Capítulo 52
#NOBREATHINGMARATON 3/3
POV FINN
Mi cita con Rachel no podía hacerse esperar más, por lo que le mandé un mensaje diciéndole que pasaría por ella después del trabajo. Ahora que ya no estaba más como un oficial, no tendría por qué esconderme de la gente y mucho menos ocultarla a ella.
Estaba a punto de salir de casa cuando el móvil comenzó a sonar, lo saqué de mi bolsillo con la esperanza de que no fuera Rachel cancelando y al ver un número desconocido contesté rápidamente.
―¿Hola?
―Finn Hudson, hola. ―No reconocía mucho a la persona por la voz, sin embargo pude darme cuenta que esa persona a mi sí. ―Habla Figgins, me he enterado que están viendo quien cubra tu puesto en la policía.
―Oh bueno, creo que es lo normal cuando se pierde el empleo ¿no? ―Traté de no sonar sarcástico pero la risa del hombre al otro lado de la línea me hizo darme cuenta de que no fue así. ―¿puedo ayudarlo en algo?
―Supongo que estás desempleado en este momento, ¿verdad? Así que quería ofrecerte uno.
―¿Un empleo? ¿De qué trata?
―Supongamos que... ―Guardó silencio por unos segundos. ―serás mi ayudante personal. Trabajaremos juntos dentro y fuera de la policía.
Eso propuesta realmente no la veía venir, ¿ayudante personal? Por favor, yo había estudiado para ser algo más que eso y no estaba dispuesto a eso, mucho menos para él.
―Creo que tengo que pensarlo, pero muchas gracias por la propuesta señor.
―Sólo no tardes demasiado en darme una respuesta, Hudson.
Terminó la llamada sin una despedida de por medio, guardé mi teléfono aún un poco confundido y salí del departamento para ir por Rachel.
Cuando llegue a la entrada del bar me di cuenta que el lugar estaba prácticamente vacío y que las personas encargadas de la puerta posiblemente estaban dentro manteniendo el orden. Una de esas personas era Anderson, que por lo que suponía estaba haciendo el trabajo que Ryder tendría que hacer.
―Hey. ―Me saludó cuando atravesó la puerta. ―Perdona si he tardado, tenía que terminar de hacer unas cosas y sabes que no podía irme sin hacerlo.
―No pasa nada, de hecho acabo de llegar.
Sentí que estaba nerviosa por la manera rápida en que habló, no pude evitar sentir ternura y recordar la primera vez que salimos.
―¿Nos vamos? ―Asintió y caminamos hacia el auto.
Aunque no lo quisiera, el silencio era algo incómodo entre los dos y más en el momento de la cena donde apenas nos decíamos unas cortas palabras que eran referentes a la comida. Yo no quería que las cosas siguieran así, por lo que decidí que al salir del restaurante fuéramos a caminar para que pudiéramos hablar.
―Entonces... ¿Qué ha sucedido con tu hermana? ―Nos habíamos sentado en la misma banca de la primera vez que le robé el beso.
―Las cosas van bien, supongo. Hemos estado más unidas últimamente, creo que parece aceptar el por qué hice lo que hice y no sé, tal vez hasta ya pudo perdonarme. ―Sonreí por ello. Ellas se tenían la una a la otra y sería duro que por algo así se separaran. ―¿Y qué hay de ti? Escuché por ahí que le diste un buen golpe a Sam Evans, ¿es qué ahora tienes problemas de ira?
―Em no, no los tengo. Pero creo que esos pequeños impactos en mi humor se han visto muy mal en mi vida profesional hasta cierto punto que he perdido mi empleo. ―Su reacción fue más que asombro y sus ojos no dejaban los míos e insistían en que siguiera hablando. ―He estado pensando en las manera para recuperarlo, aunque viéndolo bien no va a ser fácil pero no pienso rendirme. Figgins me ha ofrecido un empleo a su lado pero no estoy tan seguro si lo correcto sea aceptarlo.
―¿Figgins? ¿El hombre que fue con la idea de cerrar el bar?
―Sí, él. ¿Lo recuerdas? ―Rachel asintió. ―¿Crees que sea buena idea?
―Mira, siendo sincera no conozco mucho las actividades de un policía pero podría aprenderlas en algún momento. ―Bromeó. ―Pero si tú crees que estar a su lado puede traerte alguna ventaja, adelante. Como ambos sabemos, él es superior a tu ex jefe y a ti.
―No lo había visto de esa manera, gracias Rachel.
Sonrió orgullosa de sí misma por haberme hecho entrar en razón y pasó sus brazos alrededor de su cuerpo pareciendo con ello que tenía frío.
POV RACHEL
Finn pasó su chaqueta encima de mis hombros y yo la acepté nerviosamente. No esperaba incitarlo a que hiciera ese acto y mucho menos a que él pasara frío.
―Creo que debería irme. ―Dije en voz baja.
―Permíteme llevarte, Rachel.
―Sabes que no vivo muy lejos de aquí, Finn. ―Esperaba no parecer tonta por recordar que esta banca había sido de la primera vez que salimos.
―Sé que no, pero no quiero despedirme aún de ti.
Entramos al auto y Finn condujo por las calles solitarias durante 10 minutos. Cuando estacionamos en mi edificio, creí que este sería el final de la salida de hoy y si era sincera conmigo misma, no quería que eso pasara.
―¿Quieres tomar algo? ―Pregunté esperanzada de que la respuesta fuera un sí.
―Café estaría bien.
Subimos por las escaleras hasta llegar al departamento y rogaba internamente que Marley no estuviera en casa porque sabía que no se alejaría de nosotros hasta conseguir que dijéramos que estaba pasando.
Dejé la cafetera trabajar en lo que platicaba abiertamente con Finn acerca de cómo las cosas en el bar no habían cambiado mucho y lo agradecida que estaba de que me quitaran el castigo de horas extras.
―¿Cómo está Ryder?
―Se está recuperando y eso es bueno, los doctores no entendían como era que un golpe que no fue con tanta gravedad pudo haberle afectado tanto. ―Finn asintió y terminó de beber el café. No tenía plan alguno, comenzaba a cuestionarme si invitarlo aquí había sido una buena idea pues de las últimas veces que estuvimos solos en este lugar habíamos terminado en mi habitación demostrándonos cuanto nos amábamos. Y eso era algo que no podíamos hacer ahora porque... ¿Acaso éramos algo?
―Rachel, quiero decirte algo. ―Su voz me sacó de mis pensamientos y con la mirada lo incité a seguir hablando. ―Perdón, por todo. Por actuar como un idiota cuando me dijiste que no querías casarte, por haberme vuelto loco cuando supe lo de Blaine y golpearte en tu rostro, y más que nada perdón por no poder ser lo que esperabas que yo fuera.
―Finn no...
―Sé que vas a decir que no debo pedir perdón, Rachel. Pero tengo que hacerlo, más si quiero que lo nuestro vuelva a funcionar. ―Lo nuestro. ―Porque es lo que más espero. Quiero que caminemos juntos, tomados de la mano y orgullosos de que estemos dejando pasar lo ocurrido en el pasado para darle una nueva oportunidad a nuestras vidas. Quiero que juntos salgamos adelante, quiero todo contigo.
Ninguno pudo más detener los instintos que nos obligaban a mantenernos lejos el uno del otro y besarnos. El beso era lento y supe en ese instante que extrañaba demasiado la manera en que él me hacía sentir cuando estaba a su lado; aquella manera en que me hacía sentir que era una persona hermosa y segura.
―Te extrañaba tanto. ―Dije contra sus labios y volví a besarlo. Era una beso en el cual cada segundo que pasaba pedía más, sin embargo ninguno éramos capaces de explotar el sentimiento.
―Me vuelves loco Rachel, ¡estoy tan enamorado de ti! ―Me besó ligeramente en los labios y me miró de la manera más dulce. ―Te amo.
Finn me había dicho que me amaba. Sabía que lo hacía desde hace tiempo, pero el que me lo dijera ahora era perfecto porque no lo esperaba. Definitivamente no quería comenzar desde cero con él, no después de haber vivido tanto a su lado de una manera difícil de describir.
Volví a besarlo, pero esta vez no me molestaba en ocultar lo que quería lograr con ese beso; mis manos empezaron a subir y bajar por su pecho hasta llegar al primer botón de su camisa y comencé a desabrocharlo sin separarme de sus labios ni por un segundo. Las manos de Finn permanecían en mi espalda y de la misma manera que las mías subían y bajaban manteniendo un ritmo que me parecía una tortura.
Cuando su camisa estuvo desabrochada, se la sacó por completo de su cuerpo y aprovechó que nuestro beso se había cortado para deshacerse de mi blusa de la misma manera. Comenzó a besar mi cuello, bajaba por mi clavícula y se detenía dónde estaba mi sostén haciéndome echar mi cabeza hacia atrás, obligándome de la misma manera a desabrocharlo y tirarlo al suelo.
―Deberíamos ir a tu habitación, ¿no crees?
Corrimos hacia el lugar privado que ambos conocíamos a la perfección y seguimos atacando nuestros labios de una manera urgente, como si fuera nuestra primera y última vez que haríamos esto. Mis manos bajaron por su pecho y se situaron en su cadera, rodee mis brazos a su alrededor y después regresé mis movimientos hasta el cinturón de su pantalón, comencé a desabrocharlo sintiendo cada vez más el rosar de su parte intima. Cuanto terminé de deshacerme del cinturón y desabroché los botones, Finn quitó mis manos de su cuerpo y las llevó a sus hombros, haciendo con ello que él se adueñara de mi cadera obligándome a estar más cerca de él, bajando mis pantalones en el proceso, besando mi cuello; volviéndome loca.
Después de que el resto de la ropa quedara fuera de nuestros cuerpos nos acostamos en la cama y continuamos besándonos. Podía sentir su respiración acelerada y supuse que si lo hacía hablar su voz sonaría tan ronca que me terminaría de volver loca. Lo amaba y extrañaba tanto.
―¿Estás lista?
―Siempre que estoy contigo, Finn.
Con un movimiento nervioso pero seguro comenzamos a ser uno mismo, Finn se lo tomaba con calma y yo adoraba que lo hiciera. Quería que esto durara lo más posible por si en la mañana las cosas salían mal, aunque lo dudaba; no habíamos tenido esta sinceridad el uno con el otro y parecía ser lo que nos faltaba para terminar de convencernos con quien debíamos estar.
Y nuestros cuerpos parecían estar seguros el uno con el otro, nuestra conexión fue mucho más que emocional; también la física era mejor esta vez.
―Oh Finn. ―Dije en un pequeño susurro cuando alcance el clímax. Él todavía no llegaba, lo que lo obligo a seguir con sus movimientos por unos segundos más. ―Ha sido...
―Sensacional. ―Me interrumpió acomodándose de mi lado y besando mi mejilla. ―Eres sensacional Rachel y agradezco tanto que hayas ido ese día a la casa hogar.
―Yo también estoy feliz de que hayas ido. ―Me acurruqué a su lado y pasé mi brazo por su pecho. ―Ya no puedo imaginar mi vida sin ti.
―Opino lo mismo, no podría volver a ser feliz sin ti.
No supimos en que momento sucedió, pero nos quedamos dormidos. Cuando sentí la luz comenzar a impregnarse en la habitación decidí moverme y buscar algo que ponerme encima.
―Buenos días. ―Dijo Finn removiéndose entre la sabana aún con su voz somnolienta. ―Ahora que lo pienso, ¿Marley no estaba en casa?
―Oh Finn, a qué hora te pasa eso por la mente. ―Reí y le arrojé su camisa en la cara haciéndolo reír de igual manera. ―No, no estaba por si aún te preocupa. Y creo que aún no está, supongo que ha de estar en el hospital con Ryder.
―Es bueno saberlo. ―Levantó la ceja de manera insinuante y no pude evitar darle un beso.
―Pero lastima señor Hudson, tiene que hablar con su nuevo jefe. ―Cuando terminé de ponerme la ropa me levante de la cama. ―Y yo iré a hacer el desayuno.
―Fue buen intento, ¿no lo crees?
Podría acostumbrarme a esto, nada me haría más feliz que despertar a su lado todas las mañanas pero sabía que teníamos que darle tiempo al tiempo. No podíamos apresurar las cosas como la última vez o terminaríamos arruinándolo de nuevo y no podría vivir con eso.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top