Interrupciones


Tomo la cintura estrecha del murciélago, quería tenerlo más cerca y de ser posible fusionarse con ese ser que sacaba más facetas y emociones en un solo minuto de las que había mostrado en toda su vida. Quería tenerlo, poseerlo, domarlo, cautivarlo de tal forma que no pudiera escapar o alejarse de él. Anhelaba por sobre todo tener el privilegio de despertar con ese aroma afrodisiaco retozando en sus narices sin preocuparse, o con el miedo de que el dueño de esa esencia se hubiera esfumado como un sueño con los primeros rayos del sol.

Deseaba poder decir "Te amo" sin ningún obstáculo o turbación por la respuesta. Necesitaba sentir no solo con el cuerpo al Guardián de Gotham, sino también con el espíritu y el corazón. Un cuerpo tan finamente esculpido, perfecto hasta en los últimos detalles que lo elevaban al cielo, y eso era decir mucho de quien puede volar. Y que sin embargo también tenían la facultad de hundirlo hasta lo más profundo del infierno con solo la duda.

Porque aun teniéndolo entre sus brazos, el corazón de Kal-El temblaba de temor. Él, el hombre más fuerte del mundo se sentía angustiado y débil frente a la incertidumbre. No entendía cómo era posible que con tan poco se le pudiera derrotar. Porque eso era precisamente lo que concebía, una derrota frente a la indecisión de Bruce.

Había dejado de besarlo para ahora solo observarlo con un dolor naciente en aquellos ojos azules como el cielo. Lo estrecho contra su cuerpo con tanta necesidad que Batman se sorprendió, pero no dijo nada limitándose a sonreírle tristemente mientras correspondía el abrazo. Si tan solo Bruce pudiera ser más sincero consigo mismo y con quienes le rodeaban.

Una pequeña gotita cayó sobre el hombro de traje oscuro. ¿Superman estaba llorando? Se preguntó alarmado el Caballero de la Noche sintiendo remordimiento por ser el causante de ese dolor.

—Si tan solo esto fuera eterno, si tan solo este momento se convirtiera en un: por siempre —dijo suave Clark mientras escondía más su rostro y retiraba de forma amable la capucha del terror de los delincuentes de la Ciudad Maldita para poder oler su suaves y aromáticos cabellos negros. —No hay nada que me aria más feliz que tenerte así para siempre...

Bruce sabía que sus palabras eran sinceras y muy dentro de él también deseaba lo mismo. Pero el destino era cruel y los estaba conduciendo a un futuro en que no podrían compartir sus vidas. Estaría solo y su hijo tendría que crecer sin uno de sus padres, eso era una punzada constante porque las dudas de si ¿él podría convenirse en un buen tutor? ¿Podría sanar el corazón de su vástago mientras el suyo aun sangraba?

Tenía miedo, estaba asustado de que la respuesta a esas preguntas fuera, no.

—Déjame amarte por lo menos una noche. —Solcito Clark en un gemido estrangulado.

Bruce asintió, rendido ante el dulce tono de voz y las intenciones blancas del kriptoniano.

Sus labios se juntaron de nuevo con delicadeza, sin prisa y con más cariño del que Batman quisiera admitir. Sus alientos se mesclaban, y de alguna manera ambos aceptaban de forma muda que esta decisión, se convertiría en el futuro, en una gran responsabilidad para uno y un recuerdo amargo para el otro.

Pero Kal-El pensaba que aún lejos, tan lejos como la muerte lo pudiese llevar estaba seguro que rememoraría esa noche con todo su corazón, que nada podría borrarla.

Superman lo tomó con cuidado levantándolo poco a poco, los dos flotaban en el aire. Las dos capas ondeaban. Bruce se abrazó al cuello de Clark para susurrarle un; "vamos dentro". El otro asintió entrando por una ventana. El lugar antes en ruinas y que ahora prácticamente estaba hecho escombros no ayudaban a amenizar el amiente, cuanto menos a dar una intimidad romántica que a Kal-El le hubiera gustado ofrecerle a Bruce. Sin embargo eso era irrelevante estando juntos.

El tiempo no estaba a su favor impidiéndoles disfrutar de la cercanía y privacidad que tanto deseaban. Porque incluso el sol ya amenazaba con salir.

Superman retiro la capa de su espalda y la tendió en el suelo en forma de manta improvisada, el murciélago de Gotham lo imito al tiempo que sonreía de forma triste.

—Quería que la primera vez fuera más... no sé, menos... —tartamudeo Clark viendo con decepción la estancia.

—¿De verdad importa? —cuestiono Bruce acariciando levemente la mejilla del hombre de acero.

—No, no realmente —respondió Clark perdiéndose en esos ojos de color imposible que encerraba la belleza del mismo universo.

Con andar elegante y sin pudor Bruce se recostó sobre las dos capas y con un movimiento de su mano llamo al héroe de Metrópolis para que le hiciera compañía. La invitación fue bien recibida. Clark se acomodó a un lado posando su mano sobre la de Batman. La acarició con devoción antes de colocar un beso sobre su dorso, de verdad lo amaba.

Con total parsimonia Superman se dedicó a retirar cada una de las prendas que cubrían ese cuerpo tan querido y deseado. Los suspiros de joven Wayne llenaron la diminuta estancia. Ya antes habían tenido momentos íntimos, sin embargo esta vez parecía que de verdad Bruce se estaba entregando por completo, sin inhibiciones o mente analítica que nublaran el momento, pensando cómo detener la acción que conllevaría esos roces entre ambos.

Si pensarlo mucho Clark tomo posesión de aquella boca tan deliciosa, degustándola hasta el más ínfimo escollo, sintiendo en carne viva el rescoldo creciente del deseo en su pecho. Viéndose minimizado ante toda esa gama de sensaciones y emociones que lo asaltaban, solo por el hecho de saberlo suyo. De tenerlo entre sus brazos y no dejarlo ir. Luego en solo fracciones de segundo que se convierten en eternos, es un gigante, el dueño absoluto del universo. Porque su universo cabe en una sola persona.

—Te amo. —Confeso sin pensarlo. Ahora sus sentidos eran los guías y sus emociones el timón de su actuar. —Te amo. —Repitió con desespero. Sus manos se colaban entre el traje negro. Buscaban, ansiaban, exploraban todo aquel terreno bellamente virginal a las sensaciones que solo él puede prodigarle y en pago disponible únicamente para él.

Bruce levanto ligeramente el rostro. Sus mejillas teñidas de un suave carmín le daban un toque sensual digno de un Dios. Su boca se abrió. Superman contuvo el aliento, lo siguiente que saliera de esos labios lo marcarían para siempre.

Un gas demasiado denso y molesto inundo el lugar. Clark se levantó de su lugar, más por instinto que por reacción tomando en brazos a Batman para salir de ahí.

No veía nada en medio de aquella espesa humareda y le preocupaba que contuviera algún agente toxico. Una pared estallo debido a que el hombre de acero había tenido que hacer su propia salida para dejar atrás la fumarola. Flotando aun lado del edificio tosió un poco e inhalo con fuerza, su cuerpo se estaba tornando pesado.

Una voz le llego desde atrás remilgando de algo que no llego a comprender. Se giró en dirección a la voz sintiendo un dolor intenso punzando en su cabeza antes de escuchar y ver otra detonación que precedió a una nueva nube de gas, que ahora si llego a notar era de color verde, dándole a saber a qué se debía esa sensación de mal estar. Era polvo de kriptonita.

Si poder evitarlo se fue en picada al suelo, nada en su cuerpo respondía como debería. El golpe fue estruendoso. Kal-El intento incorporarse y ahí fue donde lo noto. Él estaba cargando a Bruce.

—Bruc... —murmuro buscando con los ojos desesperado a su derredor.

Un hombre alto vestido de motociclista y con una máscara roja se plantó frente a él, entre sus brazos se encontraba Bruce escasamente cubierto por la chaqueta de quien lo sostenía. Superman tembló de ira al comprender su situación y aun así su debilidad fue más fuerte que su furia porque segundos después perdió el conocimiento.

Continuara...

N.A.

A Coffe_day

Sus palabras han logrado un leve rubor en mis mejillas My lady, sin embargo y apesar de lo mucho que me encata saber que le gusta mi forma de escritura no se si... ammm como decirlo. No creo que una muñequita de su edad deba leer este tipo de tematica.

Por supuesto no estoy poniendo en duda su madurez emocional y sentimiental. Pero creo una mente en desarrollo como la vuesta necesita otro tipo de estimulo para desarrollarse plenamente.

Esta es una humilde opinion de un servidor, que con más años encima se preocupa por su personita.

My lady, espero no haber propasado el limite de confianza y cuanto menos haber dicho algo incomodo para vos.

Con todo el afecto del mundo su servidor Taylor Espurious.

Posdata: Leere su historia.

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