4° Función: Desire

Desire

El tiempo de Jungkook se acaba y anhela pasarlo con la persona que quiere, pero cuando todo está por terminar -sabiendo que es difícil- desea un poco más de tiempo, solo un poco más...
¿Será que el destino se los conceda?

Género: Angst
Directora: Moon346363
Reparto: YoonKook
Clasificación: B
Función: 4

14 de octubre de 2011.

El peso del cuerpo de Jungkook recayó entre las manos de Yoongi que los sostenía por su cintura.

—¿Jungkook? —Susurró sin comprender que pasaba. —¡¿Ju-Jungkook?! Respóndeme —Gritos desesperados salían de los labios del azabache, zarandeaba el cuerpo del menor de vez en cuando pero no recibía reacción alguna del contrario. Para ese momento la gente ya se había comenzado a acumular a su alrededor en medio de ese pequeño parque. —¿Q-Qué te pasa?

—Llamen a una ambulancia —Se escuchó una voz a lo lejos. Esta petición fue cometida por alguien del círculo que se había formado ahí.

Las lágrimas de Yoongi no se detenían, no sabía que sucedía y eso le desesperaba. Solo quería que el menor estuviera bien.

Pero seguro han escuchado, no todos tus deseos se cumplen, ¿cierto?

[...]

1 de octubre del 2011.

Dos semanas, solo me quedan dos semanas. Tengo que hacerlo ahora.

Jungkook caminó con pasos decididos hacia donde se encontraba Yoongi hablando con unos compañeros de clases, este último mencionado se encontraba sentado encima de una de las mesas que había en el patio.

—Hyung, ¿podemos hablar? —El azabache miró al menor. No era la primera vez que lo veía, era normal encontrárselo en la biblioteca y él siendo el encargado de esta lo veía con frecuencia.

—Sí —Yoongi se alejó de sus amigos y siguió a Jungkook unos pasos más atrás, siendo guiado por el menor.

Las piernas del castaño temblaban, pero si no lo hacía ahora después se arrepentiría. Aunque sea un poco de tiempo, incluso unos días, él quería estar con la persona que quería.

Llegaron a una de las zonas más alejada, un lugar en donde no transcurría casi nadie, no hacía falta aclarar que estaban solos. Jungkook se giró y miró directamente a Yoongi.

—¿Qué ocurre Jungkook? —Las manos del anterior mencionado se encontraban detrás de su espalda, estas sudaban, pero aun así las mantenía unidas, en una manera de protección hacia su nerviosismo.

—¡Hyung, m-me gustas! —Soltó casi de improvisto sorprendiendo al mayor. —Sé que quizás tú ni siquiera eres consciente de mi presencia, quizás te repugne lo que dije. Pero aun así quería decírtelo, y-yo solo quería decirte mis sentimientos —Antes de que se termine. Pensó. Sonrojado siguió hablando sin mirar el rostro de Yoongi. —N-no hay necesidad de que respondas, si lo pides no me acercaré a ti. Yo l-lo siento.

Yoongi soltó una suave risa, se le hacía tierno la manera de la que el menor actuaba.

—Te seré sincero —Comenzó captando la atención del contrario. —Yo no tengo los mismos sentimientos que tú tienes hacia mí, no te conozco bien como para decirte que me gustas. No negaré que eres lindo, pero aun así no puedo corresponder tus sentimientos —Jungkook bajó la mirada, sus ojos se cristalizaron.

¿Qué pensabas Jungkook? ¿Que también iba a decir que le gustabas? No seas iluso, no todo lo que desees se cumple. Se reprendió a sí mismo.

—Mírame —Pidió amablemente Yoongi cuando vio que se encontraba decaído, Jungkook hizo caso y lo miró directamente a los ojos. —Puede que no me gustes ahora, pero quien quita que en el futuro si me gustes —Sonrió en grande.

Los ojos del menor adquirieron un brillo peculiar. —Entonces, ¿puedo seguir yendo a verte a la biblioteca? —Yoongi solamente asintió.

En ese momento el timbre de fin del almuerzo sonó en el desolado lugar. El par de chicos se fueron a su respectiva aula, pero antes Yoongi le dijo que le estaría esperando cuando terminaran las clases en la biblioteca.

[...]

El castaño sacó el libro que había pedido prestado de la biblioteca y se dirigió a ese lugar para devolverlo. Estaba nervioso porque sabía que Yoongi se iba a encontrar. Se acomodó mejor la mochila que tenía en la espalda y entró al lugar dirigiéndose a la recepción.

—T-Tenga Hyung —Inevitablemente tartamudeó recordando su confesión y bajó la mirada mientras alzaba el libro hacia el mayor.

Su corazón se encontraba acelerado a un ritmo inimaginable; a cada segundo sentía que la sangre se le subía a la cabeza produciéndole un tierno sonrojo. Jungkook ocultó sus manos, que no se quedaban quietas, dentro de sus bolsillos.

Esa imagen que tenía en frente provocó que Yoongi sonriera mostrando sus encías, acción que, desafortunadamente, Jungkook no pudo mirar.

Yoongi recibió el libro y rápidamente le colocó el sello de devolución para poder hacerle una invitación al menor.

—Kookie, si quieres podemos ir a comer helado cuando termine mi trabajo aquí —El dulce apodo que mencionó Yoongi ocasionó un sonrojo en las suaves mejillas de Jungkook.

El azabache no se pudo aguantar, y con una de sus manos apretó suavemente la mejilla de Jungkook.

Jeon no pudo aguantar mucho más la vergüenza y se fue a buscar un lugar para después sentarse en una de las mesas que se encontraban en el lugar, y aunque no lo quisiera admitir eligió esa porque poseía un buen ángulo para observar a Yoongi.

El tiempo pasó, los segundos se hicieron minutos, los minutos horas. Jungkook leyendo detenidamente el libro que había seleccionado, era muy interesante, hasta que Yoongi por fin hubo terminado su trabajo.

—¿Vamos? —Jungkook asintió después de terminar el párrafo que estaba leyendo y aprender que página se había quedado.

Caminaron uno al lado del otro haciéndose preguntas sobre el contrario. Así estuvieron hasta que llegaron a la heladería. —¿Qué helados quieres comer Kookie? —El apodo hacia el menor se hizo una pequeña costumbre entre su conversación ya que cada que podía Yoongi lo pronunciaba.

Pensando un poco Jungkook respondió. —De fresa estaría bien —Sonrió. Yoongi le regresó la sonrisa y se dirigió a comprar el helado.

Jungkook se encontraba sentado en una banca que estaba cerca, miró a su alrededor; era la primera vez que iba a ese lugar. En su tiempo de observamiento del lugar vio un reloj a lo lejos.

Él abrió sus ojos al ver la hora, se le había pasado el tiempo para tomar su pastilla. En un instante sacó el frasco en donde había un montón de medicamentos y antes de que llegara el mayor se las tomó.

Eso prevendría por un rato cualquier síntoma.

—Ten —Cuando el azabache hubo regresado le extendió el helado que le correspondía. Jungkook sonrió débilmente.

[...]

10 de octubre del 2011.

Ese día a Yoongi no le había tocado ser el encargado, pero aun así Jungkook y él se encontraban ahí.

El menor estaba leyendo un nuevo libro mientras tanto el mayor tenía su cabeza recostaba en la mesa durmiendo.

Los suaves ronquidos que soltaba el mayor le provocaban una risa a Jungkook. En el tiempo que estuvieron juntos se fueron dando cuenta de las costumbres, manía, personalidades que poseía el contrario.

Y una de las de Yoongi era dormir el mayor tiempo posible. Lo que le sorprendía al castaño es que a pesar del tumulto que hubiera Yoongi no se despertaba y seguía con su quinto sueño.

De un segundo para otro a Jungkook le agarró un ataque de tos. Yoongi sorpresivamente se despertó y miró preocupado a Jungkook sin entender que pasaba. Una de las manos de menor se encontraba tapando su boca por lo que cuando sintió un líquido viscoso en esta se excusó brevemente del azabache, sin quitar su mano, y se dirigió al baño corriendo.

En el camino se chocó con unos que otro estudiante que iba de allí para acá, al suceder esto se disculpaba torpemente sin alejar su mano hasta llegar a su destino.

Lo primero que hizo fue ir a un lavamanos, escupió la sangre que se había mantenido en su boca, repitiendo esto algunas veces, después se enjuagó la boca y se limpió de la sangre de sus manos. Cuando por fin hubo terminado soltó un suspiró.

De su mochila sacó una pastilla que se la tragó con un poco de agua que tenía en una botella en su mochila.

Antes de salir miró su reflejo; su piel se encontraba más pálida de lo normal y le costaba un poco respirar.

Falta poco, solo... solo un poco.

Al salir del baño se encontró a Yoongi que se encontraba agitado por perseguir al rápido castaño.

—¿T-Te encuentras bien Kook? —Preguntó con sus manos sosteniendo los hombros del menor, se denotaba la preocupación del azabache en su rostro.

—Estoy bien, no te preocupes —Otra mentira más, ¿cuántas veces ya van que ha dicho lo mismo?

Una fuerte punzada se produjo en la cabeza de Jungkook, el aire se le estaba acabando. Intentó tranquilizarse, suspirando una y otra vez aun siendo mirado por el azabache.

—Es solo un refriado, no me he cubierto bien últimamente y el frío hizo su trabajo —Hizo el intento de bromear, pero lo que recibió fue una mala mirada de Yoongi.

—No te puedes descuidar Jungkook —El anterior mencionado sabía que esto iba en serio por la manera en la que lo llamó y la dureza que esta portaba. —Hoy te iras temprano y yo iré a dejarte, no puedo soportar la idea de que te ocurra algo en el camino

—Entendido —Dijo con un puchero en sus labios por haber sido renegando.

[...]

Después de haber pedido el permiso a la enfermera para poder salir del establecimiento, el mayor le pidió la dirección de Jungkook y el par se dirigió hacia la casa del menor.

Jungkook estaba igual, o incluso más, pálido que antes. Por lo menos ahora no sentía que el aire le hacía falta. En mitad del camino Jungkook se tropezó por lo que casi se cae de no haber sido por Yoongi que lo sostuvo. Le había comenzado a dar fiebre.

—¿Puedes caminar bien? —Esta vez Jungkook no pudo mentir. Yoongi se arrodilló dándole la espalda al menor. —Sube

—No-no es necesario que hagas eso —La debilidad de su voz era notable.

—Sube, ahora —Demandó con una fuerte voz. Jungkook se estremeció e hizo caso a lo pedido.

Un sonrojo apareció en su mejilla cuando fue capaz de captar el olor que producía Yoongi combinado con el perfume de su camiseta escolar.

Jungkook cerró sus ojos y posicionó su cabeza en la espalda del mayor. Yoongi siguió la dirección que poseía en sus manos.

Cuando llegó tocó la puerta y de esta salió una señora.

—¿Quién e...? ¿Jungkook? —Ella se apartó de la puerta dándole permiso a que Yoongi pasara. —Jungkook, ¿qué te sucede te encuentras bien?

—Señora Jeon no se preocupe, él dijo que solo era un refriado

—¿Resfriado? —Ella miró a su hijo sin comprender. Eso no era un refriado.

Jungkook la miró e hizo una señal de que no dijera nada.

—¿Podrías llevarlo a su cuarto? ­—Preguntó amablemente a pesar de que aún no entendía que sucedía.

Yoongi acostó a Jungkook en el centro de la cama arropándolo. El mayor lo vio con detenimiento, apreciándolo un poco, antes de irse de esa casa.

—¿Por qué le dijiste que era un resfriado? —La Señora Jeon lo interrogó cuando el otro ya no estaba.

—Y-Yo no quiero que se entere de mi enfermedad —Respondió casi en un susurro. —No quiero que sepa que te-tengo cáncer en los pulmones —Las lágrimas abundaron sus ojos, palabras sin sentido salían de sus labios. Las punzadas en su cabeza no hacían que las cosas fueran mejor.

—Hijo, pero él se va a enterar. Aunque me cueste admitirlo, aunque lo intentamos por años, la enfermedad no disminuía, iba en aumento. Me cuesta decirlo, pensar que falta poco para que se lleven a mi preciado primer hijo es doloroso. Desee tanto tenerte a mi lado hasta que yo muriera, pero el que yo te vea ti morir es muy doloroso —La mujer se acercó al chico y lo abrazó.

[...]

14 de octubre del 2011.

—¡Kookie! —Yoongi se acercó al menor y le dio un fuerte abrazo cuando lo vio en la biblioteca después de un par de días de que él no haya ido al instituto.

—H-Hola Hyung —Aun no se sentía bien, pero le prometió a su madre decirle la verdad. —Tengo alg-

—Kook, ¿podemos hablar cuando terminen las clases? —Un tenue sonrojo cubría las mejillas de Yoongi; y una de sus manos sobaba su nuca. Jungkook asintió.

Era mejor decírselo en ese momento. Una mentira para sí mismo, él solo quería pasar un poco más de tiempo con Yoongi.

—Iremos al parque, ¿qué te parece? —Jungkook asintió, más por instinto que por otra cosa.

[...]

Los dos estaban parados frente a frente. El primero en hablar fue Jungkook, era mejor acabar con esto rápido.

—¿Qué querías decirme? —Yoongi bajó la mirada un instante antes de hacerse de valor.

Abrazó a Jungkook por la cintura y le respondió la pregunta. —Me gustas. Lo hiciste desde el principio, mucho antes de que te me confesaras.

—¿Eh? —Jungkook intentó procesar las palabras que fueron dichas.

—Sé que te será raro que no te haya aceptado pero los nervios me carcomían, además pensé que por lo poco que nos conocíamos estos sentimientos podrían desaparecer. Pero cada vez que estaba a tu lado comenzaste a resaltar, a brillar ante mis ojos. Cuando te enfermaste me preocupé y supe que algo que desaparecería con el tiempo no se sentiría así, mi corazón retumbaba lento cuando te vi tan pálido. Yo solo quería protegerte —Se sinceró por completo.

Jungkook temblaba entre los brazos de Yoongi que lo rodeaban. Pero cuando intentó hablar su mundo le dio vueltas, todo se volvió oscuridad para él.

El peso del cuerpo de Jungkook recayó entre las manos de Yoongi que los sostenía por su cintura.

—¿Jungkook? —Susurró sin comprender que pasaba. —¡¿Ju-Jungkook?! Respóndeme —Gritos desesperados salían de los labios del azabache, zarandeaba el cuerpo del menor de vez en cuando pero no recibía reacción alguna del contrario. Para ese momento la gente ya se había comenzado a acumular a su alrededor en medio de ese pequeño parque. —¿Q-Qué te pasa?

—Llamen a una ambulancia —Se escuchó una voz a lo lejos. Esta petición fue cometida por alguien del círculo que se había formado ahí.

Las lágrimas de Yoongi no se detenían, no sabía que sucedía y eso le desesperaba. Solo quería que el menor estuviera bien.

Pero seguro han escuchado, no todos tus deseos se cumplen, ¿cierto?

[...]

17 de octubre del 2011.

—¿Jungkook tenía cáncer? —La pregunta fue más para sí mismo que para la Señora Jeon.

—Sí —Yoongi ocultó su rostro entre sus manos mientras estaba sentado en una silla del lugar en donde estaban velando al menor

—¿Por qué no m-me dijo nada?

—Él no quería preocupar a nadie, él con el tiempo ya no pedía medicamentos para no tener que hacernos sobretrabajar a mi marido ni a mí. Él me prometió que ese te lo iba a decir, ¿no lo intentó? —Yoongi recordó como lo había interrumpido en ese momento, si no lo hubiera hecho, ¿algo hubiera cambiado? ¿Él estaría ahí?

Pero aun así lo que ya sucedió no se puede cambiar.

—Aún hay algo para ti —Ella sacó una carta de su bolso negro. —Jungkook mantenía esto entre sus cuadernos y va dirigida hacia ti.

Yoongi miró el papel y se decidió al final por tomarlo. —Gracias.

El azabache salió del lugar caminando por las calles de la ciudad hasta llegar a un lugar desolado en donde se sentó en una banca.

Hyung, probablemente cuando tengas esto entre tus manos yo ya no estaré aquí. Lo siento, perdona por no decirte sobre mi enfermedad. Tenía miedo, y lo tengo ahora.

Prometí decírtelo mañana, pero me encuentro cada vez más y más débil que me pregunto si es que aguantaré para poder decírtelo, por eso hice esta carta. Te haya dicho o no que tengo cáncer no olvides que te quiero.

Este día me la pasé deseando poder estar más tiempo, un poco más, pero por más que deseé una y otra vez, no todos los deseos se cumplen.

Por lo menos uno mío si se pudo cumplir. Pasar más tiempo con la persona que quiero.

Yoongi arrugó la carta entre sus manos, se puso de cuclillas y liberó todo lo que aguantó.

Yo también lo deseo.








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©FlyKingSquad | 17012020

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