•Iɴᴛʀᴏᴅᴜᴄᴄɪóɴ•
Aeropuerto internacional de Incheon Seúl. Corea del Sur 4 de septiembre
Observó a todos lados buscando a la persona que había ido por él, y mientras caminaba disperso entre la gente que acababa de salir del camino de abordaje, vislumbró un cartel que en letras grandes y Azules marcaba su nombre.
"Doctor Jeon Jungkook"
Analizó al hombre que lo llevaba sujeto con ambas manos, bajo el cartel al ver que se acercaba, reconociéndolo de inmediato.
—Bienvenido hombre. —saludó con una sonrisa amable pintando sus labios.
—Es un gusto volver a verlo, doctor Park. —estrechó su mano junto a la de él.
No había tenido la oportunidad de encontrarse con él desde hace más de 4 años luego de que el doctor Park decidiera volver a Corea mientras que él se había instalado en la clínica Mayo de Minnesota.
—¿Como te ha tratado la vida? Hace tanto que no te veo, te ves igual que cuando te conocí. —dijo comenzado a caminar hacia la salida, dirigiéndose al auto que ya los esperaba afuera.
—De maravilla, días más pesados que otros, pero ya lo sabes, es parte de nuestro trabajo. —comentó y el castaño asintió afirmando que estaba de acuerdo con lo que decía.
—Es verdad, aunque no puedo decir lo mismo a comparación con el hospital de Gahong, realmente agradezco que te hayan reclutado.
—Estoy al tanto de la situación. —suspiró—. Pero dime la verdad ¿realmente es así de terrible?
—No sé qué es lo que te hayan dicho con exactitud. —le respondió mientras ambos subían dentro del vehículo en la parte trasera—. Estamos muy limitados de personal, el hospital no está en las mejores condiciones y el director nos trae de aquí para allá, aun cuando los pacientes que atendemos no están dentro de nuestras áreas. Es un desastre. —negó decepcionado.
Él miro de reojo por la ventanilla del auto en tanto este comenzó a dar marcha hacia el Hospital de Gahong.
—¿No han contratado a más personal? —se giró para preguntarle.
—El presupuesto es muy bajo y muy pocos inversionistas han prestado especial interés por invertir en el hospital, no tenemos mala fama, pero aun así no quieren arriesgarse a que la inversión sea un fracaso y las comisiones de los fondos serían excesivas si eso pasará. O eso fue lo que dijo Namjoon.
Él levantó una ceja bastante impresionado.
—¿Has dicho Namjoon? ¿Kim Namjoon?
—Estará encantado de verte cuando lleguemos.
Sonrió, era increíble como el mundo podría llegar a ser tan pequeño, o al menos Corea podría llegar a serlo. Jamás imagino encontrar a sus colegas de facultad trabajando en el mismo hospital, y ahora él también lo haría.
Y no sabía tampoco lo que horas más tarde le esperaría ver.
...
No tardaron mucho en llegar hasta el hospital susodicho, estaba ubicado en un lugar bastante alejado de la ciudad, fueron casi dos horas de viaje del aeropuerto al establecimiento, incluso podría echarse a ver como un hospital abandonado, aunque no lo fuese.
El edificio no era muy grande, sin embargo, tampoco lo consideraba pequeño, lo que sí, se lo podía notar bastante viejo y desactualizado, muebles de madera viejos, sin ascensores, las escaleras eran de madera y la luz del lugar era bastante tenue, para nada comparado con las blancas y relucientes luces de los hospitales grandes, al entrar lo primero que cruzó por su campo de visión fue un grupo de enfermeras que estaban reunidas en una esquina tomando alguna clase de bebida con cafeína.
Jimin se acercó hasta ellas y estás inmediatamente sonrieron casi haciendo evidente la atracción que sentían por el mayor.
—Buenas tardes doctor Park. —empezó una castaña acercándose a él con una amable sonrisa.
—Buenas tardes señorita Soojin. —saludó para después girarse y mirarlo—. Compañeras, él es Jeon Jungkook nuestro nuevo cirujano cardiotorácico y próximo jefe de cirugía general de Gahong.
Las mujeres ahí dejaron de prestarle atención a Jimin para observar a Jungkook quien reverenció brevemente.
—Es un gusto estar con ustedes, Jeon Jungkook para servirles.
Las chicas sonrieron y asintieron, algunas murmurando por lo atractivo que les parecía aquel hombre, mientras que otras lo felicitaban por haber llegado.
—Vaya, vaya, pero mira a quien tenemos aquí, Jungkook-ah. —el azabache giro su cabeza y finalmente sus mejillas se abultaron mientras sus labios se abrían en grande, sonriendo.
Kim Namjoon, su mayor inspiración.
—Es un placer volver a verlo Doctor Kim. —saludó, y el hombre de cabello rubio casi gris le estiró la mano para tomar la suya y estrecharla con amabilidad.
—El placer será nuestro por tenerte aquí, serás de gran ayuda para nosotros y el hospital en general.
Asintió dándole la razón.
Jimin y Namjoon llevaron a Jungkook hasta la sala de conferencias donde ya esperaba por él un hombre un poco más bajo que él, sus compañeros se retiraron dejándolo solo con aquel hombre.
Se acercó un poco, pues aquella persona parecía estar sumergida dentro de sí mismo y el gran panorama que tenía enfrente.
Fue tan pronto como la presencia de Jungkook se hizo más cercana que se giró y finalmente lo observó.
—Buenas tardes director Min. —dijo inclinándose, mostrando respeto en su reverencia.
—Oh, tú debes de ser Jeon Jungkook ¿no es así? —Jungkook asintió—. Es un alivio que hayas llegado, espero que tu viaje haya ido bien.
—Lo fue, muchas gracias. Es un honor para mí estar aquí.
—He escuchado de tu fama en los Estados Unidos, y he visto una de tus investigaciones más recientes sobre los problemas cardiovasculares, tus hipótesis y conclusiones fueron impresionantes. ¿Cuánto tiempo te llevo todo aquello?
—Dos años, tres meses y catorce días, señor.
—No cabe duda que fue un trabajo arduo entonces, verdaderamente espero que tu estancia aquí pueda ser igual de amena que en la clínica Mayo. —mencionó luego de hacerle una señal para que lo siguiera.
Jungkook se acomodó las mangas de su bata y camino detrás de él pasando hasta lo que parecía ser su oficina.
—Me han dicho que están cortos de personal médico, ¿Es verdad lo de los inversionistas?
El hombre mayor suspiró con un atisbo de tristeza.
—Para mí mala suerte sí, es verdad lo que te han dicho. Las ofertas de empleo que hemos enviado a varios médicos egresados recientemente de la universidad han sido rechazadas por una gran parte, la paga es buena pero no supera a la de otros hospitales que pagan casi el doble del sueldo que ofrecemos. —meditó un momento y después volvió su vista hacia Jeon—. Es por eso que te hemos contactado, si los inversionistas se enteran que uno de los mejores investigadores y cirujano de prestigio en Estados Unidos está en Gahong, hay una mayor probabilidad de que se interesen en invertir, generaríamos más ganancias y podríamos pagar por los suministros de medicamento nuevo, la remodelación y agrandamiento del equipo hospitalario y todo lo que conlleve a la mejora de Gahong, además de que el sueldo aumentaría casi un 40% para el personal.
Jungkook asintió, escuchando con atención todo lo que le decía, a decir verdad, le parecía una propuesta bastante prometedora, el hospital no parecía estar en buenas condiciones, y realmente no le importaba que él fuese parte de la estrategia para que los activos se elevaran, tenía un aprecio por Gahong y quería ayudar con lo que fuese necesario para que la clínica saliese adelante.
—Estoy dispuesto a hacer lo que me pida para ayudarle.
El hombre sonrió en grande y Jungkook pudo sentir un pequeño estremecimiento ante aquella mirada. Algo importante iba a suceder.
—Ven, toma asiento, esto nos tomará una considerable cantidad de tiempo.
...
No sabía con exactitud cuántas horas habían transcurrido desde que comenzó a leer una pila de papeleo sobre el plan de investigaciones previas fallidas y otras que no pudieron proceder por causas desconocidas.
El director Min le había dicho que, en un aproximado de casi 4 años atrás Gahong fue vinculada a un laboratorio de investigaciones sobre patologías raras en Massachusetts, pero nunca pudieron terminarlas por falta de recursos materiales y gracias a que el bono otorgado por aquel laboratorio se perdió una vez que se dejaron de realizar las mismas. Le ofreció replantear alguna de las investigaciones que nunca fueron terminadas o fallaron antes, si lograba convencer a los encargados del laboratorio GensLab sobre retomar alguna, quizá se replantearía la idea del convenio entre ambos centros y, una vez que tomase la investigación y se diera a conocer que Jungkook estaba trabajando nuevamente en algo importante dentro de Gahong, los inversionistas finalmente le dieran el sí tan esperado a la clínica.
Viéndolo desde una perspectiva cruel pero realista, básicamente todo recaería sobre los hombros de Jeon, tendría que esforzarse el doble que otros para que el plan funcionara.
Fijó su vista sobre su reloj de mano, dándose cuenta que era ya muy de madrugada, estiró sus brazos para relajar sus músculos que se habían mantenido en la misma posición durante casi 12 horas.
Se levantó finalmente, decidido a tomar una pausa e ir en busca de un buen café y aguantar durante toda la noche, aún quedaban muchos documentos por revisar y le frustraba que ninguna de las investigaciones anteriores le motivara a retomarla.
Una vez salió de la oficina del director se dirigió hasta una de las enfermeras que se encontraban ahí.
—Oh, creí que ya no había nadie más en este piso. —se sonrojó, bajando un poco lo que parecía ser un emparedado que en segundos pudo haberse llevado a la boca.
—No te preocupes. —contestó con simpleza—. He estado ahí dentro mucho tiempo, quizá no te avisaron que hoy me quedaría, soy Jeon Jungkook, cirujano cardiotorácico y el nuevo jefe de cirugía general.
—Entonces es verdad, el día de ayer durante toda la tarde he escuchado hablar sobre ti y lo guapo que eres.
—¿Y a ti te lo parece? —cuestiona, ella parecía ser muy joven y él sería de los pocos médicos que no pasaban los treinta aún.
Ella asintió y sonrió genuinamente
—Es muy apuesto doctor. —admitió, y rápidamente volvió a hablar—. Pero no lo mal entienda, solo estoy admitiéndolo, no es porque me interese usted o haya dicho algo de forma comprometedora —se sonrojo un poco y sostuvo con algo de nervios el topper que llevaba en sus manos.
A Jungkook le pareció tierno aquel gesto.
—No te preocupes, lo entiendo a la perfección. Entonces yo también quiero admitir que eres muy bonita...
—Lee Karim —se presentó—. Es un gusto conocerlo doctor Jeon.
—El gusto es mío señorita Karim. —aceptó y después continuó—. Ya que estás aquí ¿crees que puedas decirme donde puedo encontrar alguna dispensadora de café? Estaré aquí hasta que amanezca y necesito una buena dosis de cafeína—explicó.
—Ah, la cafetera de este piso se descompuso, pero en la planta de abajo tienen un dispensador muy bueno con tres tipos de café que puede escoger, yo le recomiendo mucho el de moka, es delicioso.
Jungkook asintió, tomando nota mental sobre lo que acababa de decirle aquella pequeña enfermera que le recordaba a su hermana menor.
—Muchas gracias enfermera Lee Karim, tomare en cuenta su recomendación.
—Es un placer, si necesita algo más puede dirigirse al pasillo de concentración psiquiátrica, ahí estaré yo.
—El placer es mío, de nuevo muchas gracias, disfruta tu emparedado. —dijo, antes de comenzar a caminar hacia la planta baja.
No tardo mucho tiempo cuando finalmente llego al piso principal, se sentía mucho más frío que arriba y algunos enfermeros que estaban ahí se mantenían descansando los ojos. O quizá durmiendo.
Estaba dispuesto para acercarse hasta donde se encontraba uno de los enfermeros y preguntarle en que pasillo podría encontrar el dispensador, cuando a unos cuantos pasó atrás de él escuchó algo azotar contra el piso. El golpe fue lo suficientemente fuerte para que lo escuchara, pero al parecer ninguno de los enfermeros ahí pudo darse cuenta.
Se giró con rapidez para poder observar que fue aquello, y al no vislumbrar nada se propuso caminar para girar hacia el siguiente pasillo donde observó el cuerpo de una fémina postrado sobre el suelo, sus rodillas juntas mientras una de sus manos reposaba contra el suelo, la otra sostenía su estómago.
Se alarmó cuando de su cuerpo comenzó a salir sangre abundante y se dispuso en acercarse y ayudarla. Pero no pudo continuar.
Se quedó paralizado al ver como la mujer giró su rostro, analizando todas sus facciones y un escalofrío lleno de emociones le recorrió todo el cuerpo, reconociéndola.
Tan pequeño era el mundo de Seúl para él que una vez más le había hecho otra impresionante jugada.
Su primer amor estaba ahí.
Tirada en el piso....
Y a punto de parir.
Buaaaa e vuelto, con una historia que tenía muchas ganas de subir, espero que les guste y puedan acompañarme a lo largo de esta nueva aventura. ¡Les quiero mucho mucho!
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