Capítulo 34
#NOBREATHINGDAY
POV RACHEL
Estaba en shock, sentía que no respiraba e incluso sentí que caía al piso, pero no. Finn estaba a mi lado, tenía sus brazos enredados a mi alrededor y podía escuchar su respiración agitada, tampoco sabía que decir y eso no mejoró en el momento en que las autoridades llegaron a hacerse cargo de la situación.
El oficial Mason nos interrogó a ambos y después nos pidió que nos quedáramos tranquilos pero que no fuéramos a casa. Ambos asentimos en respuesta y nos alejamos de todo el alboroto sin decir palabra alguna, sabía que Finn estaba afectado; ser un policía y no haber hecho nada al respecto era un gran cargo en su conciencia.
―Nada de esto es tu culpa. ―Acaricié su brazo en forma de consuelo y besé su mano para después entrelazarla con la mía. Soltó aire en respuesta, al parecer llevaba mucho tiempo aguantando la respiración. ―Gracias Finn, no sé que hubiera pasado si no hubieras estado aquí.
―Serías tu la que estuviera muerta.
No pude contestarle nada porque el sonido de mi celular interrumpió y al ver el identificador solté un sonido de disgusto.
―¿Qué pasa Marley?
―¿Qué pasa? Son casi las 3 de la mañana y no estás en casa, ¿y aún preguntas qué pasa? ―No le contesté, no creí que a estas horas de la noche ella pudiera seguir despierta. ―¿Dónde estás?
―En el trabajo, ¿dónde más crees qué estoy?
―Rachel, el ruido no es como el del restaurante. Algo estás ocultándome.
Me sentía mal por mentirle, pero no podía hacer más. No quería que en estos momentos cuando los planes de adoptar a la niña seguían en pie se supiera toda la verdad.
―Estoy con Finn. ―Al menos algo era cierto. ―No deberías estar despierta, tienes escuela.
Silencio del otro lado de la línea, si no fuera por su respiración podría jurar que había colgado.
―Y tú deberías estar en casa, cuidándome como la hermana mayor que eres.
―Marley, por favor...
―¿Por favor qué Rachel? ―Me interrumpió. ―¡No te veo en casi todo el maldito día! ―Gritó tan fuerte que tuve que alejar el auricular de mi oído. ―Y ahora quieres que no me moleste porque pasas el tiempo que deberías dedicarme a mí con tu novio.
Estaba agotada, no podía soportar más sus palabras. Marley no sabía por el dolor mental que estaba pasando y aún tenía que escucharla a ella.
―Estaré en casa por la mañana.
―Haz lo que quieras. ―Su voz era fría, entendía a la perfección que su enojo de hoy no se pudiera comparar con alguno de otra ocasión, pues este era más profundo; incorregible. ―Pero te aseguro que averiguaré en todo lo que estés metida.
Y colgó.
―¿Qué pasó? ―Me preguntó Finn a mi espalda, tenía segundos que había colgado la llamada con Marley pero no dejaba de sentirme nerviosa. Cuando ella se proponía algo lo lograba y ahora que su propósito era descubrir mi vida no podía andarme con mucha seguridad.
―No es nada... ¿Crees que podamos irnos ya a casa?
―Le he preguntado a Mason y dijo que sí, pero que tratemos de asistir a alguna terapia o algo parecido para que olvidemos un poco lo de hoy. ―La voz de Finn parecía preocupada pero sin duda alguna se notaba más relajado que hace rato. ―¿te llevo a casa?
―¿Te parece si me quedo contigo hoy? Marley se ha enojado y prefiero no verla hasta mañana cuando las cosas estén más tranquilas entre nosotras.
―No es molestia alguna, vamos.
Me tomó de la mano entrelazando nuestros dedos y nos despedimos de algunos compañeros de Finn para después salir del bar. Subimos a su auto y el encendió la radio aunque a estás hora de la noche, no había nada bueno que escuchar.
―Entonces... ―Empezó a decir Finn. ―¿cuándo seguiremos con los planes de la boda?
―Alto ahí, ni siquiera me has pedido matrimonio. ―Bromee, no era necesario la sortija ni nada parecido pero no creía sentirme lista para contárselo a Marley. ―primero debo decírselo a Marley, ¿recuerdas eso?
―Lo sé, perdona.
Al llegar a su casa lo primero que hicimos fue recostarnos en el sofá, ambos estábamos casados pero aún no nos sentíamos listos para dormir.
POV FINN
―¿Has pensado en lo que dijo Kitty? ―Me preguntó Rachel, lo que me hizo abrir los ojos y observarla atentamente. ―¿Qué tienen al equivocado en prisión?
―No lo había pensado porque nadie que no es culpable se echa la culpa solo porque sí... ―Me quedó callado, al parecer me había dado algo en que pensar. ―creo que lo correcto sería empezar a hacerle más preguntas de las que se le ha hecho. Pero de igual manera, si él resulta no ser el culpable podría pasar tiempo en prisión porque encubrir al verdadero culpable es delito.
No me respondió, al contrario de eso me se puse de pie tendiéndole una mano para que pudiéramos ir a dormir. No era bueno que nos mantuviéramos despiertos toda la noche, menos cuando yo tenía que estar presente en el trabajo a las 10 am.
Mi alarma sonó como de costumbre a las 8:30, lo que era extraño para mi esa mañana era ver a Rachel acostada a mi lado. Aun dormía cálidamente por lo que decidí no despertarla y prepararme para el trabajo en el silencio absoluto.
Después de la ducha, de cambiarme, preparar café y tomármelo estaba listo para irme al trabajo, pero Rachel aún no despertaba. Estaba preocupado, no le había pasado nada la noche anterior pero al parecer si le había dejado un gran susto.
Dejé una nota en la mesa de noche junto con las llaves que tenía de repuesto y me dispuse a salir, el día sería largo si queríamos averiguar la verdad de Puckerman.
―Señor Schuester ―Lo llamé al llegar a su oficina abierta. ―¿podemos hablar?
―Claro Hudson, pero primero dígame ¿cómo se encuentra? El oficial McCarthy me me ha informado lo de anoche.
―De eso precisamente quería hablarle. ―Me señaló con su mano la silla de enfrente de su escritorio y la acepté. ―La chica que se ha quitado la vida dijo algo antes de morir.
―¿Y qué ha sido?
―Que tenemos al equivocado en prisión. ―Schuester frunció el ceño, sabía que el estrés que había ocasionado el bar ya había disminuido y que esto podría volvernos al inicio. ―Pienso que tal vez... Debamos hacerle más preguntas, por ejemplo que narré el como lo ha hecho. Algo puede hacerle caer o ver que no es él.
Encendió su comunicador y con voz grave le avisó al que tomó su llamado que llevarán a Noah Puckerman a la sala de entrevistas.
―Llama a Evans, los quiero a los dos en menos de media hora.
POV BLAINE
Hoy era el día en que Kurt podría volver a retomar su puesto, había pasado cada momento junto a él viendo películas, riendo de cosas triviales, algo empalagosos a decir verdad pero nada excesivo puesto que cada quien dormía por separado: el en su habitación y yo en el sofá. Estaba feliz de que finalmente se haya recuperado pero aun así me sentía un poco desanimado al saber que ya no iba a necesitar tanto de mí aunque en realidad era yo quien necesitaba de él, de su presencia.
―Blaine, ¡si no te arreglas se nos hará tarde! ―Gritaba Kurt desde algún lugar de la casa, durante todo el día había estado en un estado hiperactivo cuestionando que ropa iba a usar, haciendo limpieza total y preparando un pequeño aperitivo para su descanso.
―Lo sé, lo sé―Respondí de vuelta a su voz―Estas ansioso por volver.
―No realmente pero las cuentas no se pagan solas―Volvió a gritar pero simplemente me causo gracia, no era un buen mentiroso y era obvio que extrañaba hacer las cosas por su cuenta y entre eso incluía el bar.
No tenía mucho por arreglar, simplemente tomaría una ducha para refrescarme un poco antes de la ardua jornada que me esperaba, eso y todas las horas que debía reponer a Ryder por hacer
doble trabajo en mi ausencia. Tomé una de las toallas que había en la habitación de Kurt y empecé a desvestirme prenda por prenda, Kurt no estaba alrededor así que supuse que estaría bien entrar desnudo a la ducha para acortar el proceso... gran error.
SEX ALERT: La escena a continuación es exclusiva +18. Si se es menor de edad o alguien sensible a este tipo de temáticas por favor detenerse aquí y esperar al siguiente capitulo. Gracias.
― ¡Blaine!―Kurt cuyo rostro ruborizado y su gritó de vergüenza me sobresalto mientras con mis manos trataba de ocultar el "pequeño" problema que traía en el momento cosa que Kurt había pasado desapercibido hasta que resbaló de la impresión.― ¡Mierda!
―Dios, Kurt d-déjame ayudarte ―Traté de acercarme sin descuidar mucho mis manos pero resultaba complicado en el momento.
―No. No. E-estoy bien ―Mis ojos que habían pasado de su rostro a recorrer su cuerpo y su blanquecina piel se aclaraba más y más cuanto más bajo iba hasta llegar a encontrarme con la misma situación culpable que la mía. Al percatarse de mi poco inocente mirada pareció intimidarse pero luego su mirada cambio a algo un poco más picaras y ya notaba porque... Mis manos habían abandonado su posición. ―Es solo que me asustaste, es todo.
―Y-yo volveré en un rato, no te preocupes.―Trataba de apartarme en cuanto menos pudiera mostrar pero me tomo del brazo dejándose expuesto acabando con lo que sea que la imaginación habría podido ilustrar.
―Dicen que es bueno ahorrar agua, es bueno para el medio ambiente, ¿no crees? ―Donde quiera que había quedado el Kurt inocente uno más juguetón había tomado su lugar y exactamente no era como si me incomodara, la curiosidad y el deseo podían más. ―Es más, solo necesito aplicarme el jabón pero supongo será mejor que lo recoja primero.
―Ahorrar suena bien...Además es bueno estar limpio ―No sabía que sucedía exactamente pero una ducha un poco "diferente" no sonaba mal... y mucho menos cuando las curvas del hombre que amaba iban cuesta abajo por el jabón y su cometido.
―Será más rápido si me ayudas aquí dentro, ¿no lo crees? ―Entre al espacio reducido de la ducha obedeciendo sus órdenes, acortando nuestra distancia pero incrementando la tensión sexual del lugar. Sin pensarlo claramente pose lentamente mis manos sobre su espalda recorriéndola lentamente mientras mis labios trabajaban en armonía con los suyos, bajaba lentamente hasta llegar a sus caderas y dándole un fuerte apretón a los alrededores bajo estas haciéndolo gemir en mis labios. Había una sensación de amor entre ambos tan grande como lo era el placer, cosa que se distinguía entre la distancia de nuestras caderas... Pero separó nuestros labios con una gran sonrisa. ― A este paso no llegaremos a tiempo y lo sabes.
―Nos han esperado unos cuantos días ―Respondí nuevamente para unir nuestros labios en un casto beso. ― Unas cuantas horas más no les será difícil.
―Mejor si adelantamos el proceso ―Rió para sí mismo cuando desvió su rostro evitando que continuara mis deseos. ―Podrás tocar pero no actuar.
Tomó el jabón entre mis manos y las guió recorriendo lentamente su blanquecino cuerpo dándome la espalda: daba círculos alrededor de su pecho, su piel era tan suave como la seda y tener la oportunidad de acariciarla me llenaba de un amor que no podía siquiera comprender, llevó mis manos mis manos a su vientre y no pude evitar atacar su cuello en una ráfaga de besos que no podía controlar... Quisiera o no, llegaría tarde porque no planeaba quedarme con el deseo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top