Capítulo 2: Aleteos de Sangre

-"Yo soy Kraven el Cazador" -se decía a si mismo Kraven mientras miraba su antebrazo el cual estaba curado-. "Yo soy quien intento darle caza múltiples veces a Spider-Man, y falló".

-No comprendo el porque tuviste que enfrentarte al cocodrilo -exclamó Ra's al Ghul con los brazos cruzados.

-Por honor -respondió Kraven sin dejar de ver su antebrazo-. Debo ganarme el derecho de enfrentarme a la bestia alfa de esta jungla.

-Batman no es una bestia -exclamó Ra's-. Es uno de los hombres más peligrosos del planeta.

-Batman y Spider-Man son bestias. Son animales que buscan ser cazados por mí.

-Como digas -respondió Ra's con leve fastidio-. Lo que me importa es que te pruebes contra el detective y lo derrotes en un combate limpió.

-Antes debo vencer a otra bestia.

-Más te vale que acabes con tus juegos antes de que se acabe mi paciencia y el agua del Pozo de Lázaro para curar tus heridas, cazador. Odio que me hagan perder el tiempo.

-"Yo soy Kraven el Cazador" -pensó Kraven, ignorando completamente a Ra's-. "Y debo cazar a un murciélago esta noche".

Bruce se encontraba haciendo levantamiento de pecho con unas pesas.

-"Dick se fué" -pensaba Bruce mientras se ejercitaba-. "Dice que no quiere convertirse en mí, que no quiere ser absorbido por mi oscuridad. Yo.. Lo comprendo".

Bruce dejó caer la pesa al suelo y dio un pequeño gritó de cansancio.

-"Nunca quize que se convirtiera en mí. Siempre deseé que fuera mejor que yo, que saliera de las sombras y brillara con luz propia".

Bruce caminó hacia una toalla y se seco el rostro.

-"Por una parte me siento feliz de que Dick salga del nido y extienda sus alas. Por otra, me siento traicionado".

-Señor -exclamó Alfred mientras le acercaba una botella de água.

-Gracias, Alfred -dijo Bruce mientras agarraba la botella para darle un trago.

-Amado mío -dijo una voz femenina y sensual.

Bruce y Alfred voltearon a un costado, notando a una mujer de cabellos castaños y ojos verdes vestida con un traje negro ceñido al cuerpo.

-Tenemos que hablar -dijo Talía al Ghul.

-Talía -habló Bruce con desconfianza.

-Mi padre ha traído a un hombre; un cazador para que te derrote.

-Kraven -afirmó el hombre.

-¿Cómo lo sabes?

-Era algo obvio. Kraven se escapó hace unas semanas de la prisión y el que asesino a Killer Croc tomó su cabeza como trofeo. Ya suponía que era él pero me lo terminaste de confirmar.

-Mi padre quiere que él te derrote para finalmente tener a un digno heredero que te superé. Debes, vencerlo, amado mío. No tolero la idea de estar con otro hombre que no seas tú.

-Voy a encargarme de Kraven pero no por tí, Talía. Voy a vencerlo porque no permitiré a un asesino ajeno en mi ciudad.

Talía rodeó con sus brazos el cuello de Bruce, apegando su voluptuosa figura contra el musculoso cuerpo del vigilante.

-¿Estas seguro que no lo haces por mí? -murmuró casí rosando sus labios.

Alfred simplemente se retiró del lugar sin decir nada.

A la noche, Kraven se encontraba parado en la azotea de un alto edificio, observando el cielo en busca de alguna señal de su presa.

-"Ra's quiere darme una armadura y armamento de su Liga. Él no comprende el arte de la cacería como yo lo hago. Mi presa va sin armamento ni protección más que su propio cuerpo, lo justo es que yo vaya así".

De pronto un enorme murciélago apareció volando por los aires.

Aquel monstruo no era otro que Man-Bat, uno de los más sanguinarios villanos de Batman. Kraven esperó hasta que la bestia pasará a una baja altura y rápidamente le saltó a la espalda, logrando caerle encima. Man-Bat gruño con furia e intentó librarse del cazador pero este se aferró a su cuello con el brazo izquierdo, apretandolo con toda su fuerza. Man-Bat comenzó a descender y terminó chocando contra una chimenea, destrozando esta y cayendo sobre el tejado de manera brusca.

Kraven se puso de pie rápidamente ante la furiosa mirada de la bestia que lanzó un feroz gruñido. Man-Bat se lanzó al ataque pero el cazador respondió con una patada en el abdomen para apartarlo seguido de un rodillazo en las costillas. Man-Bat gruño de dolor y retrocedió mientras lanzaba zarpazos que Kraven esquivaba. El cazador se apartó cosa que la bestia aprovechó para empezar a alzar el vuelo. Kraven corrió hacía la criatura mientras esta volaba rápidamente hacía él. El cazador logró saltar por encima de la criatura y se sujeto con ambos brazos del cuello logrando desesperarlo. Man-Bat voló de forma irregular y chocó a Kraven contra las paredes de los edificios cercanos. El cazador decidió agarrarse solo con un brazo y le empezó a propinar fuertes golpes en el oído a Man-Bat que gritaba del dolor mientras su tímpano era severamente lastimado. De tantos golpes, el tímpano del murciélago término sangrando de forma intensa y, por la falta de equilibrio, este se desplomó sobre una terraza. Man-Bat lloraba como un animal herido antes de mirar con furia a Kravinoff que se lamia la sangre del puño.

-Ven por mí, bestia.

Man-Bat se lanzó a un ataque desenfrenado y logró tumbar a Kraven el cual quedó debajo suyo. Intento darle una mordida al rostro pero el cazador le atrapó las mandíbulas con las manos desnudas. Usando su enorme fuerza, jalo cada mandíbula para el lado opuesto hasta que se escucho como estas se rompían. Man-Bat se apartó rápidamente mientras su llanto se intensificaba por el dolor al que estaba siendo sometido. Sin embargo, Kraven no lo pensaba dejar escapar. Cuando el murciélago intento alzar el vuelo, el cazador le saltó a la espalda y, con su cuchillo, le abrió una de sus alas para impedirle volar. Rápidamente guardo su cuchillo para así sujetar de la cabeza y el cuello a su herido enemigo que luchaba por volar y huir de allí. Sin embargo, Kraven uso su extraordinaria fuerza y logró romperle el cuello a Man-Bat que cayó muerto.

Kraven sonrió, sabiéndose vencedor mientras tomaba su cuchillo para cortarle la cabeza a su enemigo. Sin embargo, un batarang golpeo al cuchillo provocando que este cayera al suelo. El cazador sonrió y se volteó, viendo a su presa final: Batman.

-Bueno, no esperaba encontrarte hoy -afirmó el cazador.

-No permitiré que sigas con tu cacería en mi ciudad.

-No te preocupes, murciélago -dijo Kraven mientras se ponía en postura de combate-. Tú eres mi presa final.

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