—flash forward—

—Todo lo que estamos pasando, nos está destrozando—dije. —Scott es mi hermano. ¿Pero Stiles? Él es básicamente un hermano para mí también. Se siente como si tuviera que elegir un lado. Y si elijo uno, perderé la confianza del otro.

—¿De verdad serás capaz de tomar una decisión como esa?

—A veces creo que sí. Scott es mi hermano de sangre, pero la mayor parte del tiempo no siento que estemos relacionados en absoluto. Él quiere salvar a todos. Él cree que hay algo bueno en todos. Pero no lo hay, Sé que no la hay. Y luego Stiles, difícilmente le da a la gente el beneficio de la duda cuando a veces lo necesita. Sin embargo, siempre tiene razón en algo.

—Entonces, ¿dónde encajas?

—No estoy exactamente segura. Le doy a algunas personas el beneficio de la duda, pero sigo siendo muy perspicaz . Intento ver lo bueno en todos, pero sé que no siempre hay algo bueno en las personas. Estoy atrapado entre los dos. No soy de un lado ni del otro, me siento en el medio. Y me está destrozando. A menos que sea en el calor del momento, no creo que pueda tomar una decisión.

—¿Qué hay de Liam?

—No puedo confiar en él. Ya no somos los mismos. No sé si alguna vez lo seremos.

—¿Y los otros?

—Toda la manada se ha derrumbado. Han cambiado tantas cosas que no sé en quién confiar, con quién pasar el tiempo. Y Mason ha estado en medio de Liam y yo, pero él está principalmente al lado de Liam. Yo no estoy enojada. Supongo que él está en la misma posición que yo. Ojalá no me sintiera tan sola, ya sabes

—¿Qué hay de tus poderes? ¿Están ayudando?

—Las visiones son difíciles de controlar. Quiero decir, mis emociones están tan intensas que a veces ni siquiera necesito concentrarme en ellas para tener una visión. Es mentalmente agotador, ya no sé qué se supone que debo hacer.

—Me gustaría poder ayudarte Rebecca pero nunca he tenido mucha experiencia con esto. ¿Qué hay de tu ancla como hombre lobo? ¿Las mismas reglas podrían aplicarse a tus nuevos poderes?

—No sé exactamente cuál es mi ancla—admití. —Supongo que siempre estuvo ahí.

—¿Cómo mantienes el control entonces?

—Alguien siempre estuvo conmigo. Ya sea Scott, Stiles, Liam, Lydia, quien sea. A veces toda la manada estaba allí. Sus presencias, todos parecían ayudar. Pero ahora no tengo a ninguno de ellos.

—Intenta concentrarte en la emoción común que sentiste cuando estuvieron allí

—No sé lo que sentí.

—A salvo. Sus presencias deben haberte reconfortado. Así que la emoción común debe ser el amor. Tienes que concentrarte en eso. Es lo único que puede hacerte retroceder.

—¿Cómo me concentro en eso cuando he perdido a todos?—Yo pregunté.

—No has perdido a todos todavía. Tienes que traerlos de vuelta.

—Es más fácil decirlo que hacerlo—comenté.

—Incluso si no sientes nada en ese momento, tienes que sacar a la luz los recuerdos. No importa cuáles sean, tienen que involucrar a alguien que te importa. Porque a menos que encuentres algo más, eso es lo único que tirarte hacia atrás.

—¿Y si no es así?

—Rebecca, ¿recuerdas cuando tu hermano perdió el control? Cuando perdió su ancla y cuando tuvo demasiado miedo de transformarse? Pero luego lo superó. Porque creyó.

Fruncí el ceño. —¿Tengo que creer? ¿Esa es la clave de esto?

—Es la clave de todo.

—fin del flash forward—

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—No hay olor. No hay huellas. No hay forma de encontrarlas—dijo Scott entre respiraciones.

—Pero Liam puede rugir de vuelta, ¿verdad?—Preguntó Malia.

—Solo si lo escuchó—dije con un suspiro. —Todo esto es mi culpa.

—Los encontraremos.

Negué con la cabeza. —No debería haberme ido sin...

—Bex, tuviste que tomar una decisión. Sé que fue difícil pero te prometo que los encontraremos.

—No facilita las cosas.

—¡Entonces deja de sentirte tan condenadamente culpable y concéntrate en tratar de encontrarlos!—Mi hermano espetó.

Di un paso atrás, algo avergonzada por el arrebato.

—Lo siento, es solo...

—Está bien.

—No, no lo esta—negué con la cabeza. —Probablemente deberíamos regresar.

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—Lo siento, solo estoy en el capítulo dos—se disculpó Corey. —Leo muy lento.

—Oh, está bien Corey—Mason sonrió.

Lydia y yo pusimos los ojos en blanco.

—Tiene razón—dijo Scott mientras cruzaba la puerta.

—Ahí estás. Está Kira...—me interrumpió.

—No tenemos tiempo para eso de todos modos—se acercó a Corey con la mano extendida, mostrando las garras.

—¡No, Scott, no lo hagas!—Lydia y yo gritamos.

Pero ya había clavado sus garras en la parte posterior del cuello de Corey.

Se oyeron pasos en el rellano y Stiles, Malia y Theo entraron en la habitación.

—No te acerques demasiado—dije rápidamente antes de que pudieran avanzar más.

—¿Qué está haciendo?—Preguntó Theo.

—Viendo los recuerdos de Corey—respondió Lydia. —Por lo general, es algo que solo hacen los alfas.

Theo se acercó para ver mejor.

—¿Es tan peligroso como parece?

—Probablemente más—habló Stiles.

—¿Alguien sabe si está funcionando?—Mason preguntó.

Scott jadeó y cayó hacia atrás y fui a estabilizarlo.

—¿El está bien?—Preguntó Stiles.

—¿¡Qué diablos me hiciste!?—Preguntó Corey.

—Estarás bien—dije.

Corey colocó su mano detrás de su cuello y luego la apartó. —Hay sangre.

—Te curarás—dijo Scott.

—Scott...—comenzó Stiles.

—¡Estará bien!—Gritó mi hermano. —Escucha. Creo que funcionó. Vi algo—agarró un bloc de notas y comenzó a dibujar. —Había túneles. Tuberías a lo largo de las paredes. Había estas enormes tuberías azules en la entrada. Dos a ambos lado.

—Espera un segundo, lo sé—dijo Stiles mientras miraba el dibujo. —He visto esto antes. Ese es uno de los túneles en los que solía patinar. ¿Recuerdas que mi papá me atrapó una vez y me dijo que nunca regresara?

—Es la planta de tratamiento de agua—confirmó Lydia.

—Ahí es donde están—dijo Scott. —Ahí es donde encontraremos a Liam y Hayden—dijo rápidamente antes de dirigirse a la puerta y bajar las escaleras.

—¡Scott! ¡Scott, más despacio, solo piensa por un segundo, está bien!—Stiles le gritó. —Mason debería irse.

—Liam es mi mejor amigo—dijo Mason. —Voy.

—Oh, ¿de repente obtuviste poderes de lobo?—Stiles dijo sarcásticamente. —No estaba al tanto del desarrollo.

—Bueno, si no vas, me vendría bien la ayuda—dijo Scott.

—No, iré tan pronto como hable con mi papá. Están moviendo el cuerpo y él quiere asegurarse de que esta vez nadie lo robe.

—¿Cómo va a hacer eso?—Preguntó Malia.

—No lo sé. Pero quienquiera que tomó el último fue lo suficientemente fuerte como para voltear mi Jeep—respondió Stiles.

—Podemos traer a Theo—señaló Malia.

—Tal vez sea mejor que me quede aquí—dijo Theo. —Ya sabes, en caso de que los Doctores decidan hacer una visita a domicilio para Corey.

—Scott, Stiles tiene razón. Tenemos que reducir la velocidad y pensar—dijo Lydia.

—Estoy pensando. En cómo Liam y Hayden ya podrían estar muertos.

—Podrías haberlo lastimado, Scott—argumentó. —Realmente lo lastimé.

—Tengo que encontrar a Liam—dijo Scott mientras nos dirigíamos a la puerta.

—Oye, envíame un mensaje de texto—nos llamó Stiles. —Por nada.

—Lo tengo—aseguró Malia.

—Cualquier cosa. ¿Está bien?

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—¡Liam!—Malia gritó.

—¡Liam!—Yo también grité.

—¿Puedes captar un olor?—Mason preguntó.

—Hay demasiados químicos—respondió mi hermano.

—Entonces esto puede llevar un tiempo.

Los cuatro nos separamos y corrí por los túneles gritando los nombres de Liam y Hayden hasta que choqué directamente contra mi hermano y Malia.

—¿Algo?

Negué con la cabeza.

—Nada—dijo Mals.

—¡Hayden!—Escuché a Mason gritar. Hizo una pausa cuando nos vio.

—Está bien, tenemos que asegurarnos de que no estamos cubriendo la misma área—dijo Scott mientras jadeaba.

—Necesitas tu inhalador—señalé.

—Silencio. Creo que escuché algo.

—Son solo las luces, ¿no?—Preguntó Malia.

Escuché un zumbido. Sonaba eléctrico, pero no eran las luces.

Scott negó con la cabeza. —Vamos. Por aquí.

Continuamos corriendo, por lo que parecieron horas, por interminables túneles.

—Les digo muchachos, ya hemos bajado este antes—dijo Mason, mientras disminuíamos la velocidad.

—¿Qué diablos estamos haciendo? Estamos corriendo arriba y abajo de este lugar. Subiendo y bajando túneles. Y no hay forma. No hay forma de que encontremos...—Scott interrumpió, respirando con dificultad.

—Scott, necesitas tu inhalador—dijo Malia, luciendo confundida. Sacudió la cabeza.

—Scott, úsalo—le dije a mi hermano. —Usa tu inhalador.

Resopló, se dejó caer al suelo y sacó su inhalador para usarlo.

—Todo esto es culpa mía—dijo. —Nunca los vamos a encontrar. Es mi culpa.

—Scott—Mason le tendió la mano.

Mi hermano finalmente lo tomó y lo ayudó a levantarse.

—Deberíamos seguir buscando—dije. —Deberíamos seguir intentándolo.

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Más tarde recibimos una llamada de Lydia explicando que Theo había encontrado a Liam y Hayden.

Sin dudarlo, los cuatro regresamos al coche y condujimos lo más rápido que pudimos.

Tan pronto como el auto se detuvo, salté y corrí adentro, prácticamente cayendo por la puerta principal.

El alivio y la leve excitación que había sentido, se hicieron añicos de repente.

Hice una pausa, mirando a Liam y Hayden acurrucados en el sofá.

Honestamente, sentí como si mi corazón se hubiera hundido hasta mi estómago.

Scott entró detrás de mí y puso su mano sobre mi hombro.

Todo lo que pude hacer fue mirarlos a los dos.

Lágrimas calientes me picaron en los ojos, pero parpadeé para alejarlas.

Lydia los cubrió con una manta suavemente antes de volverse hacia mí.

Abrió la boca para hablar, pero la interrumpí.

—No—Mi voz tembló.

—Becca...

—Por favor. Por favor no lo hagas. Simplemente no digas nada.

—Hey, Becca está...

—No está bien, Lydia. Esto no está bien.

Malia me miró con el ceño fruncido. —¿Qué ocurre?

Theo me miró. —Mira Rebecca es probablemente...

—¿Nada?—Arqueé una ceja. —Seguro, como sea.

—Oye, Bex, los salvó—recordó mi hermano. —Están bien.

—Sí, bueno, tal vez no deberías haberlo hecho—le espeté a Theo.

—No te refieres a eso—dijo Mason.

—¿No es así?

—Ha sido un día largo, está bien. Solo necesitas...—interrumpí a Lydia.

—¡No necesito descansar! ¡Todos ustedes dejen de decirme que todo va a estar bien porque no es así!—Grité, más fuerte y más enojada que nunca antes.

Nadie dijo nada. Todos se quedaron mirándome, algunos en estado de shock y otros como si esperaran que explotara de nuevo.

—No puedo hacer esto—anuncié. —Necesito aire.

Antes de que alguien pudiera detenerme, ya estaba saliendo por la puerta y tropezando por la acera.

Encontré una pared y me aferré a ella mientras mis piernas cedían por completo y caía al suelo en un lío de sollozos.

Todo esto es mi culpa.

Todo lo que ha pasado es culpa mía.

Tenía esto viniendo.

Yo causé esto.

Perdí a Liam.

Lo he perdido.

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—¿Scott?—Llamé a la puerta suavemente. —¿Scott?

Lo escuché murmurar algo en respuesta, así que abrí la puerta.

Estaba sentado acurrucado en el suelo.

Suspiré y me senté a su lado.

—Tu te ves, como yo me siento.

Miró hacia arriba. —Lamento lo que pasó entre tú y Liam.

—En realidad no ha sucedido nada. Aún.

—¿Vas a romper con él?

Sacudí la cabeza con inseguridad. —No lo sé. No puedo seguir así, ya sabes. No quiero que él me guíe. No creo que mi corazón pueda soportar mucho más.

—Lo mataré.

Sonreí. —Me encantaría. No, estoy bromeando. No dejes que Liam y yo arruinemos el vínculo que tienen.

—Tal vez lo averigües.

—Gracias por su optimismo, pero hemos estado yendo hacia aquí por un tiempo. Hayden ha acelerado un poco el proceso. Pero tal vez eso es lo que necesitábamos. Ambos tenemos que resolvernos primero.

—Duele ¿no?

—¿Como un dolor agudo en mi corazón? Sí.

—A veces está destinado a ser—miró al suelo y suspiró. —A veces no lo es.

—Lo siento, Kira tuvo que irse.

—Yo también.

—Ella va a volver, ¿verdad?.

—Eso creo. Yo sólo...ya no sé Bex. Las cosas han cambiado.

—Es verdad.

—¿Como tratas con esto?

Me encogí de hombros con una sonrisa. —Supongo que solo los busco a ustedes. Mi familia, mis amigos. Hace las cosas un poco más fáciles.

—Desearía poder hacer eso todavía—admitió.

—¿Están las cosas mal entre Stiles y tú?

—Algo así—exhaló lentamente. —Las cosas ya no son las mismas y no creo que vuelvan a ser las mismas.

—Está pasando por mucho en este momento—le recordé. —Tú también. Todos lo hacemos. Las cosas tienen que ponerse un poco mal a veces.

—No tan mal.

—Scott...

—Les he fallado a todos.

—No, no lo has hecho.

—Mírate Bex. Mira en lo que te convertí.

—Así que tal vez una parte de mí murió con mi humanidad. Tal vez soy diferente. Pero eso no significa que lo que hiciste no fuera justificable.

—No pediste esto. Yo no pedí esto.

—Quiero darte un puñetazo en la cara ahora mismo—dije inexpresiva. —En serio, hombre. Necesitas arreglar tu mierda. Eres el alfa. Si quieres arreglar las cosas, entonces tienes que dejar de sentir tanta pena por ti mismo y marcar la diferencia.

El sonrió un poco. —Tienes razón.

—Sí, lo sé. Está bien, y voy a prometerte algo...

—No haces promesas.

—Sí, pero sé que siempre me quedaré con este—dije. —Te prometo, Scott McCall, que estaré a tu lado en todo.

—¿En todo?

Apoyé la cabeza en su hombro y sonreí, mientras los dos mirábamos la oscuridad vacía que se cernía sobre la habitación.

—En todo.