Chibi Batman y los tres ¿Robins?
Superman entro hecho una furia a la Atalaya, Kara y Diana lo seguían muy de cerca intercambiando miradas significativas entre ellas sin saber si hablar o callarse sus intentos de consuelo, porque después que Bruce se negó a siquiera a mirarlo, Clark estuvo a un pelo de quemar con su vista, literalmente hablando, a Jasón.
Terry McGinnis sonrió ante el infructuoso intento del hombre de acero por controlarse y porque se notaba a todas luces que le hacía falta un poco de agua fría para bajarle los ánimos cuando este apoyo ligeramente la mano sobre la puerta de su cubico dejándola marcada. Meneo la cabeza desapareciendo la burla de su rostro, luego ya ecuánime pregunto por Bruce.
—Chibi Batman se quedó con Red Hood —escucho decir a Diana con tono decepcionado.
Una palangana de agua fría hubiera sido menos escalofriante para McGinnis, su boca se abrió a más no poder y con un temblor casi imperceptible en las manos corrió hacia la sala de comunicación.
Sin consideración alguna a Flash que en ese momento descansaba plácidamente sus pies en los controles corrió la silla a un lado haciendo casi dar en el suelo al héroe, luego abrió un canal de comunicación respirando aliviado al escuchar la voz de Tim del otro lado de la línea.
—Tim dile a Dick que Bruce esta con Jasón. —Soltó sin más, escucho la respiración del chico maravilla acelerarse y peguntar por el remitente de la información. —Te estoy marcando desde la Atalaya, soy alguien de fiar y esto es urgente —respondió Terry, tenía que ver a Bruce lo antes posible. Tim dudo un poco antes de afirmar que pasaría el recado. —Entonces los veré en la mansión Wayne en media hora. —Y la comunicación se cortó.
Flash sintió un poco de envidia del joven delante de él, Terry McGinnis tenía total autocontrol de su persona, de la situación a su alrededor y tomaba decisiones automáticamente.
—Se parece a...
Terry se volvió hacia el hombre más rápido del planeta al sentir su mirada, con una sonrisa sardónica dio una leve inclinación de cabeza como pidiendo disculpas por la interrupción y se marchó raudo y veloz.
—Demasiado, se parece demasiado. — Murmuro Flash antes de volver a acomodarse, necesitaba una siesta.
McGinnis entro sin tocar en la alcoba de Clark, Superman dio un leve sobre salto al ver a la versión futurista de Bruce, ¡Dios! Lucia tan endemoniadamente sexy con ese traje que delineaba su perfecta figura y dejaba casi nada a la imaginación, incluso si ponía atención podía notar el movimiento de cada musculo, en cuanto su Bruce volviera le obligaría a colocase un traje igual solo para ser él quien tenga el privilegio de retirarlo poco a poco.
Clark salió de su ensoñación, ¡Maldición! Estaba fantaseando, aunque no fuera del todo con quien podría ser el hijo de Bruce, y lo que era peor, teniendo un súper oído no logro escuchar nada de lo que este le estaba diciendo. Se mordió el labio, admitía que le daba vergüenza preguntar o pedir que le repitiera lo dicho.
—No tengo tiempo, extiende el brazo y no te muevas —exigió Terry desesperado al no obtener ninguna respuesta por parte de Superman.
Algo reticente Kal-El lo hizo, dos segundos después exclamaba un; Auchcc... de dolor al sentir una jeringa.
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Tim miro la hora el reloj, un segundo más y se cumpliría la media hora. Dick por su parte se mantenía sentado y sereno en el sillón mientras tomaba un refresco.
El segundero por fin paso por las doce y el timbre del caserón de los Wayne sonó.
Alfred con su siempre impecable elegancia abrió la puerta, encontrándose con los ojos verdes de Stuart, más conocido como Green Lantern. El hombre de color saludo cortésmente aceptando la invitación de pasar a la sala, sonrió al reconocer a los dos discípulos de su amigo, eran niños solo de cariño porque en realidad Tim se podía considerar más un adolescente y Dick, bueno Dick ya era todo un hombre, ambos agraciados e increíbles seres humanos en cuestión sentimental y ética.
Sin muchas ceremonias les entrego el estuche negro que Batman del futuro coloco en sus manos con ordenes especificas, indicaciones que trasmitió con puntos y comas a los pupilos de Batman.
—Entonces, ¿tenemos que encontrar a Jasón e inyectarle esto a Bruce en menos de cuatro horas o morirá? y para colmo ¿me dices que Bruce ya no es Bruce y que ni siquiera nos recuerda?
—Qué bueno que entendiste. —Sonrió el guardián espacial con sorna sin dignarse a dar mayores explicaciones. —Bien, nos vemos.
Más rápido de lo que apareció se esfumo.
—¿Y qué hacemos? —Pregunto Tim, las indicaciones eran claras sin embargo aún no se lo creía del todo aun cuando el recadero no fuera otro que Green Lantern, uno de los siete fundadores.
—Haremos lo que dice, pero no antes de cruzar unas cuantas palabras con Jasón, vamos.
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Terry tomo con delicadeza la mano de la niña en la cama, la piel cada vez la tenía más pálida, respiraba agitadamente y para rematar ahora tenía fiebre de cuarenta grados.
—No me dejes solo, necesito que me aconsejes y hasta te permitiré jalarme la oreja sin quejarme pero despierta, mírame, sonríeme... hermanita. —Dijo la última palabra tan tenue que incluso para alguien con los podres de Kara fue difícil captarlo.
Supergirl miro el ramo de flores que traía en el regazo, sintiéndose de verdad mal por no poder hacer nada para ayudar a su primo y a Batman. Conocía de poco o nada al hombre gótico, pero si conocía a su primo y notaba el destellante brillo que asaltaba a sus iris azul cielo cada que miraba al murciélago, no necesito más que una vez, una sola vez para entender sin palabras ese gran sentimiento que Kal-El guardaba en su interior hacia el oscuro guardián de Gotham. Y la niña dentro de la enfermería era un signo inequívoco de que ellos podían estar juntos, juntos con todas las letras de la palabra.
—Kara. —Terry acaba de salir de la habitación y la miraba algo apenado intentando ocultar el sonrojo de sus mejillas y nariz que hacían juego con sus ojos hinchados por el llanto.
—Son para ella —dijo Kara tendiéndole el ramo. —Espero que se mejore.
Terry le dedico una casi imperceptible triste sonrisa.
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Nightwing miro detenidamente el lugar, sombrío, frio, austero y miserable se dijo antes de entrar por lo que en mejores días debió ser una puerta. Tim lo seguía muy de cerca. A pesar de su diferencia ideológica aun mantenían contacto con Jasón porque la familia es lo único que tienes en el mundo y a pesar de no tener lazos de sangre así se consideraban, una familia.
Tim toco un botón estratégicamente escondido en la pared y el camuflaje dejo a la vista la puerta corrediza que se abrió con un chirriante deslizamiento de bisagras.
Ambos bajaron las escaleras de metal que sabían daban al sótano, el único escondite particular de Jasón y en donde estaban seguros se encontraba Bruce.
—Jasón. —Probo Dick a llamarlo por su nombre. Lo que menos quería era tener que sortear toda la serie de trampas que seguro coloco su hermano como protección de su madriguera.
—¿A qué debo el placer de su visita? —Jasón hablo a sus espaldas provocándoles casi un paro cardiaco a sus hermanos.
—No hagas eso. —Protesto molesto Tim.
—No es mi culpa que ustedes sean tan ruidosos, o que Bruce tenga tan buen oído. —Jasón se encogió de hombro restándole importancia y pasando en medio de ellos para terminar el tramo de escalera que lo separaba de sus aposentos. —Pero pasen no se queden ahí, quiero presentarles a alguien.
Tim gimió al suponer de quien se trataba. Estaba por empezar a despotricar, hacia casi una semana que no veía a Bruce y estaba preocupado, más bien aterrado al pensar que le hubiera pasado algo y ese infeliz de Jasón lo tenía ahí, y no se había dignado siquiera a decírselo por mera consideración. Levanto la mano, listo para dejarle ir cualquier artilugio que tuviera a la mano.
Dick lo freno y negó con la cabeza, él también estaba molesto pero las cosas no se resolverían de ese modo, tenía que analizar detenidamente la situación, los seis fundadores de la JLA sabían en donde estaba Batman y a pesar de ello se abstuvieron de intervenir, no era por falta de seriedad o de aprecio, eso lo supo cuando los ojos verdes de Stuart le dieron una última mirada y en ellos encontró suplica.
Al traspasar la entrada, esa por la que Jasón desapareció hacia solo unos segundos, Dick y Tim casi se mueren de la impresión.
Ahí delante de ellos se encontraba un jovencito escuálido que de forma tímida y asustada le pedía a Jasón que lo dejara ir, que no deseaba ver a nadie.
Tim levanto el dedo señalando la escena y tartamudeando por fin llamo al chico que reconocía como Bruce solo por las fotos que Alfred atesoraba.
De verdad rejuveneció grito Dick en su mente y deshaciendo la distancia entre él y el pequeño Wayne. Levanto la mano, tenía que tocarlo para aceptar que lo que sucedía era real y no una simple pesadilla, sin embargo, la cabecita pelinegra se negó a todo contacto escondiéndose detrás de Jasón.
—Lo siento es muy tímido. —Se disculpó Red Hood sin evitar mostrar la alegría que aquel gesto le provocaba. —Vamos, Bruce saluda, ellos han venido a verte.
Bruce negó enérgicamente con la cabeza y se apretujo más contra la espalda de Jasón.
—Ahí lo tiene, ahora largo.
—Bruce, sal de ahí, solo queremos ver que estas bien y hablar un poco contigo. —Pidió de forma tierna Tim, conteniendo al instante un mini festejo y gritillo por los ojos de cachorrito desvalido que lo miraban con curiosidad sin apartarse de Jasón, ¿de verdad Bruce había sido tan LINDO?
—Jasón. —Llamo Dick extendiéndole la caja negra en donde Red Hood miro una jeringa. —Es de Superman. Me pidieron que se la inyectara a Bruce pero dudo que me deje acercar. —El narcotraficante asintió recibiendo el paquete. —Tienes que ponérsela antes de dos horas o...
Jasón no espero a que el mayor terminara la oración, tomo a Bruce del brazo y tiro de él hacia el único sofá de la sala, lo sentó y sin más le mostro la jeringa pidiéndole descubriera su brazo.
—¿Para qué es y que tiene que ver ese mamarracho en todo esto? —Pregunto curioso al haber escuchado el nombre del mastodonte agresivo de hacia algunas horas.
—Bruce, confía en mí es por tu bien. —Comento Jasón antes de inyectarle la sangre.
Uno, dos, hasta tres segundos fueron el lapso en que el silencio reino para ser olvidado ante el grito de Bruce que se sujetaba la cabeza. Jasón desvió la mirada no sin antes bajar al chico al ras del suelo evitando que en algún mal movimiento callera del mueble.
—Ya está, largo. —Volvió a correrlos con mayor premura.
—Jasón, que está pasando, que le sucede a Bruce y porque es tan... tan joven. —Tim tomo la mano de Jasón en un impulso por arrancarle respuestas.
Red Hood apretó los puños casi dejándolos blancos de la presión, los gritos de Bruce disminuían y la calma regresaba, con cuidado cargo al chico para llevarlo a una habitación y recostarlo en la cama, lo arropo un poco y salió.
—No voy a dejar que se lo lleven. —La amenaza estaba implícita tanto en la mirada como en las palabras de Jasón. —No importa el precio esta vez él se queda conmigo.
Tim y Dick asintieron no muy seguros, Jasón tomo asiento y bajo la cabeza.
—Mr. Freeze fue quien me dijo todo acerca del experimento de Luthor y sus posibles secuelas.
—Espera, espera, están experimentando con Bruce. —Grito indignado Dick
—¿No lo sabían? —Ambos negaron. —Bien, entonces siéntense, esta va a ser una plática muy larga.
Continuara...
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