Capítulo 20



POV RACHEL 

La noche anterior no había visto a Finn cerca del bar y no sabía si eso era bueno o era malo.
Comenzaba a preocuparse que tal vez no estaban siendo lo más cuidadosos posibles y que todo nuestro plan se estuviera yendo a la basura.
Me encontraba hablando con Kurt, quien aseguraba que si esto seguía en cualquier momento llegarían más problemas como la orden que cerrara este bar para siempre. No quería pensar en ello, pues no encontraría una forma posible de explicarle a Marley y mucho menos sabría qué hacer para encontrar un nuevo empleo y todos los sacrificios que he pasado tras los años que llevo de trabajo aquí habrán sido en vano. En medio de nuestra conversación una silueta atravesó la puerta y abrió su boca haciéndonos reconocer exactamente de quien se trataba. 

—Llegó por quien suspiraban perras —Caminó con pose dominante mientras sus caderas iban de lado a lado hasta llegar frente a nosotros —¿Exageré mucho? 

—No, pero probablemente has suplantado a todas las actrices melodramáticas de los 90's. —Se burló Kurt con suspicacia. —Ven acá peliteñida.

—Abrazo grupal. —Animé mientras atrapábamos a Yusia en nuestros brazos. 

—Hey, no he sobrevivido una noche en la comisaría para sucumbir ante sus asfixiantes muestras de amor. —Bramó Yusia mientras se deshacía del abrazo. —Señorita, hombre y medio, ¿novedades?

—No creo que haya mucho por comunicar. —Se adelantó Kurt. 

—¿Quieres decir que el beso con Anderson el día del karaoke no fue nada? —Comenté pícara, obviamente Kurt ya sabía a donde me dirigía. —Oh claro, tampoco el hecho de haberlos encontrado a solas saliendo del bar.

La blanquecina piel del chico se tornó rojiza de la vergüenza mientras mantenía su intento de fulminarme con la mirada. Claro él sabía que lo peor no era que yo lo hubiera delatado, lo que él temía era la retorcida insistencia de Yusia en conseguir cada mínimo detalle.

—Kurt Elizabeth Hummel más vale que empieces a soltar toda la historia y tal vez considere el no golpearte por mentirme. —Yusia pronunciaba lentamente cada palabra mientras se posicionaba cara a cara con Kurt. —Y las ganas de golpearte ahora son tan reales como ahora lo es Klaine.  

—¿K-klaine? —Preguntó Kurt con nerviosismo.

—Ugh —Yusia se alejó violentamente de Kurt poniendo cara de frustración. —Ya sabes, Blaine y Kurt igual a Klaine. Esto de shippear parejas gay se me da bien. 

—Loca. —Empecé a reírme descontroladamente por las ocurrencias de Yusia pero me incorporé al momento. —Pero en serio, empieza a hablar Hummel.

Kurt aún con un gran sonrojo relató desde su sesión de belleza antes de su cita hasta el momento que Anderson lo dejo en su casa entre besos y caricias. 

—¿Besos en la primera cita? Kurt... —Hice una pequeña pausa para contemplar el suspenso del ambiente. —eres una fácil

—Solo hay una cosa clara en este momento... ¡KURT BOTTOM! —Yusia empezó a correr por el lugar repitiéndolo mientras Kurt iba tras ella. A la distancia pude encontrarme con la mirada de Blaine, quien contemplaba la escena entre risas hasta que se encontró con mi mirada a lo que sólo le respondí con un guiño.

¤¤¤ 

El bar se encontraba lleno, lo que nos hacía ir y venir de la barra para conseguir las bebidas que la gente alcohólica quería. Estaba agotada, sin embargo el saber que Finn si estaba ahí esa noche me animaba un poco ya que significaba que al salir el estaría dispuesto a llevarme a casa.
Él se encontraba charlando con dos hombres: uno de ellos sabía perfectamente quien era, pues su rubia cabellera y su grande boca lo hacían inconfundible, pero el otro hombre era el que hacía que mi cabeza se llenara de pensamientos, aquel hombre era de aspecto mayor por la calva que tenía en su cabella, su piel era morena y sus rasgos me hacían creer que no era de aquí; llevaba Uniforme policiaco, parecía que era un cargo más alto que los dos ya que su análisis al bar era todavía más serio. 

—¿Qué tanto observas, hobbit? ¡Regresa a tu trabajo! —Me gritó Santana en frente de todos los que habitaban en la barra, le dedique una mirada de muerte y seguí repartiendo las bebidas.
En un momento dado me encontré con la mirada de Finn, aunque sabía que por obvias razones no podía dedicarme una sonrisa no pasaba nada si yo le daba una mía; así que le sonreí. Él desvió la mirada y tocó el hombre de Sam, quien segundos después se alejó con el otro hombre hacía la oficina de Artie: mi jefe. 

Me animé a acercarme a Finn, cuando se percató de mi cercanía miró alrededor y después asintió. Antes de que pudiera decirle algo él dijo:

—Esto es malo, Rachel. —No pregunté por qué, pues mi cara de total confusión hizo que Finn continuara diciendo. —: aquel hombre con el que estuve hace un momento es el Jefe de Schuester, lo que significa que tiene más poder que cualquiera de nosotros y ha venido a cerrar el bar. 

POV FINN

Rachel permaneció callada, su respiración estaba agitada y sus ojos llorosos. Quería abrazarla, pero no podía; eso sería arriesgarse demasiado. 

—N-o puedo creerlo —Dijo después de unos segundos, yo permanecí en mi pose de oficial de policía pero mi mirada era más relajada. —no puedo creer que realmente vaya a pasar, ¡ahora que haré! 

—No sé cómo es que Figgins se ha enterado, nadie nunca le avisa nada y ahora decide aparecer.  —Me toqué el cabello con poca desesperación, Rachel ya no tenía rastro alguno de lágrimas y había comenzado a voltear a todos lados. —él está arruinando todo para ti, te prometo que si algo malo pasa te apoyaré en todo. 

—Gracias —Me dijo con una pequeña sonrisa. Oí que gritaron su nombre se trataba de la latina seductora que entrevisté en una ocasión: Santana. Rachel rodó los ojos y tomó su charola para después mirarme de nuevo. —te quiero, Finn.

Se alejó antes de que yo pudiera contestarle algo. Sus palabras me sacaron una pequeña risa que hizo que varios me miraban confundido. Me aclaré la garganta y camine hacía el chico que estaba al otro lado de la barra: era de tez blanca (no tanto como la de Kurt) y parecía todavía más chico que cualquiera de aquí aunque no tenía la cara de niño bueno el ojiazul. 

—¿Rafael? —Asintió y saque mi placa para no tener que darle mas explicaciones. —Finn Hudson, necesito hacerte unas preguntas. 

—Claro. —Su voz era firme, en ella no mostrara nerviosismo alguno. 

—Yusia es tu compañera, ¿verdad? —Asintió confundido, sinceramente ni yo tenía clara esa pregunta. —la noche en que le serviste un trago, ¿ha sido hecho por ti o alguien te lo ha dado? 

Se tomó un tiempo para pensarlo y miró alrededor para ver si alguien nos observaba. 

—Responde, agradece que ha sido aquí y no en la estación.  

—No he sido yo él que preparó ese trago, y si soy honesto tampoco tengo idea de quién se lo pudo haber mandado. 

—Entonces, ¿cómo saber que era para ella? —Esté chico comenzaba a enfadarme. 

—Solo se lo entregué, ¿tiene importancia alguna? 

—Te lo explicaré de una manera que puedas entender, esa bebida tenía droga, lo que hizo que Yusia perdiera el control. 

—E-Entiendo la gravedad del asunto, pero no he tenido nada que ver. Simplemente he entregado el trago porque traía su nombre. —Había algo en el chico que no me convencía, estaba ocultando algo. 

—¿Su nombre? 

—Si, había una nota junto a la bebida

—¿Podrías mostrarme la nota? —El chico empezó a rebuscar sus bolsillos, era extraño que aún la guardara.

—Lo bueno de tener pocos pantalones, ¿no? —Rió nervioso al entregarme la nota donde ponía "Yusia", no había sido hecha a mano sino impresa. Por mucho que se buscara no podría hallarse el dueño de esta. 

—Bien, creo que nos mantendremos en contacto. —Sin duda el chico sabe algo y por mucho que me cueste voy a averiguar que. —gracias.  

El chico asintió sonriente y siguió con su trabajo. Bufe enfadado y me quedé a la espera de Figgins y Sam, me encontré con la mirada de Quinn en el momento y me sonrió cortésmente  (cosa que fue extraña) y después se alejó hacia lo más profundo del bar.
Fuera lo que estuviera pasando, esperaba que no trajera problemas. 

POV SAM 

«Ve con Figgins»
Me había dicho Finn después de la corta conversación que habíamos mantenido acerca de lo que quería hacer con el bar, pero Figgins había tomado su camino desde el momento en que estuvimos frente a la puerta de Artie. 

Estaba aburrido, llevaba más de 10 minutos esperando a que alguno de los dos saliera para ver que paso procedía, pero nada. Decidí que lo mejor sería irme de ahí, no quería que cuando el jefe saliera pensara que estuve espiando todo el tiempo.
Tenía la esperanza de encontrarme con Quinn, aunque parezca tonto la extraño y quisiera hablar con ella. Y parece ser que Dios me ha escuchado, pues al otro lado de la puerta de la habitación que conocía a la perfección estaba ella: vestida con un bonito traje de seda que mostraba sus largas piernas y su perfectos ojos mirándome con timidez. 

—Hola. —Me saludó.  

—Hola, ¿ha terminado tu turno? 

—No. —Se acercó a mí de manera lenta y no pidió autorización alguna pero me dio un abrazo; un abrazo el cual correspondí con gusto y anhelo. —te extraño. 

—Yo a ti, Quinn. 

No quería parecer vulnerable, pero en estos momentos lo era. Tener a la rubia que tanto quería en estos momentos diciéndome que me había extrañado me parecía un sueño,  pero sabía que no mentía. Lo podía notar en sus ojos. 

—¿Salimos de aquí? —Le pregunté acariciando su espalda. 

—No puedo irme. 

—Entonces ¿qué quieres hacer?

—No lo sé... —No nos separamos del abrazo hasta el momento que escuchamos como una puerta se cerraba. Ambos miramos hacia todos lados pero fue imposible ver a alguien. Quinn se puso nerviosa, lo pude notar por el movimiento de sus manos. —te veo mañana, ¿ok? 

Asentí, si iba a destrozarme la vida mañana al menos tendría que besarla por última vez. Así que lo hice y por suerte ella lo correspondió. 

—Adiós, Sam.



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