—¿Por qué nos ataron a diferentes árboles?—Liam resopló frente a mí.

—Son Scott y Stiles, ¿realmente estás haciendo esa pregunta?—Me soplé un mechón de cabello de la cara, tratando de moverme en las incómodas cadenas.

Todavía no tengo todo esto del hombre lobo completamente bajo control y tampoco Liam.

Ninguno de nosotros ha descubierto todavía lo que soy. No he tenido otras habilidades o diferencias aparte de mis ojos verdes.

Solo soy una mujer lobo.

Con ojos verdes.

—¿Crees que ha sido suficiente?—Stiles le preguntó a mi hermano.

—¡Sí!—Liam y yo gritamos.

Los chicos suspiraron y se dieron la vuelta para mirarnos.

—¡Oigan! ¡Estamos tratando de tener una conversación de adultos aquí!—Stiles gritó.

—Está bien, son dos años mayor que nosotros. Y estamos bien. Vamos—dijo Liam.

Mi hermano se acercó con las llaves en la mano.

—No es que no confiemos en ti—dijo, comenzando a desbloquear las cadenas de Liam.

—No confío en ti—interrumpió Stiles.

—Pero esa última luna llena...—Scott negó con la cabeza.

—Fue un desliz—se defendió Liam.

—¿Un desliz? Una docena de llamadas al departamento del sheriff sobre un chico perro monstruoso corriendo desnudo por las calles de Beacon Hills, ¿eso es un desliz?—Stiles arqueó las cejas.

—¿Por qué estabas desnudo?—Scott frunció el ceño.

Liam se encogió de hombros. —Hacía mucho calor afuera, está bien. Déjame ir.

—¿Seguro que estás bien?—Le preguntó mi hermano.

—No volverá a suceder.

—¿Tienes el control total?

Liam asintió. —Sí, completo y total

Mi hermano dejó caer las cadenas en la bolsa y luego se volvió hacia mí.

—Hola hermano mayor—sonreí inocentemente.

—Becca...

—¿En serio vas a dejarme atada al árbol? ¿A Tu propia hermana?

Scott y Stiles compartieron una mirada.

—¿Así que dejarás libre al chico que corrió desnudo la última luna llena, pero no a mí?—Cuestioné.

Scott miró a Stiles de nuevo. —Ella tiene un punto.

Stiles miró a mi hermano con una expresión de desconcierto en su rostro.—Todavía no sabemos qué es ella. Y como cada luna llena desde que se transformó, ha intentado matarme.

Puse los ojos en blanco. —Chicos, hemos pasado por esto. No soy una mujer  jaguar, no soy una mujer gato, no soy nada más que una mujer lobo.

—Con ojos verdes—añadió Liam.

—¿Del lado de quién estás?—Siseé. Luego me volví hacia Stiles. —Y de todos modos, en realidad nunca terminé matándote. Pero te puedo garantizar que si no me dejas ir, esta vez lo haré.

Stiles me miró y luego volvió a mirar a Scott. —Está bien, dame las llaves.

Sonreí con satisfacción cuando soltaron las cadenas y las metí en la bolsa.

Los chicos lo llevaron de regreso al jeep y yo fui a seguirlos, pero vi que Liam se había detenido y estaba mirando sus manos.

—Oye, vamos...—Hice una pausa al ver la sangre que cubría sus manos. —...Liam...

—Lo sé, lo sé. Pero por favor no les digas que está bien. Puedo controlar esto, lo prometo.

—Liam, no lo sé...

—Bex por favor—me miró con esos hermosos ojos azules.

—Bien. Pero no soy responsable de tus acciones esta noche.

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—Entonces, ¿es una fiesta?—Pregunté mientras Stiles conducía por la carretera vacía.

—No es una fiesta—respondió Stiles.

—Entonces, ¿qué hay a la medianoche?—Liam se inclinó hacia delante.

—Tu hora de dormir—respondió Stiles.

Puse los ojos en blanco.

—¿Por qué no van las chicas?—Preguntó Liam.

—Nos encontrarán allí, está bien. Y deja de hacer preguntas, está bien. Es una cosa de los de último año— respondió Stiles.

—¿Esa será tu respuesta para todo ahora? ¿Es una 'cosa para los de último año'? Porque si lo es, creo que podría tener que darte un puñetazo en la cara—dije.

—Lo sabrás cuando seas una de último año—murmuró.

—¿Tienen problemas con sus teléfonos?—Scott preguntó de repente.

El jeep de repente comenzó a detenerse y Stiles dejó escapar un gemido.

—¿Qué demonios?—Dijo Scott.

—¿Te has quedado sin gasolina?—Yo pregunté.

—No, es eléctrico—respondió Stiles, abriendo la puerta.

Scott y él salieron y abrieron el frente.

Suspiré y apoyé mi cabeza contra el respaldo de la silla.

Un relámpago repentino atrajo mi atención y la de Liam.

—¡Chicos!—gritó Liam.

Otro rayo cayó mucho más cerca de nosotros.

—¡CHICOS!—Liam y yo gritamos.

—Denos un segundo por favor—dijo Stiles.

—Ustedes dos permanezcan en el auto, está bien.

—¡Si ustedes mueren, no es culpa nuestra!—grité.

Escuché a Scott decir —¿Qué?— antes de que volviera a caer un rayo, a pocos metros de ellos.—Eso estuvo cerca—murmuró Scott.

Stiles asintió. —Muy cerca

Liam extendió la mano hacia adelante y encendió el motor, poniendo en marcha el jeep.

Ambos asomamos la cabeza por la ventana.

—¿Podemos irnos ahora?—Yo pregunté.

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Nos detuvimos y vi como Malia se acercaba corriendo, tirando a Stiles para darle un beso.

—Lo siento, llegamos tarde—dijo.

Liam se inclinó hacia adelante con una sonrisa en su rostro. —Yo tambien lo siento.

Se sentó y le di un golpe en el pecho.

—Ay.

—Ustedes, muchachos, recuerdan que tengo un arma, ¿verdad?—Dijo el Sr. Tate.

—Vivamente–respondió Stiles.

Me moví hacia arriba cuando Malia se subió a la parte de atrás.

Todos nos volvimos a mirarla.

—¿Qué?

—¿Ya lo averiguaste?—Preguntó Stiles.

—¿Averiguar qué?—Liam dijo con curiosidad.

—Me van a enviar un correo electrónico—respondió Malia.

—¿Se trata de la escuela de verano?

Malia miró a Stiles. —¿Les dijiste?

—Yo...—comenzó.

—Oh no, todo lo que dijo fue que tenías que ir a la escuela de verano porque el director dijo que los resultados de tus exámenes no eran lo suficientemente buenos y que quizás debías repetir el tercer año—Me encogí de hombros.

Malia se sentó molesta cuando Stiles me miró.

Le guiñé un ojo, lanzándole una sonrisa.

Stiles suspiró. —Deberíamos haberlos dejado atados al árbol.

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—Mi papá no ha salido de la cirugía. No terminará en horas—dijo Liam mientras atravesábamos el hospital. —Así que puedo pasar el rato aquí o aún puedo ir con ustedes.

Scott apretó el botón del ascensor y se volvió hacia nosotros.

—Muéstrame tus manos.

Liam me miró. —¿Le dijiste?

—Lo siento. Solo estaba cuidando de ti.

Suspiró y miró a su alrededor antes de sacar las manos del bolsillo. Tenía las uñas cubiertas de sangre seca.

—Está bien, sigo teniendo problemas.

—No. Aún estás aprendiendo—corrigió Scott. —¿Qué haces para mantenerte concentrado cuando no estás cambiando?

Liam me miró y yo me volví hacia mi hermano.

—Yo.

Scott frunció el ceño.

—Espera. No, no quise decir que me gusta, ya sabes, quise decir...está bien, Dios mío, me odio a mí misma.

—Ella es mi ancla—confirmó Liam. —Pero no está funcionando completamente.

—Está funcionando lo suficiente—dijo Scott.

—Oye, siempre lo superamos. Juntos—le sonreí a mi novio. —Bueno, aparte de la última vez. Yo no participé en eso.

—Escucha, Derek me dijo que eres uno de los más fuertes que jamás haya visto a tu edad—dijo mi hermano. —Y viniendo de él eso significa mucho.

—Realmente lo hace—agregué.

—Tal vez signifique que las cosas van a ser más difíciles para ti por un tiempo—Scott subió al ascensor. —Pero también significa algo más, ¿no es así?

Liam se encogió de hombros. —¿Soy realmente fuerte?

Scott asintió. —Demonios si.

Mi hermano intercambió una sonrisa con nosotros dos antes de que las puertas del ascensor se cerraran.

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—Lo siento. Solo estaba preocupada por ti—suspiré mientras Liam y yo nos dirigíamos por el concurrido corredor.

—No soy yo por quien deberías preocuparte—dijo Liam, su tono hostil.

Fruncí el ceño. —¿Por qué tengo la sensación de que ninguno de ustedes confía en mí?

—Confío en ti, Bec—dijo. —Te confío mi vida, está bien. Te amo. Solo estoy preocupado.

—Liam, han pasado seis meses desde que me convertí. No soy diferente a ti aparte del color de mis ojos.

—A Lydia le tomó mucho tiempo darse cuenta de sus verdaderas habilidades—recordó.

—Entonces ustedes han estado discutiendo mi situación entonces—dije, caminando delante de él. —Fabuloso.

—Estás preocupado por mí. Estamos preocupados por ti. Está bien, es como un círculo interminable de preocupación—dijo, tratando de alcanzarme.

Dejé de caminar y me volví hacia él. —Quizás deberíamos centrarnos en lo positivo entonces. Durante seis meses, todo ha estado bien. Más que bien. Ha sido increíble. Hemos sido increíbles.

—Lo sé. Solo tengo este sentimiento, ya sabes. Que algo está a punto de cambiar.

Miré hacia el pasillo, al escuchar la voz de mi madre.

Empujé a Liam alrededor de la esquina y contra la pared.

—¿Qué?—Preguntó. —¿Qué ocurre?

Le indiqué que se callara y cerré los ojos con fuerza, concentrándome en las voces.

Eran mamá y el alguacil y estaban hablando de Parrish, quien parecía estar herido.

—Creo que tienes razón.

—¿De verdad?

—Mamá y Stilinski acaban de llevar a Parrish a la habitación. Está herido. Suena realmente, um, horrible en realidad.

—Verás, esto es lo que quiero decir. Sabía que los últimos seis meses fueron demasiado buenos para ser verdad—dijo Liam mientras me dirigía hacia la puerta.

—Lo se.

—Lo que Scott estaba diciendo antes, acerca de que las cosas se vuelven realmente buenas o realmente malas. Está sucediendo, ¿no? Se está poniendo realmente mal—divagó.

—No lo sé Liam—dije, tratando de escuchar la conversación de mamá.

—Todos vamos a morir.

—Liam cállate no vamos a morir.

—Pero...

—Shh—susurré, presionando mi oído más cerca de la puerta.

—Sentí como si me estuvieran sacando la vida a través de las garras—escuché decir a Parrish.

—¿Y ahora está buscando a Scott?—Preguntó mamá.

—Lo que me hizo pensar en lo que este tipo puede hacer. La regla es que tienes que matar a un alfa para robar su poder, ¿verdad?—Dijo el diputado Parrish.

—No, es diferente para Scott—dijo mamá.

—No se puede robar el poder de un verdadero alfa—agregó el sheriff Stilinski.

—Creo que este tipo puede.

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Liam estaba delante de mí mientras corríamos hacia Stiles y Malia.

Sin embargo, Malia inesperadamente se dio la vuelta y tiró a Liam al suelo.

Patiné hasta detenerme.

—Oh, Dios mío—dijo Stiles con los ojos muy abiertos.

—Oh, Dios mío—repetí.

Liam exhaló en estado de shock. —Scott está en problemas.

Malia frunció el ceño. —¿Que tipo de problema?

—Parrish llegó al hospital. Dijo algo sobre un hombre lobo que buscaba a Scott. Él cree que puede robar el poder de Scott como alfa—expliqué rápidamente.

—Pero no puedes robar el poder de un verdadero alfa—señaló Stiles.

—Parrish cree que este tipo puede—dijo Liam.

Todos guardaron silencio.

—Oh, y este hombre lobo aparentemente tiene garras brillantes—agregué.

—¿Garras brillantes?—Stiles preguntó con incredulidad.

—Mira, no importa. Tenemos que encontrar a Scott—dijo Liam.

Malia miró a lo lejos. —De esta manera.

Salí de debajo del refugio y volví a la lluvia torrencial.

Los cuatro corrimos, siguiendo el ejemplo de Malia.

Usando mi nueva audición, escuché cualquier sonido.

Parecía que se estaba librando una pelea.

Esto me empujó a correr aún más rápido y llegué a los escalones antes que los demás.

Me detuve cuando vi lo que estaba pasando, causando que Stiles chocara contra mí.

Escuché el grito de dolor de Scott e inmediatamente entré en modo protector, mis garras y mis colmillos salieron.

Scott de repente comenzó a empujar al hombre lobo y luego le torció el brazo. Escuché el hueso crujir y luego el sonido de garras golpeando el suelo.

—No sé quién eres o qué pensabas que ibas a hacer, pero te daré una opción—dijo Scott. —Puedes quedarte y romperé algo más. O puedes correr.

El hombre lobo nos miró y Stiles dio un paso adelante.

—Yo Correría.

Con un gruñido de dolor, el hombre lobo se levantó y huyó de la escena.

Scott se volvió hacia nosotros y todos caminamos hacia el otro.

Miré al chico que no reconocí, que estaba de pie con una sonrisa en su rostro.

—No me recuerdas, ¿verdad?—Preguntó. —Creo que me veo un poco diferente desde cuarto grado.

—¿Theo?—Scott cuestionó.

Asintió y sonrió.

—¿Lo conocen?—Preguntó Malia.

—Solían hacerlo. Créanme, nunca pensé que los volvería a ver. Hace un par de meses escuché sobre un alfa de Beacon Hills. Cuando descubrí que se llamaba Scott McCall...—se encogió de hombros. —No podía creerlo. No solo un alfa, sino un verdadero alfa.

—¿Qué quieres?—Preguntó mi hermano.

—Volver a Beacon Hills. De vuelta a casa con mi familia. Porque quiero ser parte de tu manada.

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—¿Todavía estás molesto conmigo por decírselo a Scott?—Pregunté mientras Liam me acompañaba de regreso a mi casa.

—No, estoy estoy bien.

—Eso es bueno—dije. —Hablando de decirle cosas a la gente, ¿cuándo crees que finalmente deberíamos decirle a Mason?

Liam suspiró, pasando una mano por su cabello.

—No lo sé. ¿Qué pasa si reacciona mal y nos odia?

—No nos odiará.

Los dos caminamos en silencio, supuse que ambos estábamos pensando en cómo darle la noticia a Mason.

—Hablando de odio, ¿qué pasa contigo y este chico Theo?

Puse los ojos en blanco. —No sé, solo siento algo malvado en él.

—¿No te agrada?

—No confío en él. Y creo que Stiles tampoco. ¿Pero Scott? Él confía en todos. Y eso siempre tiene consecuencias.

—¿Qué es lo que crees que si Scott deja a Theo en su manada, las cosas se pondrán realmente mal para todos nosotros?

Dejé escapar un largo suspiro y asentí.

—Creo que será lo mejor para inclinar la balanza.