Cap 06

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En ese momento, Yoongi se encontraba completamente concentrado en la cocina, con sus manos moviéndose de un lado a otro, mientras su garganta tarareaba una melodía; Se encaminó de nueva cuenta a la isla y tomó un cuchillo entre sus manos, deslizándolo por la cebolla, cortando esta misma en rodajas finas

Sonriendo con satisfacción al ver el desayuno en su próximo fin

Se encontraba orgulloso de sí mismo, al preparar algo con sus propias manos. Corto el pepino en trozos y se giro al escuchar el sartén chispear por el aceite, por lo que tomo los huevos y los rompió contra el borde del sartén, observando por un segundo como estos se cocinaban, alejándose un poco al ver crecer una gran burbuja de aceite entre ellos

Nada sucedió y aquello alivio el pecho del hombre con mandil, olfateo un poco el aroma en la cocina y sonrió con satisfacción, era un aroma digno

No era un olor tan desagradable

Con un poco de impaciencia, miro los huevos freír, esperando el preciso momento para añadir los otros ingredientes, sin embargo, un grito lo hizo saltar en su lugar

— ¡Déjame ir! — Gritó Jimin desde el sótano — ¡Alguien, por favor!

cerrando por un segundo sus ojos, dejando escapar un suspiro, negó con su cabeza, escuchando los insensatez gritos de Jimin, seguramente ya se había aburrido, pero no era como si pudiera hacer algo más, tenía la certeza de que si lo dejaba subir a su habitación, se lanzaría desde la ventana con tal de escapar y él no permitiría que aquello ocurriera

Primero debía ganar su confianza

Tomó una espátula y volteó su ahora tortilla, mirando el perfecto amarillento, tan similar al hermoso anterior color de cabello de Jimin. Sin evitarlo sonrió y colocó la tortilla en un plato de vidrio

— Espero que le guste — habló consigo mismo, dejando el plato plano en la bandeja, junto a la avena, el jugo, los panes tostados y la ensalada

Había despertado muy temprano, solo para preparar un digno desayuno para Jimin, no planeaba dejarlo pasar hambre, sin embargo, cada vez que intentaba alimentarlo, este mismo se encargaba de mostrar su disgusto por su comida, ni siquiera la aceptaba

Comprendía que era por la situación, no todos los días te secuestra un hombre que desea experimentar sus historias y decide actuar como un lunático

Pero, llegaba a preguntarse, si aquel lindo hombre no sentía hambre o no sentía ansiedad al no tener nada en su estómago que consumir

Con seguridad tomó ambos lados de la bandeja, volviendo a tararear aquella melodía que amaba tanto, caminando por todo ese camino que conocía bien, para luego dejar la bandeja en el suelo y abrir la puerta con las llaves

— ¡Por favor! — gritó tras gritó 

Gritos que solo llenaban de satisfacción a un retorcido hombre, un hombre que vivía cómodamente en ese momento las páginas de su propio libro, cada dialogó, cada párrafo, era simplemente perfecto. Todo era tan perfecto, todo era como si él fuera Yoon Han y Jimin fuera su adorado Jaiden

Una sonrisa se instaló en sus delgados labios al escuchar un ligero sollozo mezclado a un gruñido, Jimin se encontraba frustrado, no encontraba una manera de poder escapar de él y aquello solo llenaba de vida al inexperto corazón del escritor de páginas

Un fabricantes de relatos, consumido en una temática realista, experimentando su propio escrito

— Por favor... — Volvió a rogar Jimin, agitando el inhumano corazón — alguien...

— Algún día me amaras como Jaiden ama a Yoon han, Jimin — soltó en un susurro para si mismo, terminando de abrir la puerta, dejándola abierta de par en par, erizando la piel del sollozante hombre

Bajo su mirada hacia el ahora peliazul, sonriendo cálidamente ante él, observando detalladamente sus hermosos rasgos y cómo sus mejillas se habían desvanecido por una ligera desnutrición; A pesar de tener esa apariencia tan vulnerable, era simplemente hermoso

La mirada de Jimin se desvío y se maldijo al ser descubierto en su llanto, mordió su labio inferior y escucho la puerta cerrarse, a los segundos arrugando su nariz al sentir el olor de la comida; Su estómago se contrajo y sintió como este mismo gruñía y lo desgarraba internamente, rogando un poco de alimento

Apretó sus ojos al igual que sus labios, sintiendo como una pequeña lágrima se deslizaba por el puente de su nariz, hasta ceder completamente; escucho los lentos pasos y se removió en su lugar al sentir el aumento en el aroma

Estaba hambriento, lo admitía, estaba muriendo de hambre, pero, su orgullo no permite aceptar comida de aquel deplorable hombre

— Buenos días cariño — saludo al encontrarse en frente de su adorado amante, observando con tanta atención como evadía su mirada con recelo— He traído un poco de comida para ti — se encargó de informar, dejando la bandeja en la mesa de madera aún lado de Jimin

—Llévate tu porquería — soltó en un gruñido, cerrando sus ojos, evitando el mirar aquella comida que se olía deliciosa — No necesito nada de ti, prefiero morir de hambre

— Eres demasiado orgulloso — negó con su cabeza, divertido de aquella actitud, simplemente era su hermoso Jaiden en vida propia  — sólo permíteme alimentarte

Silenció, Jimin se negó a responder y aquello solo causó una explosión de sensaciones en Yoongi, en su libro, en el había ocurrido aquello... Podría recrear escenas con Jimin y hasta podría crearlas, saldría de su bloqueó

— ¿Qué haces? — preguntó, abriendo sus ojos con una molestia camuflada en el temor, sintiendo como una de las manos de Yoongi tomaba su rostro y lo obligaba a verlo

—Me encanta tu manera de odiarme — admitió, permitiendo que en su oscura mirada se apreciara el brillo de la euforia, mientras sus manos acariciaban las mejillas del peli azul — ódiame más, te lo ruego — deslizó su mano, hasta acariciar la nuca del menor, creando un temblor en su cuerpo

— Tu, tu — maldijo por su tartamudeó, observando como el rostro ajeno se acercó al suyo con una intención que él se encargó de evadir al girar su rostro, escuchando la risa gruesa en su oído

Su corazón latía con temor, se sentía tocado por una serpiente o una clase de animal cual gozaba de jugar con sus alimentos; los ojos de Jimin se cerraron al sentir el filo de la lengua de Yoongi deslizarse desde su mejilla hasta el lóbulo de su oído

—Por favor, ódiame — volvió a pedir en un tono tétrico, jalando con cuidado el rostro de su amante incierto, obligándolo a mirarle — mientras tu me odies, yo me obsesionare y te convertiré en mi bailarina en caja de cristal — susurró su más preciado dialogó, mirando como el temor comenzaba a pintar el pálido rostro de Jimin

¿Dónde había quedado su seguridad?

¿Por qué estaba cediendo a un silencioso llanto por el temor?

¿Por qué estaba permitiendo que aquel hombre viera lo vulnerable que era ante su oscura mirada y seductora sonrisa?

¿Por qué se veía tan interesado por él?

¿Por qué veía en aquella obsesión un amor que nunca vio en la mirada de su esposo?

— Cariño — llamo, deslizando su mano izquierda por aquella mejilla que deslizaba lágrimas— no llores, yo nunca te dejare, eres muy importante para mi

— te lo ruego — habló con su voz quebrada por el temor, mirando el cambio en la mirada ajena, sintiendo como su nuca era acariciada con delicadeza

— ¿Qué ruegas?

—Tu piedad

—¿Mi piedad? — elevó ambas cejas, consumido en su propio asombró, siendo en ese momento él, quien se viera consumido por aquella grisácea mirada

Observando como aquella aura altanera se había desvanecido, permitiendo que sus ojos vieran la realidad fuera del libro, Jimin era una víctima, una víctima temerosa de su vida, al igual que lo era Jaiden en su libro, pero a diferencia de Yoon han, Yoongi solo se acerco a besar castamente aquellos secos y rotos labios

Sintiendo aquella áspera sensación, sintiendo como estos mismos temblaron al sentir su suavidad; Jimin miro un punto vacío en la pared y cerró sus ojos, moviendo torpemente sus labios al ritmo de aquel hombre... Estaba confundido, no debía sentir nada, no debía sentir el placer entre el temor y el odio

Pero, nunca en toda su vida, había sido besado de aquella manera...El sótano comenzaba a tener otro significado; Sus labios fueron humedecidos por la lengua del hombre sin nombre, como si esta fuera una clase de labial

— Mhg — Jadeo y se removió, soltando un quejido por el dolor en sus muñecas y piernas

—Abre la boca — pidió en un susurro, distanciándose un poco de los labios esponjosos, los cuales irónicamente buscaban los suyos a ciegas, abriéndose a los segundos

Pero para sorpresa de Jimin lo que ingresó en sus labios no fue la lengua de aquel hombre pálido, si no un trozo de fruta, el cual creó un estremecimiento en todo su cuerpo, obligándolo a sentir una corriente eléctrica recorrer sus mejillas

Sus ojos se cerraron con más fuerza y su cuerpo experimentó el más grande de los placeres, la comida, mastico con rapidez y tragó, sintiendo como aquello se deslizaba por su garganta, descendiendo a su estómago el cual gruñó renuente a solo ser alimentado con aquello

Jimin abrió su boca nuevamente y sintió como unos dedos introdujeron un trozo de piña, el sabor era tan irreal, como si él nunca hubiera tenido la dicha de probar los sabores; Su estómago se contrajo y su lengua saboreo toda su cavidad bucal, buscando la mínima partícula, pero, antes de que siguiera aquellas acciones, sintió como su mentón fue tomado con delicadeza y los labios ajenos se plantaban a los suyos

Intentó alejarse y gritarle, pero al abrir sus boca, saboreo un exquisito líquido que se traspasaba de aquellos labios a su boca sin un reparó, era espeso y dulce, era, no recordaba que era; Su sabor era dulce y lechoso

Abrió sus ojos, permitiendo que Yoongi apreciara como sus pupilas se dilataban por la explosión de sabores, giró su rostro a la bandeja y miró con desdén aquel tazón ¿Era avena?

No recordaba el último día donde comió de ella y así como si nada, fue consciente de cómo fue alimentado, observando como ahora un trozo de tostada era alineado en sus labios, mientras aquel demente lo mirada con tranquilidad, esperando que permitiera alimentarlo

—Ten tendré piedad si comes — se atrevió a decir Yoongi, sonriendo al ver la desesperación con la cual Jimin mordía el trozo de pan y lo masticaba con completa dicha

Sin embargo, Yoongi no comprendía la piedad que Jimin rogaba, una piedad que rogó por todo un matrimonio, siendo alimentado con simples verduras de bajo estímulo con tal de mantenerlo delgado, aquel chico que devoraba con total placer la tortilla había sido secuestrado de un infierno

Pero el tampoco era consciente de que en ocasiones el cielo no se veía de la mejor manera

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Estoy de regreso

Se que no me extrañaron, pero aquí estamos jaja

Entre el rey y la reina, te aseguro que desearías ser el peón 

Att: Dem

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