03| Brian May.
Roger se encontraba con la mirada hacia sus manos mientras jugaba con ellas en señal de nerviosismo. Sabía que la había cagado, estaba tan metido en otro mundo luego de ver esos potentes ojos que realmente no cayó en las consecuencias que esto podría traer. Gwilym por su parte se encontraba caminando alrededor del cuerpo del menor mientras lanzaba sus manos por todo el aire.
La impotencia que este llevaba la podía percibir hasta el menor, pues realmente era muy grande su sentimiento. Y no lo negaba, hasta temor sentía por la reacción que Gwilym pudiera tener contra él.
Este estaba en total silencio mientras discutía con su mente, buscando las palabras justas para empezar. Luego de unos segundos, el escándalo inició.
-Te pedí un favor. Sólo un mísero favor. ¿Y qué has hecho?
-Gwil, yo...-
- ¿¡Qué has hecho!? -el rubio bajó la cabeza. Realmente se sentía culpable de haber arruinado la noche de su nuevo -posiblemente ya no-, amigo.
-He mirado a los ojos -murmuró suavemente.
-Has mirado a los ojos -repitió-. ¡Claro que has mirado a los ojos! ¡Te dije que no miraras a los ojos y lo primero que has hecho es mirar a los perros ojos!
Roger se encogió en su asiento. El más alto realmente estaba alterado. Sabía que llevaba toda la razón, sin embargo no sentía que merecía toda la humillación que le estaban dando.
-Vale Gwil, lo lamento, ¿sí?
-Oh, claro que lo lamentas. ¡Claro que lo tienes que lamentar luego de haber dañado la noche! ¡Nuestra noche de cacería, ACABADA! -zapateó con fuerza.
- ¡Pero es que no ha sido mi culpa al cien por ciento!
- ¿¡No ha sido tu culpa!? -exclamó indignado el barbudo.
Bien, ahora sí la había cagado.
-Pues no. También ha sido culpa del bailarín...
-Claro -se rió sin gracia. De manera sarcástica, colérica y emputada-. La culpa es de la vaca, ¿no? Acepta tus errores. Errar es de humanos.
- ¡Pero escúchame! -intentó hablarle pero el barbudo ya se estaba dirigiendo hacia un chico. Se fue corriendo detrás de él, temiendo qué pudiera hacer.
- ¡Muchacho! -llamó la atención del desconocido. Este se detuvo rápidamente al escuchar el llamado-. Me vas a responder una duda que estamos llevando hoy.
-Gwil, no creo que le... -fue interrumpido de nuevo. Suspiró frustrado, era imposible hablar con él bajo la situación que fuera. Feliz, molesto, triste. Sólo era imposible hacerlo.
-Tú cállate. Compañero, ¿conoces "Bat Boys"? Si estás aquí es imposible que no lo conozcas -el desconocido asintió un poco incómodo y Roger lo pudo percibir. Le miró con pena-. Vale. Pues sucede que este estúpido, imbécil, idiota -lo tomó por el antebrazo y lo acercó un poco más a ellos, pues había decidido tomar distancia para evitar momentos bochornosos, cosa que es imposible si decides unirte, así sea por una noche, a Gwilym Lee-. Ha mirado los ojos a un chico de los que baila, sabiendo que CON ANTERIORIDAD le había pedido que no hiciera. Dime, ¿tú qué harías en estas situaciones?
-Eh... yo.- el chico miraba a todos lados intentando salirse del momento tan incómodo al que había sido casi que obligado a hacer parte.
-EXACTO. LANZARLO A LA MIERDA -respondió rápidamente sin darle tiempo de dar su contestación. Tampoco creía que lo fuera a hacer, pero igual la respuesta era importante, al menos para el rubio sí lo era.
-GWILYM, YA BASTA -el rubio tomó partido en la situación y lo haló del brazo alejándolo del conocido-. Lamento haberte incomodado, amigo. Espero y sigas disfrutando de tu noche.- Se despidió y a paso rápido tomaron distancia del muchacho quien al ver cómo se alejaban aprovechó y salió a correr-. ¡Por qué tenías que hacer eso, Gwil! Vale, acepto que me he equivocado, pero no puedes echarme la culpa sólo a mí.
- ¿Entonces a quién más? ¿Al bailarín?- volvieron a acercarse rápidamente a donde anteriormente se encontraban luego de ser echados.
- ¡Te lo he dicho desde el principio!
- ¿Y por qué mi culpa?- Una tercera voz se hizo presente en la infantil discusión, haciendo que los vellos del menor se erizaran de sobremanera. Una voz profunda, ronca, suave y sin expresión alguna que te daba la oportunidad de interpretarla como se te diera la gana. Si así era la voz, no quería imaginarse cómo era el resto. Sin haber visto su rostro, ya hasta podía asumir que se trataban de los zapatos de charol que tanto habían llamado su atención en el momento del baile.
Miró a su amigo rápidamente y ese estaba totalmente paralizado, no hacía más que mirar al sujeto que estaba detrás del rubio.
Roger empezó a hacerle disimuladamente gestos de que le ayudara. El barbudo aprovechó la situación para vengarse de la vergüenza pasada. Empezó a negar con la cabeza de forma burlona, y sonriendo socarronamente, entró a tomar partido.
-Tú la cagaste, tú la resuelves -lo agarró por los hombros y lo hizo voltear rápidamente hacia el sujeto que, desde un principio, había sido un total misterio.
Y bueno, pudiéndolo observar de frente sus análisis seguían siendo lo mismo. Misterioso, inexpresivo, era muy difícil poder analizarlo, cosa que le frustraba de sobremanera, quien siempre le había encantado el hecho de poder analizar facciones y acciones para sacar conclusiones e la personalidad de cada que persona que iba conociendo.
¿Lo malo? sus ojos. Estos tenían un poder de engancharte y no hacerte dejar de mirarlos. Tampoco te daban ganas de hacerlo.
Tenía una expresión tan neutra pero unos ojos tan potentes que sentías que podían entrar en tu ser y podían observar hasta lo que pensabas que hasta el pensamiento más oscuro era arrebatado de donde nunca querías sacarlo. El rubio quedó embobado viendo los ojos del nuevo desconocido. Eran algo magnífico. Aparte, su sola presencia solo lograba atraparlo más.
Apoyado en un solo pie y el otro contra la pared, su cuerpo extremadamente delgado con ropa increíblemente ajustada, sus dedos delgados temblando por el frío, un nuevo cigarro en la boca y el humo brotando de sus carnudos labios.
Una imagen que no era capaz de dejar de ver.
Estaba paralizado, sentía que todo su cuerpo estaba en contra suyo en ese momento, evitando mover cualquier cosa de sí. Temblando de los nervios, intentó decir pero sólo salieron pequeños balbuceos.
-Creo que tu amigo sigue sin entender la norma -comentó jocosamente, haciendo que Gwilym, preso de los nervios, riera escandalosamente, de forma exagerada, con el miedo por dentro a que les pudieran hacer algo por la imprudencia cometida por el menor. El bailarín frunció el ceño. Gwilym paró y le pegó en el hombro al oji azul.
- ¡Roger, que pares! ¿No ves que estás enfadando al señor? Discúlpalo, LE ENCANTA HACER COSAS QUE UNO LE PIDE NO HAGA -el rubio salió del trance y se sonrojó. Acto que no salió desapercibido por el rizado.
-Yo... yo lo siento -la actitud tímida le produjo ternura al trabajador, quien tiró la colilla del cigarro al suelo, lo pisó con su zapato de charol y se acercó a la pareja de amigos.
-Pues como lo has dicho. Llevas razón, he sido yo el de la culpa. Gente tan... tan particular como tú no se encuentra todo el tiempo. Mucho gusto, Brian May -estiró su brazo mientras una pequeña sonrisa sin mostrar los dientes aparecía por su rostro. Gwilym y Roger se quedaron mirando la mano estirada, sintiendo el simple temor de invadir el espacio personal del rizado.
-Soy Ro... -fue interrumpido, nuevamente. Ya se le hacía costumbre. Hasta parecía una clave entre amigos, Roger hacía el amague de hablar y Gwilym le ayudaba a terminar sus frases. Equipazo.
- ¡Robert! ¡Se llama Robert Tayllafert! Y yo soy Guillermo Lerma. Un gusto -estrechó su mano contra el rizado, quien no estaba muy contento con la presencia del otro chico frente al guapo rubio al que no había podido quitarle la mirada en toda la noche. Y no, no le pesaban las consecuencias que podía llegar a haber por haber roto la regla. Pero ya estaba entre sus ojos y lo que quería, ahora era el momento de conseguirlo. Si él quería algo, fuera como fuera, lo iba a conseguir.
Por otro lado, Roger aún no entendía cuál era la necesidad de inventar un nombre a un hombre tan amable como el rizado que estaba delante suyo estaba demostrando ser. Sin embargo, evitando cometer más errores se tragó sus dudas y se quedó mirando fijamente al bailarín. Era imposible no hacerlo.
- ¿Y qué los trae a venir a Barrio Rojo? Una persona tan bonita sólo viene aquí con un objetivo -murmuró con voz ronca mientras su mirada se dirigía al rubio, haciendo que el menor se sonrojara levemente y bajara su mirada a sus zapatos. No, no era para nada bueno con los cumplidos.
-Trabajo, venimos por trabajo -habló por primera vez aún con la mirada gacha. Tenía una voz algo suave pero imponente. Era totalmente cautivadora. De hecho, todo él lo era.
- ¿Trabajan aquí? Nunca los había visto.
-Estamos en trabajo de un análisis sociológico -el mayor ahora era el que estaba callado. La forma en cómo el rubio tomó las riendas del asunto lo había dejado encantado. O realmente era porque no sabía de qué estaban hablando.
El hecho era apoyar. Hasta se sentía orgulloso, su nuevo amigo estaba intentando solucionar las cagadas anteriormente cometidas sin que el más alto tuviera que intervenir. Estaba aprendiendo de Barrio Rojo.
-¿Un censado?- Se burló el bailarín.
-Muy chistoso, pero no. Sociolingüística. Seguro sabrás a qué voy.
-Cuál es la forma de expresarnos. Interesante. Pero lo sería aún más si tuviera sentido el contexto en el que lo buscan hacer.
-No importa, con una muestra es más que suficiente para poder sacar conclusiones. De hecho, entramos a Bat Boys con el objetivo de encontrar gente fresca para ayudarnos con nuestro proyecto de grado.
-Pareces de mayor edad -se sorprendió el rizado.
-Me lo dicen todo el tiempo -esta vez se burló el oji azul. Le hacía mucha gracia ver cómo el bailarín intentaba indagar en él. No está de más decir que todo, lógicamente, era una mentira.
-Creo poder ayudarles en su trabajo de grado -se lanzó, de manera coqueta, más cerca a los nuevos, pero poniéndose más en frente de Roger invadiendo un poco su espacio personal.
- ¿Te sientes en la capacidad de hacerlo?- continuó el rubio. Claro que le había llamado totalmente la atención, un chico de su porte no se encontraba en cualquier lugar. Sin embargo, toda muestra de seguridad se fue borrando cuando el mayor se empezó a acercar más y más hacia su persona, bajo la atenta mirada de Gwilym que ya se encontraba en la posición de gritar si algo malo se avecinaba.
Como se ha dicho anteriormente, un gran equipo.
El rubio intentó retroceder cuando sintió que su espacio estaba siendo incómodamente invadido, pero el más alto fue más hábil y lo tomó por el antebrazo acercándolo aún más y pasando una mano sobre su cintura.
-Creo que me siento en el porte suficiente hasta para invitarte a tomar algo -susurró de forma coqueta, mirando lascivamente sus labios.
El rubio se tensó. La sensación que estaba viviendo le estaba volviendo loco. Le encantaba, realmente le encantaba. Si con una sola caricia se estaba volviendo loco, no quería imaginarse si la situación se volvía más comprometedora aún.
Ben.
Benjamin.
Estás aquí por Benjamin.
El nombre le cayó rápidamente como un baldazo de agua fría alejándose rápidamente del cuerpo del bailarín, quien frunció el ceño luego de tal brusca actitud.
-Lo lamento. Sólo trabajo.
-Pues es más que suficiente para mí. Un honor poderles ayudar -la sonrisa soberbia que este cargaba lo estaba realmente volviendo loco. La angustia de no poder controlar sus emociones era mayor.
Brian se acercó nuevamente a Gwilym y apoyó su codo sobre el hombro del barbudo haciendo que este se tensara rápidamente, se parara de forma correcta, estirando su espalda más de lo debido y abriera sus ojos como platos. El contacto con el "ser más peligroso del barrio"-como mentalmente lo había llamado luego de sus extrañas actitudes- le había realmente tomado desapercibido. Era interesante. Realmente interesante.
-Pues bueno, po-podríamos empezar por...-
- ¡MAY! -escucharon un grito desde la puerta trasera del local de donde habían sido sacados desde un principio, viendo a una persona que se acercaba a paso rápido hacia donde se encontraban los tres hombres. Ambos chicos miraron expectantes la reacción del más alto luego de aquel llamado que hasta a ellos les movió hasta las fibras menos percibidas.
Este frunció el ceño y torció los ojos. Se veía fastidiado. Suspiró por última vez.
-Creo que no podré ayudarles esta vez. Espero y les vaya bien con su investigación. Robert, Guillermo, un gusto haberlos conocido y espero verlos pronto -concluyó para dirigirse hacia la persona que tenía un semblante muy poco amigable.
Cuando el bailarín estaba cerca del hombre, vio como este le abofeteaba fuerte su mejilla haciendo que este perdiera un poco el equilibrio. Alcanzaron a escuchar un "¡Te dije que no te fueras, pequeña mierda rebelde! Espera a que se entere el supervisor" para luego ser tomado de su muñeca y ser arrastrado hacia el local.
Luego de unos minutos de silencio después de haber percibido lo recién ocurrido, Roger rompió lo rompió-. ¿Crees que deberíamos de...?
-No -cortó el barbudo-. No nos compete. Vamos a seguir con nuestra súper noche de cacería por otro lado.
Sintió impotencia, verdadera impotencia. No podía imaginarse como un hombre tan prrepotente, con tanta confianza en sí mismo y sin miedo a nada, fuera maltratado y convertido en alguien tan pequeño en cuestión de segundos.
Enojo, verdadero enojo. Ese bailarín tenía las actitudes que él había añorado tener por muchos años pero, al contrario de él, había alguien más que no se lo permitía.
Temor, mucho temor. En cuestión de horas, algo se instaló en su pecho y sabía que algo de esas actitudes se debía a algo.
Protección, sintió ganas de proteger a un hombre con una coraza más fuerte que una roca, pero con una historia turbia y tormentosa por conocer.
El rubio había vivido más cosas en cuatro horas que llevaban allá metidos que lo que había vivido en sus cortos veintiséis años. Estaba orgulloso. Sin embargo, algo le hizo entrar en duda. ¿Por qué el nombre de Ben le había pasado por la cabeza? Es decir, no eran nada y se sentía culpable de haber hecho algo que no había ocurrido con el que se suponía era su mejor amigo. Pero también estaba encantado con las nuevas sensaciones que este había producido en su ser.
Ben, Ben, Ben, Ben, Brian.
Recién conocía al bailarín y su sarcasmo, su ironía, su forma de ser tan cínica, su ojos burlescos de ver lo que podía producir en el menor y la sonrisa socarrona al saber que estaba logrando su cometido. Sí, realmente lo tenía cautivado.
Aceptando lo dicho por su amigo, se encaminaron a ir por una cerveza para ya seguir. Necesitaban recargar baterías después de todo lo sucedido en ese lapso.
La noche de conquista y cacería apenas empezaba.
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Las personas que apoyan esto, realmente les agradezco. Es una obra hecha con total amor. Espero y les guste tanto como a mí escribirlo.
MyFairyRog te amo kjcnsjfkd. Tu me haces emocionar demasiado a publicar esta obra.
Eso es todo. Espero y tengan una buena noche. :)
ACTUALIZADO.
Voy a dejar la nota porque me pareció muy bonita. Precio, te sigo amando, eres el cielito más hermoso del mundo.
BUENO, HOLA HOLA. Quiero pedirles perdón, en serio perdón, por no haber publicado en... en un insignificante tiempo dkcmdckoe. Sólo que sucedieron muuuuchas cosas que no me dieron el tiempo ni los ánimos para seguir, sin embargo, aquí se los tengo.
Creo que fue sscaramouche quien me hizo una portada demasiado bonita para esta fic. Lastimosamente la perdí, y lo siento un montón. Si pudiera comunicarme contigo de nuevo para recuperarla sería genial.
También les comento que tengo otra cuenta que es imnotrogertaylor en la que también tengo unas fics. Si gustan, pueden pasarse, sería muy bonito.
Y nada, espero seguir activa con esta fic. Se me cuidan mucho, se lavan las manos y mantienen las medidas necesarias para cuidarse. Les quiero un montón!!
Dedicado a:
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