41. Jugar sucio


Nota: Sé que estáis deseando el salseo romántico, y os prometo que lo habrá si tenéis paciencia, es solo que la historia tiene que tener su hilo porque no solo trata de Bruce Wayne y Diane Gruff. So... disfruten and be patient.


Día 1. 7:00 am.

Diane aún seguía en la bastante cómoda cama, situada en la planta de arriba, en un espacio donde no había nada. Dormida, no estaba teniendo buenos sueños. Hacía tiempo que dejaba de tener buenos sueños. Cuando Diane seguía durmiendo, James Gordon aparecía por la puerta del ascensor. Lleva con él una bolsa con el desayuno y una taza de café. Mira a su alrededor y no ve a nadie.

-¿Diane? - alza la voz.

-La Señorita Diane está durmiendo arriba, Inspector Gordon.

Gordon se asusta de inmediato en oír la voz de Alexander, el cual no activa el protocolo de seguridad en detectar una persona no autorizada porque no detectó a Gordon como una amenaza según su estancia en el anterior día.

-Em... Gracias...

Se dirige hacia arriba con la cosas, suspirando al recordar las palabras de la robótica voz queriendo decir que Diane no está despierta en la hora acordada. Una vez arriba la busca y ve una cama blanca a unos metros. En llegar a ella, Gordon dice:

-Diane.

No responde.

-¡DIANE!

Esta vez con el grito profundo de James, Diane salta de la cama apresuradamente, manteniéndose alerta.

-¡JODER, JIM! - espeta al darse cuenta de que es él.

Se frota el rostro para despertarse y ve cómo ríe él.

-Ni gracia - masculla soñolienta - ¿Cómo has entrado?

-Alfred me abre. Vamos. Me parece que tenemos mucho que hacer, ¿no es cierto?


* * *


Una vez James le ofreció el desayuno y estuvieron listos, éste le habló sobre la defensa personal y la lucha de contacto. De lo que suponía entrar en una pelea, los riesgos, trucos... Todo lo necesario, pero lo que el recalcó a Diane es que los oponentes nunca avisan, no hay un tiempo determinado ni una pausa ni calentamiento. Nada. No hay aviso y tú eres su objetivo, así que harán lo posible para acabar contigo. Se tiene que estar preparado siempre.

Después de haber calentado y estar practicando algunos movimientos, Diane le pedía a Gordon subir el nivel porque los ejercicios simples ya los había pasado y necesitaba más.

-Oh... ¿Más difícil?

-No me interesa solo defensa personal, Jim. Quiero ser capaz de darle una paliza a cualquiera. No quiero jugar limpio con trucos, quiero saber luchar.

Jim la miró y asintió, estando de acuerdo.

-Muy bien. De acuerdo, pero ahora seguiremos con esto.



Día 2. 7:00 am.


James, de nuevo con el desayuno en las manos, se encuentra a Diane despierta y preparada. Cuando Diane ya ha desayunado, van al gimnasio. Diane iba a calentar, pero Gordon la golpea sin previo aviso.

-¡¿QUÉ COJONES?!

-Levanta. Quiero ver qué es lo que sabes.

James Gordon muestra un frío y poco compasivo rostro. Él es quién inicia a atacar y Diane le esquiva con agilidad, pero se las arregla para golpearla en la pierna. Diane cae de rodillas. Con suerte, consigue detener el golpe que Gordon iba a hacer con su rodilla, pero James le toma del brazo y le retuerce.

-¡AAH!¡TIEMPO, TIEMPO, TIEMPO!

Gordon frena y Diane se rinde cayendo al suelo. Mira al hombre que guarda las apariencias de reojo y lo maldice en su mente.

-Cabronazo... - murmura, con la respiración agitada.

James Gordon suelta carcajadas, porque solo es el inicio.



Día 4. 8:37 am.


-De acuerdo, Diane. Quiero golpees ese saco cincuenta veces sin parar hasta que lo hagas caer.

-¿Que lo haga caer? Eso es imposible... - se queja.

-Eh, la gente no pesa precisamente cinco quilos, así que venga. ¡AHORA!

Diane, ya con los guantes puestos, se pone en posición y golpe con rapideza, pero no la suficiente fuerza.

-¡Más fuerte, Diane!¡Esos golpes no patean el trasero de nadie!

Al oír eso, Diane lo intenta aún más. Golpea el saco aún sintiendo ciertos dolores en las muñecas, pero sigue y sigue. La cadena que sujeta el saco del gancho se mueve por un segundo. Está por lograrlo y lo sabe, y lo intenta aún más fuerte. Respira con la boca abierta, exhalando muy deprisa y con sonoridad. Y en los golpes decisivos, el saco cae retumbando el por un segundo el suelo.

Diane toma aire, sonriendo. Por un momento, se imaginó el rostro del Joker en ese saco.



Día 10. 9:14 am.


-Hasta de controlar tu fuerza. No se trata solo de golpear tan fuerte como puedas para noquear, has de ser ágil.

James Gordon, con un atuendo adecuado para defenderse, inicia la pelea. Diane y él rodean el lugar de combate mirándose el uno al otro. Diane inicia, pero Gordon detiene los movimientos que ha hecho inmovilizándola en el suelo. Se deja un brazo. Diane utiliza su codo para darle en el rostro y Gordon se aparta. Ambos se sorprendes. Diane vuelve a ponerse en posición de combate y lo vuelve a intentar. Va a golpearle el pecho, pero recibe dos en su contra y cae al suelo.

-La próxima vez será... - se burla Gordon, tocándose el rostro.



Día 12. 10:40 am.


-Quiero cien flexiones. Ahora - reclama Gordon.

Diane, sin rechiste, se tira al suelo de manera que frena el golpe con sus brazos. Se coloca e inicia: una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce, trece, catorce, quince, dieciséis, diecisiete, dieciocho, diecinueve, veinte, veintiuno, veintidós, veintitrés...

Pasadas las cincuenta flexiones, Gordon pone su mano sobre la espalda de Diane haciendo presión.

-¡¿Pero qué...?! - masculla Diane intentando no caer ni rendirse.

-Falta la mitad. Vamos.

Diane, ya a gritos de fuerza, lo consigue. Aún la presión de Gordon, no se ablanda. Cien flexiones.

-Otras cien.


Día 19. 9:55 am.


De nuevo: combate. Llevan guantes para cubrirse, pero no sirven para evitar romper dedos. Diane, por el momento, esquiva todo golpe de Gordon, quién ha decidido utilizar su artillería más pesada y utilizar las patadas al aire. Una le da a Diane, que cae al suelo casi rindiéndose.

-¿Te rindes?

No responde. Se queda callada tocándose los labios ensangrentados.

-Vaya... Seguro que Bruce no sabía esto de ti - dice, con frialdad.

Diane le presta máxima atención y le mira, cabreada.

-Una lástima que esté muerto. La verdad.

Diane corre a callarle la boca con unos golpes. Trata de darle con puñetazos y lo logra la mayoría de veces hasta que este la tira al suelo haciendo que resbale. Gordon intenta paralizarla pero se aparta y ella también hace que resbale de espaldas al suelo. Pelean en el suelo intentando inmovilizarse el uno al otro.

-Bruce se reiría en tu cara - masculla.

Ambos se levantan con prisa, pero ella, en un ataque de furia, se avanza le da en el estómago para luego darle en la cara. Lo empuja hacia otro lado y le golpe el hígado. Gordon cae.

-Más bien en la tuya... - masculla expirando con aceleración.



Día 22. 11:34.

Diane ha logrado tonificar su cuerpo con este mes de entrenamiento. Nada ha pasado más en la ciudad. Ahora es más una selva que ciudad. La anarquía a dominado y ya no existe la justicia igualitaria, ni nada que cree una sociedad justa, respetuosa y amable. Nada. Ahora todo es a suerte propia y cada uno se busca la vida.

Gordon y Diane vuelven a pelear. Ella esquiva todos los intentos de Gordon para golpearla, entonces éste decide apretar más y jugar sucio. Hace un placaje sobre Diane y la tira al suelo. Pelean en el suelo, Gordon cae. Diane golpea su estómago, rostro y retuerce su brazo, haciendo que Gordon se gire panza abajo. Lo inmoviliza y con un brazo rodea su cuello.

-¡RÍNDETE! - espeta Diane.

Él golpea el suelo tres veces dando a entender que lo hace. Diane lo suelta rápidamente, sintiendo alivio. Gordon, dolorido y cansado se tumba boca arriba para respirar mejor.

-Estás viejo, amigo.

-Mmm... Más bien diría que has conseguido lo que te proponías.

-¿Tú crees?

-Creo que si alguien te cabrea, la ha cagado.

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