—Bien, comienza ¡ahora! —su cara de emoción me descuadraba.

Nunca imaginé que ese chico rudo, fuera gay. Era tan varonil y además siempre me llamaba, despectivamente, maricón, que era casi imposible pensarlo, pero estaba equivocado.

Jungkook puso su mano sobre mi hombro y me invitó a hincarme a la altura de su polla. Yo lo hice sin chistar. Nunca había tocado una polla que no fuera la mía, pero al envolver mi mano contra la suya, sentía una descarga eléctrica recorrerme el cuerpo entero. Hice movimientos de arriba abajo, pasando mi pulgar sobre la punta, justo donde como una lágrima, el pre semen empezaba a brotar.

—Quiero tu boca —gimió él, y la verdad no pretendía hacerme de rogar.

Saqué mi lengua húmeda y la pasé sobre la corona de su polla. El sabor no me desagradó, lo hice dos veces y luego mi lengua recorrió el largo de su erección, primero lentamente, y poco a poco fui aumentando la velocidad.

Lamía y la sensación la sentía también en mi polla, unos segundos después me metí la cabeza entera a la boca. Jungkook soltó un jadeo y con su mano empujó mi cabeza desde la coronilla.

La mitad de su enorme cosa, llenó mi boca y sentí arcadas. Vaya que sí era enorme, aproximadamente veinte centímetros de pura carne, estaba metida en mi pequeña boca.

La saqué y la lamí desde la punta hasta la base, dejándola bien mojadita.

Cualquiera diría que tenía experiencia comiendo pollas, pero no era así, estaba aprendiendo con la maravillosa y enorme polla de Jungkook, y al parecer lo estaba haciendo bien porque Jungkook no dejaba de gemir, claro indicio de que lo estaba disfrutando.

Desde abajo, levanté la mirada un par de veces, mientras hacia mi tarea y pude observar su rostro lleno de lujuria, deseo e inmenso placer.

—Oh sí, que bueno eres. Me gusta. —Dijo y su voz rasposa hizo que quisiera continuar. No sé cómo, pero terminé metiéndome toda su polla en la boca, pude sentir que la punta tocaba la campanilla de mi garganta y fue extremadamente agradable. Mamé y chupé un par de veces más y con un fuerte jadeo, Jungkook me separó de su erección—. Es mi turno ahora. —me hizo saber y cuando me di cuenta, ya estaba sentado sobre el retrete y él arrodillado delante de mí, con mi polla en su boca.

Lamió y chupó cuanto quiso y al mismo tiempo se hacía una paja.

Terminé explotando dentro de su boca y él no dejó que una sola gota escapara, incluso las gotas que escurrían por las comisuras, las tomó con su pulgar y las llevó a su boca. Demostrando claramente que no era la primera polla que se comía.

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ