Epílogo #1

—"Han pasado varios años desde que colgue la capa y guarde las armas —pensaba Thomas Wayne mientras observaba la pantalla del cine—. Se podría decir que soy más feliz".

Thomas se encontraba en uno de los asientos de primera fila, acompañado por una mujer y su hijo.

—"Logré terminar los estudios de medicina y convertirme en un gran cirujano; en alguien de quien Sandy podría estar orgullosa. Se siente mucho mejor salvar la vida de las personas sin tener que estar disparando a todos lados. Actualmente se puede decir que me desagrada las armas y la violencia".

Thomas observó por un momento a la mujer a su lado y luego al pequeño.

—"Mi pequeño Bruce. A veces me pregunto como se hubiera llevado con Thomas Jr si este hubiera nacido vivo. Estoy seguro que tú lo hubieras malcriado mucho, Sandy".

Thomas observó la pantalla, donde un hombre con capa, traje negro, sombrero de copa y antifaz combatía con una espada de esgrima.

—"Esta pelicula: La Marca del Zorro, me recuerda bastante a mis tiempos más oscuros. Bruce párese fascinado por esta, quisiera que nunca pierda esa alegría en sus ojos".

La cabeza de la mujer se apoyó suavemente sobre el hombro de Thomas mientras las manos de ambos se entrelazaban con gran fuerza y amor.

—"Mi hermosa Martha. Recuerdo cuando la vi por primera vez en aquella cena elegante. Había sido poco después de ejecutar a Falcone. Ella fue la luz que me ayudó a salir de la oscuridad y le trajo alegría a mi vida. Ella conoce todo de mi, y en lugar de juzgarme me curó con su amor".

Cuando la película terminó, todos empezaron a caminar hacia la salida. Bruce iba dando brincos de alegría y fingiendo que luchaba con una espada mientras sus padres lo seguían de cerca.

—¿Ya le dijiste lo de Alfred? —susurró Martha al oído de Thomas.

—Aún no —respondió Thomas—. No quería arruinarle la experiencia de la película.

—Sigo sin entender porque quiere marcharse —decía Martha.

—Alfred no logró acostumbrarse por completo a una vida tan pacifica, por eso quiere irse unos dias a Inglaterra. No me siento  con la autoridad para retenerlo. Ha sido un gran amigo durante todos estos años. Pero no hay que hablar de eso ahora.

Thomas rodeó con su brazo los hombros de Martha y le dio un delicado beso en la mejilla.

—"Esta noche se siente rara, como más oscura y tenebrosa. Hay una especie de presión en mi pecho que me impide respirar. como si algo malo fuera a pasar. ¿Por eso habré estado tan nostálgico y melancólico durante este día?"

Los ojos de Thomas se centraron en una figura masculina que se aproximaba. Aquel varón temblaba mientras buscaba algo entre sus prendas.

—¡Deme las joyas! —vocifero el criminal, con una voz que parecía de cristal roto.

Su mano temblorosa sostenía una pistola que apuntaba a Thomas y a Martha entre sus movimientos erráticos.

—"Su voz se traba y sus pupilas están extremadamente dilatadas. Podría estar drogado, y sé bien las locuras que hacen los criminales cuando se drogan. Hace años que no tengo ningun tipo de enfrentamiento, ni siquiera de practica".

—Las joyas —decía mientras aproximaba su pistola a Martha, más específicamente a su collar de perlas.

—"Cuerpo, por favor, no me falles ahora".

La sangre de Thomas hirvio de la furia y se abalanzó sobre el criminal. Le sujetó sus brazos con toda la fuerza que tenía, creyendo que al ser delgado su adversario, sería más fácil doblegarlo, pero él se resistió. Wayne logró darle un derechazo en la boca y algunos dientes salieron volando junto con algo de sangre. El criminal cayó al suelo y un sonido retumbó en la calle mientras Thomas sentía un gran frío en el pecho. Al bajar la mirada, notó como la sangre comenzaba a salir de su herida y no pudo evitar desplomarse.

—"Idiota —pensaba Thomas mientras se retorcia del intenso dolor—. Debí desarmarlo rápido".

Thomas escupió sangre mientras tosia. Todo a su alrededor daba vueltas mientras escuchaba el grito de Martha seguido de un disparo. El cuerpo de su esposa cayó a su lado, con algunas perlas rodando por el suelo. Un tercer disparo, y el gritó de dolor con terror de Bruce.

¡No! —vocifero Thomas, con sangre en la boca.

Escuchó pasos acelerados, como si alguien corriera. Volteó a ver a Martha, notando la frialdad inexpresiva en su mirada. Ella estaba muerta.

—"No, esto no puede estar pasando. Por favor, ¿nadie va a ayudarnos?"

Bruce se acercaba casi a rastras, con la mano en su hombro, hacia el cuerpo sin vida de Martha. El niño puso las manos sobre el pecho de su madre, como si quisiera frenar el sangrado y lograr de esa forma que la mujer reviviera, pero eso no sucedería. Sus ojos estaban llenos de lagrimas igual que los de su padre. Los ojos de ambos se cruzaron por un momento, y Thomas no pudo evitar sentir un profundo terror.

—"Su mirada cambio. Conozco esos ojos porque yo los tuve. Hay tristeza, furia, impotencia... Un deseo de venganza cubierto por lagrimas"

—"Asi es como empieza —recordaba Thomas las palabras de Alfred en su cabeza—, la fiebre, la rabia, el sentimiento de impotencia. Eso vuelve a los hombres buenos como Thomas Wayne, en alguien cruel como Batman".

Una oscura silueta se alzó a la espaldas de Bruce, hasta que pareció cubrirlo por completo. Una figura oscura que correspondía al traje que Thomas tanto odiaba: el traje de Batman.

—"No, por Dios no —pensaba Thomas mientras la desesperación apresaba su corazón—. Él es solo un niño ¿Por qué debe ser condenado a un destino tan cruel? ¿Qué clase de maldición es esta? Hijo, lo lame..."

Fin, y comienzo.

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