26. Tengo que decirte algo
Bruce me ha ofrecido de nuevo la habitación en la que me encontraba un día antes, pero en lo que ha quedado de noche, no he dormido nada. No podía. Cada vez que cerraba los ojos, su rostro me venía a la mente. Esa maquiavélica sonrisa, y las cicatrices... Y sus ojos profundos que destacaban por la oscuridad. No he dejado de pensar en esa imagen por horas. Miro el reloj. Ya son las siete de la mañana... No creo que vaya a intentar dormir ahora. Me levanto de la cama, y en hacerlo, me percato de que he llevado este pijama desde el atentado. Qué asco, pero no puedo hacer nada. Todas mis pertenencias se han esfumado. Bueno, explotaron. También me acabo de percatar de que no me he duchado en días. Perfecto...
Salgo y me dirijo hacia la cocina. Necesito algo con qué llenar mi estómago, aunque solo se trate una bebida. El sol aún no ha salido, pero la Mansión ya se ilumina gracias a su cercana aparición, haciendo que el cielo refleje ese tono azul pastel. Siento frío en atravesar el umbral de la cocina y me entra un escalofrío que me pone la piel de gallina. La verdad es que, viviendo aquí, ya me creo que es mi casa y comienzo a registrar la nevera. Es de mala educación, pero ahora mismo, en estos momentos de mi vida, a la mierda la educación.
- Buenos días - oigo, y me giro rápidamente.
-Hola - mi rostro no es una fiesta que digamos. No puedo evitar estar seria, aunque he querido dedicarle un animado "buenos días", me ha salido un serio "hola".
Sigo mirando la nevera, sabiendo que viene hacia mi. Me he percatado que es la primera vez que lo veo en pijama. Lleva un pantalón negro de chandal y una camiseta blanca de manga corta.
-¿Qué vas pillar? - me sonríe.
-No lo sé... - murmuro - ¿Qué haces despierto?
-Normalmente me levanto a esa hora - dice, y yo asiento levemente. No sé si lo hace adrede pero no deja de sonreír. Quizás lo hace para animarme -. ¿Quieres un café o té?
-Un café con leche, por favor - murmuro.
Bruce toma varias cosas de la nevera, y como veo que estorbo un poco, me limito a sentarme en la mesa y a observar mis manos. Estoy atontada y seria, me está dando rabia, pero no puedo pensar en otra cosa que no sea lo que me ha sucedido estas semanas en Gotham. El callejón, el hospital, el atentado... y ahora la visita nocturna del cabrón ese a la casa de mi padre. Si ya tenía preguntas antes sobre él, ahora tengo más sobre mi padre. Quiero dejar de pensar en ello, pero me cuesta. Estoy agobiada. Pronto me saldrán canas fijo. Del estrés y la poca higiene.
-Mmm... Bruce - murmuro, algo cortada con mis palabras -, ¿es molestia si luego me voy a duchar?
-Podías hacerlo cuando quisieras - dice sorprendido -, hay toallas de todos los baños.
-Ya, bueno... La cosa es que no tengo otra ropa que no sea esta.
Él me analiza en silencio, cosa que me desconcierta.
-¿Por qué no me has pedido lo que necesitas? - pregunta de golpe, supongo que se ha dado cuenta ahora de mis condiciones - ¿Necesitas algo más?
-¿Sería posible llamar a mi madre? - murmuro.
-Claro, pero llama desde mi teléfono. No se pueden localizar llamadas de él.
Asiento, decidida a volver al silencio. Pasa un rato hasta que Bruce trae con él dos platos de un variado desayuno de proteínas y vitaminas, es decir, huevos revueltos, tostadas y zumo.
-Gracias - murmuro.
Yo tengo intención de comenzar a dar bocado al desayuno, pero la petición de Bruce ha hecho que detenga de inmediato.
-Diane, ¿cómo es que no te pillaron? - dice con ese apaciguado comportamiento de siempre.
Le miro. Me está pidiendo que le cuente lo sucedido con detalle, que recuerde todos y cada uno de los pequeños detalles. Cojo aire y dejo el tenedor que ya tenía en mis manos listo para comer. Allá voy.
-Vinieron a las cuatro de la madrugada. Yo ya estaba durmiendo, pero varios golpes de puerta me despertaron. Mi padre llegó a abrir y apareció él con una serie de hombres con armas. Me escondí. Tuvieron una conversación antes de registrar la casa. No sé qué de que mi padre ya le pagó. No entiendo bien lo que querían decir, pero está claro que mi padre tiene una relación con el Joker que yo desconocía... Mi padre le pidió que nos dejara en paz, pero no hizo caso y les ordenó que me buscaran. Me escondí donde pude antes de que lo hicieran, el armario de la habitación era la única opción rápida. Pensé que me irían a pillar, fue la primera habitación que registraron. Cuando abrieron el armario, uno dijo que estaba limpio y lo volvió a cerrar.
-¿Le viste la cara a alguno? - pregunta rápida y decididamente Bruce.
-No, estaba muy oscuro. Creo que por eso no me vieron, ¿quién registra una casa sin una luz encendida? - espeto con obviedad - Entonces me moví, tenía que irme.
-¿Por qué? - me interrumpe antes de continuar - ¿Por qué no te quedaste y esperaste a que marcharan?
-Porque volverían. Estoy segura. Si sabían que había estado ahí y me quedaba después de lo que ha pasado, volverían para asegurarse, para volver a interrogar a mi padre y a registrar de nuevo. No creo que hubiera tenido otra oportunidad para volver a esconderme y que no me pillasen.
Bruce me mira a la vez que asiente, esperando a que yo continúe con la historia.
-Se fueron a registrar la planta de arriba, pero había uno que vigilaba el ascensor, que estaba al final del pasillo de la habitación donde yo estaba, e hice lo único que podía hacer - miro a Bruce, pero lo único que recibo por su parte es una irada confusa que no entiende a lo que me refiero -. Le golpeé con un candelabro y llamé rápido al ascensor. No sé si está muerto.
-Hiciste lo que debías para sobrevivir. Aún no me explico cómo lo hiciste.
-¿Qué quieres decir?
-Que pocas personas mantienen la calma en una situación así, y menos aún pueden idear un plan rápidamente para escapar. Estoy realmente alucinando.
-Yo tampoco sé cómo lo hice, pero así ha sido - digo antes de disponerme a seguir -, pero sentí mucho miedo cuando me vio.
-¿Te vio?
-Sí. El ascensor hizo un ruido y bajaron todos de golpe. Y su cara se vio incluso en la oscuridad.
Mis manos comienzan a temblar, pero de lo que no me he dado cuenta es que ya estaban temblando desde que he empezado a contar esto. Bruce sujeta de la mano apretando ligeramente. Un gesto de apoyo, supongo.
-Bajé a tiempo y cogí la moto. Sabía que las llaves estarían puestas porque mi padre siempre las tiene ahí. Tenía miedo de que no tuviera gasolina, pero sí. Justo cuando se abría la puerta del garaje, ellos aparecieron. Dispararon, pero no me dieron.
Durante todo el rato, Bruce ha mantenido una atención que casi me ha asustado, con su ceño y labios fruncidos.
-Solo han pasado unas horas, pero me siento como si ya lo hubiera vivido hace tiempo.
-No lo entiendo... - murmura, aún sujetándome la mano.
-Quiero decir que no tengo miedo. No siento el mismo miedo que desde el atentado. Siento... como si algo en mi hubiera muerto poco a poco a partir de aquel día. No sé el qué.
La mirada penetrante de Bruce ahora me pone nerviosa por una razón distinta: no muestra confusión ni nada que muestre que no entiende lo que digo, sinó que muestra seriedad y algo de pena.
-Come algo - se limita a decir después de unos segundos de trance.
Iba a hacerlo, pero una pregunta brilla en mi mente una vez me acuerdo de lo sucedido en la mañana del dia anterior.
-¿Por qué cancelaste la tregua de empresas con mi padre? - le pregunto.
-Porque Fox y yo descubrimos las financias de tu padre.
-¿Qué? - espeto, confusa - ¿Qué quieres decir?
-Fox vio en las cuentas de la empresa Gruff, y algo no cuadraba.
-¿Y por ello lo cancelas?
-Lo cancelo porque tu padre ha estado haciendo negocios con el Joker. Por ello ha ido esta noche a su casa a buscarte, y a matarte.
-¿Cómo sabes tú eso?
-Te lo he dicho, Fox y yo...
-No - le interrumpo, ya mosqueada porque hay lagunas en mi mente que no logró rellenar, hay cosas que no entiendo -, no. Primero, ¿cómo habéis conseguido las financias de la empresa? Es ilegal.
-No creo que lo que es ilegal o legal importe ahora mismo - bromea antes de dar un sorbo a su taza de café.
-Bruce - espeto, ya seria, no fiándome ni de mi sombra -, dime lo que sabes. Todo.
Él me mira, deja su taza de café con una sonrisa en su rostro que yo no entiendo y me dice:
-Con una condición.
-¿Cuál?
-Que me beses com lo hiciste la última vez.
-¡Bruce, joder! - espeto apartando mi vista de sus ojos.
Oigo su risa y un silencio.
-Lo que sé, y estoy seguro, es que algo se avecina.
Mi seriedad vuelve ante sus palabras, que han provocado una gran curiosidad, y le miro.
-¿Cómo que algo que avecina?
Se ha puesto serio y parece que se está replanteando si contarlo o no.
-Diane... Tengo que decirte algo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top