Capítulo 18
POV BLAINE
Ya había pasado un tiempo desde que le había propuesto a Kurt una primera cita, supongo que en medio de todo lo que ha estado sucediendo necesitamos un respiro -el mucho más que yo-
–Flashback–
Aunque hubiera aceptado previamente que saldríamos aún estaba nervioso por establecer que íbamos a hacer, parecía una quinceañera llena de hormonas por su primera cita aunque en efecto lo era, nunca había salido con nadie. Había estado con innumerables mujeres pero nunca había sido más que un acostón o una plática superficial.
Sin poner más dudas y objeciones a mí mismo fui en su busca, no estaba en su sitio de trabajo así que recorrí cada rincón del lugar hasta que di a parar en la terraza. Ahí estaba él, sentado en el borde con cabello a merced del viento. Se veía aturdido y era de esperarse, sabía el porqué.
—Te he estado buscando.—Llamé su atención, se giró hacia mí y pude ver en sus ojos celestes tristeza.
Indeciso de si era lo correcto o no, me acerque a él y me senté a su lado sin decir palabra alguna. No lo forzaría a hablar, solo sentí que debía brindarle mi compañía a su lado y si eso tenía que ser en este momento mientras admirábamos el panorama nocturno de la ciudad así sería.
—Estoy harto de todo esto.—Suspiró para retomar su habla.—Las muertes, policías aquí y allá, este bar...
—Eso es un sentimiento que todos comparten, es lo normal.—En duda acerqué mi mano a la suya, al percatarse él se adelantó a tomarla y entrelazar nuestros dedos haciendo recorrer en mí una pequeña descarga eléctrica.—Las tragedias pasan, una tras otra. Aunque mirándolo desde esta perspectiva, es falso eso que dicen, un rayo puede caer infinitamente en el mismo lugar.
—Este lugar se va destrozando desde dentro.—Susurró triste.
—No tenemos que pensar en esto ahora—Apreté su mano con la fuerza suficiente para no lastimarlo.—he estado pensando en nuestra salida...
—Cita.—Corrigió el a lo que respondí con una leve sonrisa.
—Bien, he estado pensando en nuestra cita...— Volví a crear una pequeña pausa para tomar esta vez ambas manos.—Kurt Hummel, ¿te gustaría ir a la feria conmigo?
—Blaine Anderson, acepto.—Soltó mis manos para luego recostarse en mi hombro y admirar el firmamento una vez más antes de irnos.
—Fin del Flashback—
Ahora me encontraba en un gran dilema mientras trataba de escoger el vestuario adecuado para una primera cita. Miraba con detenimiento cada prenda en mi armario—muy simple, muy llamativa, muy...verde, bingo—Y ahí estaba un Blaine Anderson con una camiseta negra y un pantalón vino tinto haciendo juego con unos convers negros.
Había quedado con Kurt de encontrarnos en la feria, por ello me había ubicado junto a la Taquilla*, donde había comprado los boletos. Tan solo 5 minutos de mover mis piernas con nerviosismo y jugar con mis manos alguien se puso tras de mí y bloqueo mi vista.
—¿Quién soy?—Una distorsionada voz de Kurt Hummel cuestionaba en mi oído.
—¿Una princesa Disney?—Bromee a lo que respondió con un leve empujón.
—Gracioso.—Una vez me giré hacia él pude apreciar sus prendas, bastante informal pero lo suficientemente arreglado para dar un toque atrevido: un saco sin mangas gris cubriendo una camiseta negra junto a unos jeans oscuros bastante ajustados. —Te ves bien.
—Tu luces bastante bien... Claro, para ser tú.—Respondí algo embobado.
—¿Eso de tus bromas van a seguir toda la noche o son temporales? Al igual de ese hilo de baba que traes.—Llevé rápidamente mi mano a mis labios para remover la saliva apartando la mirada avergonzado.
—Disculpa.—Puse mi mejor cara de persona amigable.—¿vamos?
Juntos compramos boletos suficientes como para pasar el resto de la noche, (entre risas, juegos y coqueteos) fuimos olvidando completamente nuestro alrededor junto a nuestras vidas —pasado, presente y futuro—. En ese momento tampoco existía el bar, la vergüenza o cualquier sentimiento que opacara nuestra sonrisa.
Pero toda nuestra diversión se vio interrumpida por un único sentimiento que valía la pena saciar, el hambre. Había una pequeña cafetería cerca de allí en la que decidimos era adecuada para continuar con nuestra velada. Luego de ordenar Kurt poso su azul mirada sobre mi rostro con una enorme sonrisa.
—Y bien...—empezó a decir esperando que de algún modo fuera yo quien tomara la iniciativa de empezar una conversación, pero por más que quisiera nada salia de mis labios a lo que el se rindió y decidió proseguir pero fue interrumpido por la mesera que traía nuestras ordenes, una joven bastante provocativa con su cuerpo hecho a la medida pero con Kurt a mi lado la chica pasaba por una cualquiera.
—Aquí tienen su pedido—Se dirigió hacia mí con una sonrisa coqueta y me entrego mi orden.—Y esto ha de ser para tu...
—Cita, soy su cita.—Abrí los ojos como platos un tanto avergonzado por la naturalidad en sus palabras.
La mesera puso cara de asco para luego alejarse de la mesa exageradamente para luego decir:
—Es un desperdicio de hombre, me dan asco. —Posó una mano sobre su cintura de manera imponente, yo no sabía que decir o cómo actuar, simplemente mantenía la mirada baja sintiéndome rechazado; una abominación. Quería esconderme.
—Asco es lo que me da tu escote e ignorancia.—Respondió Kurt, su tono fue lo que me forzó a verlo a la cara que ahora había borrado todo rastro angelical para demostrar su ira.—Vives en un mundo donde el amor es un simple adorno estructurado. El amor no es algo definido, el amor va y viene en todas formas, tamaños y expresiones. Dos hombres pueden amarse tal cual lo harían un hombre y una mujer. Antes de opinar sobre eso aprende a amarte a ti misma y no andar vestida de zorra.
Las palabras de Kurt y su determinación al decir todas y cada una de ellas me dieron coraje, lo admiraba por la forma en que defendía lo que era pero aun así un golpe de vergüenza volvió a mí, no por ser lo que soy sino por ser incapaz de haber dicho algo; por no haberlo apoyado. Tras ese discurso la mesera se marchó enojada mientras arrojaba su delantal al suelo y azotar la puerta tras de sí.
—Otra más —Suspiró Kurt por lo bajo en un leve murmullo—¿Estás bien? Olvida lo que ella dijo, solo ésta cegada por la ignorancia.
—Como yo lo estaba hace poco—Comenté avergonzado. —lo lamento, cada palabra que dije y todas las veces que actúe en tu contra... Lo siento mucho
—No tienes porque—Tomó mi mentón y me hizo mirarlo a los ojos.—ese ya no eres tu, eres un nuevo Blaine... Mi Blaine.
«Su Blaine» Me gustaba como sonaba, tener alguien siempre ahí para mí; que me haga sentir aceptado, que me haga sentir bien conmigo mismo.
—Esto de "salir del closet" es más difícil de lo que parece, ¿no crees?—Reí irónicamente.
—No lo es, siempre que te aceptes a ti mismo lo demás es secundario.—Tomó mi mano una vez más, ahora se sentía tan cálido y familiar que podría suponer que nuestras manos estaban hechas para encajar entre sí.—Sólo existe una persona que puede decirte quien eres y esa persona eres tú mismo.
—A todo esto ¿cómo fue para ti? ¿Cuál es tu historia?
—No es una historia, fue algo bastante simple.—Tomó aire y luego prosiguió.—Toda mi vida ha sido solamente mi padre y yo desde el momento en que mi madre murió. Él se hizo cargo de mí y me dio todo lo que un hijo podría necesitar, incluyendo su amor incondicional. Y así fue, el día en que decidí confesarle a mi padre que era diferente solo me hizo una pregunta: "¿Sigues siendo el mismo Kurt a quien crié? De ser así no me interesa lo que seas siempre y cuando sigas siendo tu." Él me ayudó en mis tiempos difíciles a pesar de quien era, supongo todo inicia desde ti mismo. Si no aceptas quien eres, sino te aferras a ello no esperes a que los demás lo hagan. Siempre creemos que tenemos una vida para hacerlo, pero no es así, es mejor vivir con ti mismo que morir junto a una mentira.
—Puede que no esté mi padre, pero estas tú y eso es todo lo que necesito.—Tome su mentón y pose mis labios sobre los suyos una vez más, esta vez no por impulso sino por amor. Él era la clase de persona que necesitaba en mi vida sin importar que el resto me abandone.... Él es mi persona.
—¿Beso en la primera cita?—Dijo sarcásticamente con una risa encantadora.
—No es el primero y no será el último.
Y así entre risas y besos término nuestra noche, pero su sonrisa se mantuvo en mi mente hasta caer dormido.
POV RYDER
Lo había logrado.
Había logrado que Marley saliera conmigo y si era sincero me sentía más feliz que nunca.
Cuando recibí un mensaje de su parte la noche pasada creí que se trataba de una broma que tuve que volverle a preguntar, entonces cuando recibí de nuevo un «sí» salté como loco que los empleados del bar creían que estaba loco.
La cafetería a donde ella había propuesto que fuéramos no era nada de lo que yo esperaba,—además de que quedaba completamente lejos de mi hogar—creía que Marley era de las chicas que iban a lugares completamente finos y de buena calidad. No es que me gustara juzgar a la gente por sus diferencias económicas o algo por el estilo, pero nunca me imaginé a Marley en un lugar así, ¿acaso no la conozco bien?
Ignoré mis pensamientos en el momento en que la vi cruzar la calle para dirigirse hacia mí, su vestimenta era completamente simple: unos jeans negros, blusa blanca, saco negro y zapatos a juego.
—Hola.—Me saludó con un gran abrazo y un beso en la mejilla, supongo que eso era lo que todos hacían.—¿te ha costado trabajo encontrar el café?
—Un poco, sí. Nunca había venido para estos rumbos de New York, ¿eso es raro?
—Yo pienso que sí, supongo que a nuestra edad no podemos afirmar que conocemos a la perfección donde vivimos.
—¿Vives por aquí?—Me atreví a preguntarle después de habernos ubicado en una mesa cerca de la ventana principal y que una mesera nos tomara nuestra orden. Marley había pedido algo completamente simple: café negro y un trozo de pastel de vainilla. Estaba sorprendido, creí que se tomaría el tiempo de leer el menú para al último decir "Me encantaría un café americano con 2 de azúcar y una de leche" pero no, fue más sencillo de lo que creí.
—Algo así, mi hermana y yo vivimos en un pequeño apartamento a unas cuantas cuadras de aquí. -Me miró sonriente.—¿tú por dónde vives?
No le contesté, estaba un poco sorprendido porque me dijera eso y realmente ya no sabía que decir.
—¿Puedo ser honesto contigo?—Ella asintió en el momento en que la misma mesera trajo nuestra orden y con las típicas palabras de provecho se alejó.—no sé cómo decir esto...
—Sólo tienes que soltarlo, Ryder.
—Bueno... Yo comencé a trabajar en un bar por una razón: quería invitarte a salir.—Marley me miró confundida, sabía que no entendía porque le estaba diciendo esto pero solo quería ser honesto en estos momentos.—creí que eras una persona que le encantaban los lujos y esas cosas, porque pues, toda esa ropa linda de marca y tu belleza dicen mucho.
Se quedó unos segundos en silencio y pensé que la había arruinado, pero entonces se rió de manera completamente inesperada que me hizo creer que pasaría lo típico de las películas y ella me arrogaría el café en la ropa.
—¿Puedo ser honesta contigo?—Asentí a la espera de su respuesta.—la ropa no es de marca, mi calzado no es muy bueno que digamos y no estoy fingiendo ser alguien que no soy... Bueno, quizá si por la ropa, pero mi hermana lo hace por mi reputación. Dice que no puede aceptar que yo sufra lo que ella en el colegio y por eso suele ponerle las etiquetas de ropa de marca.
Era algo que no me esperaba y mi cara de confusión parecía causar un poco de temor a Marley, pues rápidamente tomó mi mano y siguió diciendo:
—Por favor Ryder, créeme.
—Te creo Marley, es sólo que... Me di cuenta de la impresión tan errónea que tenía de ti.
—Me he dado cuenta de eso.—Rió y un brillo que no puedo describir apareció en sus ojos. —¿será nuestro secreto?—Volví a asentir, no podía pronunciar palabra alguna. Parecía un completo tonto.—Por cierto, ¿trabajas en un bar?
—También debe ser otro de nuestros secretos, ¿ok? Ni siquiera se lo he dicho a mi madre.—Reí—y era mentira acerca de que entre porque quería invitarte a salir, aparte de eso quería ayudar a mi madre un poco.
—Te entiendo, a mí también me gustaría ayudar a mi hermana un poco pero siempre que toco el tema ella lo evade diciendo que "no aceptarán a alguien de mi edad más que en trabajos que no valen la pena".
Pasamos la tarde conviviendo y conociéndonos mejor, hablamos desde tipo de comida hasta su peor sueño o pesadilla de pequeña, cosa que era completamente extraña. Nunca acostumbraba a tener ese tipo de temas con la gente y estaba feliz de que ella fuera la primera.
Cuando estuvo anocheciendo, me ofrecí a acompañarla hasta su casa; ella con un poco de pena terminó aceptando, pues se había dado cuenta que no aceptaría un no por respuesta. En el camino me contó que había perdido a su madre hace algunos años, yo lo supuse desde el momento en que dijo que sólo vivía con su hermana pero no quise preguntar nada del tema, me imaginaba que era algo difícil para toda persona al hablarlo.
—Te veo en la escuela.—Me sonrió al ponerse frente a mí en el momento en que llegamos a su edificio.—De nuevo gracias por la invitación.
—Espero que no sea la última.
Sonreí y ella me imitó, no sabía que iba a pasar ahora pero creí que lo correcto era tomar sus mejillas y besarla. Así que lo hice, al principio parecía que ella se negaba a aceptarlo pero a los pocos segundos continuó el beso de una manera lenta y dispuesta a que durara.
—No lo será.—Me dijo para después darle un beso a mi mejilla y entrar a su edificio directo a su departamento.
Miré a mi alrededor sin poder quitar la sonrisa de mi rostro y comencé a caminar en dirección al café, si tenía suerte sabría cómo regresar a casa perfectamente.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top