Soy cobarde, cuantas veces me lo habré repetido, pero no me falta razón.
El otro sábado te ví, estabas sentada en el balcón de tu habitación, leías un libro y eso hizo que mi mente volviese a imaginar mil y una formas de decirte hola pero es que soy tan estúpido que al final nunca lo hago. Me quede mirándote durante un rato que para mi parecieron horas, pero tuve que entrar a casa y todo se acabo. Y es que dieciséis años sin vernos parecen pocos pero al escribir este tiempo me doy cuenta de todo lo que he vivido, de lo que has vivido. Ojalá reúna el valor para llamar a tu timbre algún día, y escuchar tu voz de nuevo. De momento seguiré siendo Guardiandelunni, dos almas en una, donde la cobardía lidera al pelotón de guerra.