Cap 03

▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔

▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔

 — Es increíble que aún luego de la muerte me causes tanto disgusto querido — murmuró para sí mismo el rubio, observando el reloj en la pared

Se haría tarde; Pero no iría a sus sesiones psicológicas sin antes haber bebido un café... pero tampoco deseaba ser imputar, aquello era desagradable

¿Cuánto tiempo se tomaron?

— Disculpa — llamó, intentando no demostrar su impaciencia — ¿Podrías apresurarte un poco? Tengo algo que hacer

— El tiempo es una virtud — comentó con una sonrisa amable y cálida

Sin embargo, solo fue una sonrisa que creó un revoltijo lleno de molestia en los intestinos del mayor por su desagradable comentario

— La puntualidad es una dicha — se atrevió a decir, presionando sus uñas contra la madera del mostrador

La puntualidad es una dicha Jimin

Solo me retrase un minuto

Un minuto que podrías haber usado haciendo la cena o algo más

Flash Back

— Lo lamento cariño — se lamentó, sonriendo ligeramente, intentando apaciguar la molestia en la mirada de su esposo

— Jimin — reprendió con solo mencionar su nombre — el tiempo y la puntualidad es una dicha que no puede ser desperdiciada —- negó con su cabeza, tomando el mentón del rubio, obligándolo a subir su mirada y conectarla a la suya

— no quiero, hoy llueve — suplico con su mirada gris, siendo consciente de su penitencia — tendré frío

— Debiste pensarlo antes de holgazanear — sonrió con cinismo, soltando al más bajo, para luego limpiar su mano con completo afán — colócate tu traje y ve a la casa de perro, dormirás esta noche en aquel lugar

—Pero cariño...

— Tu mismo deseaste este castigo por tu impuntualidad — se giró, caminando hacía el sofá, sentándose — No quiero ver tu rostro al girar, ve acatando la orden querido

— Está bien — respondió, apretando un poco su camisa entre un puño en su mano derecha

—Tampoco tienes derecho a comer está noche — dijo en un tono alto, acomodándose en el sofá, tomando el control remoto — Ten una linda noche pequeño borrego — río por lo bajo, escuchando los pasos de Jimin a su espalda

▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔

— Por favor, te lo ruego — suplicó contra la puerta trasera de la casa, escuchando los truenos, cerrando con fuerza sus ojos al ver la noche aclararse por los relámpagos

— Debes aprender Jimin — se limitó a decir, observando a su esposo completamente humedecido — No cambiaré de opinión — sorbió un poco de café de su taza caliente

— Aprenderé de la puntualidad — pegó completamente su pecho a la puerta con temor — seré puntual...

— Me alegro de escucharlo, pero debes continuar con tu castigo

— Tengo miedo — admitió, girando un poco su rostro, mirando la casita de perro donde muchas noches descansaba — déjame entrar, prometo ser un buen esposo

— Detesto escucharte de esta manera tan patética — chasqueo su lengua, tomando la cortina

— No, no, no, por favor — pidió desesperadamente, golpeando la palma de sus manos contra el cristal — por favor, déjame entrar — sollozó

— Los animales no demuestran sus emociones Jimin — lo observó con repudio, mirando cada pequeña gota que deslizaba desde la comisura de sus ojos — Los borrego no demuestran temor

— Yo no soy una mascota... no soy un animal — mordió su labio inferior, intentando ocultarse de la tormenta

— Lo eres, créeme que lo eres — sonrió ladino, observando el respingo del rubio y como desesperadamente golpeaba el cristal con sus manos — solo un animal estaría de esta manera

— Por favor, déjame entrar, quiero estar en casa — volvió a sollozar

— Solo un animal me observaría con tanta súplica, solo un animal se encontraría tan sucio, solo un animal lloriqueaba como lo haces

— amor...

— Déjame escucharte, gruñe, tal vez, te deje entrar si lo haces — asintió ante sus propias palabras

— ¿Seguro?

— Si — Espero pacientemente, pero en el solo segundo, donde escuchó la garganta de Jimin emitir un gruñido corto, comenzó a reir o mejor dicho a carcajearse — descansa querido, buenas noches

— No, no — alzó la voz, golpeando el cristal, deslizándose por este hasta sus rodillas chocar contra el frío concreto, sintiendo los espasmos de su cuerpo mientras sollozaba con fuerza, mirando como su esposo se alejaba, subiendo las escaleras de su hogar

La puntualidad era importante...

End the of Flashback

— Señor Park — Volvió a llamar, dejando el café enfrente del rubio — señor, su café está listo

— ¿Eh? — parpadeó un par de veces, saliendo de su ensoñación

Solo hasta ese momento su mirada gris, observando al joven que lo atendía con completa paciencia. Bajo su mirada y miró el café

¿Cuánto tiempo permaneció en sus recuerdos?

¿Cómo era posible que su esposo lo atormentara aun luego de la muerte?

— Gracias... — intento sonreír, tomando su café, dirigiendo nuevamente su mirada al reloj

Treinta minutos, solo faltaban treinta minutos para su cita con el psicólogo; Se sentía ansioso, nunca había sido tan impuntual en aquel lugar

—El tiempo es una virtud señor Park — se atrevió a hablar el chico de hebras negruzcas, ganándose la mirada de Jimin — no se preocupe mucho por el tiempo

¿Debía escuchar a un niño?

Luego de un corto asentimiento y de haber tomado su café, se apartó de la línea de espera, observando de reojo como aquel chico sonreía y seguía su trabajo con completa paciencia y dedicación

En un punto de su vida, él había sido de aquella manera

Recordaba que trabajaba en un supermercado, era un trabajo muy humilde, pero era feliz en él, era feliz ayudando a las personas, conociendo nuevas, observando a los niños insistir por una golosina; Cuanto desearía regresar a sus veintes y volver a vivir el amor de la vida

Y no encontrarse de aquella manera tan cerrada y temerosa, ahora ni siquiera poseía un amor como el que obtenía cada día en su pasado

Sus sueños y adoraciones ni siquiera eran los mismos

Mientras en el pasado deseaba casarse, vivir con el amor de su vida, tener mascotas y un bebé, ahora su único deseo era asesinar, ahogar y torturar al hombre que lo condenó a tanto dolor en vida propia, no importaba que estuviera muerto...

Deseaba ir por él y golpearlo un vez más, rogaba él golpearlo cada vez que su pútrido recuerdo aparecía en su mente

— Adivina quien soy — cantó una voz poco reconocible para el rubio, apartándolo de la luz del sol al cubrir sus ojos con sus manos, pegando su pecho a su espalda

Una voz ronca, un tanto áspera, en un tono tan sutil y aterciopelado

— Suélteme, no se quien es — admitió, llevando una de sus manos a las ajenas, tocándolas, sintiendo su suavidad, era extraño

Se removió, escuchando la ronca risa ajena

— Sabes muy bien quien soy — susurro un poco más cerca del oído del más bajo

— No, no lo sé — volvió a removerse, sintiendo como las palmas de esa persona evitaban el lastimar sus ojos — suéltame, voy tarde a un lugar

—No vas tarde

— ¿Cómo lo sabes? — jalo la mano, girando, sin embargo, no logro hacerlo completamente, al sentir como esa persona se abrazaba a su espalda y evitaba que girara

Él no tenía amigos, era imposible que fuera un amigo, sus familiares viven lejos, pero parte de la familia de su esposo lo conocía

—Simplemente lo sé — volvió a hablar y solo hasta ese momento Jimin reconoció aquella voz, junto aquella loción que se deslizaba por sus fosas nasales

Era él, era aquel lunático que no lo dejaba en paz

¿Lo estuvo siguiendo? ¿Lo acosaba?

—Ya se quien eres, suéltame— exigió, removiendo, sintiendo como su espalda se restregaba contra el pecho de aquel hombre

— ¿Por qué cambiaste tan pronto de actitud? — bufó, liberando al rubio, observando con atención como este, giraba y lo miraba con el mismo desprecio de siempre

Una molestia sin sentido

¿Era por haber visto los cadáveres a su espalda? ¿Acaso él no había asesinado a su esposo?

—No te conozco y tu no me conoces — volvió a señalar como todos los días — estoy casado

—Con un cadáver — murmuró infantilmente, sintiendo el empujón brusco en su pecho

—Pero aun asi lo estoy

—Solo quiero invitarte a salir Jimin, no te estoy pidiendo permiso — se atrevió a tomar la mano del renuente rubio, sonriendo ligero al ver sus ojos bajar a su tacto

Adoraba ver lo difícil que era, ver su molestia, ver el cinismo en su mirada, escuchar sus pequeños susurros y observar cómo su cuerpo cedía ante la simple muestra de cariño, pero su cerebro lo juzgaba

— Pierdes el tiempo — jaló su mano, golpeando un poco los labios delgados de Yoongi, al momento donde lo vio subir su mano hacia estos mismo, con la intención de besarlo

—Tal vez, no lo he pedido de la mejor manera — frunció un poco su frente, acariciando un poco su boca por el dolor causado — Jimin, Park Jimin

¿Cómo sabía su nombre?

— ¿Me darías el honor de tener tu presencia a mi lado en una salida por alguna parte de Seúl? El honor de tener tu hermosa presencia ante mis ojos y poder sostener dulcemente tu mano, antes de ambos ceder ante el deseo carmín que hunde nuestros corazones

— ¿Qué? — retrocedió cuatro pasos, mirando con horror a aquel pálido que lo miraba con tanto detalle, analizando cada pequeños movimiento

— Por favor — pidió, extendiendo su mano en dirección de la mirada gris — mi dulce príncipe del sueño, concédeme el vals de mis propios relatos en tu compañía

—Está loco — volvió a retroceder, sintiendo sus mejillas calentarse por tanta insistencia— lamento arruinar lo que sea que hagas, pero debo irme

Se giró, intentando alejarse lo más pronto posible de aquel hombre tan extraño, pero entre más caminaba, sentía su mirada por todas partes... Estaba siendo cazado por un depredador, necesitado de su propia sangre

Un depredador real, que fue consciente de su propio deseo carmín, ante la sangre humana

— Es un lunático — volvió a hablar para sí mismo, girando un poco su rostro, mirando de reojo a sus espaldas, inconscientemente buscando a aquel hombre de hebras negras

Pero no había nadie, nadie conocido

—Eres tan dulce — susurro para si mismo el pálido, caminando desde el otro lado de la calle, mirando con dulzura a su protagonista en vida propia

Era tan adorable

¿Cuánto tiempo tendría que esperar?

No deseaba ser brusco con él, pero admitía que si escuchaba otra negativa escapar de sus labios, no controlaría sus pensamientos intrusivos

▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔

Entre un Rey y una Reina, te aseguro que preferirás ser un Peón

Att: Dem

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top