Capítulo 23


#NOBREATHINGDAY

POV FINN

—¿Qué pasa? ¿Por qué estás así? —Le pregunté a Sam, quien con lágrimas en los ojos había encontrado en la puerta del bar.

—Nada, estoy bien. —Secó sus lágrimas con las mangas de su traje mientras entraba sin siquiera mirarme, algo estaba mal. Él nunca lloraba, pero en ese momento... otra pregunta me intrigaba.

—¿Sabes quién ha sido ahora? —Paró en seco.

—¿No lo sabes aún?

—No, me dijeron que viniera de urgencia... Otra víctima supongo, ¿tú sabes quién es?

—Me dijo que estaría bien —Empezó a explicar, yo lo miré confundido —solamente recogería un par de cosas del trabajo y volvería. —Se dignó a mirarme al fin, sus ojos estaban rojos e hinchados.

—No... No lo entiendo Sam.

—La esperé en casa y cuando vi que no volvía me preocupé ¿sabes? Pensaba que su coche se habría averiado o algo así. Jamás imaginé que le había pasado esto.

—Entonces... —No necesitaba decir más, sabía de quien se trataba. Miré al suelo sin querer decir más.

Sabía a la perfección que estás semanas fueron de mucho significado para Sam, a él no le importaba el tiempo que fuera... Para él, Quinn era todo lo que alguna vez pudo haber pedido.

Jamás podía haber pensado que Quinn era una de las víctimas de nuestro asesino, y yo, sinceramente tampoco llegué a hacerlo

—Al fin llegan. —Susurró Will al encontrarnos en uno de los pasillos que llegaban a los camerinos de las chicas. —Vengan.

Entramos en la sala donde nos esperaban, parecía que el grupo de forenses se nos había adelantado y habían comenzado con todo el trabajo pesado.

—Por sus caras ya veo que saben quién es el afectado

—Como... ¿cómo ha sido?

—Si se refiere a su muerte, la encontramos tirada en el suelo junto a una botella de alcohol. —Schuester se sentó junto al ordenador y después de teclear en él volvió a hablar. —He estado investigando, después de hacerle la autopsia...

—¿Qué autopsia? —Pregunté achinando los ojos.

—Déjeme acabar por favor Hudson —Siguió. —No hay indicios de violencia por lo que nos lleva a algo completamente curioso, la víctima ha muerto por una sobredosis.

—¿El asesino la drogó?

—El asesino —Repitió algo enfadado, odiaba que lo cortaran mientras hablaba y yo ya lo había hecho un par de veces. —como ya vimos en los anteriores casos, si ha drogado a sus víctimas, pero no hasta tal punto de la sobredosis

—Usted quiere decir que... ¿no ha sido un asesinato sino ella la que lo ha hecho?

—Sólo digo que no descartamos la opción hasta tener los resultados.

—¡Eso es una estupidez! —Saltó Sam dando un golpe en la mesa. —¡Ella jamás se drogaría! ¡Obviamente fue el asesino el que lo hizo!

Y con eso, Sam abandonó la sala.

—¿Qué le sucede? —Preguntó Schuester.

—Está afectado por ella, eso es todo. Recobrara conciencia más tarde.

O al menos eso yo esperaba, no quería que este asunto se convirtiera en algo de lo que nos podríamos arrepentir luego.

—Me encargaré de esto desde aquí, tú ve y habla con él.

Asentí y salí en busca de Sam. Caso perdido, pues había preguntado por él con algunos compañeros y todos habían dicho lo mismo: se había ido.

—¿A quién estás buscando con tanto enojo? —Me preguntó una voz a mi espalda, supe al instante de quien se trataba y una gran sonrisa apareció en mi rostro. Rachel estaba ahí, luciendo tan bonita con su ropa de entrada, al parecer acababa de llegar de su casa. —Espera, ¿es a Sam? Lo vi en la entrada, iba a arrancar su coche pero se detuvo. He oído lo de Quinn, así que... Lo entiendo.

—¿Entonces acabas de llegar? —Asintió un poco apenada. —Siempre tarde señorita Berry, si yo fuera su jefe ya la hubiera corrido.

—Esta vez no ha sido mi culpa, Marley estaba toda entusiasmada por su primera cita oficial con su novio que he perdido la noción del tiempo. —Sonrió orgullosamente. —Estoy feliz por ella, a lo que me ha contado es buen chico.

—Tendrás que conocerlo en algún momento.

—No me lo presentará hasta que te invite un día a ti a casa. —Reí esperando a que fuera broma, pero ella no rio... Lo que significaba que no lo era. —Es en serio, ella me dijo que si no habla contigo no me presentará a su novio.

—No debemos de escondernos de tu hermana, podemos salir un fin de semana por la tarde.

—¡Hudson! —Una voz grave me llamó, se trataba de Schuester quien venía con un trozo de papel entre sus dedos.

—Ya voy. —Le dije y voltee a ver de nuevo a Rachel. —Necesito tiempo contigo... Mucho, mucho tiempo.

—Mañana después de la escuela Marley tiene la cita con su novio, así que tendré la casa para mí... —Un leve sonrojo apareció en sus mejillas y no pude hacer más que tragarme una pequeña risa. —¿quieres pasar por ahí un rato? Podría hacerte algo de comer que no sea chatarra, sé que es lo único que comes.

—No me lo perdería por nada. —Voltee a mi alrededor para ver su había alguien cerca. No lo había, así que tome sus mejillas entre mis manos y la besé lentamente, saboreando su sabor que tanto me hacía falta en esos momentos. —te quiero, Rachel.

Me devolvió el beso, pero está vez solo hubo conexión en nuestros labios ya que los pasos de alguien nos hicieron recobrar un poco el sentido. Me guiñó el ojo y se alejó rápidamente para dejarme ir a donde hace segundo me había llamado Schuester.

POV RACHEL

Mientras me alejaba de Finn pude soltar la sonrisa boba que estaba conteniendo, el sabor de sus labios quedaba marcado en mi cómo una quemadura y así me sentía cada vez que nuestros labios se unían o con cada caricia que habíamos compartido, con cada roce de su piel sentía un calor que nunca había experimentado con nadie. No sabia que había en él que lo hiciera tan especial, de hecho si pero no podía definirlo. No podía definir si era su impecable cabello, el brillo en sus ojos o su radiante sonrisa aunque pensándolo bien era su todo: más que belleza externa era la belleza y pureza de su corazón.

Mientras iba pérdida en mis cursilerías y toda cosa relacionada con Finn Hudson caí al suelo junto al infortunada persona que sucumbió por culpa de mi torpeza.

—L-Lo siento mucho. —Empecé a disculparme rápidamente mientras me incorporaba. —Déjame ayudarte.

—Creo que tu obeso trasero hizo suficiente, aunque no puedo culparte. Esa cara de tonta acompañada de una enorme nariz y el bigote que reside bajo ella ha de ser suficiente castigo junto al retardo que obstruye tu campo visual. —Era una cara nueva la que me hablaba, estatura baja, melena rubia y ojos verdes acompañados de una cara juvenil, otro caso como el mío. La amenazante rubia sacudió el polvo de sus ropas y se alejó. —Cuida tus pasos. —Gritó mientras cada vez se encontraba más lejos.

—Cómo si no tuviera suficiente con Satán. —Suspiré para mí misma.

—Hasta los nuevos te pasan por encima hobbit. —Dijo Yusia llegando a mi lado–Y eso que tienen más o menos la misma estatura.

—Silencio y avanza Márquez.

—Lo hago y lo harás tú, el jefe dará unos anuncios.

¿Anuncios? Era algo extraño, no habían pasado más de unos pocos días para decirnos que el bar continuaría funcionando. Cualquier cosa que desee ahora al parecer será sorpresa. Llegamos a al salón central y nos hicimos a un lado de Kurt y Blaine.

—Un gusto verlos Klaine. —Saludó Yusia interponiéndose entre la pareja. —Kurt no nos ha dado la oportunidad de evaluarte.

—¿Klaine? —Preguntó Blaine confundido.

—Precisamente por eso no te dejo. —Respondió Kurt decepcionado. —Y Blaine, se refiere a la unión de nuestros nombres.

—Se vería bien en una camiseta. —Comentó Blaine sonriendo ampliamente, era algo nuevo de ver. Me alegra que Kurt este logrando avances rápidamente.

—Así me gusta, ¡dame cinco! —Yusia levanto la mano y Blaine no tardó en responder el gesto.

—Creo que esos dos se llevarán bien. —Susurré a Kurt a quien al parecer la idea no le era de mucha comodidad pero igual sonreía un poco.

—Me acostumbraré. —Respondió bajando la cabeza en medio sonrojo.

Finalmente Artie se posicionó al frente de la multitud, cosa de extrañarse porque por lo general siempre mandaba a un intermediario que hablara por el. Miraba fríamente al rededor con un aura de superioridad que aunque irritante ocultaba en verdad su generosidad, gracias a el fue que se me permitió laborar aquí, el era quien corría el riesgo por menores desamparados por empleo.

—Apreciados empleados, se que muchos se preguntarán cual es el motivo por el que he decidido reunirlos hoy. Como todos sabemos hemos sufrido pérdidas, no sólo compañeros de trabajo sino amigos y seres queridos. Pero el bar no acaba aquí, hemos de continuar sin su presencia aunque sea necesaria. A medida de pérdidas deberé hacer adición a nuevos miembros que sustituirán las funciones faltantes. —Hizo una pausa para que dos personas se ubicarán a su lado. —Den la bienvenida a Kitty Wilde, nuestra nueva bailarina y el ya conocido Noah Puckerman, nuestro nuevo asistente en el bar.

Miré a Kurt confundida mientras que el miraba a Blaine. Esto no podía ser en serio, yo no creía la necesidad de contratar más personal, mucho menos cuando no se sabía quién sería el siguiente en ser atacado.

—Pueden seguir con sus labores. —Dijo Artie para después salir de la sala con los chicos nuevos detrás de él.

—¿Chicos nuevos? ¿En serio? —Dijo Kurt un poco irritado.

—Al menos tu no has chocado con la doble Satán. —Dije enojada.

—La culpable has sido tu, hobbit. —Comenzó a decir Yusia, pero ya sabía a donde iba con esto. —a distancia se te notaba la saliva de Hudson que dejabas caer de tu boca. Te diré algo, puede que ahora esté muy molesta con él pero se ven geniales juntos.

—Espera, ¿qué? ¿Están juntos? —Preguntó Blaine un poco confundido, me di un tope en la frente con mi mano y cuando iba contestar, Yusia interrumpió:

—¿No es obvio? Rachel se ha estado revelando respecto a los horarios de trabajo porque tiene quien la pueda defender. Y me imagino que el pago que le da Rachel... es mejor.

—¡Yusia! —Dije apenada por los chicos que estaban escuchando las barbaridades que decía, sabía que tal vez no les era incómodo pero a mi sí.

—Ok, ok. Salgamos de aquí antes que la pequeña Berry se ponga como un tomate. —Blaine rió y cuando pasó a mi lado tocó mi hombro.—También creo que hacen bonita pareja.

Y después se fue.

No sabía que le estaba haciendo Kurt a Anderson, pero me agradaba. Un cretino menos que soportar en el trabajo.

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