El sol se encontraba justo en el máximo que podía llegar, pero las nubes impedían que cualquier rayo de éste se colara. En aquella, podríamos decir, cueva se encontraba solo él. Se la estaba jugando permitiendo a sus secuaces salir a la luz del sol, a plena vista de todos, solo para vigilar cada paso que diera él. Y fue aquel día donde le tocó al rifa al Joker.

-¡Jefe!¡Jefe!¡Jefe! - entró corriendo y ahogándose el hombre grande y musculoso, olvidándose por completo del comportamiento de su jefe - ¡La encontraron!¡Está viva!¡Usted tenía razón!¡La han visto en el coche de Henry Gruff, han ido a su casa!

El Joker ni se inmutó, simplemente se quedó sentado en su sillón de color vino mientras movía sus dedos meticulosamente en el reposa brazos de éste.

-Pues claro que tenía razón... - murmuró - ¿Dónde estaba estos días la chica?

-No lo sabemos, Jefe, solo los hemos visto entrando en su casa. ¿Qué hacemos? - preguntó, ya calmado.

El hombre fuerte y musculoso esperaba una respuesta de él, pero se inmutó igualmente. Hasta que dio un salto para estar de pie y tomó una buena bocarada de aire.

-¡Bien! - suspiró sonriente mientras chocaba su manos - ¡Haremos una visita!¡Verás que contento de pondrá Henry Gruff!

-¡De acuerdo, Jefe!¡Voy a buscar su coche!

En ese instante, le dio una buena bofetada en la cara, sin aviso.

-¡No ahora, cateto! - masculló - La noche es más poética, ¿no crees?

-Eh... ¿Sí...? - murmuró, eran evidentes sus pocas luces en la cabeza.

-Idiota... - suspiró.

Una repentina sonrisa sacudió en interior del hombre grande y musculoso, una sonrisa en ese rostro pálido por el maquillaje, que mostró una nueva idea en esa retorcida mente.

-Además, quiero que Batman me haga también una visita a mí... No tuvimos ocasión de encontrarnos el otro día, eso me entristece. ¡Pero tengo muuuuuchas ganas de verle hoy! Le espero con ansias...