🎐*ೃ༄ Capítulo Especial

•°•°•° B Y :  VanTTGirl  & Bangxxch  ~°°°

Este one shot lo había escrito junto a Vane para el squad al que pertenecíamos, pero debido a ciertos motivos tuvo que cerrar.

Espero que les guste mucho, disfruten ✨

《 Contenido +18 leer bajo tu propia responsabilidad》

"Un dia esto comenzó como una aventura, Un día sin siquiera haberlo planeado caí entre sus brazos y le juré tanto a él como a mi misma, que solo sería una vez, solo cometeria ese grave error una única vez, una vez de la cual quería arrepentirme, de la cual intentaba con todas mis fuerzas sentirme asqueada de mi misma. Pero no podía mentirme, era imposible hacerlo porque tan solo bastaba estar una noche entre sus calidos brazos y mirar sus ojos azabaches, esos que se convirtieron en dos pozos oscuros sin salida, esos que a pesar de ser dos tinieblas se habían convertido en mi trampa de luz.

Todo comenzó Un día pero terminó convirtiendose en dos años. Dos años de pasión, de lujuria, de entrega sin compromiso, sin remordimientos ni sufrimientos absurdos, y dos años de amor... mucho amor, o al menos por mi parte así había sido.

¿Por su parte?... No lo creo, él no conocía el significado de la palabra "Amar" o al menos no lo hacía cuando no se trataba de si mismo..."

Suspiré de manera cansada por tercera vez mientras admiraba el anillo de compromiso que yacía en el dedo anular de mi mano izquierda. ¿Por qué me sentía tan arrepentida de haber aceptado?

— ¿Amor? —preguntó Taeyong mientras se sentaba a la orilla de la cama—. ¿Segura que estarás bien?

— Claro que si cariño —asentí intentando sonar segura—. Solo serán un par de días los que te irás.

— Cuando regrese comenzaremos a organizar la boda —sonrió—. ¿Te parece?

— Me parece una genial idea —me lancé a sus brazos y lo besé—.

Cuando el mordió mi labio inferior supe que tenía segundas intenciones, así que me alejé y junté nuestras frentes.

— Ya es hora de que te vayas cariño, sino perderás el vuelo —besé su coronilla—.

— Amo que me cuides tan bien —sonrió y yo me hice a un lado—.

Él se acomodó su traje y tomó su maleta, yo le entregué su pasaporte. Lo acompañe hasta la sala, me dió un último beso y salió de nuestro apartamento.

Suspiré y caminé de regreso a la habitación y justo cuando me iba a acostar nuevamente, mi celular comenzó a sonar. Lo tomé de inmediato y sentí como mi corazón se detenía, ¿cómo se atrevía a llamarme luego de un año sin haber dado señales de vida?.

Deslicé mi dedo por la pantalla contestando.

— Más vale que digas algo bueno —demandé—.

— ¿Es cierto que te casaras? —contestó—.

— ¿Quién te lo dijo? —pregunté—.

— ¡Joder! ¡Tu foto y la de él aparecen en todos los periódicos de Corea del Sur!

— ¿Y eso a ti qué? —respondí restándole importancia—. Te recuerdo que fuiste tú, quien me mando a la mierda hace un año. Así que no me vengas a reclamar algo que no debes.

— Por favor no te cases —susurró—. Yo se que fui muy idiota y todo lo que quieras pensar, pero finalmente me di cuenta que te amo y que mi lugar es contigo. Gracias a ti conocí el verdadero amor y... —suspiró frustradamente—. Necesito verte y decirte cara a cara lo que siento, pero si tú luego decides irte entenderé.

— Taehyung yo... no estoy segura —admití—. Finalmente todo marcha bien con Taeyong, y no quiero arruinar mi compromiso por un capricho tuyo.

— Es por eso que necesitamos vernos, déjame demostrarte que no es un capricho —suplicó—. Por favor...

Prefería ir para así aclarar mi duda. Así en un futuro no estaría arrepentida pensando en un ¿qué hubiera pasado si?

— Está bien acepto —contesté—. Nos vemos en el hotel de siempre.

No deje que terminara de hablar y colgué la llamada.

[...]

Me encontraba frente a las inmensas puertas giratorias de cristal de aquel hotel que llevaba poco más de un año sin visitar.

Todo mi cuerpo temblaba y los tantos recuerdos que tenía en ese lugar regresaron a mi mente, pero había algo más fuerte que todos esos recuerdos, dos preguntas que no paraban de repetirse en mi cabeza una y otra vez, ¿había hecho bien en aceptar volver a verlo? ¿estaba preparada para tenerlo frente a mí después de tanto tiempo?

En el fondo no lo tenía del todo claro, pero ya no habia vuelta atrás.

Respire profundo y le eché un vistazo a aquél anillo de compromiso en mi dedo anular, ese que me hacía sentir la peor de las mujeres, ese que me llenaba el pecho de culpa y remordimiento. Me mordí el labio inferior nerviosa mientras llevaba mi otra mano hacia el, dispuesta a alejar aquella tortura mental de mí. Pero no lo hice, no lo hice porqué yo estaba allí para hablar con él , y ese anillo se convertiría en mi polo a tierra, el golpe de realidad que seguro necesitaría.

Suspiré fuertemente y sin darle más vueltas al asunto me arme de valor y crucé aquéllas puertas de cristal.

Una vez adentro del lugar, pase por recepción y allí e inmediatamente me entregaron las llaves de la habitación, debido a que ya sabían quien era yo.

— Habitación 1231 —leí en voz baja con cierta melancolía—.

Luego de firmar los papeles correspondientes me dirigí al elevador, oprimí el botón del piso correspondiente, y mientras subía cada piso sentía como mi corazón se aceleraba cada segundo.

[...]

Al estar frente a la puerta de madera sentí como los nervios me carcomían por todo el cuerpo, como si de una adolescente se tratase. Sacudí un poco la cabeza y acomodé el saco de mi traje antes de morderme el labio inferior y con menos valor del que quisiera, di tres toques en la puerta.

En el momento en que la puerta fue abierta y vi su silueta aparecer frente a mí, mi corazón se detuvo por un milisegundo.

Seguía igual a como hace un año, imponente, elegante, maduro, hermoso... y perfecto.

Al verme frente a él una sonrisa se asomó en su rostro.

— Adelanté —se hizo a un lado y me invito a pasar con un gesto de cabeza—.

Le agradecí con un leve asentimiento y de forma temerosa me adentré en la habitación, mientras apretaba entre mis manos mi bolsa, descargando en ella todo el nerviosismo y el cosquilleo que comenzaba a recorrer todo mi cuerpo.

Al estar dentro de la habitación miles de imágenes de nosotros hace un año en aquella cama con colchas color rojo atacaron mi mente, haciéndome tragar con fuerza y sacudir levemente mi cabeza tratando de borrarlas.

Nuestras miradas se conectaron durante unos pocos segundos que más bien parecieron minutos, y con un gesto silencioso me invito a sentarme en uno de los sillones de cuero blanco que se encontraban allí.

Tomé asiento y él imitó mi acto sentando frente a mí.

— ¿Quieres algo de beber? —preguntó con amabilidad y yo negué—.

— Taehyung, te agradeceria que fueras directo —aclaré mi garganta desviando mi mirada de sus hipnotizantes ojos—. ¿Para qué me citaste aquí despues de tanto tiempo? Creí que tu ya no querías verme, o al menos eso fue lo que me dijiste la ultima vez que nos vimos —levanté mi rostro y lo observé con una de mis cejas levantada—.

Él resoplo frustrado y asintió.

— Se que fui un total idiota y que no debí terminar con lo nuestro de esa forma —me miró con tristeza—. Tambien sé que debí hacerte caso cuando me pediste que me separará de Sun Hee —suspiró—. Y de hecho ya lo hice, nos divorciamos hace meses. Lo nuestro ya no tenía arreglo, sobre todo porque yo ya no la amaba a ella —comentó sin despegar sus ojos de los míos—.

Mi corazón latía desenfrenado en mi pecho gracias a sus palabras y a sus miradas que aceleraban todo en mí. Pero fingí que no me causaban nada, fingí no estar sintiendo miles de fuegos artificiales a punto de explotar en mi interior, fingí haberme vuelto inmune a sus miradas y gestos aunque no fuera cierto.

Disimule y traté de convencerme a mi misma que lo que sentía por aquél hombre frente a mí, no era amor.

— ¿No crees que ya es muy tarde para eso? —lo acusé con seriedad—. Tu sabías que yo te amaba, sabias que soporte dos años ser tu amante. Solo esperando que tú algún día te divorciaras y vinieras a mi lado —admití con dolor—. Te entregué todo de mí y tu me pagaste deshaciendote de mí como si de un pedazo de basura se tratase Taehyung —murmuré mientras soportaba las lágrimas que amenazaban con salir de mis ojos y también trababa que los recuerdos no me lastimaran de nuevo—.

— Entiendeme estaba confundido, y me sentía culpable —respondió molesto dando un suspiro cansado—. Aún así, se que eso no justifica lo que te hice, y por eso te cite aquí. Quiero pedirte perdón y también decirte que —se levanto del sillón en el que se encontraba para tomar asiento a mi lado—, estoy arrepentido por haberme alejado de ti, que en este tiempo que estuve lejos de ti no hubo un solo segundo en que no te pensará y que cuando me enteré que ibas a casarte —gruño—. Sentí mi mundo venirse abajo —tomó mi mano y la entrelazó con la suya, obligándome a mirarlo a los ojos—. Te amo Misuk, tal vez tardé en decírtelo, pero me di cuenta que te amo y que sin ti no soy nada.

El corazón se me iba a salir del pecho si no dejaba de latir tan fuerte y rapido, y todo era gracias a sus palabras. Pero ¿acaso eran ciertas? ¿En verdad me amaba?... y también,  ¿Por qué lo decía justo ahora?¿Por qué venía a poner mi mundo de cabeza cuando creía que todo estaba bien?.

—No, Taehyung —negué y aleje mi mano de la suya como si su tacto me quemase—. ¿Cómo se que esta no es otra más de tus mentiras? ¿Cómo se que no sera otra falsa promesa o simplemente una estrategia para que no me case y vuelva contigo? —respiré profundo y lo observé con mis ojos cristalizados—. Lo siento pero ya no estoy dispuesta a caer en tus redes, no ahora cuando estoy a punto de casarme con un hombre tan bueno y que me ama —me levanté para alejarme de su tacto, de su presencia y de su aroma que estaban haciendo estragos la poca cordura que tenía—.

— ¿Y tú lo amas a él? —preguntó de repente mientras se levantaba y paraba frente a mi, para que lo observará directamente a los ojos—. Respóndeme Misuk, ¿tu lo amas?—preguntó nuevamente con seriedad y frialdad—.

Me quedé callada y desvié mi mirada. ¿Realmente podría responderle esa pregunta?, la repuesta era obvia: no, no podía responder algo que ni yo misma tenía claro.

Por supuesto que Taeyong era un hombre bueno, cariñoso, atento y muy amoroso, en pocas palabras,  era el hombre perfecto. Era imposible no quererlo, y yo había aprendido a hacerlo durante el año que llevabamos juntos, el se había ganado mi corazón y por eso había aceptado casarme con él, pero... ¿realmente lo amaba?, eso no lo sabía.

— No tengo porqué responderte eso —dicté con molestia mientras fruncía mi ceño—. Y disculpa, pero creo que no fue buena idea venir; será mejor que me vaya —tomé mi bolso, y me moví dispuesta a huir de él. Para alejarme de nuevo de todo lo que causaba en mí y tratar de rehacer mi vida con alguien más, alguien que sí me amara—.

Pero antes de poder dar un paso, me detuvo tomandome del brazo con firmeza, pero sin llegar a lastimarme.

— Dejame demostrarte que esta vez es cierto... —suplicó en un susurro cerca de mi oído, provocando que su cálido aliento chocase contra mi cuello—. Solo una ultima vez, esta vez sera cierto. Te lo prometo —pidió nuevamente enterrando su nariz en mi cuello y dando leves rozes que hacían a mi piel erizarse—.

—¿Cómo?... ¿De nuevo con sexo?, no Taehyung, no quiero eso, ya no —negué repetidas veces, tratando de no temblar bajo su tacto y no caer de nuevo ante él—.

— No, esta vez sera diferente, ¿Sabes por qué? —inquirió tomando mi mentón y girando mi rostro para que lo mirará—. No será igual que las otras veces, porque esta vez no tendremos sexo. Esta vez te hare el amor —demandó cerca a mis labios, provocando que mi pulso se detuviera—.

Fijé mi vista en sus labios que me llamaban, mi corazón se aceleró y las ganas de besarlo comenzaron a crecer en mí. Recordé los suaves y dulces que eran sus besos y aquéllo me hizo temblar. Desvíe mi mirada y centré la vista en mi anillo de compromiso y un gran sentimiento de culpa me llegó como una fuerte y merecida cachetada.

¿Por qué me hacia esto? ¿Por qué ahora? ¿Por qué despues de tanto tiempo?...

— Taehyung yo... —susurré indecisa, sin despegar los ojos de aquél diamante en mi mano—.

— Dame una oportunidad, solo una más —dijo mientras llevaba su mano a la mía y comenzaba a deslizar el anillo fuera de mi dedo—. Si después de esto crees que lo mejor que puedes hacer es casarte —Me mostró el anillo antes de dejarlo sobre la mesa de cristal—. Entonces te dejaré ir y no te molestaré más, pero dame la oportunidad de hacerte cambiar de opinión, de mostrarte la sinceridad de mis palabras y mostrarte que podemos estar juntos, porque estoy seguro que es lo que ambos queremos —soltó convencido con una sonrisa ladeada en su rostro—.

— T-Tae... —tartamudeé intentando articular alguna palabra, pero me fue imposible porque me perdí en la oscuridad y profundidad de su mirada—.

— Shh, no digas nada —demandó poniendo su índice sobre mis labios, obligándome a hacer silencio—. Recuerda que está vez sera diferente —susurró mientras giraba mi cuerpo hacia él, y con su mano en mi cintura me apegaba más a su cuerpo—.

Se encargo de hipnotizarme con sus ojos durante unos largos y extensos segundos más y luego desvió su mirada hacia mis labios provocando que yo imitara su acto con mi respiracion acelerándose por segundo. Lamió sus labios haciendome jadear y sin más rodeos los posicionó sobre los míos, arrebatandome un gemido de sorpresa.

Este beso si era diferente a los demás, era lento y seductor y para nada apresurado y salvaje como solían ser siempre. Sus labios presionaban suavemente los míos marcando el ritmo y obligándome a seguir sus movimientos, su mano derecha descansaba en mi cintura encargandose de presionarme para estar lo más humanamente unidos posible, y su mano izquierda se encontraba fija en mi mejilla dando leves caricias al compás del beso.

Su lengua acaricio mi labio inferior, pidiendo permiso para entrar en mi boca y gracias a la presión de sus labios que había aumentado, no tuve mas remedio que cedérselo, con ella recorrio cada rincón de mi cavidad bucal de manera lenta antes de unirse con la mía en una pequeña guerra de caricias haciendome perder la cordura por completo.

Nos separamos por falta de aire y sonrió seductoramente.

— Te demostraré cuanto te he extrañado —susurró con voz grave en mi oído, antes de comenzar a dejar un camino de besos que descendía desde mi mentón hacia mi cuello, mientras con sus manos se encargaba de despojarme de mi saco—.

— T-Taehyung...—murmure en un quejido sintiendo una ola de calor recorriendo mi cuerpo—.

— Guardate esos gemidos porque los vas a necesitar —murmuró encima de mi cuello con una sonrisa burlona y seductora en sus labios—.

Por impulso y sin poder evitarlo, gemí inconscientemente mientras me aferraba a sus brazos. No podía negarlo, podría jurar que con aquélla simple frase ya habia conseguido que mi ropa interior se mojase.

Sin despegar sus labios de mi cuello comenzó a desabotonar de manera pausada cada botón de mi camiseta.

— ¿D-Desde cuándo hablas tanto y eres tan delicado? —me quejé con un poco de desespero—.

Solto una leve carcajada y levanto su rostro para observarme.

— Te dije que esta vez sería diferente asi que guarda silencio —ordenó nuevamente antes de volver a atacar mis labios esta vez de manera un poco más brusca, mientras mi camiseta se deslizaba por mis brazos antes de desfallecer en el suelo—.

En ése momento no pensé en nada y aunque quisiera hacerlo, no podía. En lo único que podía centrarme era en sus besos y en sus caricias que estaban nublando mi mente, y en el calor que comenzaba a emanar de nuestros cuerpos. Si, tal vez me estaba convirtiendo en la peor mujer del planeta, la mas vil, descarada y sin escrúpulos, pero no lo podia evitar, no cuando se trataba de él.

¿Me iba a arrepentir? No lo sé, pero tampoco quería darme el tiempo para hacerlo. Mi cuerpo lo anhelaba y el suyo me anhelaba a mí. ¿Qué importaba hacerlo una vez más? Si estuvimos haciendolo durante Dos años, ambos eramos conscientes de lo mal que estaba esto desde un principio, y ambos habíamos aceptado hacerlo, yo había aceptado... y no me importaba hacerlo de nuevo, iba a aceptar rogando en mis adentros que esta vez todo fuese real y que la decisión que estaba tomando era la correcta.

Cuándo sus labios se cansaron de recorrer mi cuello y mi clavícula, sus manos descendieron por mis caderas para atrapar mis muslos y tomarme en brazos obligándome a rodear su cadera con mis piernas. Caminó hasta la cama y dejo caer nuestros cuerpos en el colchón con suavidad.

Lo observé a los ojos con duda y miedo, en una suplica muda para que no me defraudará esta vez. Su respuesta fue una sonrisa ladeada y una caricia en él rostro antes de unir de nuevo nuestros labios en un lento y tortuoso beso, mientras una de sus manos viajaba lentamente por mi abdomen.

Decidí no quedarme atrás y comencé a deshacerme de su saco y a desabotonar su camisa con un poco de ansiedad, mientras él por su parte hacia un recorrido de besos desde mi cuello hasta el monte de mis pechos.

Acaricié su torso delgado pero fuerte, adornado por su hermosa piel canela y besé su cuello mientras él jugueteaba con el broche de mi sujetador poniendome ansiosa. Tenía razón al decir que esta vez sería diferente, era completamente diferente a todos nuestros viejos encuentros, estaba siendo lento, cariñoso y delicado permitiendonos difrutar de cada momento. Por primera vez sentí que verdaderamente haciamos el amor y no teníamos sexo, y aquéllo hizo que mi corazón saltará de emoción en mi pecho.

Pocos segundos después me despojó por completo de mi sujetador lanzándolo a alguna parte de la habitación. Acarició con la yema de sus dedos mis pechos de manera pausada provocandome leves jadeos, antes de introducirse uno de mis pezones a su boca y comenzar a besar y succionar repetidas veces, mientras con su otra mano se encargaba de darle atención al otro, pellizcandolo con dos de sus dedos.

Mis gemidos comenzaron a hacerse presentes en la habitación mientras arqueaba mi cuerpo para él y enredaba una de mis manos en su ondulado y espeso cabello negro. Cuando se hartó de torturar mis pechos comenzó a recorrer mi abdomen con un camino de besos y leves mordidas hasta llegar al borde de mis pantalones.

Me dió una mirada lasciva y una sonrisa ladeada antes de lamer sus labios y de una manera malditamente lenta comenzar a desabrochar mis pantalones, para luego de la misma manera deslizarlos por mis piernas hasta dejarlos en el suelo. Con besos y caricias comenzó a recorrer el interior de mis piernas hasta llegar a mi entrepierna.

Al llegar allí, se puso en cuclillas y me tomó de los muslos para jalarme hasta poscionarme en el borde de la cama, provocando por mi parte un gemido de sorpresa. Con una de sus manos comenzó a acariciar suavemente mi zona íntima por encima de la tela de mi ropa interior, haciendome soltar pequeños e inaudibles gemidos.

Acarició y beso por encima de la tela durante unos segundos para volverme completamente loca y lograr que la necesidad por su cuerpo aumentara cada vez más. Con uno de sus dedos hizo a un lado mi ropa interior para acariciar directamente mi zona intima y pocos segundos despues sin previo aviso introducir dos de sus largos dedos en mi interior de una sola estocada.

Arquee mi cuerpo y aferre mis manos a las sabanas, mientras mordia mi labio inferior para evitar que un fuerte gemido saliera de mi garganta. Sus dedos comenzaron a hacer lentos pero continuos movimientos circulares en mi interior, que cada vez aumentaban más su velocidad, logrando que de mi garganta ahora no saliera uno, sino repetidos fuertes gemidos.

Cerré mis ojos mientras gemía y movía mi cadera al ritmo de sus movimientos para lograr más placer, y como si su tortura no fuera suficiente, su lengua se unió al juego acariciando de manera rápida y continúa mi clítoris, escabullendose de vez en cuando en mi interior.

— A-Ah T-Taehyung...—gemí con una mano sobre mi boca para tratar de silenciar mis ahora ruidosos gemidos—.

Y justo cuando sentía algo a punto de explotar en mi interior, se detuvo. Abrí mis ojos sorprendida y  molesta al no sentir su tacto y vi como sonreía burlesco mientras se deshacía de su cinturón y comenzaba a desabrocharse sus pantalones. 

Resoplé molesta por su forma tan cruel de jugar conmigo y él solo se mordió el labio inferior observandome con inocencia. Desvíe mi mirada hacía el protuberante bulto en su ropa interior, y jadeé con una mezcla de nerviosismo y ansiedad al mismo tiempo.

Rebusco algo en el interior de los bolsillos de su pantalón y al encontrar su billetera urgo de manera desesperada en el interior de esta hasta encontrar lo que buscaba: un preservativo. Soltó sus pantalones sin mucha importancia dejándolos junto a las demás prendas de ropa que se encontraban esparcidas por la habitación y se posicionó en medio de mis piernas mientras con sus dientes abría el preservativo y con otra de sus manos se deshacía de su ropa interior liberando su miembro.

Cubrió su miembro con el látex y luego tomó mis piernas para que rodeara con ellas su cadera, logrando que su miembro rozará con mi intimidad. Posicionó su cuerpo encima del mio, apoyandose con sus manos para evitar aplastar mi cuerpo y fijo sus dos perlas oscuras en mí rostro acelerando mi corazón el triple de lo que estaba.

— Te amo demasiado Misuk y te lo voy a demostrar —murmuró acariciando mi labio inferior con sus dedos y mirándome fijamente a los ojos—.

— Entonces hazlo de una vez y demuéstrame que esta vez es cierto porque llevo mucho tiempo esperando este momento —confesé en un susurró sin despegar mi vista de sus dos perlas oscuras—. Convénceme de que hice bien al venir aca y encargate de que no cometa el peor error de mi vida al casarme con otro hombre —pedí desde lo más profundo de mi corazón—.

Él sonrió dulcemente y unió sus labios con los míos en una lenta y delicada danza de labios y toques de lengua, como si a través de estos quisiera transmitirme todos sus sentimientos. Pase mis brazos al rededor de su cuello para unir más nuestros cuerpos y con mi mente totalmente fuera de este mundo gracias a sus besos, seguí su ritmo lento y pausado.

Sin detener nuestra entretenida sesión de besos, sentí como poco a poco se iba introduciendo en mi interior hasta encontrarse por completo en mi interior, provocando así que mis uñas se aferraran a su espalda y que un gemido ahogado saliera de mis labios en medio del beso.

Mordió mi labio inferior y jaló de este de manera juguetona para luego descender con besos desde mi mejilla hasta mi cuello, mientras con su cadera comenzaba a dar embestidas lentas pero profundas.

Mis gemidos y sus roncos gruñidos se mezclaban en el aire como una dulce melodia invadiendo todo el lugar, y el sudor en nuestros cuerpos comenzaba a hacerse presente a medida que el ritmo de sus embestidas aumentaba.

Sus manos viajaban por todo mi cuerpo acariciando cada parte de este, mientras por otro lado su boca biajaba desde mi cuello hasta mis pechos con un intervalo de besos, lamidas y mordidas. Su mano se aferró a mi muslo apegandolo a su cadera para asi lograr mas profundidad, y lo que antes eran lentas y tortuosas embestidas, ahora eran fuertes y constantes estocadas.

— A-Ah... T-Taeh-hyung N-No te detengas... —supliqué entre gemidos con mis manos aferradas a sus brazos—.

Su respuesta fue un sexy gemido gutural en mi oído, y haciendo caso a mis suplicas aumento un poco más el ritmo de sus embestidas. La sensación de algo a punto de explotar en mi interior se hacía cada vez más grande y mi corazón cada vez latía mas fuerte y rápida en mi pecho avisandome que el climax estaba cerca.

Taehyung por su parte parecía también estar muy cerca por que su respiración cada vez era mas irregular y acelerada y sus roncos gemidos no paraban de salir de su garganta.  Tomó mis brazos poniendolos a cada lado de mi cabeza, presionandolos contra el colchón y entrelazando sus dedos con los mios.

— Mírame —ordeñó con voz grave en mi oído—.

Entreabrí mis ojos con debilidad, cumpliendo a sus órdenes. Sus perlas oscuras me observaron con adoración y luego sus labios se unieron a los mios en un desesperado y ansioso beso.

— Te amo —confesamos al unísono en medio de besos para que poco despues ambos llegaramos al climax—.

[...]

Desperté agitada y miré todo a mi alrededor, aún me encontraba en la habitación del hotel, giré y vi que Taehyung dormía plácidamente. Me levanté e intenté hacer el menor ruido posible, luego me vestí y busqué un bolígrafo y una hoja de papel.

Me senté en el sofá y comencé a escribir mi despedida, al terminar dejé la carta sobre la mesa de centro y corrí para tomar mi anillo de compromiso; busqué mi cartera y antes de salir me acerqué a Taehyung y deposité un beso en su frente.

Suspiré y salí de esa habitación, salí para siempre de su vida.

Narra Taehyung

Desperté y noté que ella ya no estaba a mi lado, solté un suspiró y me levanté de la cama con la esperanza de verla, pero lo que encontré en su lugar fue una carta.

Tomé la hoja entre mis manos y me dispuse a leerla con cierto nerviosismo.

"Querido Taehyung:

No espero que me perdones o que llores por mí. Ambos sabemos que esto es algo que en su momento  debía terminar, y creo que con lo sucedido ayer le pusimos punto y final a nuestro amorío.

Se que me juraste amor eterno, pero es algo que no puedo aceptar, porqué tu y yo somos diferentes y lo correcto es enfrentar mi destino, aceptar a Lee Taeyeong como mi futuro esposo y padre de mis hijos. Pensé que podría quedarme junto a ti y disfrutar de nuestro amor, pero no sería lo correcto para alguien que ha sabido cuidar de mi, cuando tú te encargaste de hacerme sentir el ser más repulsivo del mundo. No te culpo de nada, al contrario, te agradezco por demostrarme que merezco a alguien que me desmostró su amor desde un inicio.

Quizá no me case con él en un futuro próximo, primero me aseguraré de sanar mi corazón para no cometer el mismo error y hacer las cosas bien

Te deseo lo mejor en esta vida Taehyung, pero te aseguro que tu felicidad no está junto a mi; mereces encontrar tu verdadero amor.

Atte.  Misuk. "

Dejé la carta nuevamente sobre la mesa y comencé a llorar desconsoladamente. Finalmente había perdido a la única persona que me había aceptado con mis errores y no me había juzgado. Perdí a quien habia sido mi verdadero amor y todo por mis errores del pasado.

"Todo comienzo tiene su final, y todo final es un nuevo comienzo. Tan solo hay que aprender a valorar lo que se tiene en su momento, porque de la misma forma como comenzó un día, tambien termino una noche.  Una noche en la que me di cuenta que ella no solo era mi amante, era algo más fuerte que eso. Lastimosamente abrí mis ojos demasiado tarde.

Como lo dijo en su carta, solo espero que aquéllo que inición Un Dia hace tres años, nos haya marcado a ambos para bien y que de esa misma forma, ambos logremos ser felices al fin, aunque por desgracia ya no pueda ser juntos..."

°•°•¤》 F I N.

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