Capítulo 44
#NOBREATHINGDAY
POV RACHEL
Podía buscarlo, tenía que buscarlo y lo mejor de todo es que sabía dónde encontrarlo. No podía dejar que arruinará su vida hundiendo la mía más de lo que yo misma había hecho. Un golpe tras otro y la respuesta seguía siendo la misma, nada. Era más que seguro que estaba allí, escondiéndose y no necesitaba más pruebas para confirmarlo luego ver la imagen que luego de que la puerta abriera.
―Eres ruidosa. ―Su rostro en verdad se encontraba peor que el mío: un labio roto y cortaduras en su rostro acompañadas de una nariz rota con un par de ojos vidriosos, había tocado fondo.
―Y tu un cobarde. ―No quedaban momentos para misericordia o palabrería barata, llegaba el momento de hacerle frente a todo y el primer lugar para empezar era con él. Lo empuje dentro de su residencia y cerré la puerta tras de mí. Había botellas de alcohol en el suelo, comida a medio comer junto al sofá y mala televisión ochentera ostentado en su TV; en resumen el lugar estaba del asco. ―Siéntate Blaine, esto puede tomar tiempo si no cooperas.
―Rachel, ahora no es momento de discutirlo. ―Respondió ignorando el hecho de que en verdad era necesaria una intervención, solo dio otro amargo sorbo a su trago y prosiguió hablando. ―No tengo caso, estoy hecho para esconderme. No pierdas el tiempo conmigo.
Era increíble, el colmo de los colmos. Debía estar molesta con el pero el simple hecho de verlo asquerosamente demacrado me lo impedía, pero aun así había venido con un propósito.
―¿Perder el tiempo contigo? Blaine, deja tú de desperdiciar el maldito tiempo auto compadeciéndote. ―Decomisé la bebida de sus manos y la estrelle contra la pared llamando su atención más de lo que me hubiera gustado. ―Mira alrededor Blaine, es una mierda y no me refiero solo a tu apartamento, nuestras vidas van incluidas. Te hundes y me hundo, así están las cosas.
―Rachel, tu no entiend...
―Oh sí que entiendo Blaine, entiendo lo que es el miedo. Te atrapa, te golpea en lo más bajo, te mantiene a su merced, pero pones de pie, reúnes nuevamente tus fuerzas y continuas la batalla hasta ganar la guerra. ¿Amas a Kurt? Demuéstralo, no sé qué le has dicho y no me interesa saberlo, solo ten un poco de hombría y defiende lo que amas, sin peros y sin más excusas.
―Todo lo que alguna vez tuve terminó roto Rachel, no quiero que Kurt termine roto. ―Sollozó mirándome fijamente tomando una bocanada de aire para continuar. ―No interesa lo que yo sienta, lo amo lo suficiente como para liberarlo de lo que muy seguramente pasará.
―Blaine... ―Lo podía ver en sus ojos, iba en serio cada palabra y simplemente no había nada que dudar pero las cosas no podían terminar así. ―¿Dejarías que tu papá le hiciera daño? ―Negó con la cabeza entre lágrimas.
―Entonces eso es todo lo que necesitas, puedes hacerlo. Enfréntalo, no dejes que lo toque, no dejes que arruine su felicidad... Y tú eres su felicidad, estoy segura.
―Estás en lo cierto hobbit, cada palabra. ―Ese era el Blaine que había logrado conocer poco tiempo atrás, no era demasiado lo que conocía de él pero si sabía que era determinado con lo que quería, solo necesitaba de un empujón. ―Arreglaré mi relación con Kurt, arreglaré tu amistad con Kurt, arreglaré tu relación con Finn y...
Ahí estaba el problema con Finn, no era una promesa que el pudiera cumplir, ni siquiera yo estaba segura si era algo que yo misma podría cumplir, al menos no ahora.
―Blaine, para. Hay cosas que debes dejarme a mí, él no me perdonará o al menos no ahora, hay más cabos sueltos de los que quisiera admitir.
―Lo lograrás, te ama, de no ser así mi rostro no luciría tan mal, o el tuyo. Un pequeño error de cálculos, un poco más a la derecha y hubiera sido una buena excusa para arreglar esa nariz. ―Bromeó dándome un leve golpecito en la nariz.
―No juegues tu suerte Anderson, aún puedo darte la paliza que venía propuesta a realizar. ―Amenace haciéndolo estallar en carcajadas, tal vez aún no habíamos arreglado nada pero sin duda era un principio. Una cosa a la vez.
POV RYDER
La conversación que mantuve con Rachel solo me había hecho pensar en una cosa: quizá Marley estaba siendo exagerada, después de todo ella era su hermana y nada podía hacer por cambiarlo.
Alguien tenía que hacerla entrar en razón y al único que tenía era a mí, pero sentía miedo; miedo de que ella se enojara y saliera corriendo diciendo que apoyo más a su hermana que a ella (cosa que en estos momentos es cierta).
―Has llegado temprano. ―Me dijo Marley cuando entre en la habitación, estaba preparándose para dormir y tenía puesta una de mis viejas camisas junto con un pantalón corto que llegué a usar cuando tenía 14 años. ―¿Te darás una ducha o te vendrás directo a la cama?
―Sabes que dormiré en el sofá, ¿verdad? ―Dije juguetonamente. Ambos sabíamos que no era necesario el que yo durmiera en el sofá porque después de todo, no éramos unos extraños y el hecho de que siguiéramos siendo vírgenes no hacía diferencia alguna.
Me acosté a su lado, ella levantó la cabeza lo que me obligo a poner un brazo debajo de ella para que lo usara de almohada y le di un beso en la frente.
―¿Qué tal tu tarde? ―Le pregunté.
―Nada fuera de lo normal, tu madre se ha ido al trabajo y me he quedado todo el tiempo aquí en la habitación tratando de prestarle más atención a los libros que a lo que está pasando en mi vida.
―Quizá debas hablar con Rachel, al menos informarle donde estás. De seguro ha de estar muy preocupada por ti, entiéndelo Marley, es tu hermana.
―¿Y qué importa eso? A ella no le importó mentirme.
―Pero no es como si hubiera matado a alguien Marley, en su rostro reflejaba mucha tristeza. No me imagino lo feo que ha de haber sido quedarse sin su novio, amigo y ahora su hermana.
―Espera, ¿estás del lado de ella? ―No le respondí, no quería alguna pelea en este momento.―¡Y lo que es peor! Hablaste con ella, ¿verdad?
―Sí, hablé con ella hoy. ―Se alejó un poco de mi cuerpo para que pudiéramos observarnos y al ver su rostro me di cuenta que lo desaprobaba al instante. ―Ella te necesita.
―¿Le has dicho que estoy contigo? ―Estaba evadiendo el tema y eso no me gustaba para nada. Si que estaba molesta con ella y quizá cuando sepa que lo hice también lo estará conmigo.―Lo hiciste.
―Sí, le he dicho que estás conmigo. No es de gran problema, tarde o temprano lo iba a saber.
―No lo iba a saber por mí, ¡desde luego lo iba a saber por ti! Sigo sin creer cómo es que nunca supiste quien era ella.
―¡Por qué nunca me dijiste su nombre! ―Me levanté de un solo movimiento y me quede sentado observando a la nada. ―Me hablabas de la inseguridad que le tenías a ella, de que querías saber la verdad ¿eso te parece como una característica fácil de descifrar?
―¿Ahora yo tengo la culpa?
―No intentes cambiar los papeles, cariño. Aquí nadie es culpable, sólo son cosas que con el tiempo tendrás que superar y más que nada afrontar.
―Creo que hasta que lo haga tendrás que decidir de qué lado estás.
La miré en estado de shock, no podía estar hablando como una persona resentida y mucho menos esperaba que yo eligiera.
―No hablarás en serio.
―Lo estoy diciendo en serio.
Por un lado estaba de su parte porque después de todo es mi novia y siempre tendría que ser la primera persona a la que escogería, pero su hermana también tenía sus puntos a favor y creía que había forma de arreglar todo de una manera sencilla.
―Siempre de tu lado, cariño.
Me jaló más cerca de ella y me besó. Esperaba que nada saliera mal con mi decisión o con lo que sea que se me viniera a la mente después.
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