2. Cuba es la que es
Sin duda alguna, esa noche durmió como un tronco. Ustedes saben que él no está acostumbrado a tanto agetreo (la prima ecológica de las Kardashian le ofreció conferencia medioambiental), y menos a una bebida tan fuerte.
Creo que ya van teniendo una idea de cómo dormir a los surcoreanos durante el secuestro. No debería estar dando este tipo de ideas.
Dicha situación que aprovechó la joven que tenía pensado irse con cuarenta, pues, se fue con más porque nuestro querido CEO, de nuestro grupo favorito se había quedado profundamente dormido. Ustedes saben, camarón que se queda dormido lo atrapa el pescador y se lo come el turista.
El que entendió, entendió.
En fin, despertó y no vió a la chica, así que supuso que se había ido. Él es un prodigio.
Comenzó a estirarse acostado en la cama antes de levantarse. Su garganta andaba a millón, ustedes saben como el Ron Añejo Especial con Tú-Kola te pone. Eso combinado con el aliento mañanero que no te va a gustar, recomiendo que permutes. Puede que no sepan y yo esté hablando cascarilla de naranja. Hablando de naranja hace tiempo que no veo una naranja ni en la finca de tu abuelo Juan. ¡Ah!, mándale saludos de mi parte y que si puede regalarme unos platanitos.
Se fue a arreglar para ir a ver la ciudad, como estaba la cosa en la capital (pues caliente y ardiendo como en Santiago). Pero antes no podía irse sin desayunar. No queremos que a nuestro querido CEO le de algo.
¿Se imaginan a nuestro querido CEO con una fatiga? Muy mal eso.
Desayunó muy rico porque los cubanos tenemos muy buena cocina (aunque nuestros desayunos son bastantes normales: un pan con algo y un vaso de leche o yogurt).
Cuando él pruebe la comida que dan en el comedor de mi antigua primaria, va a probar lo que es comida. Esos potaje de chicharo aguados con un pelo canoso de la cocinera nadando como si estuviera en Varadero...
Mejor, lo dejamos hasta ahí. Que mi estómago se pone hacer propaganda sin vender nada.
Salió por la ciudad, nada del otro miércoles. ¿Qué haría un cubano a las diez de la mañana un lunes? Pues lo de siempre, ir a la escuela o ir al trabajo, aunque podemos ir al acuario a ver el espectáculo de los Leones Marinos.
Unas vueltecitas por la ciudad maravilla.
Le dió una vuelta a la ciudad y observó muchas cosas, como un millón y ochocientas mil cafeterías de esas que al Hitman le gusta; basureros llenos de basura; una música que no se le entendía nada y no es Bad Bunny, en este caso son: el Coquito, el Negrito y el Pastelito de guayaba a dos pesos aquí. Ellos hacen tremenda música, no se lo nieguen que te hacen más, y no hablar de los temazos que meten. Esa gente meten pa' quinienta. También vió una larga fila en una tienda, seguro que es el pollo.
Miró por primera vez una pelea real (pelea, pelea), donde dos mujeres alándose los pelos y con palabras que él no entendía, pero nosotros sí. Y ustedes saben que de las cincuenta personas que están mirando cuarenta están grabando. Ustedes saben que todos quieren estar en la última y pal' Facebook.
Sin duda alguna, Cuba es un país encantador. El que me lo niegue es fuego, y no me llames a los bomberos que no hace falta.
Siguió caminando y llegó a Centro Habana. Este tipo sí le gusta caminar, es un axfiao'.
Ahora sí, Centro Habana, bienvenida a la zona que suena, y no lo digo por la música alta todos los días.
Lo digo por su bella arquitectura a punto de colapsar por falta de reparación, mujeres con rolos que lanzan agua desde esos altos balcones, ¡cuidado mira pa' arriba!
Aunque puedes mirar para abajo, ahora que lo pienso.
Y si, no miró hacia arriba y la mujer ni siquiera se percató que mojó a alguien. No te quejes, por lo menos te refrescaste con agua.
Siguió su camino, todo normal, todo correcto, todo mojado y yo riéndome. ¡Rimó, rimó!
¿Qué más nos encontramos? Pues muchas cosas. Chicos con pintas bien raras usando Gucci y diciéndose entre ellos que era original, claro, original de La Cuevita.
Made in Cuevita.
En una sola calle se encontró más de seis cafeterías, es que en la zona hay competencia. Por un lado se encontró muchas casas que decía algo pero él no entendía: se vende durofrío, se vende está casa, se vende refrigerador Haier, se vende televisión panda, en fin se vende hasta el empaste que tiene tu tío. Algo normal hoy en día, porque aquí todo se vende.
Al fin y al cabo, este lugar es un amor. Es algo distinto y diferente. Es que nosotros somos distintos y diferentes, y siempre dando la nota.
Así que nuestro CEO, que ya prácticamente estaba seco por el calor que había y que hay, porque el calor siempre está ahí. Él decidió ir al hotel a informarle al que manda, lo que había visto y que Cuba es la que es.
Y si no es aquí, dónde sino.
Y el tipo metió una pata para llegar al Hotel Nacional. Pero dirán, ¡qué mongo pudiendo coger un cubataxi aquí! Pero es que él no entendía lo que le decían y tenía miedo a ser estafado (pero si ya fuiste estafado por los aduaneros, mijo). Él lo que no sabe es que hasta en la escuela eres estafado.
Así que después de dar una buena pata (pata no pie, pero se queda pata) y seguir encontrándose cosas bien raras. Es que él no está adaptado a nosotros. Se encontró unas cuantas chiquitas de esas tirándose fotos y pal' Facebook se ha dicho o pal' Instagram, ya da igual, cualquiera aquí se siente Instagramer.
Se encontró con uno de esos señores demenciados gritando algo que él no entendía, pero nosotros sí sabemos qué es lo que grita.
Las típicas perretas de niños pequeños por un juguete o una madre regañando a su hijo de una manera que te entran los deseos de llamar a la PNR, y ustedes saben que ellos vendrán en menos de lo que canta un gallo (aunque el gallo canta cuando le da la gana).
Lo saben, no me hagan gastar más saliva que hay calor y ustedes no me van a pagar la botellita de Ciego Montero, lo máximo que harían es darme agua de la pila de sus casas y caliente. No es fácil, compay.
En fin, el águila y lo que no es el águila le dio diez miles de vuelta al mar y el buen hombre llegó. Todo sudado por el frío que hay. ¡Qué frío! Nótese mi sarcasmo...
Y entró a nuestro majestuoso Hotel Nacional que muchas quinceañeras usamos para tirarlo fotos. Bueno yo no, pero es que fuí quinceañera y me cuento.
Se fue a su habitación que ya la habían limpiado y le habían dejado otro cisnes de esos bien chulo. Se dio una ducha de esas que todos nos damos, él que no se la de es porque es un puerco.
¡Puercos! Y no de 31.
Claro a todos nos gusta el pan con lechón, con excepción de mí que no me gusta el cerdo, estoy bien jodida. Pero no importa siempre tendré avestruz, jutía y caimán, ¡tremendo menú!
Antes de informarle al jefazo, comió algo y después se fue al lobby a conectarse.
La conexión de Cuba para nuestro querido tipo era algo rara, le salió algo que decía portal de usuario, ¿qué es eso? Se quedó pensando. Él vio como todos lo de su alrededor estaban conectados, que frustrante, me recuerda a muchos cuando vamos al parque y se le acaba el tiempo y a tú amiga no, todo un clásico.
Decidió ir a la recepción a preguntarle a la recepcionista, que gracias a tú tío que vende espejuelos graduados, no estaba la de ayer. Estaba un chico bien visto que hacía su trabajo mientras revisaba el Facebook, ¡niño los datos! El tipo le preguntó en inglés claramente que tenía que hacer, y el joven le respondió rápidamente después de darle me gusta a una foto de su tía que se encontraba en Miami de visita. El recepcionista le respondió que tenía que comprarse una tarjeta. Se quedó asombrado, pero de todas formas fue a comprar su mísera tarjeta que sólo vale un puñetero peso. Hace unos años, eso no valía un peso.
Lloro si recuerdo su precio.
¿El CEO logrará conectarse e informarle al gordo que vino el picadillo de niño? ¿El gordo irá hacer la cola? ¿Cómo estará pasando la tía del recepcionista? No sé, yo lo que sé, es que no sé a que debe estar pasándola rico.
Espero que les haya gustado el capítulo. Si fue así, que no se les olvide dejar su voto y comentario. Al hacerlo se pondrá más variedad de pollo en las tiendas.
Mmm... se me antoja un pollito asado o uno empanado. ¿Cómo a ustedes les gusta el pollo?
Saludos de su escritora que le encanta el pollo empanado, Trisha.
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