iii. dance

Sunset frunció el ceño.

Tenía que ser una broma.

—Muy bien, alumnos, elijan un compañero de baile. —pidió la maestra de gimnasia al lado del reproductor de música.

Todos en el gimnasio, incluyendo a Sunset, estaban listos para una clase de gimnasia normal cuando la profesora llegó con la idea de una clase de baile jambalaya, algo que nunca antes habían hecho.

—Quita esa cara y busca un compañero. —le ordenó la maestra con una sonrisa al ver la mirada molesta de la pelirroja, que se intensificó ante ese comentario.

Miró de reojo a sus compañeros, quienes hicieron equipo con sus amigos, y los que quedaban se alejaron al sentir la mirada intimidante de Sunset.

Se cruzó de brazos y les dio la espalda, maldiciendo tener que realizar esas estúpidas actividades. Gracias al cielo, todos le tenían miedo y nadie se le acercaría para ser su pareja. Con eso, con suerte se salvaría de participar en esa ridiculez.

—¡Sunset Shimmer, sé mi pareja! ¡Sé mi pareja, Sunset Shimmer!—exclamó la chica de cabello rosa, corriendo hacia ella y dando saltitos alrededor.

Pensó demasiado pronto.

La miró molesta y paso su mano por su rostro.

—Esfúmate, no quiero que seas mi compañera. —murmuró irritada.

—Pero ya no queda nadie, ¿quién lo será?... A menos que tengamos un compañero invisible del cual no sabía... ¡No puede ser, no le di un pastel de bienvenida!

Sunset reprimió un gruñido mientras apretaba los dientes, molesta por el comportamiento estúpido de la chica.

—Ustedes dos, dejen de platicar y prepárense para bailar. Uy, eso rimó. —soltó una risa, pero volvió a poner su semblante serio mientras las señalaba.

—Creo que seremos compañeras otra vez, ¡qué emoción!

La pelirroja no tuvo otra opción que posicionarse junto a las demás parejas, al lado de la chica rosa, que estaba muy emocionada.

—Y como incentivo para que se luzcan, a la mejor pareja se le regalará unos pingüinos marinela. —anunció alzando el paquete azul en sus manos como si se tratase de un premio precioso.

—¿¡Oíste eso, Sunset Shimmer!? ¡Tenemos que ser las mejores!—Pinkie la agitó agarrándola de un brazo, con una expresión decidida.

—No me toques. —se separó de manera brusca, mirándola de una forma asesina, lo que pasó volando por la fiestera que no lo notó.

—Pero vamos a bailar, tendré que hacerlo. —contestó inocentemente. —¡Y no me equivocaré, te lo prometo!—contestó con una sonrisa, haciendo que la contraria rodeara los ojos.

Esto sería una pesadilla.

—Muy bien, vamos a iniciar con los movimientos en solitario y después bailarán con su pareja. ¿Listos?—preguntó, pero no esperó respuesta, porque ya había puesto la música.

Ante la vista de todos, la profesora hizo los pasos primero y les ordenó que los hicieran después.

« ¿Cómo se le ocurrió esta ridícula idea? » Pensó con desdén.

—¡Me encanta, esta es la mejor idea del mundo!—exclamó mientras daba una vuelta, siendo este uno de los pasos que la profesora había hecho, y no se detenía ahí, seguía haciéndolo.

—Si vas a hacer eso aléjate más de mí.

—¿No te diviertes, Sunset Shimmer?—preguntó confunsa.

—Claro, como nunca lo he hecho. —rodeó los ojos.

—¡Yo también! Qué bueno que nos estamos divirtiendo.

« En serio es una tonta... » Pensó mirándola de reojo.

—¡Es momento del baile en pareja! Todos sostengan a su compañero de esta forma y sigan mis movimientos.

Todos siguieron sus instrucciones. Cuando llegó el momento de girarse para hacerlo, Sunset se mostró renuente al principio, con una mirada de molestia que claramente decía cómo le gustaría no estar ahí.

—Si haces un movimiento en falso, te romperé los brazos. —la amenazó.

—No te preocupes, Sunset Shimmer. Me encanta abrazar, pero también respetar límites, jamás haría algo que te haga sentir incómoda. —respondió con una sonrisa.

Sunset no respondió, solo vio cómo Pinkie la sostenía de la cintura y tomaba su mano, y ella, a regañadientes, ponía su mano en su hombro. Cuando sus miradas se encontraron y la oji-azul le sonrió, desvió la mirada.

Se sentía incómoda, pero no porque ella estuviera haciendo algo malo, sino por sentir el contacto de alguien nuevamente y de esta forma tan cercana.

—Y para el movimiento final, inclinen ligeramente a su pareja con mucho cuidado de no dejarla caer. ¡Ahora bailen!

Las dos miraron a la maestra para imitar sus movimientos. Fue Pinkie quien lo inició, porque si fuera por Sunset, se quedarían en su lugar el resto de la clase.

Al principio, los pasos de ambas fueron torpes por no tener comunicación, pero una vez lo repitieron más de una vez, consiguieron un balance.

—No sé quién se ve más ridícula, nosotras o la maestra haciendo esto sola. —murmuró en voz alta, sin esperar que la otra escuchara.

Ella rió.

—¿Es la primera vez que te toca gimnasia con la profesora Flower? Ella hace este tipo de cosas siempre. Seguro la próxima clase será una normal... probablemente.

—De haber sabido, habría pedido que me cambiaran de clase. Prefiero jugar quemados mortales todo un día a soportar esto.

—No es tan malo, no solo hace bailes jambalayas, en una ocasión hicimos una carrera de mini karts cuando nos hizo ir a una feria.

—¿Y eso qué tiene que ver con gimnasia?—cuestionó con el ceño fruncido.

—No lo sé, supongo que solo quería que nos divirtiéramos. Justo como ahora. —sonrió.

—Yo no me estoy divirtiendo.

—¿En serio? Pero estamos bailando bien.

Sunset abrió los ojos al darse cuenta de que tenía razón, se distrajo hablando y no se dio cuenta de que habían conseguido bailar en armonía.

—Yo creo que sí te estás divirtiendo. —dijo con una sonrisa, dejándola confundida.

—¿Cómo puedes saber eso? Ni siquiera estoy sonriendo, y es porque no me estoy divirtiendo. No olvides que no quería hacer esto, mucho menos que fueras mi compañera.

—Puedo sentirlo, sí, puedo sentir que te diviertes... O al menos no lo odias como antes. —respondió, ignorando su último comentario.

Sunset frunció el ceño, molesta. ¿Cómo se atrevía a decir eso? Como si la conociera bien.

—¡Uh, es momento del paso final! ¡Prepárate!—le avisó, preparándose para inclinarla.

—¿Qué? ¡Espera!

Pinkie sostuvo su cintura y mano con firmeza antes de inclinarla, y ella misma lo hizo suavemente.

Se calló en cuanto hizo eso, sin poder pronunciar una queja más, sintiendo la cercanía de la pelirosa con la suya. Lo que eran unos pocos segundos, de pronto se sintieron como décadas cuando se encontró sin poder dejar de mirarla, mientras esa tonta le sonreía como si nada.

❝¿Acaso todo esto es un sueño? Me siento mareada y no puedo respirar.❞

—Creo que ya te lo había dicho, pero eres muy bonita, mucho más cuando te diviertes.

—Dijiste que me vería más bonita si sonriera.

—Oh... En cualquier caso, eres muy bonita.

Ese comentario hizo que abriera los ojos molesta. ¿Qué estaba diciendo? ¿Por qué lo decía?

—¡Tenemos a nuestras ganadoras!

Ese grito hizo que soltara su mano queriendo alejarse, pero en la posición en la que estaban solo terminó causando su propia caída al suelo.

—¡Ay no, lo siento, Sunset Shimmer!—ella se agachó para ayudarla, pero se alejó cuando le hizo una señal para que se apartara.

Cuando se levantó, se percató de que todos la miraban. Solo bastó una mirada para que todos desviaran la mirada temerosos. La maestra se acercó a ellas.

—¿Están bien, niñas? El baile se puso intenso, ¿verdad? Jaja. Por eso ustedes son las ganadoras. Esa forma en la que bailaron de manera libre e ignorando mis instrucciones fue conmovedora. Espero verlas ser pareja en los próximos bailes. —dijo, entregándole el paquete de pingüinos marinela.

—Gracias a usted por hacernos realizar esta gran actividad, ¡fue muy divertido!

—Ay, Pinkie, tú siempre tan dulce. —rió.

—¡Lo hicimos, lo hicimos!—celebró Pinkie, haciendo que todos aplaudieran.

—Muy bien, eso sería todo por hoy, chicos. Hasta la próxima. —anunció, haciendo que todos pudieran irse.

—Celebremos nuestra victoria, Sunset con este manjar. —le ofreció uno de los pingüinos marinela.

Ella la miró y luego al paquete que sostenía en sus manos y desvió la mirada.

—Quédatelos. Ya te había dicho que no me gusta lo dulce.

❝Quieres venir más cerca, tendrá que ser poco a poco. Me pregunto si eres tú quién podrá hacerme sentir como diamante. ❞

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