosas mejoren.
Un silencio tenso se formó tras su respuesta, y tal cual esperó desde el inicio: Su padre parpadeó sin quitar esa expresión anonadada de su rostro, que pronto se volvió una extraña mezcla de angustia y fastidio. No tembló ni mucho menos se inmutó por ello, al final de cuentas lo veía venir.
–Si ni siquiera vas a tomarme en serio...
–¿Por qué debería? –Soltó rápidamente. Su padre lo observó sorprendido.
–¿Disculpa?
–¿Se supone que debo creer que te importa qué pasa conmigo?
No se molestó ni un poco en ocultar lo indignado que se sentía en ese momento. No por un regaño o una observación, eso era lo de menos. Lo que sí lo cabreaba es que había esperado años, AÑOS, para que el hombre sentado tan cómodamente en esa silla al cual llamaba "padre" demostrase al fin algo de interés y preocupación por él ¡Y lo hacía justo ahora! ¡¿En serio?! Parecía un puto chiste que al fin lo notase justo cuando muchas cosas habían empezado a ir mejor para él.
Paul se calló un momento y Jeremy casi daba por terminada la conversación, pero entonces lo vio tomar los papeles que estaban a su lado y levantar el del frente ¿Qué era? ¿Una prueba reprobada? ¿Quería regañarlo por un mal examen?
–¿Qué es esto?
Fue cuando hizo esa pregunta que miró más detenidamente el papel, y tragó en seco sintiendo que empezaba a sudar. Esa era su lista de humillaciones diarias y... Jesucristo, no era solo la de este año, todas las demás de las cuales no pudo deshacerse estaban ahí ¡Mierda! ¿Por qué no pudo simplemente quemarlas como a las otras en vez de dejarlas juntar polvo sobre un mueble?
–E-Eso... Es solo basura. –Titubeó intentando mantener firme su hablar y su misma postura, sin embargo se volvía más complicado concorde su padre seguía hablando, frustrándolo cada vez más.
–Jeremy, ya deja de mentirme. Explícame que es esto. –Insistió, ahora más alterado y afligido por la falta de respuestas. Imaginaba tantas cosas horribles y... Dios, tan solo necesitaba una explicación, no que Jeremy evitase mirarlo como si no tuviese nada que decirle. –Jeremy... Escúchame, lo creas o no, soy tu padre ¿Entiendes? Me preocupo por ti, quiero saber cómo estás o qué pasa contigo. Me importa lo que te pase.
–¡ESO ES MENTIRA! ¡No te importa! ¡Nunca te ha importado una mierda!
Finalmente se quebró como prometió nunca hacer frente a ese hombre. Se había dicho muchas veces que no le iba a permitir verlo en este estado sollozo y vulnerable, porque no lo merecía, porque no era la persona con la cual desahogarse, pero mírenlo nada más. Es que... Por un carajo ¡Estaba hasta la mierda de todo lo que pasaba a su alrededor! Esto tan solo fue la gota que había rebalsado el maldito y condenado vaso, y así como la desdichada gota que era tendría que soportar oírlo.
–¡Por Dios, papá...! ¡¿Tienes justo que "preocuparte" por mí en mi mejor momento?! ¡¿Sabes hace cuánto vengo reuniendo esas putas hojas?! –Se sorbió la nariz tratando de secarse los ojos, haría eso y lo que sea para no mirarlo. –¡La pasé para la mierda desde que tengo memoria! ¡Nunca te das cuenta de nada! ¡Nunca interviniste en mi vida cuando debías! ¡Incluso Tania y Lisa saben más de mí que tú! ¡Mi vida es un jodido desastre, mucho más ahora! ¡Un chico casi me mata porque su ex quiso conmigo! ¡Lastimé a una chica! ¡Michael y yo peleamos y él probablemente me odia porque soy un imbécil de mierda! ¡Todo yo soy un maldito desastre desde que tengo la desgracia de existir pero te das cuenta justo cuando estoy tratando de mejorar las cosas! –De más estaba decir que Paul estaba incluso aterrorizado de lo que escuchaba, incapaz de decir algo porque cada vez que lo intentaba Jeremy volvía a reclamarle. –¡¿Se supone que debo pensar que te importo?! ¡Mírate al espejo! Desde que Shannon se fue te sientas como si esperaras que ella regrese. Y si lo hiciera ¿Sabes qué va a encontrar? ¡A dos perdedores! ¡Uno de ellos tan asustado de tener una vida que ni siquiera puede ponerse unos pantalones! ¡Y el otro tan inútil y patético que ni siquiera sabe por qué mierda sigue viviendo!
El confundido hombre tuvo la oportunidad de formular las pocas palabras que pudo pensar solo cuando Jeremy se vio obligado a parar. Su garganta suplicaba que soltase un poco más de su llanto antes de seguir o lo único que saldría de él serían balbuceos mudos inentendibles. –¿Cómo puedes...?
–¡Supéralo, papá! ¡Ella nunca nos quiso! ¡Nunca amó a ninguno de los dos! ¡Yo lo superé, trata de hacerlo tú! Pero deja de hacerte el buen padre conmigo diciendo que te importo, porque no has sabido nada de mí desde que esa mujer se fue y olvidaste que vivimos en el mismo techo.
Solo entonces todo volvió al silencio, exceptuando uno que otro sonido que hacía el más joven con su respiración alterada.
Paul no le quitó los ojos de encima, todavía tan shockeado que le costaba terminar de entender todo, y de pensar en algo que decir. Pero... ¿Qué se supone que tenía que decir ahora? ¿Podía considerar esto una insolencia? Por supuesto que podía, sin embargo... Le costaba hacerlo.
–Podría castigarte.
El joven Heere resopló una risa baja al terminar de limpiarse lo suficiente el rostro para tomar las llaves del auto. –¿Sabes qué? No creo que puedas. –Lo miró por última vez, esperando que hiciera algo, pero no, solo se quedó ahí callado. Aquello lo decepcionó. –Buena charla, no me esperes despierto.
Y así sin más salió de la casa, increíblemente no dando un portazo como demandaba hacer por el bien de su cordura momentánea. Quería golpear algo, pero lo único a lo cual atinó es a meterse en el auto tirando la mochila en el asiento del copiloto y a golpear el volante, aunque eso solo le sacó un corto alarido adolorido. Se le olvidaba lo duro que era ese jodido volante.
Estaba tan furioso ¿Cómo es que luego de años de suplicar atención de parte de su viejo este venía a dársela cuando se había resignado a ella? ¿Cómo se atrevía a tratar de ser el padre responsable tan tarde? No, no es que no creyese que su padre lo quisiera. Por Dios, seguía siendo su padre y le constaba su cariño pero... ¿En serio esperaba que lo tomara en cuenta cuando no lo demostraba? ¿Debía ceder ante su "preocupación" tantos años tarde?
Su Squip, tan presente pero callado como siempre solo se limitó a verlo con curiosidad.
–Ugh... Pierdo el tiempo, vámonos ya a la obra. –No quería pensarlo más. Ya había sido suficiente descargarse sin arrepentirse como para meditar a estas horas. La obra comenzaría dentro de poco tiempo, tenía que asistir ya.
Jesús... Esta semana no podía ponerse peor.
. . .
–Le aseguro que esto es inofensivo, señor Reyes ¿Ve? –Insistió ella, tomando el Erlenmeyer de cristal para sacudir frente a él el líquido verde y brillante que burbujeaba adentro. –Es solo Mountain Dew con algo de colorante comestible para hacerlo brillar y algunas tic tacs. Creo que algo de azúcar extra en la obra le dará motivación al elenco.
El profesor Reyes se quedó pensativo observando la falsa poción de la obra, que Jenna colocaba sobre la mesa. –¿Segura de que no es peligroso? Hemos tenido problemas con eso antes.
–Se lo aseguro. Ante cualquier cosa tomaré la responsabilidad por eso. Es más, puede probarlo usted mismo si quiere comprobarlo.
–Sería lo mejor que lo haga. Después de todo tengo que ser el adulto responsable aquí.
Jenna amplió una sonrisa antes de ceder al señor Reyes el contenedor de la bebida y río por dentro, sabiendo que este era el último maestro que le faltaba dejar fuera de combate.
La profesora Sawyer, la señorita McNamara, la profesora Heron, la enfermera Duke, el director... Se había encargado de todos los adultos responsables de ellos que estaban en el edificio a estas horas con éxito, y solo le faltaba el director de la obra para tener éxito.
Jenna ya casi podía saborear su nueva vida exitosa y próspera donde todos, incluyéndola a ella, dejaban de ser niños lamentables.
-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-
En serio lamento haber tardado, la inspiración no me golpeaba últimamente y tardé debido a la escuela. Pero ya estoy vacacionando y me tienen para ustedes, tesoros 💕 les dije que no abandonaría este fic~
Perdón a los que esperaban tener más de Paul, pero verán... La cosa es que decidí dividir The pants song en dos partes porque sino este capítulo me quedaba corto, y el siguiente también. Aquí tenemos la confrontación de Jeremy y Paul, donde nos centramos en Jerry, y en el siguiente capítulo ya puedo desarrollar más completamente los pensamientos de Paul.
Así sentiré que la canción está completa, ya que lo de ahora solo fue la escena previa.
Este capítulo no me gusta tanto comparado a los demás porque no puedo hacer mucho con The Squip song AAAA
Estoy tan emocionada por el final que se acerca 💕✨
Espero que les haya gustado, los amo, bye ❤️👀
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top