#NOBREATHINGDAY

POV RACHEL  

―Flashback― 

En cuanto Blaine colgó el teléfono corrí a la habitación de Marley y antes de decirle cualquier cosa, me le quedé observando; lucia muy deprimida y no tenía idea de cómo se pondría cuando recibiera esta triste noticia.  

―Marley...  

―¿Qué pasa? No me digas que me tienes una buena noticia cuando son las 3 de la mañana y tu rostro esta mal.  

―Ryder está en el hospital.  

―Fin del Flashback― 

Teníamos más de 14 horas en el hospital y no había alguna mejora en Ryder.
Los doctores decían que despertaría, pero lo que más necesitábamos saber era cuándo; en especial su familia y Marley, quiénes eran los más preocupados en estás circunstancias.  

―Bebe esto. ―Le tendí un vaso con té a Marley y le frote la espalda. ―Necesitas relajarte. Deberíamos ir a casa a que descanses un poco, no es bueno que estés en esta situación.  

―Rach, y-yo... no me quiero mover de aquí hasta tener alguna noticia de su mejora.
Bebió el contenido del vaso con manos temblorosas haciéndolo derramar en el suelo. Odiaba verla en esta situación pero la comprendía a la perfección; si ella estuviera en este momento en aquella cama no sabría que hacer.  

―Familiares de Ryder Lynn.  

Marley de levantó del asiento rápidamente y quitó las lágrimas de su rostro.  

―Su madre ha salido, yo soy su novia.  

―Señorita... ―Dijo el Doctor.  

―Berry. 

―Señorita Berry, el señor Lynn sigue sin despertar. ―Avisó el doctor y escuché el llanto ahogado de Marley. ―Pero ya hemos desinfectado todas las heridas, por lo que se les permitirá que entren a verlo. ¿Quiere pasar o esperará a la madre del paciente?  

No necesitaba contestar, pues en cuanto había pronunciado el entrar a verlo Marley ya estaba a un paso de la puerta. La habitación no era diferente a las otras: colores blancos, olores a alcohol y medicinas, ventana grande y luz cálida; la única diferencia era la silueta que estaba en cama. Ryder estaba hecho un desastre: su piel estaba pálida y acompañado del fuerte color morado alrededor de su ojo. 

―No me dejes, por favor. ―Me suplicó Marley. ―Dame un abrazo, Rachel.  

No puse objeción alguna, necesitaba tanto que mi hermana me pidiera algo desde el momento en que salió de la casa.  Marley tomó una gran respiración y se soltó de mis brazos para caminar hacia el lado de su cama, tomó su mano y la entrelazó con la suya.  

―Oh Ryder... No merecías esto que te ha pasado. ―Ella quería parecer fuerte, pero su voz quebrándose mostraba lo contrario.  ―Tienes que abrir los ojos, levantarte e ir a hacer ese examen. Iremos a la Universidad siendo los más cerebritos de la clase y gritaremos a los cuatro vientos que lo logramos con todo y nuestro problema. ―Sollozó fuerte y las lágrimas volvían a resbalar por sus mejillas. ―También tenemos que ver el maratón de la serie que tanto hablas, no podría verlo sin ti. Y no olvides aquello de lo que hablamos que no puedo mencionar porque está Rachel presente, se suponía que ya no faltaba tanto tiempo.  

Reí por lo bajo e intente ocultar mis lágrimas para que mi hermana no las notara. Tenía que ser fuerte ahora porque ella era la que me necesitaba.   

―¿Será posible qué me esté escuchando? ―Me preguntó y yo asentí. 

―Podría ser así, Marley.  

―Diablos Ryder, ¡estoy tan molesta contigo! Debiste salirte de trabajar de ese lugar cuando lo conocí y descubrí que mi hermana estaba ahí. ―Rio y al mismo tiempo sorbió su nariz. ―Por favor, mueve cualquier parte de tu cuerpo si estás escuchándome. Aunque claro, preferiría que movieras tus dedos porque si mueves aquella cosa se me será imposible ver.  

―Marley, ya...  

Abrió los ojos como platos e hizo que dejara de hablar. Seguí su mirada y esta se detuvo en sus dedos.  

―Oh por dios, Ryder ha movido su dedo.  

POV BLAINE 

―¡Anderson!  

No podía creer de quién pertenecía la voz que me estaba llamando a mi espalda, tanto que al darme la vuelta mi rostro no se molestó en ocultar ni un poco la confusión y el asombro.  

―¿Se te perdió algo, Hudson?  

―Mira, vengo en son de paz. ―Hizo un gesto con las manos para parecer inocente y rio levemente. ―Primero que nada creo que te mereces una disculpa, no debí involucrar nuestros desacuerdos en la vida de alguien.  

―Está bien, está bien. Sólo esperemos que Ryder no empeore o tendré que darte una paliza.  

―Eso no es tan doloroso como el haber perdido mi empleo. ―Dijo como si nada pero al mismo tiempo pude notar que intentaba ocultar el dolor. ―En segundo, quiero que me hables acerca de lo que sucede entre Rachel y tú.  

Pensaba en decirle que no había nada entre nosotros, pero eso solo me llevaría a la larga discusión y no quería hacerla más de sorpresa.  

―Entre ella y yo lo único que hay es conveniencia, y créeme que no de esa manera. En realidad, es conveniencia mía porque yo no le he ayudado a ella en nada. ―Y era cierto, lo único que le había provocado había sido un golpe de parte de su ex novio. ―Cómo ya lo viste, mi padre esta aquí y no es de las personas que acepta la homosexualidad...  

Hudson estaba más atento que nunca. Parecía muy interesado desde el momento en que le dije que no había nada serio entre Rachel y yo, y para ser sincero estaba tranquilo con ello.  

―No tenía opción, era eso o condenar a Kurt a ser lastimado y eso jamás lo hubiera permitido. Necesitaba una salida a mi problema y por desgracia Rachel estaba ahí, vulnerable después de haber roto contigo y siguió el juego sin que yo le dijera algo a cambio.  

―¿Jugaste con ella? ―Preguntó con voz seria.  

―No lo veo de esa manera, Finn. Creo que más bien ambos necesitábamos algo que nos mantuviera un poco ocupados pero para que lo sepas nunca tuvimos nada que ver de esa manera, quiero decir, me he declarado cien por ciento gay no podría volver a hacer eso en mi vida.  

POV FINN 

Entendía a la perfección lo que me decía, pero no me ayudaba de mucho. Si quería recuperar a Rachel, necesitaba saber más que su historia.  

―¿Has hablado con Rachel de mí?  

―Por dios Finn, eso no se pregunta. Es más que obvia la respuesta. 

―Continúa, Anderson. Tengo toda la noche libre.  

Me senté en la silla que estaba al frente de Anderson y él tomó la que tenía detrás de su cuerpo. 

―Sí aún sientes algo por ella, ¿por qué no luchas para demostrárselo? Quiero decir, no solo con pegarte golpes con un tipo bajo y de cabello rizado; sino también con decírselo, hablar con ella, regalarle rosas yo que sé.  

―No es tan simple.  

―Que curioso, ella me dijo lo mismo.  

―Porque es la verdad y creo que el que más la arruinó fui yo. ―Pasé mis manos por el cabello con desesperación. ―Me lo negaba a mi mismo, pero realmente fui un estúpido con ella. Nos íbamos a casar, íbamos a adoptar a una niña e íbamos a ser felices para siempre.  

Me miró con cierta confusión y pude notar que había parpadeado mucho para ver si captaba mis palabras, pero no dijo más. Era obvio que Rachel no le había contado esa parte y no entendía como era que yo si se la había dicho.  

―Los dos hemos sido estúpidos.   

―Pero vamos a arreglarlo, ¿ok? Y es algo que debes prometer.  

―Oh Finn, tampoco es algo tan sencillo.  

Sabía que no lo era, sin embargo su situación era un tanto menos complicada, lo único que necesitaban era que Blaine terminara de temerle a su padre.  

―No me importa si es sencillo o no, desde hoy tienes los días contados para que regreses con Kurt.  

―Ok, ok. Solo no me golpees, aún intento recuperarme. Tienes mano dura, Hudson.  

―A veces es un castigo, golpeas a quién no lo merece. ―Intenté que mi voz no sonara grave, pues intentaba decirlo de la manera más culpable posible.  

―Creo que deberías perdonarte por ello, nadie imaginaba que se iba a atravesar aunque fuiste un completo idiota.  

―Y no lo discuto.  

El silencio reinó entre nosotros sin embargo, no era del todo incómodo pues ya estábamos en el punto donde nuestra amistad estaba de regreso.
Ambos haríamos lo correcto y de eso podía estar seguro, no dejaríamos que nada nos quitara lo que es nuestro y ponerlo con alguien más.  

―Entonces... ―Dijo Blaine un poco dudoso. ―¿Casarse? ¿Una niña?  

―Ya habrá tiempo para contarte.  

Me puse de pie y comencé a caminar directo a la calle que me llevaba al auto.  

―¡Creí que tenías todo el tiempo del mundo!―Lo escuché gritar y yo no pude evitar reír.