Capítulo 14


POV FINN

Ya habían pasado unas horas desde mi "cita" con Rachel, estaba completamente satisfecho al saber que estaba comenzando a confiar en mí, confiar en nosotros cómo una posibilidad. Esta noche podría haber transcurrido normal y tranquila pero los inconvenientes trabajan 24 horas al día.

—¡El gran Finn Hudson! —Chilló una voz que me sacaba de quicio con sólo escucharla. —espero me hayas extrañado.

—Weston, ¿qué haces aquí? —Pregunté cortante, no tenía intenciones de llevar las cosas por las buenas porque después de todo pensé que al fin me había librado de él.

—Wow que agresivo, así no se recibe a un compañero oficial —Comentó burlón. —Solo volvía por nuestro caso —Enfatizó la palabra "nuestro" cómo si el aun tuviera derecho a pertenecer a él. 

—Te fuiste sin dar explicación alguna, estás fuera del caso —Empecé a tomar mi camino lejos de él pero me retuvo del brazo.

—¿A orden de quién? —Me retó con su sonrisa de engreído y pude notar un pequeño rojo en el, al parecer todavía había marcas de mi puño.

—A orden mía como oficial a cargo.

—No creo que Schuester esté de acuerdo con el gran progreso que llevan, es obvio que me necesitan más a mí que yo a ustedes.

—No interfieras—Me aferré a su camisa acortando la distancia entre nosotros de forma amenazante—No olvides el golpe de la última vez.

Me alejé dejándolo con la palabra en la boca, necesitaba algo de beber.

—Hey Kurt —Saludé pesadamente, ya estaba cansado de Weston —Sírveme lo más fuerte que tengas.

—Sabes que aliviar el estrés con alcohol no es del todo sano, ¿verdad? —Arqueó una ceja como si quisiera darme una lección. —El alcohol es veneno y mira que lo dice un barman.

—Pero es mi veneno favorito, ahora dámelo. —Reí un poco para no demostrar lo irritado que estaba al no tener rápido lo que quería.

Dejó los ojos en blanco y me sirvió de mala gana, ahora que miraba detenidamente se veía cansado y muy distraído pero justo cuando llegó Anderson se tensó.

—Humm... K-kurt, el jefe ha dicho que puedes descansar hoy. —Titubeó el moreno un tanto nervioso. —Tiene preparada una sorpresa.

Kurt simplemente asintió y observó a detalle cada paso con que se alejaba el moreno.

—¿Qué fue eso? —Pregunté curioso

—¿El qué?

—Ya sabes, eso —Al ver lo idiota que estaba sonando decidí hacerme entender mejor. —Ese nerviosismo, esta vez entre ambos.

—N-nada, no es nada —Se apresuró a decir tartamudeando de los nervios. —Debo ir al baño.

Sin decir más se alejó a paso veloz y después de un desorden mental pude descifrar que ocurría entre esos dos... «Imposible» fue todo lo que pude articular en mi sorpresa.

—¡Finn! —Al fin una voz que deseaba escuchar con todo gusto. 

—Rachel, que gusto verte.

—Nos vimos hace unas horas Finn... —Rápido, piensa Finn interno, responde.

—Es que siempre es un gusto verte —Bien hecho Finn interno. Un leve sonrojo coloreaba su rostro. —Y bueno...

—Buenas noches damas y caballeros —Era la voz de Artie en el micrófono la que me interrumpió. —Debo informar que el bar cierra hoy a las 10:00 pm al público, el personal deberá quedarse, fin del comunicado.

—¿Sabes por qué cerrarán a esa hora? —Pregunté curioso, nunca había escuchado algún tipo de bar que cerrara a esas tempranas horas de la noche.

—Algo así como una pequeña fiesta para los trabajadores para animar un poco el ambiente —Me respondió rápidamente, mirando hacia su alrededor, al parecer su jefe podría estarla vigilando o escuchando de cerca su conversación. —puede que ustedes también sean bienvenidos.

—No me podría negar, solo si cantas conmigo.

—Por supuesto. —Sonrió y se alejó hacia las mesas que ahora se encontraban llenas.
No había visto a Sam en el resto de la noche y eso realmente me sacaba un poco de mis cabales, pues era mi co-capitán en este caso. Casi eran las 10 de la noche y me sorprendió ver que el bar estaba casi vacío, al parecer no era necesario que Artie volviera a usar ese micrófono para echarlos a todos.

—¡Sam! —Grité cuando por fin vi su cabellera rubia caminando cerca de la barra, él volteó hacía mí y me sonrió como tonto.

—¿Qué te pasa? —Preguntó.

—¿Qué me pasa a mí? ¡Tú has estado por algún lado de este bar y no has estado cumpliendo tu deber boca de trucha! —Me burlé usando el apodo que me había contado que la latina le había puesto. —no debes hacer eso, amigo.

—Perdón, prometo que no volverá a pasar.

—Sí el jefe...

Brody se acercó a nosotros y se sentó en la mesa con nosotros. No pude seguir hablando, lo miré de mala gana y él me siguió el juego.

—No se detengan, yo sólo estoy esperando que inicie el karaoke —Dijo con su voz engreída. —podría usar mis dotes de canto con alguna chica de este lugar.

—Ni lo sueñes, estamos aquí para vigilar. —Gruñí enojado. 

Sam bajó la mirada y supe desde luego que estaba pensando: él esperaba poder cantar con la rubia. Los miré a ambos pero ya no dije ni una palabra, Anderson se encontraba en el escenario e invitaba a todos a cantar, Sam buscaba con la mirada a Quinn, sin embargo no fue la primera en subir al escenario pues la tal Santana Lopez comenzó a cantar Cold Heart moviendo sus caderas provocativamente.

—Sam, puedes ser el siguiente. —Le susurré en el oído en el momento en que vi a Quinn sentada junto la barra animando a su amiga alegremente, él rubio no lo dudó ni un segundo y se acercó a charlar con ella.
Cuando la canción de aquella latina terminó, ambos chicos subieron al escenario y comenzaron a entornar Lucky de Jason Mraz y Colbie Caillat ambos parecían tener un poco de tiempo practicando a pesar de haberla decidido hace unos segundos.

Brody los miraba con enojo, de hecho parecía estar ideando algún truco en su cabeza pues mantenía su mirada fija en sus movimientos y entonada cada parte de la canción. Supe que algo tramaba, pero decidí no tomarle tanta importancia, aunque eso no evitaba el que yo comenzara a preguntarme si estaba haciendo lo correcto al querer cantar con Rachel.

POV SAM

Mi canción con Quinn fue increíble, pude sentir la excelente química que teníamos y todo lo que podríamos hacer por luchar por nuestro amor.
Bajé del escenario para ir por un trago y después regresar a donde Finn con la esperanza de encontrar un Brody vivo, aunque me adelanté con lo último pues el mencionado caminaba hacia mi con su sonrisa patética y aplaudiendo como una foca.

—Eres bueno allá arriba —Me dijo en tono bajo. —¿un sueño frustrado o la gran compañía que tenías?

—No entiendo tu punto.

—Desde lejos se te nota lo urgido que estás por esa rubia, sin embargo estás olvidando algo: eres un oficial y este es tu lugar de trabajo. El jefe estará tan enojado.

—No te atreverías. —Le dije enojado y tomándolo de la parte del cuello de su camisa.

—Ha dejado un mensaje —Sacó su teléfono y me mostró la pantalla donde el nombre del jefe resaltaba. —Mañana a su oficina, Evans.

Me daban ganas de darle un puñetazo en su perfecta nariz y hacerlo pagar por lo que había hecho, pero no podía tener otro problema. Lo solté.

—Eres un idiota. —Le dije cortantemente y me acerqué a Finn, quien al verme rápidamente me preguntó:

—¿Qué sucedió?

No sabía que decirle, creía que si le decía la verdad él dejaría de hablarle a Rachel para no tener problemas y no me gustaría arruinarle su momento. Menos cuando ella se acercaba a él con un trago en su mano.

—Hagas lo que hagas, no cantes con ella hoy. —Le advertí dejándolo confundido y me fui en busca de Quinn.

La encontré al otro lado de la barra y aproveché que no se encontraba nadie a su alrededor para hablar con ella. En el momento en que me vio, sonrió y dijo:

—¿Un trago, oficial?

—En realidad, quisiera hablar un segundo contigo–Asintió y salió de su puesto para indicarme el lugar que conocía a la perfección. Me senté en la silla y ella vino a ubicarse en mi regazo.

—¿Realmente sientes algo por mí? —Le pregunté sin más, necesitaba salir de mis dudas para saber si luchar por mi empleo o no.

—¿Lo dudas?

—En este momento, si —Me miró confundida y asentí tristemente para seguir hablando pero ella me interrumpió.

—Me gustas mucho, Sam Evans. Te lo he dicho anteriormente y no dejado de ser cierto.

—Mi trabajo puede peligrar pero no me importa —Masajee su pierna cariñosamente y sonreí. —quiero seguir luchando por ti.

—No te preocupes por eso —Subía lentamente su mano por mi pierna hasta llegar a donde debía. —Aprovechemos este momento para luchar en otros términos, arreglaré tus problemas. —Se acercó lentamente a mi oído sensualmente. —Empezando por aquí abajo.

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