Decisiones
Clark miro a Bruce dormido entre sus brazos, con su vista de rayos X había hecho una inspección total para asegurase de que todo estaba bien, observándolo así le conmovía el corazón. Amaba a Batman, ese hombre hermético que en contadas ocasiones dejaba ver sin mascaras la increíble bondad que se escondía en su corazón. Idolatraba al héroe que sin poderes resaltaba entre los siete fundadores y a quien los demás ensalzaban por su valor arrojo y temeridad. Suspiraba por el millonario que con una sonrisa de portada se mostraba como un ser inalcanzable, e incluso al testarudo y algo sádico detective que siempre encontraba respuesta a los acertijos más intrínsecos.
Bruce Wayne era para él todo lo que en la vida siempre anhelo, era inteligente, gallardo, dadivoso y cariñoso aunque muchos lo dudaran.
Las contadas veces en que tuvo el privilegio de dormir a su lado sintió algo que jamás experimento, un calorcito danzante en su pecho que lo envolvía arrullándolo hasta deliciosamente adormecerlo, en esas ocasiones con todo su auto control se esmeró en permanecer despierto para encontrarse con los ojos de Bruce quien lo observaba con ternura, sus dedos se enredaban entre sus cabellos con tal delicadeza que le hizo suspirar.
En esos momentos su Bruce era libre y real, y deseaba a ese hombre a su lado por el resto de su vida.
Ahora mirando a ese niño lo único que podía hacer era suspirar añorándolo. ¿Qué pasaría si Bruce se quedaba así? Sin duda no podría forzarlo a continuar una relación que en primer lugar estaba entredicha y cuanto menos llegar a fantasear con darse una oportunidad de volver a conquistarlo, porque era un niño y él un hombre.
—Si antes estabas lejos, ahora siento que jamás te alcanzare. —Susurro Kal-El, su corazón dio un vuelco angustiado y doloroso por la dolorosa verdad que encerraban.
—¡Clark! —Grito Dick al verlo a la distancia, y sintiendo el miedo correrle por la espina dorsal al ver a Bruce desmayado entre sus brazos. —¿Que ha sucedido?
—Él me reconoció, me llamo Kal-El.
—Entonces... —Tim parecía estar dejando crecer su esperanza.
—No sé si recuerde, o cuanto recuerde pero, Batman aún sigue ahí —aseguro Clark.
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Bruce despertó lentamente, esta vez no le dolía nada, pero tampoco recordaba que era lo que estaba haciendo antes de desmayarse. Con cuidado se levantó de la cama en donde ahora reposaba y miro detenidamente el cuarto el cual no reconocía. Ya un poco más centrado comenzó a llamar a Jasón, una y otra vez repetía el nombre de Red Hood hasta convertir su tono demandante en gritos desesperados y en una búsqueda atropellada por salir de ahí, una que no iba a ningún lado porque estaba completamente solo.
Tim entro en la habitación, de inmediato Bruce lo miro de mala forma.
—Tranquilo, estas en la Atalaya y...
—Jasón tenía razón, debimos haber salido del escondite cuando llegaron. —Siseo dolido Bruce poniéndose a la defensiva. —Llévame con Jasón. —Ordeno.
Tim meneo la cabeza dolido y decepcionado del mal concepto en el que los tenía a todos, no confiaba en nadie además de Jasón y definitivamente el narcotraficante no era que digamos una buena compañía. Además aún estaban las pruebas que deseaban hacerle a Bruce para saber más de su condición actual, a las cuales estaba claro que Red Hood se rehusaría.
—Bruce me alegra ver que ya despertaste —dijo Clark entrando a la estancia aun vestido como reportero.
—¿Quién eres tú? —Pregunto afilando la mirada como escudriñando al hombre frente a él.
Clark bajo la mirada, lo había olvidado otra vez. En contestación le sonrió tristemente antes de hablar nuevamente. —No es necesario que me recuer...
—¡Ah! —Grito Bruce a todo lo que sus pulmones le daban interrumpiendo a Clark y saltando lo más lejos posible del hombre. —Eres el mastodonte de la clínica.
Tim comenzó a carcajearse a más no poder mientras Superman solo daba un paso atrás cual si fuera un delincuente a quien acaban de sorprender infraganti.
—Pero ¿Cómo? —Tartamudeo, nadie había logrado descubrirlo y ahora ese niño... —Bruce, deja que te explique, yo...
Se escuchó un estallido, el ruido de un muro al desquebrajarse y luego nada. Clark exhalo con fuerza antes de abrir los ojos sin saber realmente en qué momento los cerro o porque estaba en el suelo.
—¡Aléjate de él! —Exigió una voz candorosa la cual al sisear de forma desdeñosa intentaba hacerse pasar por intimidadora.
Clark levanto medio torso, solo para encontrarse con la mirada furiosa de dos ojos idénticos a los de Bruce que desprendían odio y sin embargo Kal-El no pudo menos que sonreír al verla de pie.
—Lucy... —Llamo Terry entrando a la estancia a todo correr y abrazando a la niña.
—Terry. —correspondió ella con un abrazo pero sin dejar de vigilar por el rabillo del ojo al hombre de acero.
—¿¡Quién demonios es ella y como logro derribar al mastodonte de un solo puntapié!? —Exclamo y pregunto Bruce asombrado haciendo aspavientos con las manos para la divercion de Tim.
—¿Ella es? —intento responder Red Robín, luego negó con la cabeza no conocía de ninguno lado a esos dos.
—¡Enséñame a derribar brabucones! —solicito emocionado Bruce a la chica, ella sonrió y asintió gustosa.
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Terry tomo asiento con incomodidad en el puesto que le correspondía a Batman dentro del consejo de los siete fundadores que se llevaba a cabo, como casi siempre a puerta cerrada en la sala. Shayera se mantenía tratando de controlar su risa al igual que Wallly. Después de la primera impresión Flash ya había asimilado la situación amorosa de sus colegas e incluso se golpeaba mentalmente por no haber captado más rápido las señales que aquellos dos se lanzaban a veces de forma casi descarada.
Por otro lado Stuart ahora estaba contento y más tranquilo de ver a la hija de sus dos amigos despierta y no en aquella camilla y a Batman, aunque cambiado, de vuelta.
Jhon Jhon también compartía aquel ambiente afable y Diana, pues la princesa amazona estaba algo pensativa pero dentro de lo que cabe también se alegraba del regreso de Bruce. El único que parecía de mal humor era Kal-El, quien fue olvidado, alejado, golpeado y degradado todo en cuestión de minutos a partir del despertar de Bruce.
Ahora bien, Chibi Batman estaba en la sala de entrenamiento jugando con aquella que se suponía era la su hija y de Batman, y aunque reconocía en ella muchas de sus características no le hacía gracia que lo mantuviera lejos de Bruce. Era su hija ¿no se suponía que debería estar gustosa de verlo? Pero no, contra todo pronóstico lo tumbo para luego dejarle bien claro que lo quería lejos de Bruce.
Primero Jasón y ahora...ahmmmm... ¡Maldición! Ni siquiera sabía cómo se llamaba la molesta chiquilla.
Sin mirar a nadie se colocó en pie y salió de la sala de juntas llevándose con él aquel aire hostil que no les permitía a los otros conversar a gusto.
—Bien ahora que se fue el grandulón yo quiero saber, ¿Bruce se va a quedar de ese tamaño? —Flash de verdad estaba preocupado por el murciélago.
Terry negó con la cabeza —No lo sé. En mi época Bruce no rejuveneció, tampoco se olvidó de nadie y... más bien nada de lo que estaba aconteciendo es parte de nuestra línea de tiempo —confeso derrotado McGinnis con un suspiro.
Jhon Jhons miro suspirar a sus compañeros, no se estaban dando por vencidos, pero sin un plan a seguir era difícil motivarlos. —Creo que deberíamos presenciar los entrenamientos de esos dos, quizás nos dé una pista. —Menciono el marciano deseando encontrar algo con que entretener a sus amigos.
Shayera acepto y por agregado Stuart. Diana sonrió condescendiente y Flash no dudo en adelantarse a con su entusiasmo habitual.
Desde el enorme alfeizar de cristal que era la torre de vigilancia del salón de entrenamiento Green Arrow miraba con la boca abierta a los dos ocupantes, y solo volteando escasos segundos al escuchar la puerta abriéndose a su espalda para devolver la vista al frente.
Lucifer parecía casi volar en los distintos aparatos derribando en el proceso a todo oponente que se le cruzara y siendo imitada por un chiquillo del que aún no lograba creer era Bruce. Sin embargo basto verlo realizar acrobacias dignas de un medallista olímpico para no dejaba duda de que ese chico era Batman; porque no había otro modo se explicar que un adolecente de apenas quince años derribara un androide de diez veces su peso en apenas dos segundos. ¡Vale! que ni Tim siendo Robín lograría tal hazaña, es decir, Bruce tenía la intuición y astucia que solo te da la experiencia en combates reales.
—¿En qué nivel están? —Pregunto Shayera acercándose al mirador impresionada por el desempeño de ambos.
—En el veinte. —Exhalo en un suspiro el arquero verde y todos voltearon a mirar a los chicos como si fueran algún tipo de broma pesada.
—Bien al parecer su cuerpo si recuerda su entrenamiento y no tiene problemas motrices, ahora la cuestión es su memoria consiente. —Comento Terry ganándose la atención de todos en la estancia. —Por lo que me conto Clark. —Continuo Batman del Futuro. —Su inconsciente, esa que aún recuerda quien es, está siendo reprimida. Bruce no desea regresar a ser el Caballero de la Noche, no quiere volver a vivir en la soledad. Bruce es un hombre inteligente y sabe que se le ofreció lo que a nadie en la historia, una segunda oportunidad.
Stuart sintió un nudo atorársele en la garganta, Bruce deseaba cambiar, olvidar tanto dolor y soledad para hacer una nueva vida, nuevos recuerdos y quizá un futuro diferente, pero ¿estaría bien? ellos necesitan al hombre estoico que con cabeza fría podía analizar cualquier situación y crear un plan de la nada en el más desquiciante de los problemas. Aquel que era el cerebro de la Liga y que siempre tenía respuestas para todo.
Miro al chico, ese niño reía cada que lograba derribar a un enemigo, cual si aquello fuera un juego de consola. No quería destrozar a aquel chiquillo, llevarlo al límite para tener de vuelta aquel silencio impenetrable que era la mueca de Batman.
Shayera miro a Stuart adivinando sus pensamientos y encontrando que eran los mismos que la asaltaban a ella, la risa contagiosa de Bruce le aceleraba el corazón, era increíblemente hermoso observar la felicidad pura y simple de un niño en vías de ser adulto porque aún mantenía esa inocencia propia de la fe y la esperanza.
¿Sería capaz de ver a Bruce a los ojos después de regresarlo a su antiguo ser, de enfrentar aquellos ojos siempre taciturnos y sin sentimientos sabiendo que pudo evitarlo? ¿Que lo obligo a volver a ser algo de lo que huía?
Wally sonrió amargamente. —Dejémoslo como esta. —Sugirió ganándose varias miradas sorprendidas y tristes de sus compañeros.
—Eso es imposible. —Sentencio Jhon Jhons con melancolía.
—¡Oh! Vamos, el chico que estamos viendo ya no es Batman, podría quedarse en la liga, con otro nombre... —intento argumentar Flash
—Wally, no es una opción sensata. Necesitamos a Batman, al mejor detective de la historia, al cerebro de esta liga. —Comento Jhon Jhons. —Se lo dije una vez, quizá sea el único sin poderes entre nosotros, pero es más que necesario porque en varias ocasiones es el único que logra encontrar una alternativa, o simplemente porque hace lo que se tiene que hacer sin importar el costo —dijo el extraterrestre palpable pesar.
Todos asintieron.
—¿Entonces está decidido? ¿Lo devolveremos a su forma anterior? —Wally no quería pensar que dañarían a Bruce solo porque era lo más conveniente para todos, su vida a cambio de la de ellos.
—Quizá haya una forma de devolverlo a su forma adulta. —Nuevamente Terry era el centro de atención. —Es un tanto arriesgado pero...
—Habla —ordeno Kal-El apersonándose en la estancia.
Todos se volvieron para ver Clark quien se paró junto a la ventana y espero pacientemente a que McGinnis continuara.
—Bueno, primero tenemos que mandar a dormir a Lucy, porque de lo contrario se opondrá a este plan desesperado. Luego... —Apretó los puños hasta casi dejar blancos sus nudillos. —Luego solo me queda pedirte Superman que seas amable con Bruce, lo más amable que la situación te lo permita.
Más de uno en la sala viro la vista y enrojeció hasta las oreja. ¿Acaso estaba insinuando de verdad lo que ellos pensaban?
Clark abrió la boca y ningún sonido salió. Estaba alucinando o Terry quería que él...
—¿Me estas pidiendo que?... —Logro susurrar después de varios minutos en silencio.
—Te estoy diciendo la única alternativa viable. A estas alturas y así como están las cosas él no dejara que te le acerques y tampoco estamos con tiempo de sobra para que juegues a ser romeo y lo conquistes.
—No voy a tomar a Bruces sin su consentimiento, cuanto menos por la fuerza. —Dijo indignado al confirmar que su interpretación a la insinuación de Terry era correcta.
—Es eso o perdemos todo lo que tenemos, no lo entiendes ¿verdad? Si no hacemos algo para restaurar el orden esto mutara en algo desconocido y...
—Y quizá sea mejor así. —Stuart aún no se resignaba y Wally parecía apoyarlo
—Bien, entonces dejen a Bruce así, de todos modos no son ustedes quienes desaparecerán ni tampoco los que regresaran a un futro extraño. Tomen decisiones sobre la vida de otros, sigan jugando a ser Dioses, qué más da. Pero una cosa si les voy a advertir, desde este momento me dedicare a buscar como regresar a mi tiempo sea cual sea, y si en algún momento algo, cualquier hecho de todo lo que les he platicado se presenta, no cuenten conmigo, busquen a su Batman, ya no puedo intervenir más de lo que lo he hecho.
Terry dio la vuelta y salió dando un fuerte portazo, tampoco a él le gustaba hacerla de malo pero:
"Hay decisiones y acciones que tenemos que tomar porque son las correctas, no importa cuánto duela".
Terry se dejó caer en la primera esquina al recordar aquellas palabras dichas por Bruce.
Sentía los ojos arderle por contener el llanto. Hacía mucho que no lloraba como lo había hecho desde que llego, ver a Bruce tan vivo y feliz le destrozaba por el simple hecho de que esa faceta nunca la conoció, para Terry el ceño adusto y aquella mirada desconfiada y dolida eran el pan de cada día, además estaba Lucy, ella seguramente estaba disfrutando al máximo aquella sonrisa y cariño porque el Bruce de su época a pesar de ser su padre y de ella esmerarse al máximo jamás recibió una caricia ni una palabra amable de su parte y sin embargo, ella lo amaba con toda su alma.
Y ahora le pedían renunciar a esa única oportunidad de tener a un mentor, aun padre mejor.
Era obligarse a sí mismo a dar el último paso para convertirse de todo a todo en Batman, era abandonar la luz para vivir por siempre entre penumbras, era renunciar a todo sentimiento para convertirse en un tempano, era olvidar que después de la tormenta siempre sale el sol.
"Es perderse a uno mismo, olvidar que la calidez humana existe y que necesitas de esa tibieza para vivir. Es saberse la noche, la venganza, es saberse Batman".
Ahora al fin comprendía la verdad tras las palabras de Bruce.
—¿Qué puedo hacer? —Se lamentó McGinnis, —Si lo dejo como esta Lucy desaparecerá porque ella es la unión de Bruce y Clark y si seguimos la lógica en este momento Bruce parece preferir a Jasón, además Lex Luthor estoy seguro no está cruzado de brazos y en cualquier momento él...
Una fuerte sacudida interrumpió su pensamiento, la alarma de alerta se escuchó en toda la Atalaya.
—¿Y ahora qué?
Continuara...
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