6 | Lectura obligatoria
—Flashback—
—¡Vamos Liam, más rápido!
—¡Voy tan rápido como puedo Bex!
—¡No vas lo suficientemente rápido!—Le grité.
—¡No puedo hacerlo!
—¡Ya casi estás ahí!—Animé.
Hizo una pausa, el sudor goteaba de él mientras echaba la cabeza hacia atrás, tratando de recuperar el aliento.
—Nop. Eso es todo, ya terminé—se dejó caer sobre la hierba, agarrando una botella de agua.
—Oye, aún te falta una vuelta más—rodé mis ojos, sentándome a su lado.
—Todos los días, Bex. Todos los días hemos estado haciendo esto.
—Lo sé, pero todavía no estás bajo control y esto funciona como una distracción. Además, te encanta el lacrosse. Y como el entrenador no está aquí...—me interrumpió.
—...Pensaste que ocuparías ese lugar y me harías pasar por el infierno.
—Precisamente—le sonreí inocentemente a mi novio. —De todos modos, eso fue solo un calentamiento. De pie, Dunbar.
Sacudió la cabeza. —De ninguna manera.
—Oh, vamos, necesito recordarte que eres sobrenatural. Puedes soportar mucho más que solo un par de vueltas al campo.
—¿Estas segura de eso?
—Está bien, tiene que haber algo que podamos hacer para distraerte de la luna llena—dije.
Él sonrió.
—Oh no. No hay forma de que vuelva a hacer eso.
—Pero...
—¿No pueden hacerlo tú y Mason en su lugar?
—Pero eres más divertida— le guiñó un ojo.
—No. No volveré a jugar videojuegos contigo en toda la noche. Necesito mi sueño reparador.
Resopló y se apoyó en sus manos.
—Bueno, puedo pensar en otra actividad divertida que podríamos hacer—sonrió.
—¿Jenga?—Dije con entusiasmo.
Me miró por un momento. —¿En serio?
Me reí. —Está bien, pero no besos hasta que te duches primero.
—No huelo tan mal.
Le levanté las cejas. —Bebe—me reí. —Vete a la ducha.
—¿Me acompañas?
—Fin del Flashback—
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
—No lo sé amigo. Todos en Devenford son bastante anormales para mí—dijo Brett.
—Muy bien, ¿Qué más hay que buscar? Hay mayor fuerza, olor, audición, velocidad—Mason enumeró cada uno de ellos en sus dedos.
—Uh capaz de ver en la oscuridad—interrumpí.
Mason asintió. —Ojos brillantes.
—Ojos que reflejan la luz—agregó Brett.
—Aguijones de escorpión visibles que sobresalen de las extremidades—dijo Mason.
—Sí, o una cola de lagarto de un metro—rodé los ojos.
Mason se rió.
Liam hizo contacto visual conmigo desde el campo y sonreí, mirándolo prepararse para disparar.
Él falló.
—Entonces, ¿Cómo es que no estás practicando?—Brett se inclinó sobre Mason para preguntarme mientras yo fruncía el ceño, viendo a Liam y Hayden mirándose el uno al otro.
Me encogí de hombros. —Demasiadas cosas para pensar y ni una de esas es en jugar lacrosse.
—Vergüenza. Deberías estar fuera de lugar.
—Mm—dije, mientras toda nuestra atención se volvía hacia mi novio.
Anotó y en lugar de mirarme con una sonrisa de logro que suele tener, estaba mirando a Hayden de nuevo.
Ella miró y pateó su balón de fútbol, anotándolo en la portería.
Podía escuchar los latidos del corazón de Liam aumentando.
—Oh no—murmuré.
Marcó otro gol y también lo hizo Hayden.
Lo escuché gritar mientras lanzaba el balón desde su red, que golpeó al portero.
Hice una mueca cuando la persona en la portería cayó al suelo.
—¡Perdón!
Mason y yo compartimos una mirada.
—¿Qué pasa con esos dos?—Brett frunció el ceño.
—Sexto grado—Mason y yo respondimos simultáneamente.
—Y no fue el mejor año para los problemas de manejo de la ira de Liam—agregó Mason. —Hubo una pelea en los pasillos...Liam y este otro tipo—Mason sacó su teléfono. —Hayden entró accidentalmente en él.
Contuve una risa, recordando las fotos.
—Y esta es la foto de su anuario—Mason extendió su teléfono.
—Ah, maldita sea—murmuró Brett. —Ouch. ¿Qué le hizo ella?
Mason se desplazó y mostró la foto de Liam.
Brett se echó a reír.
—¿Alguien aquí tiene asma?—Alguien gritó, corriendo hacia el campo. —¿Alguien tiene un inhalador?
Miré mi bolso, recordando que tengo uno de los viejos repuestos de Scott, por si acaso.
Liam me miró y de repente tuve esta horrible sensación.
—Scott—escuché a Liam exhalar al darme cuenta.
—Oh, mierda—murmuré antes de agarrar mi bolso.
—¿A dónde vas?—Mason frunció el ceño.
—Scott está en problemas.
Empujé a la gente y bajé las gradas donde conocí a Liam, que corría.
Corrimos adentro, siguiendo los sonidos de la multitud que debió estar reunida alrededor de mi hermano.
—¡Lo tengo! Tengo el inhalador—gritó Liam mientras empujábamos a la gente.
Me incliné junto a mi hermano, colocando el inhalador en su mano.
—Scott—dije, notando que no respondía. —¡Scott!
Mi hermano siguió jadeando.
—Scott, vamos—Liam sacudió a mi hermano.
Mostré mis ojos. —Scott.
Jadeó y agarró el inhalador, lo agitó y se lo llevó a la boca.
Después de usarlo, lo dejó en el suelo de nuevo y miró a Liam y a mí.
—Gracias.
Suspiré de alivio, abrazando a mi hermano.
—¿Qué diablos pasó allí, Scott?—Susurré.
—No sé.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
—¿Estás bien?—Preguntó Liam mientras caminábamos de la mano.
—Excelente.
–Mentirosa.
—Teniendo en cuenta el hecho de que acabo de presenciar que mi hermano tiene otro ataque de asma, que ni siquiera debería tener porque es un hombre lobo, entonces no, no estoy bien—respondí mientras pasábamos junto a Hayden, cuya cara me hizo enojar mas de lo que ya estaba.
—¿Por qué estás enojada conmigo?
—No estoy enojada contigo está bien, solo estoy...
—¿Tengo que recordarte que una botella cuesta $200?
Liam hizo una pausa, al igual que yo.
—Lo siento—escuché murmurar a Hayden, poniendo las pastillas en su bolso.—¿Qué?—Ella espetó, notando nuestras miradas.
—Nada—murmuró mi novio torpemente.
—¿Es ese Liam Dunbar?—Escuché a la hermana de Hayden decir. —Se puso lindo.
Miré a mi novio que se mordía el labio para tapar la sonrisa.
—¿Qué?—Preguntó, notando mi mirada.
—Lo que sea—solté su mano.
—Woah, whoah, woah. ¿Qué pasa?
—Nada.
—Bex.
—No importa, está bien. Solo déjalo.
—Si importa.
—¡Liam!—Prácticamente grité de frustración, lo que llamó la atención de otras personas. Suspiré. —No importa. Te veré más tarde.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
—¿Qué es esto? ¿Por qué te gotean los ojos? ¿Estás llorando?—Preguntó Malia, haciéndome sonreír un poco.
—Estoy bien.
—No te ves bien. Y apestas a...
—Malia—la interrumpí. —Estoy bien.
—¿Por qué estás triste? ¿Y enojada? ¿Y celosa?
—Es solo..., no importa.
—Ven, siéntate. Puedes hablar conmigo—Malia y yo nos sentamos en el pasillo vacío. —¿Se trata de Liam?
—Sí. Liam, Hayden, Scott. Todos. Todo.
—¿Qué ha hecho Liam? ¿Quieres que lo torture?
—No. Malia no lo tortures—me reí.
—Que quieres que haga.
—¿Está bien si nos sentamos aquí un rato?
—¿Okey?
Malia parecía confundida pero no preguntó más.
Las dos nos sentamos en un cómodo silencio mientras los pensamientos sobre el día de hoy se arremolinaban en mi mente.
Yo era un desastre.
Me he estado volviendo loca por las visiones, el hecho de que Liam y Hayden tienen algo entre ellos, los doctores del temor. Y lo que más me preocupa es que de hecho pensé durante un buen par de segundos hoy que Brett se veía atractivo con su uniforme escolar. Eso ya pasó, sin embargo, el punto sigue siendo que mis emociones son un desastre total y absoluto.
El teléfono de Malia sonó, sacándome de mis pensamientos.
—Ese es Scott. Deberíamos irnos.
Asentí y me levanté, los dos bajamos las escaleras para encontrarnos con mi hermano y Theo.
—¿Dónde está Kira?—Scott preguntó mientras bajábamos las escaleras.
—Todavía en la biblioteca. Stiles y Lydia están en el hospital—informó Malia.
—¿Haciendo qué?
—Lydia está tratando de averiguar qué sucedió durante su cirugía.
—¿Cuánto tiempo van a estar allí?
—Dijeron que solo están esperando que vuelva el poder—Malia se encogió de hombros.
Los dos chicos se miraron el uno al otro con un suspiro.
Fruncí el ceño. —¿Qué pasa?
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
—Joder—gemí, tratando de sentarme.
Mi visión estaba un poco borrosa, pero pude distinguir a uno de los doctores sosteniendo a Scott por su garganta.
Gruñí y cargué contra ellos. El temible doctor tiró a Scott al suelo mientras yo corría y lo pateaba, haciéndolo tropezar hacia atrás.
Golpeé mis garras contra él, eventualmente golpeé su cabeza, lo que lo hizo perder el equilibrio.
Salté y agarré su cuello, tratando de torcerlo, cuando fui arrojado al piso.
Antes de que pudiera moverme, el médico me sostenía en el aire junto a la garganta.
Abrí la boca, jadeando por respirar.
Cuando mi visión comenzó a nublarse de nuevo, escuché que las puertas del ascensor se abrían.
Escuché otro gruñido y fui arrojada al suelo junto a mi hermano, que estaba jadeando de nuevo.
—Madre jodida...—murmuré, tratando de levantarme. —¿Scott?—Yo pregunté. —Scott, oye—lo sacudí de nuevo.
Otro ataque de asma.
Y su inhalador fue aplastado.
—Vamos, vamos—Miré aliviada al ver a mi mamá. Los dos ayudamos a Scott, llevándolo de regreso al ascensor.
Se derrumbó en el suelo dentro del ascensor, todavía jadeando por respirar.
Mamá le tendió una inyección.
—¡Espera! ¿Qué es eso?—Preguntó Scott.
—Un broncodilatador. Funcionará—dijo mamá antes de clavarlo en la pierna de mi hermano.
Gritó de dolor, apretando mi mano.
—¡Vamos Malia!—Mamá gritó. —¡Corre!—Ella gritó.
Miré hacia afuera para ver a Malia todavía peleando.
—Regresaré en un segundo—Solté la mano de Scott y corrí a ayudar.
—¡Bex!—Mamá me gritó pero la ignoré.
La mano del doctor estaba alrededor de la garganta de Malia, ahogándola.
—¡Oye idiota!—Grité, balanceando mi pierna hacia arriba para conectarla con su cabeza.
Malia cayó al suelo y agarré la mano del temible doctor para evitar que hiciera más contacto.
—¡Malia, vete!—Grité. Ella vaciló. —¡Vete! Yo lo detendré.
Corrió hacia el ascensor mientras yo intentaba golpear al médico, que me abofeteó en la cara.
Gemí de dolor cuando me empujaron.
—¡Mamá empieza a cerrar las puertas!—Instruí mientras me alejaba del doctor. —¡Mamá ahora!
La escuché golpear el botón con la mano y corrí.
El ascensor estaba más lejos de lo que esperaba y las puertas se cerraban increíblemente rápido.
—¡REBECCA CORRE!—Escuché a mamá llamarme.
—¡BECCA!—la voz de Malia sonó en mis oídos.
—¡CORRE!—Los dos gritaron.
Las puertas estaban a punto de cerrarse cuando me zambullí y me deslicé a través de ellas.
Las puertas se cerraron y me tumbé en el suelo, tratando de recuperar el aliento.
—Eso estuvo demasiado cerca—dijo mamá, apoyándose contra la pared mientras el ascensor temblaba.
Scott miró a Malia y a mí.
—Nunca debimos haber leído ese libro.
¡Feliz navidad! 💫
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top