#5: Zombis

Una fuerte lluvia azotaba Ciudad Gótica esa noche. Los truenos rompían los cielos mientras una persona corría aterrorizada por los pasillos de Ace Chemicals Processing. Aquel era uno de los miembros de la banda de Capucha Roja.

—Deja de correr —dijo Batman, aterrizando frente al criminal—. Tus dos compañeros ya cayeron.

—Y ahora tú caeras —dijo el criminal mientras sacaba una navaja.

Capucha Roja arrojó una estocada hacia adelante pero el vigilante se la atrapó con una mano. Rápidamente le torció el brazo y le propinó una patada a las costillas. El criminal le arrojó un puñetazo con su mano libre pero el murciélago lo bloqueó y le propinó un rodillazo en la boca del estómago. Con desesperación, Capucha Roja le conectó un cabezazo en la mandíbula. Batman retrocedió por el impacto y su enemigo aprovechó para avanzar y atacar. Sin embargo, el vigilante dio un salto en el lugar y giró en el aire para propinarle una patada en la cabeza a Capucha Roja. El impacto desestabilizó al varón y este chocó contra los barandales del pasillo suspendido sobre los tanques con productos químicos. Fue tanta su mala suerte que el criminal cayó hacia el vacío, pero Batman logró atraparlo de la capa. A pesar del intento del vigilante, el casco —que estaba unido a la capa— se salió de la cabeza del ladrón que no tuvo nada a lo que aferrarse. Batman solo pudo ver con impotencia como aquel malviviente se ahogaba en los productos químicos.

Las mañanas eran siempre la misma rutina: Alfred abriendo las cortinas para dejar entrar un poco de luz solar y llevandole a Bruce su desayuno, junto con el diario y las quejas de su autodestructiva vida nocturna. Wayne leía por arriba los titulos sin prestarle mucha atención a lo que su mayordomo decía.

—Señor, la señorita Taylor lo llamo hace un rato. No me dijo de que quería hablar, solo que era importante.

—Luego la llamo. ¿Leíste sobre el tipo volador de Metropolis.?

—Si, también hay uno en Nueva York.

—El de Nueva York usa armadura, y tengo la sospecha de que es Tony.

—¿Cómo dice?

—Ese tal Iron Man apareció semanas después del rescate de Tony, quien por cierto es un genio en lo que a tecnología se refiere. Son pocos los hombres que se me ocurren tendrían los medios y el conocimiento para crear esa armadura. Si Tony no es Iron Man, esta involucrado en su creación.

—Tal vez le sería útil decirle que usted es Batman. Podría tener aliados.

—Es una posibilidad —dijo Bruce, pensativo—. Volviendo al sujeto de Metrópolis. Él me preocupa más. Este tal Superman parece tener una gran cantidad de poderes. Fuerza sobrehumana, las balas le rebotan, vuela, supervelocidad y quién sabe que más.

—Sin duda es un tipo poderoso.

—Es un alien, Alfred. Escucha lo que dice aquí: "Más poderoso que una locomotora. Más rapido que las balas. Él es Superman, el ultimo hijo del extinto planeta Krypton." Lo tratan como si fuese un salvador y ni siquiera lo conocen bien.

—¿Y usted si, señor?

—No lo entiendes, ¿verdad? Este sujeto podría ser la cosa más poderosa desde la bomba atomica y nadie lo controla. Podría ser el comienzo de una invasión alienigena. Debo encontrar una forma de detenerlo.

—Dígame por favor que no dijo lo que escuche. ¿Cómo piensa que podría hacerle algo?

—Él mismo revelo que su debilidad son fragmentos radioactivos de su planeta. Ademas de ser una estupidez decir tu debilidad, eso demuestra que hay fragmentos de esa tal "Kryptonita", como él le llama, en la Tierra. Debo encontrarla.

—Ese hombre no ha hecho nada contra este mundo, no es nuestro enemigo.

—Aún no hizo nada. Tiene el poder para destruir a toda la raza humana —afirmó Bruce, mirando fijo a Alfred—. Si hay un uno por ciento de probabilidades de que sea nuestro enemigo debemos tomarlo como una certeza absoluta.

—Su paranoia comienza a preocuparme.

—¿Alguién podía predecir que un joven que estudiaba en una escuela de arte se autoproclamara el Führer y mandara a exterminar a todo un pueblo? ¿O qué el hijo de un zapatero se convirtieran en un dictador lider de la URSS? No es paranoia, Alfred, es ser precavido —exclamó Bruce con molestia antes de suspirar pesadamente—. Me preparé durante años para enfrentarme a asesinos, ladrones y violadores;  humano desesperados y malvados. Ahora me dicen que un alien superpoderoso esta en el planeta y me hace sentir insignificante, como si todo lo que aprendi no sirviese para proteger a nadie en caso de que este decidiese que todos merecemos morir.

—Aunque sigue pareciendome una locura admito que tiene cierto sentido. Puede que solo este estudiando nuestras defensas.

—Quisiese creer que es alguien bueno y que esta aqui para ayudar, pero no puedo confiarme.

A la noche, dos figuras corrían por los tejados en una acalorada persecución. Batman perseguía nuevamente a la ladrona conocida como Catwoman, aunque era más un juego que una persecución verdadera para ellos. La felina llegó hasta una estación de tren subterráneo y se dispuso a correr por los tuneles pero de repente tropezó con lo que creyó era la pierna de un vagabundo que dormía ahí.

—Disculpe, ¿lo lastime? —preguntó la felina pero no recibió respuesta. En ese momento apareció Batman y la alumbró con su linterna—. Hey, baja eso. No vez que...

Catwoman gritó del horror al ver que a quien creía un vagabundo era una chica de unos veinte años a la que le habían abierto la garganta. La gata casí por instinto se alejo del cadaver y fue directamente hacia el murciélago.

—Tranquila —dijo Batman mientras observaba detalladamente aquel cuerpo inerte—. La sangre esta fresca y las ratas aún no la encontraron. El asesino puede estar aquí abajo aún. Debes irte.

—¿Qué?

—Creó que podria tratarse de un asesino multiple que mata al azar. Necesito que te vayas para poder atraparlo.

—Esta bien.

Aunque una parte suya quería quedarse, Catwoman sabía que podría ser un problema para el murciélago. Meterse con asesinos no era su trabajo. Ella comenzó a alejarse mientras Batman se iba metiendo en el tunel; más escuchó un ruido detrás suyo que le llamó la atención. Al voltear, la mujer había desaparecido pero no por su propia cuenta. Era una tactica de desorientación basica y el vigilante habia caido.

Un hombre sostenía a Catwoman desde atrás, con su brazo derecho sujetandola del cuello y la mano izquierda en su boca. El varón la hizó entrar en un extraño cuarto iluminado únicamente con velas sobre cajas y tuberías. El sujeto obligaba a la felina a caminar y mantenía sus cuerpos presionados. Movió lentamente su brazo derecho para dejar al descubierto el cuello de la femina y pasarle el cuchillo, que tenía en la mano derecha, por este.

—Shhh... Todo terminara en un solo corte.

Selina logró abrir la boca y morder con gran fuerza la mano del hombre, haciéndolo sangrar y logrando que la suelte. La felina escupió la sangre que traía en la boca a la cara del asesino y trato de darle un golpe, pero el hombre la bloqueó y le dio un derechazo en el rostro que le hizo sangrar la nariz. La tomó de la cabeza y la azotó contra una pared, logrando dejarla semi-inconsciente. El varón sonrió con maldad pura y elevó su cuchillo mientras se acercaba lentamente a su indefensa victima. De pronto una mano le sujeto con gran fuerza su muñeca y lo obligó a que girase solo para recibir un potente golpe en la mandibula que casi le afloja los dientes. Cayó al suelo y tocó su boca, notando un poco de sangre. Aquello le hizo sonreír. Miró arriba de su hombro y sus ojos se encontraron con la figura de Batman.

—Tu eres el bastardo que ha estado degollando personas por toda Gótica.

—Si, me descubriste.

El hombre vestía solo unos pantalones negros. Su torso y brazos estaban llenos de cicatrices, con las dos más recientes cerca de su muñeca derecha. Era calvo y media aproximadamente 1,90.

—¿Por qué lo haces? —cuestionó el murciélago.

—Eran robots, zombies. Esclavizado por sus propios deseos, estan mejor muertos.

—Estas demente.

—No, no lo creó. Yo no mato por loco, no escuchó voces ni veo cosas que no estas ahí. No soy como esos que se excusan para matar. Yo no tuve una familia desestructurada  no sufri abusos ni traumas de infancia. No... Yo mato porque lo elegí. Porque me gusta.

Un escalofrío corrió por la espalda del murcielago. No era la sonrisa macabra del asesino lo que le incomodaba, sino sus ojos que no de mostraban nada de locura. Su mirada era maldad pura, como mirar a los ojos del Diablo. El hombre saltó hacia Batman con su cuchillo, pero este se movió a un costado para esquivarlo y propinarle un codazo en la boca, seguido de un rodillazo en la boca del estomago. El murciélago dió un saltó hacía atras y le dió una patada frontal en las costillas. El asesino cayó al suelo y perdió su cuchillo. Bruce notó en el impacto que solo una costilla cedió cuando debieron ser tres.

—"Es un tipo duro" —pensó mientras alzaba los puños.

El criminal sonrió y se volvió a lanzar contra el murcielago, logrando hacerle un rasguño en la mejilla derecha. Batman le conectó un gancho en el estómago al mismo tiempo aue recibía un derechazo en la mandibula, pero rápidamente lo devolvió con toda su fuerza. El murciélago le lanzó otro golpe pero su rival le sujetó la muñeca y le propino un golpe en el hombro, logrando dislocarlo. El caballero oscuro recibió otro golpe en la mandíbula que lo hizo perder el equilibrio un momento, pero logro atrapar un izquierdazo de su enemigo y lo jalo hacia él para romperle la nariz de un cabezazo. Aquel sujetó no pareció verse intimidado o disminuido ante el dolor y la sangre. De hecho parecía más hambriento, como un verdadero depredador. Bruce logró bloquear un golpe pero el asesino uso su otra mano para tomarlo del cuello y derribarlo. Sus dos manos se cerraron sobre la garganta del vigilante para tratar de asfixiarlo, pero este le propinó un gancho en la costilla lastimada y un fuerte golpe en la cara, logrando sacarselo de encima. Batman sabía que no debía perder más tiempo. En un rapido movimiento se acomodó como pudo el brazo y luego lo movió un poco. El asesino se puso de pie pero una patada en el pecho propinada por Batman lo empujó hacia una una pared. Antes de poder reaccionar recibió varios antebrazos en la boca, quebrándole algunos dientes. El caballero oscuro lo tomo de la cabeza y con violencia lo arrojó al suelo. Como el criminal cayó boca abajo, Batman le sujeto un brazo y se lo dobló mientras le pisaba el otro brazo y la espalda.

—Tus asesinatos sin motivos se terminan hoy.

—Claro que tengo motivos. Somos robots, Batman. Guiados por los deseos de la carne y el miedo de la psique. No hay libre albedrío. Lo ví en mis propios ojos. Arrancando las capas de riqueza y felicidad; de mis millones, mis propiedades y mis amigos, no ví nada. No había nada dentro de mi, ninguna razon, propósito u objetivo. Y al ver a todos a mi alrededor, supe que todos somos así. La única forma de liberar a los tontos animales humanos de la carga de una vida vacía es matándolos. ¡Es mi destino!

—El único animal aquí, ¡eres tú!

Batman lo volteó para que quedará boca arriba y cerró sus puños con fuerza sobre el cuello del criminal, que no dejaba de sonreír mientras tosia. Ni siquiera intentaba defenderse.

—Liberame, Batman —pidió casí en un susurro—. Mátame y liberame.

Batman escuchó un sonido, como un gritó ahogado de sorpresa y temor. Miró de reojo a un costado y notó a Catwoman asustada, observándolo a poco más de un metro de distancia.

—No —dijo el murciélago—. No habrá más muertes por tu causa esta noche.

Batman alzo su puño y le dio un fuerte golpe en la cabeza al asesino.

Varios minutos después, el murciélago y la gata observaban desde un techo como el hombre era metido dentro de la patrulla de Gordon.

—"Por un momento, me ví tentado a matar a esa escoria. Seria la manera más segura de asegurarme de que nunca volvería a lastimar a nadie. Pero hay alguién más a quien deseo matar con todas mis fuerzas. No manchare mis manos de sangre, hasta que sea la de aquel que me arrebató todo".

—¿No deberias haberme entregado a mi también? —pregunto Catwoman, sacando al murciélago de sus pensamientos.

—Debería, pero no esta noche. En cierta forma, me ayudaste a capturar a ese animal.

—Solo hice el estúpido papel de damisela en peligro —dijo como si fuera poca cosa—Mi héroe. —Rodeó el cuello del vigilante con sus brazos—. Se me ocurre una gran forma de agradecerte y de paso satisfacere un deseo que tengo desde que te ví.

Catwoman lo besó con gran pasión, a lo que Batman correspondió inmediatamente. La mano de la felina bajo por el pecho de su contrario, recorrió su abdomen y siguió bajando hasta más abajo de su cinturón.

—Felicitaciones por su hazaña de anoche, señor —decía Alfred a la mañana siguiente, entregándole una charola con el desayuno y un periodico.

Bruce inmediatamente notó que en la primera plana estaba la noticia del arresto de del degollador de Gótica, cuyo nombre real era Victor Zsasz.

—Gracias, Alfred.

—Supongo que esto lo alentará a seguir con su loca cruzada.

—No puedo detenerme, Alfred, y realmente tampoco quiero. Esta ciudad me necesita. Sé que jamás lograre erradicar el crimen, pero si puedo salvar a las personas sabré que algo estoy haciendo bien.

—Creó que si sigue así inspirara a otros dementes a unirse a su lucha.

—Alguien me dijo algo parecido hace tiempo. Que mi camino sería oscuro y solitario, pero otros se unirían a mi. Me dijo que yo seria una inspiración; un símbolo... una leyenda. No sé si tenía razon en todo lo que me dijo pero hay cosas en la que acertó. Alfred, sé que esto no te agrada pero no me detendre. Puedo ver que te duele que salga cada noche, que te preocupa. —Bruce hizo una pausa, lo que estaba por decir le costaba—. Eres como un padre para mi y no me imagino hacer esto sin tí, pero si lo deseas eres libre de marcharte.

—Con todo respeto señor, usted no duraría una semana sin mi —dijo el mayordomo, con una pequeña sonrisa—. Usted es como un hijo para mi y me sentiré más seguro si estoy aquí para ayudarle con sus heridas y todo lo que necesite.

—Muchas gracias, Alfred —dijo Bruce, con una gran sonrisa—. Pero debe haber cambios. No puedo simplemente ir con un traje casero y depender solo de mis habilidades fisicas. Si tengo todo este dinero debo ulizarlo para ayudarme en esta lucha. Necesitamos equipamento de alta tecnología. Una supercomputadora para acceder a bases de datos de todo el mundo, materiales para hacer un laboratorio, algun tipo de armamento, cosas como esas.

—Me parece una buena idea.

—También debo mejorar mi traje. Debe brindarme mas protección sin limitar mis movimientos. Debo poder ponermelo y sacarmelo con facilidad en caso de emergencia y debe dar más miedo del que tengo ahora.

—Estoy de acuerdo. En especial elimine los guantes violetas, que parecen para lavar platos.

—Hablo en serio, Alfred. Si quiero hacer esto, si de verdad protegere a esta ciudad, debo tener esas cosas y más. El mundo esta cambiando, puede que no me enfrente unicamente a criminales normales y si quiero sobrevivir debo estar preparado para todo. Como Batman debo evolucionar. Debo convertirme en un símbolo de terror para los criminales, debo ser mas que un simple hombre. Debo ser una leyenda.

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