Capítulo 7


POV FINN

Respiré profundo y pasé mi mano por mi cabello, estaba desesperado. Habían pasado dos días desde que hablé con el señor Schuester y hoy era el día en cual conocería a la pequeña niña.
En cualquier minuto, ella atravesaría esa puerta luciendo alegre puesto que ninguna niña de 2 años de edad se podría imaginar que su madre no está con vida y que alguien más pretendería ocupar su lugar. Pero con lo que yo no contaba era con mis sentimientos o pensamientos que me hacían preguntarme si esa pequeña tendría la misma suerte que yo tuve al tener una buena familia adoptiva.

—¿Usted es el oficial Hudson? —Una señora de aproximadamente 50 años de edad se acercó a mí, asentí en respuesta. —La pequeña está lista, necesito que firme algunos papeles para confirmar que usted ha sido el que se la lleva a la casa hogar.

Tomé el bolígrafo que ella me tendía y firmé aquellos documentos sin ni siquiera leerlos. Después, mi vista se dirigió hasta las puertas que se abrieron mostrando a una pequeña vestida con un bonito traje rosa y zapatos a juego, cabello ondulado casi tirándole a rubio, pero sin duda alguna lo que más me llamó la atención eran sus ojos; unos ojos mieles que no mostraban sentimiento alguno.

—Flashback—

—No entiendo porque me ha despertado, señorita Sylvester.

—Dime Sue, pequeño. —Me dio un beso en la frente. —Estás despierto porque una familia te quiere conocer.

Mis ojos se dilataron de alegría, habían pasado dos años desde la muerte de mi madre y por fin había alguien con deseos de adoptarme.

—¿Y es buena familia? —Grité alegremente. —¡Tengo que usar lo mejor que tenga!

—Es una excelente familia, querido. No te dejaría ir si no estuviera segura de ello.
La señora Sue sonrió y salió de la habitación no sin antes decirme que tenía que estar listo en 15 minutos.

—¡Es un día genial!

—Fin del flashback—

—Aquí está la niña, oficial. —Me dijo la señora sacándome por completo de mis pensamientos.
Me agaché para quedar del tamaño de la pequeña y por instinto la abracé.

—Dime, ¿cuál es tu nombre?

—Sarah.

No me dijo más, y siendo sincero no esperaba mas platica de una niña de dos años. Me despedí de la señora e hice mi camino con la niña tomada de mi mano hacía el auto, ya sabía perfectamente a quién recurriría por ayuda.

POV SAM

No dude en ir tras aquella rubia que ahora tenía mi atención fija en ella.

—¡Espera! —Grité con fuerza suficiente para que se volteara hacia mi. Pasé mi mano hacia el frente para saludarla. —Soy Sam. 

—Fabray, Quinn Fabray, un gusto. ¿Vas a interrogarme? —Sonrió confundida

–Tal vez señorita Fabray. Sonó mucho a James Bond. —Bromeé. —Ahora vamos a la parte del interrogatorio, es muy importante para un caso que llevo saber si estas en una relación.

—Soltera, no hay nadie en mi vida. —Sonrió tímidamente, al parecer mi manera de coquetear estaba dando resultado. —¿Algo más señor oficial?

—Una última cosa, ¿estarás demasiado ocupada para ir por un café mañana en la mañana?

—Pero por supues... —Hasta ahí llego cuando Santana López interrumpió con su presencia, según Finn su personalidad era muy atrevida.

—Alto ahí boca trucha, la señorita Fabray tiene algo que hacer llamado trabajo en este momento, ahora por favor ve a jugar al policía sexy de vuelta al estanque de donde provienes. —Finalizó la latina antes de arrastrar a la rubia tras bambalinas.

Rendido me senté en una de las sillas en la barra del bar. No comprendía la osadía, mucho menos porque no habíamos tenido conversación alguna.

—Ella es así, no permite que ningún hombre se acerque a sus amigas. —El barman me saco de mis pensamientos, sin duda el chico era gay pero ¿quien era yo para juzgar? —Se hacen llamar The Unholy Trinity.

—¿Eso viene adjunto a los aires de zorra? Según lo que he escuchado de mi compañero no ha sido inmune a recibir insinuaciones.

—Es de las pocas que esta aquí por placer, con eso creo que logré responder a tu pregunta. —Rio para sí mismo.

—No se porque no me sorprende. —En ese momento recibí una llamada que respondí al instante.

—Asiático #2, ¿que tienes para mi? —Bromee con el forense, el odiaba ser llamado así.

—Algo muy bueno para la víctima pero no para ti, rubio oxigenado. Según los resultados de los estudios no hubo violación, eso amplia la búsqueda a hombres y mujeres por igual. Cada vez nos alejamos de descubrir quién está detrás de esto.

—¿Algo más que me puedas decir? —Pregunté esperanzado.

—Solo una cosa más, identifiqué que tipo de arma podría coincidir con los moretones de la víctima. Es un objeto redondeado, posiblemente un bate debido a unas pocas astillas que encontré. La fuerza del impacto ha debido dañar un poco la superficie de la madera.

—Bien, gracias por la información Mike. —Terminé la llamada aliviado de tener algo más con que avanzar. —Debo irme. Por cierto, Sam Evans.

—Kurt Hummel. —Extendió la mano a lo que respondí con un apretón en forma de despedida.

POV FINN

El camino hacía la casa hogar donde encontraría la ayuda necesaria  fue silencioso, pues no era para nada fácil el iniciar con una conversación con alguien que apenas se entendía a si misma. En cambio, decidí prender la radio para que de esa manera no se durmiera o simplemente que le llegara a pasar por su cabecita que algo malo pasaba.

—Veo que te gusta esa música. —Le dije alegremente cuando íbamos a bajar del carro. —haré que no sea la última vez que la escuches.

La niña asintió y en el momento en que le abrí la puerta del carro tomó mi mano y no la volvió a soltar. Sentí un pequeño volteo en mi corazón, toda está situación me parecía deprimente.

—¿En qué puedo ayudarle? —Me dijo una señora en la entrada.

—Busco a Sue Sylvester, ¿de casualidad está aquí?

—Hoy tienes suerte, Finn —Escuché una voz a mi espalda imposible de confundir. —Que gusto verte.

Nos abrazamos por unos segundos, ni para ese momento Sarah soltó mi mano, lo que hizo que Sue preguntara:

—A menos de que sea tu hija sé a la perfección a lo que haz venido. 

—No es mi hija, pero quisiera poder ser su padre —Sue se sorprendió tanto por mis palabras, y sinceramente algo muy dentro de mi también lo estaba. —¿cómo puedo hacerlo?

—Finn Hudson, nunca dejas de sorprenderme. Pero como oficial de policía deberías saberlo, hay reglas para la adopción sin importar que tu seas lo que eres. Una de ellas es que debes estar casado y tener un buen hogar.

—¿No hay algo más rápido? —Pregunté con la esperanza de encontrar algo más, Sue suspiró y negó con la cabeza. —No puedo dejar a Sarah aquí.

—Haz venido aquí en busca de ayuda y eso te daré, pero no puedo permitir que te la lleves. —Miré a Sarah quién después de un rato de charla había soltado mi mano y ahora jugaba con sus dedos. —Haremos que esto funcione, ¿ok? Puedes venir los días que quieras, la visita será algo que jamás te negaré. 

Suspiré cansado, después de todo, Sue tenía razón. Ya no podía hacer nada por el momento,  sabía que Sarah estaría en perfectas condiciones en este lugar. Me puse del tamaño de la niña y ella rápidamente me miró y sonrió.

—Sarah, yo tengo que irme ahora pero te prometo que aquí estarás bien, ¿ok? En cualquier chance que tenga volveré.

La abracé y ella correspondió. Algo dentro de mi se había roto y esperaba poder arreglarlo.
Me despedí de Sue y ella me consoló por unos segundos, subí al coche y me fui a mi departamento no sin antes avisarle a Sam que el día había terminado y que podía ir a descansar.
Tenía que hacer mucho a partir de hoy.

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