58. Primera ronda



Bane golpea a Bruce en el estómago. El golpe es tan fuerte que provoca la caída de Bruce de rodillas. Yo peleo contra Harley. Su martillo resuena más que cualquier disparo de bala cada vez que choca contra el suelo. Es inevitable que rompa algo a su alrededor. Harley alza una vez más con fuerza el martillo y aprovecho para hacerle caer al agarrar su pierna. El martillo cae al suelo sin objetivo y sin fuerza. Harley lucha para alcanzar mi cuello.

-¡Muere!¡Muere!¡Muere! - no para de chillar.

Sus dedos y uñas rozan mi cuello mientras yo intento apartarla de mí. Parece un animal con la rabia, deseando desgarrar mi cuello con esas mismas alargadas uñas. Con mi rodillas, consigo llegar a golpearle el estómago. Se aparta con ese mismo golpe. Se retuerce de dolor en el suelo, con una posición fetal. Me doy cuenta de que Bane está apaleando a Bruce y corro para ayudarle. A punto de que el hombre le golpeara la cabeza de un impacto, le detengo. Cojo el puño por detrás y sorpresa, haciendo que él mismo se golpeara sin querer.

-Lo lamentarás.

Bane consigue, aún poniendo yo resistencia, alzarme del suelo sujetándome del cuello.

-¿Eres su novia, no?¿Quién eres? - masculla mientras yo siento que no puedo respirar.

Bruce corta con una cuchilla la mano con la que me sujeta. Caigo al suelo sin intentar evitar el impacto. El aire entra en mí como si bebiera agua. Mis ojos se ven borrosos, pero puedo ver como Bruce pelea de nuevo con Bane. Me alzo aunque no me haya recuperado y salto sobre Bane. Trato girarle la cabeza. Retorcérsela para dejarle inconsciente. Para mala fortuna, Harley ha aprovechado para clavarme una flecha en una pierna. Suelto un grito de dolor y caigo de nuevo. Harley me agarra el cabello y trata de arrastrarme.

Esto se acaba ahora mismo.

Siento la furia en mí. Entre gritos de dolor y rabia. Le agarro la pierna y clavo una flecha en forma de murciélago en la parte trasera.

-¡AAAAH! - grita casi como un aullido de furia.

Con la pierna más estable que tengo, hago que caiga de boca al suelo. Está de espaldas y mareada. Aprovecho y subo a su espalda. Agarro su cabello y le estampo la cabeza varias veces contra el suelo. No hace más que reírse y tratar de quitarme de encima. De la nada, se desmaya. Su cabeza se desploma y no se mueve más. Me aparto de ella antes de averiguar si miente o no. Corro tras Bane. Alcanzo velocidad para empujarlo en saltar. Lo consigo. Cae al suelo conmigo. Cuando esta de cara al cielo, aprovecho y empiezo a pegarle puñetazos en el rostro. Es difícil por la máscara. Creo que me hago más daño yo que a él. Y así es. Se ríe, aunque consigo hinchar su ojo derecho. De nuevo, ahora con las dos manos, me agarra el cuello. No tiene intención de ahogarme, sino de aplastarme y partírmelo. Siento que no tengo salida. Me retiene con las piernas y cada vez siento más presión. Las venas grandes de mi cuello ya no circulan la sangre como deberían.

-Parece que vas a morir sin poder decirme quién eres - dice Bane, mascullando mientras hace fuerza.

No puedo. No puedo hacer nada. Mis pupilas pesan. Siento dolor y calma. Antes de que caiga rendida, oigo un ruido. Mis ojos se abren levemente y puedo ver a Bruce con un empuñadura clavada en la cabeza de Bane. Trato de levantarme rápidamente para verlo mejor. Bruce ha matado a Bane con una daga. Se queda mirando lo que ha hecho, no sé si con rabia o qué. Oímos un ruido detrás de nosotros y vemos a Harley corriendo con su martillo hacia la entrada el ayuntamiento. Sube las escaleras como conejo a la madriguera y entra.

-Tenemos que entrar - le digo.

-¿Y si es una trampa?

-Él está ahí dentro. Y Harley ha ido a buscarle porque se ha visto sola. Está ahí.

Bruce asiente. Ibamos a caminar, pero antes de que eso sucediera, aparece Gordon.

-Br... Batman - repara sus palabras -. Entramos unos pocos con vosotros.

-¿Cuántos?

-Diez hombres incluido yo - responde.

-No deberíais - intervengo.

-Yo creo que sí, Diane - me murmura.

Me sorprendo de inmediato, pero claro, no es muy difícil ahora saber quién está detrás de Batwoman.

-No entréis. Terminad aquí afuera, Gordon - pido -. Aún hay algunos y otros intentan escapar.

-Está bien...

Gordon manda órdenes a los hombres que estaban más cerca de escucharle. Se marchan con las armas recargadas. Algunas son de dardos tranquilizantes y otras de balas de verdad. Eso dependía de la suerte de cada uno. Bruce y yo subimos las escaleras dirigiéndonos hacia la gran puerta de madera. Preparados, nos disponemos a entrar.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top