Batman: El Caballero de la Noche ch 3
CAPÍTULO TRES: ESPERANZA ROTA
Pasaban los días y Clyde se exasperaba más al no saber que deseaba realmente el Guasón o como predecir sus movimientos para interceptarlo antes de que lastime a muchos inocentes.
Primero fue la abandonada fábrica de Químicos Ace y ahora unos muelles abandonados que no tiene alguna relación con el anterior lugar destruido. Tiene el consuelo de que hasta el momento nadie ha muerto, pero sabe perfectamente que solo es cuestión de tiempo para que corra sangre.
Analizaba las palabras escritas en la carta que el Comisionado Huggins le dio y la que tenía ese cadáver quemado esperando encontrar en estas un mensaje oculto o algo que le ayude a predecir su siguiente movimiento y que realmente quería hacer.
Enfocándose en las partes que decían que es un regalo para él y que desde la perspectiva correcta hará que todo lo que planea tenga sentido siendo esto último la posible clave para detenerlo.
En la Baticomputadora hay un plano de toda la ciudad y los sitios destruidos estaban tapados por unos círculos rojos hallándose en direcciones totalmente opuestas uno del otro, y justo como se insinuó antes, no tenían relación alguna, al menos, desde el punto de vista de una persona normal y no desde el de un payaso asesino demencial.
-¿Qué quiera en verdad ese maldito? ¿Cómo piensa perjudicarme esta vez?- al no tener la capucha puesta se frotaba el mentón pensativo tamboreando los dedos de la mano izquierda.
-¿Aún no ha descubierto que planea ese demente, Amo Clyde?- le preguntó su mayordomo parándose a su lado teniendo su porte culto y elegante.
-De saberlo no estaría aquí y ya habría ido a detenerlo, Howard. ¿Qué has averiguado sobre esos muelles destruidos? ¿Están relacionados con alguno de los anteriores planes que él haya hecho antes?- preguntó de nuevo sin siquiera verlo.
-Quisiera decirle que tengo algo, pero por desgracia no he descubierto nada. Los muelles no tienen nada que ver con esa fábrica abandonada o con alguno de los demenciales planes de ese orate y parece que solo fueron destruidos al azar.
-No fueron destruidas al azar, Howard. De alguna manera están relacionadas con él o conmigo y debo saber que es. El Pingüino y demás desgraciados con los que suele asociarse me han dicho lo mismo, que planea algo que dejará una eterna sonrisa en Gótica que nunca será borrada.
-Por eso necesito saber cuáles serán sus siguientes objetivos para neutralizarlos antes de que muera algún inocente, y de ser posible, descubrir cuál es su actual base de operaciones para detenerlo de raíz y todos los demenciales planes que tenga en mente- tecleó varias veces el panel de controles para examinar posibles sitios que estén en peligro de ser destruidos.
Howard pensaba tanto en qué decirle para calmarlo como en qué quería lograr ese payaso asesino y miró de nuevo el mapa de la ciudad y los dos puntos rojos.
Afiló la mirada cuando en la pantalla se reflejó el rostro serio y frustrado de Clyde, una cara que manifiesta perfectamente la enorme carga que lleva en su espalda desde...
Detuvo sus pensamientos cuando una nefasta idea cruzó por su mente y sufrió un escalofrío.
Dejar una sonrisa permanente en Ciudad Gótica y que no podrá ser borrada nunca...
Será... ¿Será posible que lo que ese demente quiera llevar a cabo es...?
-"¡ALERTA, ALERTA, ALERTA!"- nuevamente la alarma resonó por toda la caverna.
-¿Ahora qué lugar fue?- deseando que haya sido otro sitio deshabitado, Batman presionó los botones para saber que acaba de ser destruido.
Llevándose la desagradable sorpresa de que ahora se trataba del Parque de Ciudad Gótica, el más grande de la región, y que debido a la hora del día seguramente muchos ciudadanos, incluidos niños, habrán muerto o quedado gravemente heridos.
-Ese jodido desgraciado...- apretó los dientes y golpeó con ambos puños el teclado.
Tiró la silla en dónde estaba sentado al pararse, colocarse la capucha y agitar su capa cuando se dio la vuelta para dirigirse al Batimóvil para ir al lugar del nuevo atentado.
Su mayordomo permaneció en su sitio manteniendo la cabeza gacha y luego de gemir, presionó un botón para apagar la alarma y volver a poner en la pantalla el mapa de Gótica ahora también teniendo ese parque marcado en otro círculo rojo.
-Espero estar equivocado en mi suposición- vio su propio reflejo antes de apagar el monitor.
(...)
Volviendo a eludir con maestría todo vehículo en la carretera, Batman se dirigía al Parque de Ciudad Gótica viendo una alta columna de humo y como camiones de bomberos y ambulancias también se dirigían ahí.
Ya se hacía una imagen de lo que le aguardaba al llegar.
No equivocándose porque ese lugar, que se suponía debía ser para que las personas pasearan a sus anchas para relajarse y en donde los niños podrían jugar inocentemente, se había convertido en un incendio forestal en miniatura que apenas y podía ser contenido por el agua que le rociaban.
Esta vez no había caso estacionar su transporte en algún oscuro sitio, porque las llamas iluminaban todo el terreno cercano y los reporteros y la muchedumbre que se formó y era contenida por los policías ahí presentes no notarían su llegada.
Y mucho menos aquellas personas que gritaban los nombres de algún ser querido.
Siendo esto lo que hizo que Batman frunciese más el ceño al ver como el personal de las ambulancias se movían de un lado a otro atendiendo y llevándose a personas heridas, incluyendo a infantes cuyos padres y madres gritaban histéricos derramando mil lágrimas por ellos o a pequeños que también lloraban ante sus progenitores gravemente lesionados por el fuego.
O muertos.
Vio al Comisionado Huggins gritándole furioso a unos policías porque no sabían, o no querían, lidiar con tal escenario y solo cuando otro oficial que es muy grande y corpulento les llamó la atención fue que al fin se dignaron en poner de su parte para mantener a raya a la multitud.
Necesitaba moverse rápido y averiguar si ellos o alguien más sabía algo.
-Comisionado- le habló con el mismo tono ronco y gutural que usó cuando respondió al llamado que le hizo con esa señal el en techo de la jefatura de policía.
-Vaya, vaya, vaya, miren quién ha decidido mostrar su horrible cara de rata. ¿A qué has venido, fenómeno? ¿A admirar la obra del otro demente?- esta fue la nada amigable bienvenida del oficial corpulento que tenía en la boca un mondadientes y se lo quitó para tirárselo en la cara.
-¡Cierra la boca, Bullock!- le ordenó Huggins señalándolo, pero él solo bramó.
-¿Cuántas víctimas hay?- Clyde ignoró ese comentario mirando fijamente las llamas que se reflejaron en sus blancos lentes de contacto.
-No querrás saberlo- fue la cortante respuesta de Jim sabiendo que de decirle la verdad solo empeoraría su ya de por sí pésima actitud.
-¿Y se puede saber en dónde estabas metido? Se supone que ibas a averiguar lo que ese payaso tiene en manos y detenerlo antes de llevarlo a cabo, ¿No? ¿O es que acaso el "mejor detective del mundo" está perdiendo el toque?- pero Bullock le echaba sal a la herida.
-Bullock, te lo advierto- Huggins lo volvió a reprender.
-¿Es que acaso estoy diciendo alguna mentira, Comisionado? ¡Es la verdad! Tal vez este demente al principio si nos haya aligerado un poco la carga a la hora de atrapar a los demás desgraciados, pero desde que su "amiguito" partió de este mundo solo se ha vuelto un cascarrabias que para lo único que sirve es llenarnos las celdas de mil heridos. ¿No se supone que ya estás demasiado grande para llorar sobre la leche derramada como un nenito al que se le murió su masco...?
Los improperios de Bullock fueron interrumpidos cuando Clyde lo tomó de las solapas de su gris gabardina para aporrearlo contra una patrulla manteniéndolo elevado del suelo.
Obligándolo a verle directamente a la cara mientras rugía, dedicándole una mirada fúrica que sería capaz de acabar con los nervios del más valiente de los valientes siendo un sinónimo de que en cualquier momento iba a usarlo para descargar toda la furia que se tiene guardada.
Una acción que no fue pasada por alto por los otros oficiales y demás personas ahí presentes que dejaron de ver el parque en llamas y le pusieron toda atención, especialmente los miembros de la prensa iguales a unos buitres que rodeaban a un cadáver listo para ser devorado.
-Va... ¡Vamos, imbécil! Hazlo, dame un buen pretexto para encerrarte junto con los demás locos, estoy seguro de que te recibirán con los brazos abiertos en dónde perteneces- ya sea por increíble valor, arrogancia, estupidez o querer aprovecharse de las circunstancias para ponerlo bajo arresto, Bullock lo retó.
Causando que Clyde alzase el puño derecho para romperle la cara.
-¡Batman, ya basta! ¡SUFICIENTE!- solo cuando Jim le tomó el antebrazo fue que reaccionó.
No bajó el puño, pero vio como la muchedumbre ahora se enfocaba en verlo a él y lo que fuera a hacer a continuación.
Siendo las miradas de los niños asustados la que le hizo recuperar el juicio.
-Ah...- refunfuñó y soltó a Bullock que cayó como un costal y sacó de su cinturón una gancho-pistola -esperaré a que los bomberos terminen de apagar el incendio. No dejes que nadie entre al parque o podría contaminar cualquier posible pista- disparó el cable para irse mientras el personal de prensa le tomaba fotos.
-¿Dejará que ese imbécil se vaya así como así después de agredir a un funcionario de la...?
Ahora las palabras de Bullock fueron acalladas por el puñetazo que Jim le asestó en la cara.
-¡Si no fuera por tus años de servicio ya te hubiera echado, Bullock! Ahora muévete y asegúrate que todos pongan de su parte para mantener alejada a la gente- metió las manos en los bolsillos y le dio la espalda.
-¿Acaso dije algo que fuese mentira?- se frotó el mentón al pararse -Montoya, ¿Tengo o no razón?- pidió la opinión de una oficial que estaba cerca suyo.
-Eres tan idiota, ¿Lo sabías?- también lo vio con repudio y fue a lidiar con el gentío.
Una vez que el incendio fue extinguido, Batman planeo para aterrizar en el centro del parque teniendo puesta una mascarilla para no respirar el humo, cenizas y hollín que quedaban.
Su traje era lo suficientemente resistente para lidiar con el calor que había en el ambiente y ahora sacó un boomerang con forma de murciélago que tenía una pequeña pantalla impregnada y unos botones que lanzó al aire luego de tomar impulso.
Ese aparato comenzó a volar alrededor del perímetro del parque con la intención de crear un mapa holográfico que Clyde podría ver mediante un monitor en su antebrazo derecho para saber si había alguien vivo o alguna de esas pistas que el Guasón le dejó.
Recibiendo respuesta negativa que le hizo cerrar los ojos soltando otro rugido, pero el radar le dijo que encontró algunas cosas que fueron las responsables de que el parque estallase y se volviera algo digno del sueño del más loco de los pirómanos.
A paso lento y manteniendo los brazos ocultos bajo su capa que le cubría totalmente el cuerpo se dirigió a dónde se hallaban los dichosos objetos que destruyeron lo que antes fue un bello paisaje.
Afilando la mirada cuando se topaba con los cuerpos carbonizados de pobres ciudadanos en posiciones que indicaban que al igual que el cadáver que descubrió en Químicos Ace murieron quemándose vivos retorciéndose en agonía.
Incluyendo a madres y padres abrazando a sus hijos en un desesperado intento por protegerlos de las llamas.
Detuvo su andar cuando llegó a un cráter que obviamente fue donde fue activado uno de los explosivos que destruyeron el parque.
Presionó unos botones en su antebrazo para que los lentes de contacto cambiaran el espectro de luz con la intención de encontrar los trozos de los explosivos al poder distinguirlos de la vegetación quemada, como lo haría alguien que busca las piezas de un rompecabezas dispersado.
Miró atentamente el nada armonioso panorama para divisar algo que no cuadrase.
Descubriendo que en un tronco caído estaba incrustado un trozo de metal deforme y fue a tomarlo viéndolo minuciosamente descubriendo que pertenece a una parte de un contenedor.
Si descubre de dónde vino tal vez sepa dónde encontrar al responsable de este acto, por lo que procedió a buscar los demás fragmentos y una vez que los recuperó todos (Siendo una labor de lo más angustiante debido a que tuvo que interactuar con los cadáveres quemados) los guardó.
-¿Qué has descubierto, Batman?- le preguntó Jim acercándosele con Bullock y otros policías.
-Una posible pista que me lleve al paradero de ese demente. Te mantendré informado si necesito de tu ayuda- sin dar más explicaciones, se retiró volviendo a usar su gancho-pistola.
-¿Dejará que de nuevo se lleve evidencia, comisionado?- al odioso no le hacía gracia eso.
-Una palabra más, Bullock, y despídete de tu placa y estoy hablando muy enserio- esta nueva amenaza solo hizo que desviase la mirada y metiera las manos en sus bolsillos teniendo otro mondadientes en la boca.
-No quiero contradecirlo, Comisionado Huggins, pero, ¿Por qué apoya a ese hombre? Desde que me transfirieron a su jefatura he visto como trata a todo criminal que cae en sus manos de formas brutales que ni siquiera el más cruel de los maleantes se merece- cuestionó ahora Montoya.
-Es que tú no lo conoces tan bien como yo, no estuviste ahí cuando él realmente hacía méritos para enderezar esta ciudad... y menos presenciaste aquello que lo volvió lo que es ahora.
Viendo en dirección por dónde Clyde se fue, el avejentado oficial le dedicó la misma mirada de pesar y compasión que le ha dedicado antes.
Porque él es una de las pocas personas que ha atestiguado en primera fila su ascenso y caída...
Flash Back:
Recuerda bien como era Ciudad Gótica antes de volverse comisionado, prácticamente un antro de mala muerte en el que los poderosos líderes criminales podían pasearse a sus anchas y hacer lo que les viniera en gana sabiendo que son intocables ante los muy obsoletos y fácilmente corruptibles brazos de la ley.
-¡¿En serio dejaran que esa bola de grasa se vuelva a salir con la suya?!
-Lo lamento, Harvey. Pero el juez dijo que las evidencias eran insuficientes y ordenó su liberación.
En cierta ocasión un mucho más joven Jim lidiaba con los reclamos del Fiscal principal de Ciudad Gótica de ese entonces, Harvey Dent, porque uno de los principales líderes de las mafias, Rupert Thorne, usó su dinero y gran influencia para comprar su libertad y quedar exonerado de cualquier crimen del que se le acusa.
-Ese maldito comprado...- Harvey temblaba de la ira y su cara se deformaba en la más incontenible ira con la que decía que su razonamiento iba a romperse.
-¿Qué sucede, Dent? ¿No se supone que ver como la justicia hace su trabajo es lo que te motiva a ser un fiel representante de la ley?- dijo el anteriormente mencionado Thorne que pasó por ahí justamente para hacerle burla haciendo reír a su escolta.
-¡MALDITA BOLA DE GRASA! ¡TE VOY A MATAR!- perdiendo totalmente la compostura, Harvey lo iba a golpear pero Huggins lo abrazó por detrás.
-¡BULLOCK NO TE QUEDES AHÍ Y AYÚDAME!- solicitó el apoyo del oficial corpulento que en esos momentos llevaba el uniforme reglamentario de todo policía.
-Si tanto te estresa este trabajo, Dent, entonces deberías tomarte unas largas y merecidas vacaciones, como las que tomó tu predecesor- Thorne siguió burlándose de él para retirarse a pasos calmados lejos del alcance de la justicia.
Así eran las cosas en los viejos tiempos. Siempre teniendo que soportar las carcajadas de los criminales de cuello blanco y resignarse a que se saliesen con la suya.
Pero un día todo cambió.
Había regresado a su hogar luego de un arduo día de trabajo y luego de saludar a su esposa e hija se disponía a descansar y recuperar fuerzas para al día siguiente seguir librando la aparente lucha sin fin en la que él y los oficiales que se mantienen fieles a sus ideales están metidos.
El sonido de su teléfono evito que pudiera darse su merecido descanso.
-¿Sí?- contestó desganado creyendo que le darían las mismas noticias desalentadoras referentes a algún maleante de alto estatus que hizo alguno de sus movimientos.
Lo que le contaron era algo que nunca esperó oír y bastó para que su agotamiento desapareciera.
-Como esto sea una broma juro que... ¿Es en serio? Bien, voy para allá- luego de rascarse el escaso cabello que le quedaba en la parte superior de su cabeza, tomó sus cosas para irse.
-¿Tienes que irte de nuevo, papi? ¡Pero si apenas acabas de llegar!- reclamó una niña pelirroja.
-Lo lamento, Penélope, pero surgió algo que debo atender enseguida- palmeó su cabeza y se fue.
Llegó a unos viejos muelles que los criminales usaban para contrabandear y quedó tan atónito como los demás oficiales que asistieron al lugar de los hechos.
Porque ese lugar se había vuelto un campo de batalla en donde armas y casquillos de municiones estaban regados en el suelo acompañados de agujeros de balas y manchas de sangre.
Estando los responsables de eso amarrados en vigas de metal con marcas de diversos golpes y agresiones, incluyendo el propio Thorne que esta adosado a un gran reflector encendido.
No podría ser algo como una lucha territorial entre pandillas porque de ser así todos ellos estarían muertos, además, de que junto a ellos hay varias cajas de madera abiertas cuya carga eran drogas como una evidencia condenatoria.
-Esto no fue hecho por la gente de Maroni, ¿O sí?- Bullock se quitó la gorra para rascarse la cabeza.
Jim al acercarse a un casi moribundo Rupert para liberarlo vio que al estar sobre ese reflector la luz que emanaba y llegaba al oscuro cielo nocturno formaba la silueta de una criatura alada.
Solo aumentó su confusión y luego notó que en el abdomen del mafioso había un sobre. Al tomarlo y abrirlo su boca se abrió porque eran documentos con información de fraudes, transacciones ilegales, sucios movimientos económicos bajo la mesa y mucha más información que ni siquiera el más corrupto de los jueces podría desacreditar.
-¿Qué significa esto? ¿Quién lo hizo?- guardo el sobre y volvió a ver la señal en el cielo.
La señal de que desde ese momento Ciudad Gótica nunca volverá a ser la misma.
De regreso en la Jefatura de Policía, se dispuso a hacer el papeleo y poner a salvo la evidencia y pruebas incriminatorias que se les dieron en bandejas de plata nuevamente preguntándose quién pudo haber hecho algo como eso y que deseaba.
-Oficial Huggins.
Un escalofrío recorrió su columna cuando escuchó este grueso, opaco, frío y gutural tono de voz y no pudo ni siquiera girarse para ver al dueño al sentir como le pusieron lo que creyó que era el cañón de un arma contra su espalda.
-Qué... ¿Quién es? ¿Qué-qué quiere?- por instinto alzó las manos sudando frío tragándose un nudo en la garganta y traspirando al creer que era un asesino a sueldo.
-No tiene nada que temer. Yo estoy aquí para ayudarle y a los oficiales que no se han dejado contaminar con la corrupción que ha asolado este Departamento y al resto de Ciudad Gótica.
Confundido quedó al sentir como no le apuntó y vacilante se giró para ver a ese individuo.
Volviendo a estremecerse al ver a un hombre con un raro traje gris, guantes, botas, capucha y capa negras y curioso cinturón dorado.
Siendo su máscara lo más intimidante al tener puntiagudas orejas que parecían cuernos, ojos totalmente blancos y debido a que su tez es negra era difícil distinguir la línea divisoria que separaba la parte inferior de su cara, pero esa capucha y capa tenían unos reflejos azules.
Aunque lo más resaltante era un símbolo en forma de murciélago en el pecho rodeado de un óvalo y cuyo contorno era amarillo.
-Pero... ¿Quién o qué es usted?- era lo único que podía preguntar.
Causando que ese tipo dejase de tener un inexpresivo semblante y curvease su boca en lo más parecido a una sonrisa.
-Un amigo que desde las sombras les ayudará a poner en orden esta ciudad y que se asegurará de que aquellos que gocen de hacer el mal paguen por sus crímenes- sin moderar ese tono de voz le ofreció otro sobre.
Dudoso, Jim lo tomó y abrió como el otro volviendo a sorprenderse.
-Pero si estas son cuentas bancarias y transacciones que Thorne le hizo al juez que declaró nulo su caso. ¿De dónde las sacas...?
Al mirar hacia adelante se sorprendió porque él ya no estaba.
Miró de un lado a otro al desenfundar su arma y notó una ventana abierta en la que se arrimó viendo como ese hombre se alejaba planeando al usar su capa, pareciéndose precisamente a un murciélago.
Dando así inicio a un nuevo capítulo en su vida y en todos los que residen Gótica.
Las noticias de un vigilante disfrazado de murciélago que se encargaba de atrapar a cada uno de los líderes de las mafias y pandillas más poderosas de la ciudad eran imposibles de ocultar y todos se preguntaban de dónde salió, porqué hacía eso y sobre todo quién era.
Batman, así es como se autodenominaba el encapuchado. Un nombre con el que rápidamente llenaba del mayor de los miedos a todo criminal que lo oyese debido a que los rumores de como quedan los maleantes que tienen la horrida desgracia de ser tocados por sus manos llegaban hasta el más recóndito rincón del bajo mundo y que muchos se replanteasen el estilo de vida que tienen.
Pero por más altruistas e incluso heroicas que sean sus acciones, eso no lo salvaba en un inicio de ser también visto como un peligroso criminal que debía ser detenido a toda costa.
-¿En serio nadie ha averiguado nada de ese demente?- reclamaba el quién era en ese momento el comisionado de Ciudad Gótica a todos los oficiales.
-Hemos hecho todo a nuestro alcance, señor. Pero ese loco parece haber salido de la nada y no tenemos ni la más mínima sospecha de quién es bajo su barato traje de Noche de Brujas- dijo un muy ofuscado Bullock.
-No suelo jugar al Abogado del Diablo, señor, pero ese tipo en solo dos meses ha hecho caer a criminales que no hemos logrado apresar en años enteros.
Será todo un oficial respetuoso de la ley, pero Huggins no podía desacreditar lo que Clyde ha logrado hacer en tan poco tiempo y debía reconocer la asombrosa labor que ha hecho por una ciudad que ya no parecía tener salvación alguna.
-¡Al demonio con ese demente! Nadie hace justicia por mano propia en mi ciudad y sale impune.
-¿Tanto te molesta que alguien más haga el trabajo que tú y tus oficiales se supone deben hacer? ¿O lo que realmente te enoja es que más de esos desgraciados que les gusta llenarles los bolsillos a los representantes de la ley ahora estén tras las rejas sin poder comprar su libertad como tantas veces lo han hecho antes?- interrumpió el Fiscal Dent apoyado en una pared echando unos bolados con una moneda en su mano derecha.
-¿Qué estás insinuando, Dent?- tales cuestionamientos enojaron aún más el comisionado.
-Sabes muy bien a qué me refiero- Harvey le dedicó una sonrisa socarrona.
¿Héroe o criminal? Esta era la pregunta que dividía a la ciudad y que le quitaba el sueño a Huggins en la noche.
Como alguien firme en sus convicciones de oficial de policía debe de estar en total desacuerdo con lo que el encapuchado hace.
Pero como persona que ha visto en primera instancia el daño que los poderosos le hacen a Gótica y a sus ciudadanos, debía darle la razón a Batman y sus métodos nada ortodoxos.
Y más todavía cuando en cierta ocasión apreció también en primera fila que él no era solo un ente encargado de detener a los criminales, sino en proteger al inocente y dar el ejemplo a los demás para combatir la injusticia.
Porque cierta noche estaba con su esposa e hija saliendo de la escuela luego de que esta ganase un concurso de atletismo en donde esta fue la ganadora en el apartado acrobático.
-Estamos tan orgullosos de ti, mi cielo- su mamá la felicitó mientras Jim cargaba el trofeo que le dieron tomados de las manos como lo harían padres amorosos con su retoño.
-Como dice papá: la práctica hace al maestro- rieron por estas palabras.
-Y meterse en lo que no les importa hace al muerto.
Justo cuando llegaron hasta la patrulla de Huggins, fueron rodeados por unos maleantes y antes de que él desenfundara su pistola fue golpeado en la nuca e inmovilizado al ser tomado de los brazos.
-¡JIM!- gritó su esposa, pero ni ella o Penélope pudieron hacer o decir algo más porque esos rufianes les apuntaron con varias pistolas.
-Huggins, Huggins, Huggins, ¿Cuántas veces nuestro jefe te pidió meterte en sus asuntos?- lo regañó el líder negando con la cabeza -y no solo eso, tanta pasta te ofreció para que vieses a otro lado y todas esas veces rechazaste su generosa oferta, ¿Y para qué? ¿Solo por jugar al "buen oficial que no se deja comprar ni intimidar por nadie"? Todo mundo tiene límites y Maroni ya llegó a los de su paciencia, por lo que no tenemos de otra que usarte de ejemplo y a tu esposa e hija para que aquellos "incorruptibles" vean que no solo ellos pagaran las consecuencias sino sus seres queridos si deciden jugar con tus reglas.
-Así que... ¿Cuál elijes de primera? ¿A tu bella mujer o a tu princesita?- sin misericordia señaló con el cañón de su revolver a pelirroja y a la madre de esta.
-Penélope... Eileen...- murmuró impotente no pudiendo hablar bien por el golpe que le dieron en el estómago.
Siempre ha sabido que al ser un honesto oficial de policía que no les lava los pies a los criminales de cuello blanco le podría traer miles de problemas en el futuro, pero que tomen represalias con su familia era algo que llenaba su corazón de un horror que ni el más cruel y grotesco maleante podría lograr en persona.
Ni él, ni su familia, ni ninguno de esos malhechores esperó a que la mano de su líder fuese impactada por un Shuriken con forma de murciélago obligándole a soltar el arma.
Y menos esperaron a que Clyde apareciera volando y aterrizase dándole un puntapié a dos de ellos en la espalda derribándolos.
De inmediato sacó de su cinturón unas esferas y se las arrojó a los criminales que sujetaban a Jim dándoles en la cara creando una intensa humareda obligándoles a soltarlo y tosieran fuertemente y lo mismo hizo con los que rodearon a Penélope y a Eileen para que dejasen de apuntarles con sus armas.
-Retroceda, Oficial Huggins- al ponerse una mascarilla podía respirar sin problemas y tomó a Jim para alejarlo luego de tumbar de unos puñetazos a sus opresores.
-Ustedes también- agarró de las muñecas a la esposa e hija de él y los situó tras la pared de un callejón lejos de los malhechores -quédense aquí y no se muevan hasta que se los diga.
Aprovechando la cortina de humo que creó, Batman fue a darle una lección a esos bandidos.
Instintivamente Huggins sacó su pistola y amañó con ir a apresarlo.
Deteniéndose cuando vio como vencía de uno en uno a esos malandros, a los sujetos que casi acaban con las vidas de su esposa e hija, las personas que más ama en este mundo y como a todos ellos les obligaba a gritar para que apareciese alguien que los ayude.
Si eso era capaz de hacerle a ellos, ¿Qué podría hacerle a él? Además, ¿En serio será tan ruin y desagradecido para intentar detener al sujeto que en tan poco tiempo ha hecho tanto por él y el resto de la ciudad?
-Atrás, hija, no te expongas- dijo su esposa porque Penélope se arrimaba de la cobertura.
-Miren como derrota a todos esos hombres malos...
Huggins iba a ordenarle que retrocediera, pero notó la expresión que sus ojos radiaban.
No una de terror como la que tuvo hace unos instantes y que muchas otras personas han tenido cuando sus vidas estuvieron en peligro por parte de seres crueles como esos maleantes, sino una de asombro, entusiasmo e incluso admiración.
Ante eso Jim sintió varias emociones. ¿Cómo debe reaccionar? ¿Asustarse de que su hija y posiblemente todos los niños, los futuros ciudadanos de Gótica, viesen como un héroe y ejemplo a seguir a alguien que hace justicia por mano propia lejos de los parámetros de la ley?
O tal vez... ¿Ver con esa misma admiración al encapuchado? ¿Alguien que es capaz de hacer lo correcto sin importar las consecuencias y que no se quedará cruzado ante una injusticia?
Como... ¿Un ejemplo de esperanza que esta ciudad tanto ha necesitado y que motive a los demás a hacer siempre lo correcto y no permitir que la maldad se siga expandiendo?
-El peligro pasó. Pueden acercarse- pidió Clyde al vencer a todos los malandros.
Dudosos, Jim y Eileen hicieron lo pedido, pero Penélope los dejó para acercársele corriendo y pararse ante él viéndolo de arriba abajo sin cambiar su expresión de perplejidad.
-Usted... ¡Usted es increíble, Señor Batman! Mil veces mejor de lo que dicen esos noticieros que hablan mal de usted.
Esas palabras viniendo de una niñita hicieron que una pequeña, pero genuina, sonrisa se formase en la cara de Clyde porque ella al ser una de las futuras ciudadanas de Gótica y verlo no como un monstruo como dice la prensa amarillista sino como un ejemplo a seguir, incluso un héroe, significaba que estaba logrando influenciar correctamente a los que en algún mañana tendrán el destino de esta ciudad en sus manos.
Pero ese gesto se borró cuando escuchó el arma de Jim recargándose para apuntarle.
-Penélope, ven con tu madre- ordenó.
-¿Qué haces, papi? ¡No puedes hacerle eso al señor que acaba de salvarnos!- ella se reusó.
Ignorando que solo le creaba más conflictos de los que ya tiene.
-¿Por qué lo hace? ¿Por qué nos ayuda? ¿Qué quiere en verdad?- exigía respuestas.
-Justicia, es lo único que deseo. Un mundo en donde los criminales paguen por sus crímenes sin que puedan salirse con la suya y en donde los inocentes puedan vivir su día a día sin el temor constante de caer en sus garras y actúen sin quedarse callados al presenciar un crimen, ¿Eso no es lo que usted desea también, Oficial Huggins?
Sería muy hipócrita y cínico si le dijese que no buscaba eso mismo, ¿Hubiera deseado que no le salvase la vida a él y su familia solo por no tener el permiso de leyes creadas por manos humanas?
-¿Por qué entonces esperaste a último momento para actuar? Unos segundos más y mi familia ahora mismo estaría...
-Por esto, evidencias- le lanzó una pequeña grabadora que apenas pudo reaccionar para atraparla.
No entendía a qué se refería, pero al accionar un botón reprodujo una grabación del líder de los criminales diciendo que ese tal Maroni los mandó a asesinarlos.
-No puedo detener así a esta escoria sin pruebas, creí haberlo dejado claro con mis acciones en estos meses. Ahora tiene una evidencia más que hundirá a Salvatore- se explicó.
Causando que desviase la mirada realmente sintiéndose mal por apuntarle tratándolo como uno de los tantos maleantes con los que ha lidiado en el pasado.
Detuvo sus pensamientos cuando escuchó la sirena de otras patrullas acercándose a su posición.
-Solo porque salvó a mi esposa e hija le permito irse, pero la próxima vez que nos veamos no seré tan...- cuando se giró para verlo, él de nuevo había desaparecido.
-¿Ese tipo en verdad es un hombre?- preguntó Eileen al tampoco saber cómo se fue de su vista.
-No, ¡Ese señor es un superhéroe!- pero Penélope juntó sus manos de nuevo teniendo ese brillo de entusiasmo en sus ojos.
¿Un loco que se disfraza de murciélago y que se dedica a enfrentar a los criminales es visto por su tierna hija como un superhéroe? Con esa declaración las dudas que Jim tuviese sobre Batman solo se incrementasen todavía más.
Está el dicho de "El que persevera alcanza" y por mérito propio Clyde conseguía la confianza y el apoyo de la gente e incluso de los noticieros que ya no lo tachaban de una aberración, sino como un verdadero héroe que lucha por la verdad, la paz y la justicia que le ha hecho ganarse el sobrenombre de El Caballero de la Noche porque cuando caía el Manto Nocturno era el momento en el que él más se destacaba con sus acciones en proteger al inocente.
Llegando al punto de que ahora fuesen los maleantes los que temían andar por las calles, con el constante miedo de toparse con esa fuerza oscura cuando menos se lo esperen y les haga sentir todas las agresiones que alguna vez le han hecho a sus víctimas.
Por primera vez, en muchísimos años, Gótica tenía una leve chispa de esperanza para mejorar.
Tampoco sabía el motivo de porqué se enfocaba en ayudarlo indirectamente y casi exclusivamente a él, para que dé a poco ascendiera de rango en la escala de la Jefatura de Policía. ¿Es que acaso era para hacerle sentir en deuda y así lo encubrirlo? ¿O por qué veía en él la mejor de las opciones para ser el principal dirigente del Departamento?
Nunca supo el motivo y tampoco se atrevió a preguntárselo, pero, estaba entre esas cosas que agradecía profundamente.
-Felicidades por su ascenso, Detective Huggins, perdón, Comisionado Huggins- lo halagaba Harvey.
Todos en la Jefatura de Policía felicitaban a Jim por haber conseguido ese puesto. Ningún otro uniformado más que él se merecía tal cargo por ser el arquetipo de representante de la ley honesto e incorruptible que jamás ha dado su brazo a torcer y se entrega en cuerpo y alma en el cumplimiento de su deber.
Puede decirse que es también, a su propia manera, un completo ejemplo a seguir.
-Gracias, gracias. Mil gracias a todos, no hubiera logrado esto sin el apoyo de todos ustedes y especial el de... ya saben quién- carraspeó un poco -pero no es momento para adulaciones. Tenemos mucho trabajo que hacer y poco tiempo, así que todos vuelvan a sus deberes.
-¿Tan rápido el poder se le subió a la cabeza, comisionado?- Bullock se dio la libertad de bromear.
-Entonces, Jim...- cuando los policías volvían a sus puestos, Dent se le acercó -¿Cuándo podré conocerlo? ¿No crees que es injusto que en todo un año tú hayas sido el único con el que habla?
-No es tan sencillo como crees, Harvey. Yo no lo busco y no tenemos un lugar fijo para reunirnos. Él se me aparece cuándo menos lo espero- dijo esto con cautela esperando a que nadie más los oyera.
-Qué curioso, casi puedo jurar que él te facilitó las cosas para que tuvieras este puesto cuando dejó al descubierto los trapos sucios que el otro comisionado tenía- lo molestó un poco con esta broma.
-Pero ya, en serio quiero conocerlo en persona. Solo piensa en lo que un comisionado como tú, un Fiscal General como yo y alguien como él podrían lograr si trabajan juntos, ¡Solo necesitaríamos de otro año para limpiar completamente las calles de esta ciudad! ¿Lo puedes imaginar?- afirmó con total seguridad y le puso una mano en el hombro.
-Ah... veré que dice, aunque no esperes que acepte así como así. Digamos que... es muy reservado y no parece tenerle mucha confianza a otras personas.
-Si te la tuvo a ti en todo este tiempo debe ser por una buena razón, ¿No?- con otra sonrisa de mofa, se alejó teniendo la mano izquierda dentro de un bolsillo mientras que con la derecha hacía volados con una moneda.
Suspirando al negar, Huggins se dirigió a la que a partir de ahora será su oficina y puso su gabardina en un perchero para prender la lámpara de su escritorio y tomar asiento.
-Lo felicito por su ascenso, Jim. Lo tiene más que merecido.
Se sobresaltó al oír la inconfundible voz de Batman y al apuntar en una esquina con una linterna ahí lo vio con ese intimidante porte al mantener los brazos ocultos bajo su capa.
-Después de un año cualquiera creería que me he acostumbrado a esto...- se pasó una mano por la cara -¿Escuchaste lo que Dent pidió?
-Totalmente y dile que estoy dispuesto a unir fuerzas con él para guiar a Gótica en la dirección correcta. Es un buen hombre, que al igual que tú y yo, busca lo mejor para los demás y también es firme en sus propias convicciones, pero deberás decirle que mi colaboración tendrá algunas condiciones.
-Me imagino cuáles serán...- ironizó -¿En verdad crees que en otro año esta ciudad estará libre de las ratas que la contaminan?
-No puedo hacer promesas que no pueda cumplir, pero si puedo decir que mientras todavía respire haré todo en mi poder para hacer de Gótica un mejor lugar, uno en el que los ciudadanos de bien puedan salir a pasear libremente sin el temor constante de morir en cualquier momento a manos de aquellos que adoren hacer el mal.
-Esa es una promesa que si puedo cumplir... mi amigo.
Para reforzar su alianza, le extendió la mano derecha teniendo una de esas pequeñas sonrisas.
Tendrá todavía dudas, pero Jim sabía que solo cooperando podrán sacar a Gótica del pozo de miseria en el que está hundida y que sus habitantes puedan ver un mejor y radiante mañana luego de una eterna noche de horrores y pesadillas.
Forjar un futuro mejor para Penélope y los demás jóvenes.
-Como tú desees... amigo mío- correspondió su gesto también sonriendo -y... ¿Algún día sabré quién está debajo de esa máscara?
-Cuando Gótica ya no me necesite, ese será el día en que cuelgue mi capa. Pero si te puedo decir que bajo esta máscara está la cara de alguien que sin que tú mismo supieras le hiciste ver que por más mal que estén las cosas, no es el fin del mundo.
Eso confundió mucho al recién nombrado comisionado, pero cuando iba a decirle algo más, Bullock tocó su puerta para darle información de un caso distrayéndolo suficiente para que al mirar de nuevo al frente Batman ya se había retirado.
-Y cualquiera creería que también me he acostumbrado a esto...- soltó una pequeña risa.
Fin del Flash Back.
-Todo iba tan bien, toda Gótica estuvo a punto de salvarse, todos sus ciudadanos recuperaban esa esperanza por un mañana mejor... solo para que un maldito payaso apareciera y lo echase todo a perder- contraria a la expresión que tuvo en ese momento, Jim se lamentó como pasó cuando trató de reconfortar a Clyde esa noche cuando lo llamó con ese reflector.
(...)
-¿Seguro de lo que dices, Howard?- preguntó Batman cuando al llegar a su guarida él le contó lo que posiblemente el Guasón realmente piensa llevar a cabo.
-No 100% seguro, Amo Clyde. Pero según lo que esas cartas dirigidas a usted decían sobre dejar en la ciudad una sonrisa permanente y que solo desde la perspectiva correcta podrá adivinar lo que él planea, lo más probable es que decida crear con esas explosiones una enorme cara feliz que abarque todo el ancho de Gótica que jamás será borrada.
El moreno le dio la espalda sintiéndose un completo estúpido porque literalmente tenía en la cara lo que el Guasón quería hacer, ¿Y no supo descifrarlo antes de que ese parque estallara matando a un montón de inocentes?
¿Perdía el toque como Bullock se lo dijo? ¿Tantas noches en vela sin descansar adecuadamente le ha quitado perspicacia? ¿Esa ira reprimida que pide a gritos ser liberada lo ha cegado de tal manera que le nubló el juicio?
O tal vez... ¿Sus deseos por buscar a maleantes a quiénes moler a golpes no le haya permitido pensar con claridad las cosas?
Cual sea el motivo por el que no logró predecir los movimientos de ese payaso asesino, solamente se enfureció de sobremanera llegando a rugir como bestia endiablada y que los dientes estuviesen a punto de rompérsele por como apretó la quijada.
El grito de cólera que soltó resonó por todo el interior de la caverna hasta el último rincón como un eco de agonía espantando a todos los murciélagos que comenzaron a revolotear por todos lados emitiendo un millar de chillidos porque el dolor de él era el de todos ellos.
-¡MALDITA SEA! ¡¿CÓMO FUI TAN ESTÚPIDO?!- tomó la silla en la que tantas veces se ha sentado ante el gran monitor y la usó para golear la avanzada maquinaria a su lado destruyéndola y que expulsasen varias chispas.
-¡AMO CLYDE, POR FAVOR CÁLMESE!- Howard intento detenerlo temiendo que perdiese por completo la cordura.
-¡¿Cómo quieres que me calme?! ¡¿NO TE DAS CUENTA DE QUE VOLVÍ A FALLAR?! A la ciudad... a la gente... a los que confíen en mí... ¡A MÍ MISMO!- fue a una columna de piedra y empezó a golpearle con todas sus fuerzas agrietándola y que sangre escurriese de sus guantes negros.
-De nuevo lo hice... de nuevo no pude actuar con la suficiente rapidez... ¡DE NUEVO INOCENTES HAN PADADO EL PRECIO DE MI ESTUPIDEZ!- dejó de golpear esa viga para pegarse a sí mismo en la cara rompiéndose la nariz.
-¡YA BASTA, CLYDE!- su mayordomo tuvo que usar todas sus fuerzas cuando le sujetó los brazos.
-Por favor, no me hagas tener que suplicarte de nuevo, Clyde- dejó las formalidades y le habló con el tono que un padre usaría con su hijo cuando este pase por un momento sumamente difícil.
-Entiendo mejor que nadie por todo lo que pasas y porqué en estas fechas te ofuscas con mucha más facilidad que de costumbre, ¡Pero no puedes seguir echándole más piedras al saco que todos los días llevas en tu espalda!
-Haces todo lo posible para mejorar esta ciudad, lo que un hombre... ¡Más de lo que cualquier otro hombre es capaz de lograr! Recuerda que sigues siendo un humano que puede cometer errores y no siempre tiene la respuesta a todos los problemas que la vida te impone.
-Ya déjate de tu sermonía barata para tratar de hacerme sentir mejor, Howard. Sé que no lo puedo todo, ¡Pero debo al menos estar un paso por delante de los desgraciados como él que gozan de hacerle el mal al inocente!
-Si mis padres pudiesen verme, si Ti... si él viese como estoy fallando de forma tan garrafal... ¡ESTARÍAN DECEPCIONADOS DE MÍ Y DESDE SUS TUMBAS ME ESTÁN ABO...!
-¡PAFFM!
Este nuevo sonido causado por una bofetada que Howard le dio con el dorso de la mano derecha interrumpió sus delirios e hizo que recuperase el juicio.
Al enderezarse sobándose la cara el corazón se le comprimió cuando lo vio lagrimeando al tener en su interior su propia tormenta de emociones.
-Jamás vuelvas a decir que el Amo Tiago, la Ama Martha... y sobre todo el Amo Harold estarían decepcionados de ti, Clyde, ¿Me entendiste? ¡JAMÁS!- lo señaló con la misma mano que lo golpeó.
Causando que agachase la cabeza sintiéndose más miserable de lo que ya es porque lastimó a una de las pocas personas que más se preocupen por él, por no decir, el que más lo ha cuidado.
Casi se sentía el monstruo que las demás personas dicen que es.
-Howard... averiguare de dónde salieron los contenedores que el Guasón usó para destruir el parque y luego predecir que lugares destruirá y detenerlo antes de que sea tarde- se sobó la mejilla y tomó la silla que antes usó para romper esas máquinas para sentarse ante la pantalla.
Con tal de no seguir viendo la expresión que su mayordomo poseía y como negó con la cabeza.
Usando su avanzada computadora, unió los trozos del contenedor que recolectó para saber su marca y a que compañía pertenecía.
Descubriendo que era parte de un lote de 10 barriles que fueron robados de una compañía que no se hallaba en Gótica.
Sino en Ciudad Metrópolis.
-Maldito desgraciado... fue lo suficientemente listo para conseguir lo que necesitaba de lugares que no sean de Ciudad Gótica- afiló la mirada.
-¿La ciudad en la que reside ese hombre de pelo blanco con poderes increíbles al que llaman "Superman"? Hay que admitir que sería el lugar menos sospechoso al que uno cree que iría para buscar lo que requiere para sus fechorías- al estar más calmado, Howard se paró a su lado.
-Pero... ¿No cree que así tendría las cosas más fáciles? Es decir, si va a ese lugar puede pedirle ayuda a ese noble alienígena para atrapar a ese demente, ¿No le parece bien?
Clyde solamente arrugó el entrecejo ante esa sugerencia y presionó unos botones para ver imágenes del mencionado Superman cuando hacía hazañas heroicas que él o cualquier otro ser de la Tierra jamás podría lograr, como atrapar aviones o cohetes que caen, dispersar tornados al crear ondas expansivas al juntar las manos, frenar el avance de una gigantesca ola al congelarla con su aliento, partir al medio a un meteorito que amenazaba con impactar contra la Tierra usando rayos caloríficos que expulsa de sus ojos por dar unos ejemplos.
Ciertamente tener la ayuda de alguien así que desde que llegó a esa ciudad ha hecho mil maravillas por todo tipo de personas inspirándolas a estas con sus nobles y desinteresados actos haría que la enorme carga que lleva sobre su espalda se volviese mucho más ligera, pero extrañamente, esa posibilidad le resultaba desagradable.
¿Por qué? ¿Tal vez por un sentimiento territorial que le impida aceptar ayuda de alguien que no es de su ciudad y menos del Planeta Tierra? ¿Por qué no le gusta la idea de hacer equipo con alguien que no pertenece al pequeño circulo de aliados que posee?
O posiblemente... ¿Por qué ese tipo al ser un faro de luz y esperanza tanto en Metrópolis como en el resto del mundo le recuerda su propio gran fracaso por haber fallado en ser justamente ese faro en la ciudad que tanto se adjudica estar bajo su cuidado?
-¿Lo estás considerando, Amo Clyde?- intuyó Howard, esperando que lo tomase en cuenta.
-No hay tiempo para interrelacionarse con alguien que ni siquiera es humano. Ahora debo acceder a las cámaras de seguridad de esa compañía y saber cuándo y como el Guasón y su gente se robaron esos contenedores, que vehículos usaron y si estos siguen en Gótica descubriré su escondite- dejó totalmente de lado ese tema y volvió a teclear.
-"Increíble que aun siendo tan inteligente no sepas cuando aceptar ayuda que prácticamente se te ofrece en bandeja de plata"- Howard negó decepcionado y lo dejó solo.
Usando avanzados sistemas de hackeo, Clyde se pudo infiltrar en los sistemas de seguridad de esa compañía para tener acceso a las cámaras de seguridad y pedirle a su computadora que las analice en las fechas que se presumen desaparecieron esos contenedores.
Agrandando un video de unas camionetas de colores chillantes que se estacionaron a las afueras de esa compañía y sus ocupantes al bajar resultaron ser la ayudante dientona del Guasón y algunos subordinados con ridículos trajes de payasos dándoles órdenes para tomar esos contenedores regañándolos y pegándoles cuando accidentalmente dejaban caer algunos de estos.
-Ya los tengo... ahora a crear un seguimiento con las cámaras de vigilancia que hay entre esa ciudad y Gótica ese día.
Presionó de nuevo el panel y así hacer un recorrido como lo haría un águila al observar desde distintos flancos las camionetas y que ruta tomaban desde Metrópolis hasta Gótica siendo lo más importante a donde se dirigieron una vez que llegaron hasta la ciudad que está bajo su cuidado.
Pero las grabaciones terminaron cuando llegaron a un lugar remoto a las afueras de Gótica, la Zona Sur en dónde ya no hay más cámaras por lo que no sabría a qué sitio fueron.
Tecleó para saber que estructuras y edificaciones habían ahí y que puedan servir como base de operaciones.
Y al saber que por allá está ese viejo parque de diversiones supo enseguida a dónde ir.
-Pronto pagarás por lo que has hecho, Guasón- se colocó la capucha para ir a confrontarlo.
(...)
-Huggins, me dirijo al posible escondite del Guasón. Está situado en ese parque de diversiones a las afueras de la Zona Sur de la ciudad. Entraré yo solo, pero necesito que tus oficiales creen un perímetro para bloquearle cualquier ruta de escape, pero que ninguno entre en caso de que ahí haya otros explosivos- le pidió a Jim mediante una videollamada con una pequeña pantalla que tiene en la cabina de su Batimóvil.
-"¿En el viejo parque de diversiones abandonado? Entendido, Batman. Me aseguraré que mis hombres vigilen todas las entradas y salidas, pero, espero que no se te vuelva a pasar la mano con él, su insoportable asistente y sus secuaces"- casi le hizo una súplica.
-Parece que se te olvida que no me gusta hacer promesas que no pueda cumplir- dijo casi las mismas palabras que le dijo en esa ocasión -te mantendré informado de cualquier novedad.
Finalizó la comunicación cuando se acercaba a esa parte de Gótica y apagó la turbina de su vehículo para pasar a un modo silencioso con el que no delataba su presencia y así no perdía el elemento sorpresa.
Se estacionó a las afueras de la desolada estructura y siguió a pie con esa ya característica pose de mantener los brazos bajo su capa y estando en máximo estado de alerta en caso de que haya alguna trampa o le hagan una emboscada.
La oscuridad del sitio le permitía camuflarse muy bien y sus botas no hacían ruido por lo que todo se mantenía en un casi total silencio que solo era interrumpido por el viento dando la impresión de que él es un fantasma errante que vaga por el mundo de los vivos al no haber encontrado su lugar de Descanso Eterno.
Miraba atentamente las descuidadas y oxidadas atracciones que rechinaban al ser movidas por la brisa y que en su momento les ofrecieron diversión a miles de niños y que ahora son dignas del más terrorífico relato de horror.
Detuvo su andar cuando vio unos columpios y su agria expresión se mermó por un momento.
-¡Más fuerte, papi! ¡Más fuerte!- exclamaba un pequeño Clyde que era empujado por Harold riendo con toda la ternura e inocencia que tendría cualquier otro niño.
-Cuidado lo empujas tan fuerte que lo mandas a la luna, querido- bromeó una risueña Martha.
-Arg...- rugió Batman al cerrar los ojos -no tengo tiempo para pensar en eso- siguió caminando.
Un sonido llamó su atención, provenía de la Casa de los Espejos y al dirigirse ahí escuchó unas risas suprimidas junto con pasos que se alejaban.
Recuperando su cautela ingresó al lugar mirando de reojo su imagen deformada en los diferentes cristales que hay y también el techo y el suelo para asegurarse de no pisar un cable que active alguna trampa o algo parecido.
Volvió a escuchar pasos y leves carcajadas que se distanciaban de su posición. Frunció más el ceño y dejó de lado la cautela para correr en dirección de dónde provenían siendo la sala en dónde el Guasón mató con ese Gas de la Risa al secuaz que se atrevió a cuestionarlo.
Era hora de poner un punto final a esto.
-¡GUASÓN!- gritó al derrumbar de una patada la puerta de ese sitio.
Pero no había nadie ahí. Ni ese payaso loco, ni su asistente dientona, ni ninguno de sus lacayos, ni esas armas con apariencia de artefactos cómicos y mucho menos el mapa de Ciudad Gótica que tenía señalados los lugares con los que dejará una eterna e imposible de borrar sonrisa.
Solo había una gran caja envuelta en papel regalo morado y con listón verde en medio de la sala que tenía encima una grabadora que reproducía las risas y pasos alejándose que sirvió para atraerlo ahí.
-Jodido imbécil... ¡UUARRG!- desquitó su frustración al golear ahora una pared agrietándola.
No pudo seguir actuando como un loco poseído porque el obsequio empezó a generar un sonido parecido al que haría un reloj, así que se le acercó con cautela descubriendo que había otro sobre dirigido hacia él y leyó su contenido.
¡NO, NO, NO, BATSY! ¡ES DEMASIADO PRONTO PARA QUE ECHES A PERDER LA SORPRESA!
Todavía falta mucho para el gran final y veas el bello regalo que tengo preparado. Pero para que veas que no te guardo ningún rencor, te aviso que desde que abriste este sobre solo tienes un minuto para irte de ahí antes de formar parte de más bellos fuegos artificiales.
Así que... ¡Espero que no seas muy lento leyendo! ¡JAJAJAJA!
Clyde no necesito saber más, y empezó a correr lo más rápido que puede hacerlo con todo su equipamiento puesto regresándose por donde vino no percatándose de los deformes movimientos que hacía su reflejo en los diferentes espejos en los que antes se vio.
Y una vez afuera accionó su gancho-pistola para sujetarse de la parte superior de una Rueda de la Fortuna y así impulsarse por el aire alejándose cuanto antes al planear con su capa.
-¡BOOM! ¡BOOM! ¡BOOM!
Justo a tiempo porque primero fue la Caza de los Espejos, luego las atracciones más cercanas a ella y después las demás del parque de diversiones explotando en un efecto dominó alzando altas columnas de fuego como volcanes que entran en erupción.
Teniendo que maniobrar con admirable habilidad para evitar esas llamas, siendo literalmente rosado por ellas, estando a escasos centímetros de ser carbonizado como les pasó a las personas del parque y su capa, aunque era de un material súper resistente se quemaría en caso de recibir directo.
Que fue justamente lo que pasó cuando al estar cerca de la salida del lugar, la parte trasera de su capa fue tocada por una de esas llamaradas causando que se empezara a incinerar y tuviese que hacer un aterrizaje de emergencia como un ave al que acaban de cortarle las alas.
Y al caer no se detuvo en seco, sino que rodó para amortiguar el impacto hasta chocar contra su extravagante vehículo.
-Estuvo cerca...- ahora rugió del dolor y se incorporó sobándose el hombro viendo el enorme incendio del sitio que antes fue un lugar que rebosante de dicha y felicidad.
-¡BATMAN!- gritó Huggins al llegar junto con Bullock y demás oficiales.
-¡¿Qué rayos pasó?! ¡¿Estás bien?!- le puso una mano en la espalda.
-Estaré bien, Jim. Pero ni el Guasón o su gente estaban ahí, sabían que los encontraría y también destruyeron este lugar...- no parpadeaba al mirar fijamente las llamas.
-¿Te estás volviendo predecible, fenómeno?- Bullock no se contuvo en restregárselo en la cara.
Clyde lo ignoro esta vez y seguía viendo sin parpadear el fuego y columnas de humo apreciando como las estructuras que no fueron destruidas enseguida por los estallidos se quemaban hasta derrumbarse una por una generando el sonido de metal retorciéndose.
Ahora únicamente le queda adivinar que otros lugares y edificaciones el Guasón usará para dejar la dichosa gran sonrisa en Gótica que será recordada por siempre.
Como monumento a su gran fracaso al no lograr detenerlo.
(...)
-¡JAJAJA! ¡Su expresión fue mil veces mejor de la que me pude imaginar! ¡JAJAJA!
En la seguridad de otra base, el Guasón se deleitaba con una grabación de Batman cuando leyó la carta que le dejó sobre ese gran obsequio y como tuvo que retirarse corriendo antes de estallar.
-Tenía toda la razón, Señor G. Haber puesto esa cámara para que filmase en vivo y en directo su fea cara de susto fue de lo más divertido- Harley estaba sentada a su lado y ambos comían palomitas.
-Y la cara que pondrá por los demás regalitos que le dejaré...- su ya de por sí exagerada sonrisa se hizo más grande y siniestra al pensar en eso y se llevó a la boca un puñado de ese bocadillo.
-Pero ya basta de tanto Guiri, Guiri, ¡Vuelvan todos al trabajo! Que este inmundo nido de ratas no va a sonreír solo y hay que recuperar el tiempo perdido por la mudanza, ¡Andando!- al pararse tiró el balde de crispetas e hizo un par de aplausos y tus secuaces acataron su orden.
Para darle un vistazo al mapa de Ciudad Gótica y los lugares que usará para su demencial plan que de concretarse no solo lo llenaría de un placer desmedido, sino que dejará en Gótica algo más que esa retorcida expresión.
Un mensaje de que por siempre estará sumergida en el caos, locura, miseria, oscuridad y desesperanza.
Capítulo tres completado el 14/08/2024.
(Como lo haría Batman, me cubro con una capa de todas las cosas que me arrojan)
¡LO SIENTO, LO SIENTO! Sé que no tengo perdón por haberme demorado tanto en actualizar este fic, ¡Pero entiendan que tuve las manos en otros asuntos últimamente! Como... ¿El fic de romance de la súper fumada pareja Crack de Rita y Liam? (Mi excusa solo hace que un piano me caiga encima al más puro estilo de los Looney Tunes)
Auch... ¿Cómo el Coyote no quedó como retrasado mental después de que tantas veces un piano o un yunque le cayeron encima? (Sacudo mi cabeza y escupo unas teclas que se me metieron en la boca haciéndome tener una sonrisa estúpida)
Espero que le gustase este capítulo. No habrá sido el que más acción ha tenido, pero si el más crudo por el hecho de que personas inocentes murieron quemadas por la explosión de ese parque y que amarga al ya de por sí cascarrabias de este Clyde-Batman.
En serio estar bajo su piel no es un honor, sino una maldición por todo el estrés al que es sometido, ¿No lo creen?
Y claro está, debía mostrar un poco de como era él en sus inicios cuando se puso la capucha y como fue su impacto inicial en Gótica y en como Gordon... ¡Digo! Huggins lo veía (Y si se lo preguntan, sí, aquí Penélope ocupa el rol de Bárbara) porque para eso me inspiré tanto en la película de Batman Inicia como en la serie animada de los 90, esto en lo que se refiere a la apariencia de Clyde y su actitud, porque sí, esta versión de Batman antes era como ese Batman noventero que a pesar de ser serio no era el amargado cascarrabias que lo puede lograr todo en versiones posteriores.
Había contemplado basarme en el comic de Año Uno para mostrar como Huggins le tuvo confianza a Clyde, pero decidí hacer mi propia interpretación de eso... y si vieron la serie de los años 90 sabrán enseguida quién es el Detective Bullock y porque le echa pestes a Batman, ¿No? XD
También hice mención del Lincoln-Superman de mis otros fics, ¿Será que más adelante deberá tragarse el orgullo y solicitar su ayuda?
Con el tremendo plan que el Guasón tiene para dejar una literal sonrisa perpetua en Gótica, en serio Clyde está bajo muchísima presión, ¿Podrá detenerlo antes de que más inocentes se sumen al pesado costal de arrepentimiento que siempre lleva encima?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top