#9: Tortura
En Ciudad Gótica la gente no suele preocuparse por los demas, ya sea por egoísmo o miedo. Por eso no les importa escuchar ruidos de pelea en habitación de un hotel. Nadie sospechaba que en esa habitación habia un policía corrupto, una prostituta y Batman. El vigilante rompió una ventana con el cuerpo del oficial y lo sostuvo del tobillo, dejandolo colgar boca abajo.
—¿Dónde encuentro al Joker?
—¡Te juró que no lo sé! ¡Ya te dije todo lo que me dijeron! —decía el hombre con sangre en el rostro.
—Mi mano esta cansada despues de golpearte. No sé cuanto podre sostenerte.
Batman lo soltó un momento pero lo volvió a agarrar rápidamente.
—¿Dónde esta Joker?
—¡No lo sé! —gritó con todas su fuerzas mientras lloraba y comenzaba a orinarse del miedo.
—Patética basura repugnante —susurró el murciélago para después meter al policía por la ventana y azotarlo contra el suelo.
Poco después, Batman se encontraba corriendo por los techos. Con furia en su corazón y pensamientos en su mente, el caballero oscuro no podía quedarse quieto.
—"Joker tiene a Maroni. Sin él, los únicos que quedan para impedir que Joker tome el control total de las mafias de Gótica son pequeñas familias que pelean entre ellas. La única que podría tener una oportunidad de hacerle frente sería la familia Bertinelli, pero no durarían mucho".
Batman saltó a un tejado más bajo, aterrizando de pie.
—"Si no detengo a Joker pronto, esto podría salirse de mis manos".
Maroni estaba muy desorientado y con un dolor terrible en su cabeza. Podía sentir un calido líquido que surgia desde su frente y caía por el costado de su rostro; su propia sangre. Cuando le sacaron la bolsa de su cabeza le costo unos segundos adaptar sus ojos a la luz de la habitación. La primera figura que vio fue casualmente la misma que vio poco antes de ser noqueado y secuestrado. Joker estaba frente a él, con una enorme sonrisa.
—Ya era hora de que despertaras, bello durmiente.
—¿Qué? ¿Dónde estoy?
El mafioso miró a su alrededor notando a dos hombres. Uno era calvo y algo bajo de estatura mientras que el otro era más alto pero de cabello rojizo y sonrisa perturbadora como la de Joker. El payaso comenzó a hablar pero Maroni no le prestaba atención. Intentó mover los brazos pero estos estaban atados detrás de su espalda. El suelo donde estaba arrodillado tenía manchas de sangre seca y fresca. Sus músculos se sentían demasiado relajados, como si le hubieran drogado o algo así. Sin aviso alguno cayó al suelo al recibir un golpe en la mandíbula que le hizo volar varios dientes. No había notado que el payaso tenia un martillo en una mano y una pequeña hacha en la otra.
—¡Prestame atención cuando te habló! —gritó con notable enojo pero inmediatamente volvió a una actìtud serena—. Odio repertir las cosas, Sal, pero contigo haré una excepción
Maroni escupió algo de sangre al suelo y trató de levantarse pero no pudo lograrlo.
—Veo que no entendiste la lección. Muy, muy mal —dijo con tono de decepción.
Joker se puso en cunclillas al lado de los pies del mafioso. Miró su hacha y sin dudas le enterro la parte con filo en el talón izquierdo, provocando un grito agonizante por parte de Salvatore.
—¿Ahora tengo tu atención?
—¿¡Qué mierda quieres, payaso hijo de puta!?
Un enorme dolor se reflejaba en el rostro de Salvatore, quien trató de apretar los dientes para aguantar, pero eso le provocó más dolor debido a los dientes flojos que no había salido disparados de su boca.
—Hablar un rato —respondió el peliverde mientras se erguia y aflojaba su corbata—. Nos divertimos mucho con nuestras guerras de pandillas, bañando de sangre toda la ciudad. Fue, como decirlo... ¡Una obra de arte!
—Estas loco.
—¿Loco? ¿¡Loco!? —pregunto con violencia antes de sonreir—. Sí. ¡Me atormenta la locura! —exclamó antes de agacharse al lado del mafioso—. Ahora ponte a suplicarme si no quieres que te mate —susurró al oido con total naturalidad, como si de algo normal se tratase.
—Pudrete.
El mafioso escupió el rostro del payaso, que hizo una mueca de desagrado mientras se ponía de pie. Saco un pañuelo del bolsillo de su smoking y se limpió la sangre con calma. Luego, soltó una furiosa patada a la cabeza de Maroni.
—Sali, Sali, Sali... —hablaba mientras le hacia señas a los dos hombres que observaban la escena, provocando que estos se acercaran. Cortaron las sogas que ataban las manos del mafioso y sostuvieron cada brazo totalmente estirado sobre el suelo—. Ahora quiero que elijas bien. Voy a romper uno de tus brazos a martillazos y al otro le cortare las uñas con mi hacha. Te dejare elegir cual te rompo.
—¡Estas loco! —gritó Maroni con todas sus fuerzas mientras se sacudía para trarae de sacarse a los dos matones de encima, pero solo recibió un golpe en la nuca por parte del pelirrojo.
—¡Bien hecho, Cletus! —dijo con una gran sonrisa el payaso—. Ahora, querido Sal, ¿vas a elegir qué brazo te rompo o debo elegir yo?
—¡Vete a la mierda!
El sudor comenzaba a hacerse presente en el mafioso, cuya desesperación se apoderaba de su ser. El era un hombre temido y respetado por los criminales, pero ahora no era mas que un simple juguete para que aquel payaso destrozara. No tenía forma de evitar el sufrimiento al que sería sometido. Los dos criminales le obligaron a abrir la mano y dejar sus dedos expuestos mientras le pisaban los nudillos.
—Enny, meeny, miny, moe —decía Joker, apuntando a cada dedo para decidir cual brazo debía romper.
Salvatore no podía ver y eso lo desesperaba mucho más. Él siempre fue un hombre rudo, pero esa situación lograba quebrantarlo. El príncipe payaso del crimen finalmente se puso en cuclillas al lado del brazo derecho de Maroni, alzo el martillo por encima de su cabeza y con una enorme sonrisa lo bajo con fuerza sobre el dedo meñique. El jefe criminal gritó tan fuerte que sentía que se le desgarraba la garganta. Una y otra vez aquel frío martillo impactaba en su dedo. Si no estuviera gritando, podría escuchar que sus dedos hacían un ruido similar al de las maderas al crujir. Sus dedos quedo totalmente aplastados y reventados —como si de fruta podrida sé tratase—, con un pequeño charco de sangre por debajo. El dolor era terrible. Por más que se movía para liberarse, esto le era imposible debido al peso de los ayudantes del payaso. Cletus corrió un poco su pie, dejando que el peliverde atacara con brutalidad la muñeca de su víctima. Maroni no dejaba de gritar mientras sus saladas lagrimas comenzaban a caer al suelo y mezclarse con su sangre. Toda la rudeza, todo el miedo que infundia en otros no era nada en ese momento en el que era torturado por alguien que se reia de su sufrimiento junto a sus subditos. Luego de su muñeca siguio su codo. El dolor solo incrementaba y el payaso se tomaba su tiempo para destrozarle los huesos, cuyos pedazos se incrustaban en los nervios de los brazos. De pronto se detuvo sin ningun aviso y le entrego el martillo al pelirrojo. Joker se acercó a la mano izquierda para "Cortarle las uñas" con el hacha. Salvatore no queria soportar más sufrimiento. A pesar de que el ataque solo fue a su brazo, sentia como si ese dolor le recorriese todo el cuerpo. El payaso no dejaba de sonreir en cada momento, realmente estaba disfrutando mucho de la agonia que le producia a aquel hombre tirado en el suelo. Tal como lo habia hecho con el martillo, alzó el hacha sobre su cabeza y al bajarla por un error de calculo solo logro cortar la punta del dedo junto con nuna pequeña fraccion de uña. El mafioso trato de liberar su mano y movio desesperadamente sus dedos, pero solo consiguio que uno fuese cortado a la mitad.
—Calmate un poco, Sali ¿No ves que te puedo cortar un dedo?
El segundo matón apartó un poco su pie y lo coloco sobre la muñeca de Maroni, lo cual le permitio a este cerrar su puño para tratar de proteger sus dedos. Joker impacto su hacha varias veces contra aquella mano hasta cortarla en dos por debajo de los nudillos. La sangre se escapaba de los dos pedazos de mano, como si de un pequeño rio se tratase. El peliverve acercó a su cara el hacha antes de darle una larga lamida a la sangre en esta, pero termino escupiendo.
—Tu sangre sabe horrible, creo que esta llena de colesterol. Es esperable de un cerdo como tu.
Joker arrojo hacia atras el hacha —como si no tuviera importancia— mientras se ponia de pie y le pedia el martillo a Cletus, que se lo entrego inmediatamente. Ambos matones salieron de arriba del mafioso, permitiendole a este tratar de levantarse con muchos intentos fallidos. No podia ponerse de pie debido al tobillo que habia sido agredido con el hacha. No podia apoyarse en sus brazos porque uno estaba destrozado y al otro le faltaba parte de la mano. El peliverde lo tomo de la ropa y lo coloco boca arriba para luego sentarse sobre el torso, con las rodillas sobre los brazos. Maroni sentia una emocion que llevaba decadas sin sentir: terror puro. Sabia que nadie lo salvaria por mas que gritara y su garganta estaba muy adolorida para seguir haciéndolo. Sus ojos ardían por el llanto desesperado que no paraba al saber que estaba condenado a sufrir hasta la muerte a manos de ese demonio sonriente con apariencia de payaso. Por un momento penso que tal vez no estaria sufriendo tanto si no hubiera sido tan desafiante, aunque de todas formas hubiera sido torturado solo porque el payaso podia hacerlo. El frio mental del martillo se froto contra el rostro del quebrantado criminal y sin aviso Joker le apuñalo el ojo izquierso con la parte del martillo que se suele usar para sacar clavos. La adolorida garganta de Maroni volvio a arder con un nuevo grito mientras se sacudia con violencia al ser arrancado un pedazo de su ojo. Un líquido amarillo y de apariencia viscosa salio de la nueva herida junto con el caracteristico rojo sangre que tanto disfrutaba el maniatico. Joker no estaba satisfecho aún, por lo que hundio su pulgar el en ojo derecho mientras comenzaba a martillar con brutalidad el craneo de su rival. La sangre de este salpicaba su blanco rostro junto con las paredes de la habitación.
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