Capítulo 32
#NOBREATHINGDAY
*Narrado en tercera persona*
―Oficial.
Se escuchó una voz a su espalda y no faltaba que Sam Evans fuera adivino para saber de quien se trataba, maldijo por lo bajo y se volteó para quedar al frente de la chica que lo llamó.
―Por favor, dime Sam. No estoy en horas de trabajo.
―Se me hace lindo decirle así.
Su voz era coqueta y cualquier persona que pasara a su alrededor podría darse cuenta de sus intenciones.
―Kitty, no estoy interesado. He venido aquí por algo de paz y no la tendré contigo.
―¿Qué me falta para ser como ella? ―Preguntó dudosa, por primera vez en su vida no se sentía del todo segura.
―No puedes estarte comparando con las personas de tu alrededor, o bueno, las que estaban a tu alrededor. ―Dijo con claridad el rubio. ―No hay nada de malo en ti, es sólo que no tengo la intención ni estoy en condiciones para involucrarme con otra persona de este bar.
―No vivo aquí.
―Y nadie lo hace.
Kitty rodó los ojos, ahora que lo pensaba, esa era su peor y más tonta respuesta.
―No puedes estar perdido para siempre, necesitas encontrar de nuevo lo que eras antes.
―¿Y quién según tú era?
―¿Es necesario que conteste la pregunta? ―Sam rio, era obvio que esa chica por su poca edad e inteligencia sabía más de la vida que de la escuela. ―Toda persona sabría tu vida desde el momento en que hablaras durante un minuto con ella, más aparte de la presentación está el lugar... Y tú siendo un oficial respetable, estás aquí; en un bar de mala fama por asesinatos y mezclado entre ellos por la muerte de tu antiguo amor. Eso es decir mucho de ti, ¿no lo crees?
―Si esa es tu manera de coquetear conmigo quiero decirte que volviste a fallar.
La rubia entendió su derrota, pero no estaba lista para aceptarlo. Podría no hacer nada para tenerlo en su cama pero al menos podía intentar besar sus labios, por eso y de manera rápida de se acercó a él hasta tenerlo a corta distancia y rápidamente tomó sus mejillas entre sus manos, comenzando a tomarlo lentamente hasta el punto en que él aceptara aquel beso.
―Haz conseguido lo que querías, ¿ahora puedes irte?
―No he terminado aún, oficial.
Le dedicó un guiñó y se alejó de la mesa para seguir con sus rondas de esa noche. La gente estaba desesperada por recibir sus tragos y una que otra cosa más, se notaba desde luego en el ambiente pero sin duda alguna era algo que les beneficiaba a todos.
―No juegues con fuego, podrías quemarte.
Le dijo una voz a su espalda, Kitty volteó rápidamente a ver de quien se trataba pero no sintió miedo alguno, al contrario, le sonrió abiertamente.
―¿Te refieres al oficial? Estaré encantada de estar en llamas con tal de saber que tan bueno es en la cama.
―Podrías perder mucho más que tu virginidad, querida.
―No le tengo miedo a enfrentarme con la justicia.
Era obvio que no sabía de lo que se estaba hablando, pero no quería que la rubia quitara esa idea de presentar cargos ante la justicia para así poder llevar a cabo su plan; un plan que tenía que ser mucho más cuidadoso que los anteriores.
Kitty salió disparada hacia la barra y recogió la charola llena de tragos que eran esperados por tipos que le triplicaban la edad.
―Sabía que las rubias eran huecas.
Una sonrisa se extendió en su rostro y continuó con sus labores.
POV RYDER
No sabía con qué persona había chocado y no estaba dispuesto a quedarme con la duda, rápidamente seguí el mismo camino hasta llegar a la terraza. Nunca había llegado hasta este lugar, quizá porque Blaine me advertía que a este rincón del bar solo venían parejas a querer satisfacer sus necesidades y que no quería acabar traumado de por vida, pero esta ocasión era diferente; pues al otro lado de la terraza no estaba una pareja, sino una chica morena de estatura baja y cabello lacio castaño.
―Está ocupado aquí.
La escuché decir en casi un susurro, sabía que había escuchado todos mis pasos y que ahora quería echarme, pero mis pies no retrocedían. Siempre había tenido la necesidad de saber que pasaba en la mente de la gente cuando lucía triste y gracias a ello la gente puede creer que soy un entrometido, pero no me importa.
―La pareja no le molestará que les robemos un poco de su espacio. ―Contesté en broma y me posicione a su lado haciendo nudo mis brazos en el barandal. ―Me has propinado un buen golpe, ¿prácticas algún deporte que requiera fuerza?
La escuché reír, sin embargo su risa no era del todo segura pues un poco de nerviosismo estaba presente.
―Lo siento, estaba tan concentrada en querer salir de ahí que no me di cuenta de mi alrededor.
Reí, necesitaba calmar un poco el ambiente si quería que ella se abriera conmigo.
―¿Tan malo es el lugar?
―No sé si has visto las noticias, pero aquí se han llevado a cabo diferentes asesinatos. ―Rió sarcásticamente, a lo que podía notar ella creía que yo era solamente un cliente más. ―¿acaso es tu primera vez aquí?
―¿Y si lo fuera a quién me recomendarías?
La morena me observó por unos segundos como si se tratara de descifrar mi futuro y frunció el ceño.
―Obviamente no eres mayor de edad, así que diré que a nadie. ―Su voz fue cambiando, ya no era la nerviosa que al principio escuché. Esta vez sonaba divertida. ―¿tú madre sabe que estás aquí? ¡Oh no! ¡Tendrás problemas!
―¿Me delataras?
Negó y después volvió a girar su cuerpo hacia el barandal para recargarse en él.
―Hagamos un trato, me cuentas por qué luces mal y te digo mi edad.
―¿Estás coqueteando conmigo? Tengo que decirte que tengo novio. ―Reí negando. ―Ok, ok. Es un trato.
Nunca pensé que la vida de una chica en estas condiciones pudiera ser tan dura, el escucharla hablar acerca de lo que la hacia estar entre la espada y la pared me hacia ponerme nervioso; puede que yo no sea una chica pero estaba trabajando en el mismo lugar para conseguir una vida promedio.
―A veces dudo de mi relación, ¿sabes? Es un sentimiento totalmente nuevo para mí, lo quiero y me gustaría pasar mi vida a su lado pero... ¿y si es verdad que jamás se podrá? No quiero terminar destrozada.
―Creo que de eso se trata el amor: a veces pierdes, a veces ganas; pero al menos tienes en la mente el hecho de que jamás dejaste de luchar.
―¿Y si dejo de hacerlo y me apego a que pase lo que tenga que pasar?
―Estarías cometiendo un gran error, porque si realmente ustedes tienen que estar juntos ambos tienen que encargarse de lograrlo.
Guardó silencio por un momento, al parecer estaba pensando en todas las palabras que le estaba diciendo y fue en ese momento cuando me tomé el tiempo en recordar su voz en mi mente, había algo que me recordaba a alguien, como si en algún momento de mi vida ya la hubiera escuchado.
―Tienes razón.
Asentí, aunque sonara modesto sabia que la tenía.
―Entonces, la siguiente parte del trato ¿qué edad tienes?
―¿Cuántos calculas?
―No es justo, sólo dímelo.
―Ok, ok. Tengo 17 y antes de que digas cualquier cosa, ya se que no soy mayor de edad.
―Entonces debes ir a casa.
―Te sorprendería saber que trabajo aquí.
―Entonces te estaré viendo seguido por aquí.
Sonrió abiertamente y la imité.
―También tengo novia. ―Bromee, sabía que ella también estaba en una relación pero quería decirlo. ―Supongo que si, nos veremos por ahí.
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