•───────CAPÍTULO 8───────•

ADIÓS.

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Durante la noche, Bardock y Gine se escabulleron tratando de pasar desapercibidos para robar una nave y meter a Kakarotto adentro.

-¿Por qué no podemos huir juntos? - preguntó Gine mientras observaba cómo Bardock levantaba sin esfuerzo la enorme nave redonda sobre su hombro derecho.

-Sería inútil hacerlo -respondió mientras caminaba frente a ella en dirección a un campo-. Inmediatamente seríamos descubiertos por otros guerreros con sus rastreadores.

Gine asintió con tristeza y se adelantó para ir a la misma velocidad que Bardock. Cuando llegaron al campo, su esposo dejó la nave en tierra y miró allí a su pequeño Kakarotto, tan sereno y tranquilo, sería la última vez que vería ese rostro apacible e inocente.

Bardock programó la nave espacial para viajar a la tierra.

-¿A dónde lo enviarás? -preguntó Gine poniendo su mano sobre el hombro de Bardock, quien no dejaba de mirar a su hijo.

-A la Tierra, los seres de ese planeta lo cuidarán y la alimentarán bien. Podrá esquivar cualquier peligro ya que ese planeta no vale mucho para ser conquistado por los hombres de Freezer.

Gine sintió que sus labios comenzaban a temblar, se agachó a la altura de Bardock y él pasó su mano por la espalda de su mujer en forma de consuelo.

-Dudo que te equivoques con tus visiones ya que yo misma siempre tuve un mal presentimiento sobre Freezer - comenzó hablando Gine-. Pero si resulta que estás equivocado, iré tras Kakarotto de inmediato.

Bardock le dio una sonrisa y asintió.

-No mires demasiado a la luna, Kakarotto -le advirtió-, es absolutamente necesario para seguir con vida... Nos vemos luego.

El pequeño presionó su rostro contra el vidrio mientras Bardock le advertía que debía estar atento a la Patrulla Galáctica. Gine y Bardock luego retrocedieron y Bardock puso su brazo alrededor de Gine mientras la nave de Kakarotto despegaba y desaparecía en el cielo nocturno.

-Ahora debemos ocuparnos de luchar hasta el final -dijo Bardock-. Nuestros niños están a salvo.

Gine fue incapaz de contener las lágrimas y comenzó a llorar, Bardock le dio su consuelo abrazándola con fuerza.