iv. talk

—¡Chicas! ¿Van a almorzar hoy en la cafetería?—Pinkie Pie se acercó a su grupo de amigas, que estaban charlando en uno de los pasillos.

Ellas no se sobresaltaron ni nada, ya estaban acostumbradas a que su amiga apareciera de la nada comentando algo aleatorio antes de saludar.

—Sí, como todos los días. ¿Y tú?—preguntó Rainbow con una sonrisa.

—No puede ser, ¡yo también! ¡Qué emoción! ¡Vayamos!—exclamó, enredando con sus brazos a Rarity y Fluttershy para caminar hacia la cafetería.

Rainbow y Applejack se miraron con una sonrisa antes de seguirlas. Hicieron fila para tomar su comida, que afortunadamente no era tan larga, y fueron a sentarse.

—Hoy te ves muy feliz, querida. —comentó la pelimorada viendo a su amiga jugar con la comida.

—¿Cómo no estarlo si estoy con mis amigas?—contestó sonriendo, pero a los segundos cambió su expresión por una pensativa mientras tocaba su mentón. — Aunque siento que esta experiencia interactiva normal podría ser aún mejor...

—¿Con qué?—preguntó curiosa Fluttershy.

—Con mejor comida, eso seguro. —opinó la peliarcoíris.

—Exacto, comiendo con todas mis amigas. —buscó con la mirada a alguien, pero no la encontró. — Me pregunto si a Sunset Shimmer le gustaría almorzar con nosotras...

—¿¡Qué!?—exclamaron todas, cambiando el ambiente y rumbo de la conversación completamente.

—¿Almorzar con... S-Sunset Shimmer?—tartamudeó Fluttershy asustada.

—Espera, ¿entonces es verdad que quieres ser su amiga?

—¿Cómo se enteraron? ¿¡Pueden leer mi mente!?—preguntó asombrada. — ¿En qué número estoy pensando y por qué siete?

—Nos enteramos porque ese ha sido el chisme durante la última semana, en casi cada clase en la que estoy lo han comentado. Creí, y en verdad esperaba, que fuera mentira... —contestó Applejack con pesadez.

—¿De verdad? Yo no me enteré de nada. —respondió Rainbow, alzando una ceja.

—Yo tampoco. —apoyó Fluttershy, avergonzada.

—Sí, yo igual. —Rarity se cruzó de brazos y cerró los ojos. Cuando los abrió, porque sintió que la estaban mirando, se encontró con sus amigas, excepto las pelirosas, viéndola con una expresión de "¿En serio?". — ¡Está bien, sí me enteré! ¿Entonces es verdad? Porque me dijeron que las vieron bailar muy juntas en clase de gimnasia, y no solo eso, sino que Sunset lo hizo hasta el final de la clase.

—¿Y eso qué? ¿Por qué eso es tan relevante para que se haga un chisme? Solo fueron compañeras de baile, no es la gran cosa. —dijo Rainbow con una expresión de aburrimiento.

—¿Qué no es la gran cosa? ¿¡Qué no es la gran cosa!? ¿Acaso no conoces a Sunset Shimmer? Ella jamás haría semejante cosa, es una alivio que Pinkie haya salido ilesa de esa situación. Tan solo imagínate tener que convivir con ella para un trabajo, ahora hazlo estando en contacto de esa forma. ¡SÍ ES LA GRAN COSA!—le gritó a la peliarcoíris, que para su mala suerte se había sentado a su lado.

—¡Okey, ya entendí, pero ya deja de gritarme! —pidió cubriéndose los oídos. — Cuando lo dices así tiene sentido.

—¿En serio no te hizo daño, Pinkie? Ella puede ser muy violenta. —preguntó la pelirosada preocupada.

—Ella no me hizo nada, de hecho fue muy divertido. Estoy segura de que ella también se divirtió. Incluso me dejó comerme los pingüinos que la profesora nos dio por ser la mejor pareja. Es muy amable.

—Pinkie, ¿siquiera sabes con quién estás tratando? ¡Es Sunset Shimmer!

—Sé muy bien quién es Sunset Shimmer; es una buena persona, ¡y sé que podemos ser amigas!

—Nunca creí escuchar su nombre y "buena persona" en la misma oración... A menos que sea para decir que no lo es, claro. —comentó la peliarcoíris.

—Querida, sabemos que te gusta ser amiga de todos y eres tan agradable que cualquiera tendría la suerte de que quieras ser su amiga, pero en este caso me temo que alguien como Sunset Shimmer no es la mejor opción. Tiene aterrorizada a toda la escuela, cree que puede hacer lo que quiera y se desquita con cualquiera que se atreva a oponerse a ella.

—Sin mencionar que no es amable y es muy aterradora. —contestó Fluttershy.

—Sí, debieron ver lo que hizo en clase de carpintería, es un alivio que le hayan prohibido entrar. —comentó Applejack.

—No tenía idea de que pensaran eso de ella... —murmuró la pelirosa. — Pero chicas, ¿qué hay de las segundas oportunidades? Todos merecen una, ¿quién dice que no puede mejorar?

—Nadie lo dice, pero es evidente que ella no quiere hacerlo. Y si sigues intentando ser su amiga, lo más seguro es que acabes lastimada. No dudo que ya te haya tratado mal en más de una ocasión, pero no te das por vencida con ella...

—Yo sé que Sunset Shimmer es complicada, pero cuando la vi por primera vez y vi ese ceño fruncido que tenía, supe que debía hacer algo para que sonriera. Por eso prometí que sería su amiga y no descansaré hasta que lo sea. ¡Ese es mi destino!

—Okey, ahora estás exagerando. —suspiró. — Supongo que nada de lo que digamos te hará cambiar de opinión. Solamente ten cuidado, Pinkie, ella es peligrosa. No permitas que te haga daño. Y aléjate cuando sea prudente... Que sería ahora mismo.

—No se preocupen chicas, estaré bien. Ya verán cómo Sunset Shimmer y yo seremos mejores amigas, y ella lo será también de ustedes dentro de poco. ¡Todas seremos amigas! —exclamó emocionada. — Y estaremos almorzando todas juntas.

Las cuatro se miraron con duda, no creyendo para nada que eso pudiera pasar, pero no dijeron nada más.

—Lo que me recuerda...—de su cabello sacó un envase de plástico que tenía cupcakes con glaseado azul y naranja, y lo puso sobre la mesa. — Les preparé algo como postre~.

—Oh, yo traje zanahorias bebé para compartirles también. —dijo Fluttershy, mostrando el envase y abriéndolo para compartirlo.

—Eres tan amable y considerada, Fluttershy. —dijo abrazándola con los ojos cristalizados, mientras ella sonreía apenada. — ¡Se ven deliciosas, muchas gracias!

—Mejor comamos antes de que lleguen las lágrimas. —dijo Applejack con una sonrisa, aliviada de cómo la tensión se disipó gracias a la rosada.

[...]

Sunset cerró su casillero después de sacar su mochila y vaciar lo que había en ella para llevársela a la escuela. No le gustaba dejar cosas ahí, solo lo mantenía allí para no tener que estar cargándolo todo el día.

Comenzó a caminar hacia la salida, observando cómo las personas pasaban por su lado, intentando evitarla o no mirarla.

Una pequeña sonrisa se formó en su rostro. Cómo le encantaba provocar eso en las personas, y que por consecuencia no la molestaran jamás.

Pudo ser un día normal, con clases sencillas para ella sin tener que interactuar con nadie más que lo más mínimo, y mucho más sin soportar la presencia de...

—¡Sunset Shimmer, Sunset Shimmer!—una voz gritó su nombre, corriendo hacia ella.

Ya conocía esa voz a la perfección, desgraciadamente. No le importó, siguió caminando sin voltear, esta vez más rápido que antes. Pero no sirvió de nada, porque antes de que se diera cuenta, la dueña de esa voz ya estaba a su lado.

—¡Hola, Sunset Shimmer! ¿No me escuchaste? ¿Hay mucho eco en el pasillo?—preguntó viendo a su alrededor.

No respondió, suspiró con pesadez y siguió caminando.

—Te vi en tu casillero y quise llamarte, pero tenía muchas gomitas en mi boca como para hablar. Te ofrecería, pero sé que no te gusta lo dulce. Quizás existan sin azúcar, investigaré después. —comentó, comiendo las últimas que quedaban de la bolsita de plástico en donde venían, haciendo que Sunset la mirara con desagrado. — ¿Y ya te vas a tu casa?

—¿Y tú qué crees?—preguntó obvia.

—Yo también, qué coincidencia. —dijo sorprendida. — ¿Puedo acompañarte?

—No, no puedes acompañarme a mi casa.

—Hablaba de la salida, tontita. —rió.

Sunset frunció el ceño y miró hacia otro lado. ¿Cómo la había llamado?

—Ya lo estás haciendo, qué más da. —respondió, haciendo que la ojiazul sonría.

—¿Y qué tal tu día? No te vi en la cafetería hoy. ¿Te saltaste la comida? El almuerzo es muy importante, nos ayuda a seguir el resto de las clases. Y comer junto a tus amigas es mucho mejor. —comentó Pinkie, con un tono alegre.

—Prefiero comer sola. —Sunset respondió con frialdad.

—Oh, ¿no te gusta comer con nadie más?—preguntó sorprendida.

—No.

—¿Y no te gustaría que algún día almorzáramos juntas?—insistió con una sonrisa.

—No.

—Piénsalo, sería divertido.

—¿Que para ti todo es divertido?—Sunset la miró incrédula.

—Cualquier cosa que involucre pasar tiempo con una amiga lo es... Aunque realmente casi todo lo que hago lo es. De eso se trata disfrutar de la vida, ¿no?—respondió Pinkie con entusiasmo.

Sunset resopló con burla, negando con la cabeza.

—Qué estupidez...—murmuró, más para sí misma que para Pinkie.

—¡Hola, chicas! ¡Nos vemos mañana! —gritó Pinkie a un grupo de chicas con las que se llevaba bien, que estaban en la entrada de la escuela charlando. Las dos se detuvieron cuando ella gritó.

Las chicas voltearon al escucharla y, al ver con quién estaba, su expresión cambió a una de terror. Saludaron a Pinkie con una sonrisa nerviosa, mientras ella, ajena a todo, seguía saludando a sus amigas con alegría.

Sunset rodó los ojos. Al mirar de reojo a las demás personas que había a su alrededor, notó cómo varias se les quedaban mirando. Casi podía escuchar los murmullos, seguramente ellas siendo el principal tema de conversación.

Sin decir nada más, Sunset siguió caminando hacia la salida, con Pinkie siguiéndola inmediatamente mientras la llamaba.

—¡Sunset Shimmer!

—¿Qué?—preguntó Sunset con firmeza, girando a verla.

—¡Qué descanses, hasta mañana!—Pinkie se despidió con un ademán, sonriéndole por última vez antes de darse vuelta y caminar de nuevo hacia la escuela.

—¿Por qué vuelves a entrar?—Sunset preguntó confundida, aunque no sabía por qué, no le interesaba.

—Tengo que esperar a mis hermanas para poder irnos. —Pinkie contestó, con una expresión relajada.

—¿Entonces por qué me acompañaste hasta la salida.

—Porque quise hacerlo. —Pinkie respondió con sencillez, sin perder su sonrisa. — Tal vez algún día te acompañe a tu casa, es lo que las amigas hacen.

—No somos amigas. —afirmó con firmeza.

Pinkie, en lugar de perder su sonrisa, rió levemente.

—Por eso, algún día. Cuídate, Sunset Shimmer. —finalizó, despidiéndose de ella antes de volver a entrar a la escuela.

Sunset se quedó parada unos segundos más, mirando cómo Pinkie se alejaba, antes de volverse y comenzar a caminar hacia su casa.

« ¿Por qué tiene que ser tan rara? » Pensó irritada mientras se marchaba.

Pinkie la observó por última vez antes de entrar. En ese momento, se le ocurrió una idea para demostrarle a Sunset que quería ser su amiga.

« Sunset Shimmer, realmente espero que algún día me veas como tu amiga »

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