12° Función: Medicina Oriental 1

Medicina Oriental: Primera parte.

Nosotros nos conocimos es un hospital y te odié al principio, simplemente porque eras todo lo contrario a mí. Pero ya no, me enamoraste en el momento el que te esforzaste para hablarme, eso fue lo que captó mi atención.

Género: Romántico.
Directora: Moon346363
Reparto: HopeV
Clasificación: B
Función: 12

Taehyung pasó por la gran puerta de vidrio del hospital en el que trabajaba mientras arreglaba su uniforme, consistiendo éste de una bata con el logo del hospital; caminó por el pasillo principal hasta llegar a la recepción, en donde le habló a la recepcionista que se encontraba ahí. —Sunhee, ¿podrías pasarme la lista de paciente que tengo para hoy a mi computadora? —Pidió. La mujer le dio una corta mirada antes de teclear rápidamente en su computadora.

—Ya le pasé los pacientes que tiene para acupuntura, Kim —Y, sin más, siguió con su trabajo. Creo que quedó más que claro que la relación entre Taehyung y los demás trabajadores no es la mejor.

Kim se dirigió a la parte de medicina occidental en la que trabajaba, mientras pensaba en lo largo que iba a ser ese día. En el transcurso se encontró con unos doctores de la parte de la medicina occidental del hospital, a los que saludó cortésmente.

Algo más que aclarar, Kim Dongtae, el director de ese hospital, cuando subió de puesto hace unos años tomó una decisión un tanto peculiar: unir la medicina occidental y la medicina oriental en un mismo lugar. Dando mejoras en el capo médico para algunas personas y, para otras, un rechazo hacia él. Es comprensible tomando en cuenta que la medicina occidental es más avanzada; utilizando instrumentos, herramientas, técnicas del presente, pero aun así la medicina oriental, según el director, causa un efecto más rápido que los antibióticos; con sólo algunos puntos de acupuntura en su cuerpo puede eliminar la migraña, el dolor de estómago, la inflamación, cosas leves, pero con efecto instantáneos.

Al entrar en su oficina de trabajo encendió la computadora para después comenzar a revisar la lista de pacientes que le tocaba ese día. "Este día va a ser largo." Pensó al ver la cantidad de pacientes, sin interrupciones, que tenía para ese día. Al haber llegado una hora antes de que comenzara su horario de trabajo, aprovechó para ordenar unos papeles que tenía regados por el escritorio y de paso acomodar correctamente las máquinas con las ventosas.

La puerta fue abierta de improvisto causando un sonido que sorprendió brevemente a Tae, pero volvió a su habitual cara seria al ver a Sunwoo en la puerta. —Taehyungie —Dijo con su habitual voz aguda. Kim suspiró ante la escurridiza actitud contraria, a pesar de que llevaba años elaborando en ese hospital, todavía no se acostumbraba.

—¿Sucede algo? —Preguntó. Agarró la maleta en donde estaban las finas agujas para hacer acupuntura colocándola en la camilla.

—El subdirector nos llama para avisarnos de algo. Hay que ir rápidamente —Sunwoo pasó uno de sus brazos por encima del hombro de Taehyung, yendo con él hacia el lugar al donde fueron llamados. —¡Vamos!

El par se dirigió a la sala de espera, que en ese momento se encontraba vacía. Al haber llegado, vieron como un pelirrojo se encontraba al lado del subdirector Jisung; éste se encontraba portando el uniforme de trabajo de ese hospital, dando clara señal de que es un nuevo trabajador.

—Hoy se unirá un nuevo doctor para la sección de medicina oriental. Es un graduado de la Universidad Bastyr y de los mejores, por lo que puedo asegurarles que será muy competente en su área. ­—Añadió unas palabras más a su pequeño discurso, para dirigirse al pelirrojo agregando un: —Preséntate

—Hola, mi nombre es Jung Hoseok y vengo de la Universidad Bastyr. De pequeño vivía en Corea por lo que el idioma no me es problema, espero que nos llevemos bien —Mostró una gran sonrisa, dando una imagen amigable, mientras levantó su mano derecha moviéndola de un lado a otro en señal de saludo hacia los demás. Acción que hizo que Taehyung chasqueara la lengua; odiaba a las personas que parecen no tener problemas en la vida y andan campante como si nada.

—Bien. Sunwoo, enséñale su consultorio y las instalaciones del hospital —Fue lo último que dijo el subdirector antes de irse de ahí.

Cuando el hombre se fue, algunos hicieron lo mismo y otros rodearon al pelirrojo, haciéndole una que otras preguntas triviales. Taehyung fue uno de lo que hizo lo primero, yéndose de ahí, ya que su horario comenzaría pronto.

Sunwoo fue el que detuvo el alboroto que había entre los trabajadores. —¡Todos vayan a trabajar, que de Hoseokie me encargo yo! —Dijo en un tono de burla, guiñando uno de sus ojos; provocando risas entre sus compañeros. Los demás se dispersaron segundos después del chico nuevo.

—Gracias, sentía que me iban a violar —Rio. Hoseok arregló su bata que se encontraba un poco arrugada.

—Encantado de conocerte, mi nombre es Park Sunwoo —Sonrió mostrando sus dientes blancos. —Primeramente, te enseñaré tu consultorio, después la de los demás y el comedor. Así que apresurémonos, hay mucho por recorrer y mi horario comienza pronto

Y con eso emprendieron el camino hacia en donde haría su trabajo Hoseok, esforzándose este último en aprenderse el recorrido nuevo.

—Aquí es donde se encuentra tu nuevo consultorio, si no te aprendiste el recorrido házmelo saber para redirigirte de nuevo —Jung le regaló una pequeña sonrisa viendo a los alrededores.

—Wow, este hospital es espectacular —Dijo al ver lo grande que eran pasillos y el tamaño mediano de su consultorio. Pero aun si los pasillos son grandes, éstos se encuentran inundados por las personas, pacientes y enfermeros que iban de un lugar a otro.

Fue lo único que pudo decir antes de que Park comenzara a andar de nuevo. En el transcurso de su recorrido ubicaron el comedor, encontrándose éste justo en el medio que dividía la parte de medina oriental y la occidental, en donde entraron unos minutos para unas indicaciones. De paso, Sunwoo le presentó algunos compañeros de la otra sección, con los cuales intercambiaron algunas palabras antes de despedirse. Después los baños; y, por último, comenzaron a ver los consultorios de las demás doctores de medicina oriental.

—El consultorio de aquí le pertenece Hansol —Señaló una de las habitaciones. El par se acercó a una ventana con garrotes que daban al pasillo viendo como el chico utilizaba la técnica de ventosas en la espalda de un señor de avanzada edad.

Hansol agarró con unas pinzas un algodón, el cual le prendió fuego, para rápidamente sostener una campana (nombre que se le dio a una copa especializada para hacer la técnica de la ventosa) con su otra mano, sostuvo unos segundos el algodón dentro de la campana para seguidamente sacarlo y colocarla encima de la espalda del señor de modo que se ha hecho un vacío dentro de ella, almacenando el fuego. Y hacer lo mismo con otra más, hasta colocar exactamente cinco campanas en la espalda del Señor.

—Sigamos —Hoseok y Sunwoo prosiguieron, mientras el segundo decía a quién le pertenecía cada consultorio hasta llegar al último. —Este es el último y es de Taehyung, y, bueno, te recomiendo no pasarte mucho por los alrededores de él —Arrugó un poco su entrecejo. —Es muy cascarrabias, siempre me ignora —Hizo un puchero de manera infantil. En ese justo momento un grito proveniente de dentro llamó su atención.

—...¡¿Cómo que no me puede atender?! —Preguntó extasiada una señora de alrededor de unos cuarenta años.

—Le repito; usted ha estado ingiriendo ibuprofeno, si le hago acupuntura podría causar un desangrado que no se detendría en un tiempo —Recalcó la palabra desangrado, haciendo referencia en que causaría algo "malo", no recomendable para alguien de su edad.

—¡Eso no tiene sentido! ¡Exijo que me hagan la acupuntura, por algo pedí una cita médica en este hospital! —El ceño de Taehyung se frunció fuertemente, su cara se estaba volviendo de un color rojo claro por la ira, y unas venas estaban resaltándose en su cuello. Pero cuando abrió la boca para responder fue interrumpido.

—Señorita —Mencionó el pelirrojo para aflojar el ambiente cuando entró de imprevisto. —Lo que mi compañero quiere decir, es que, si usted se hace acupuntura, podría causarle un gran problema en su cuerpo, perdería mucha sangre y, créame, que nosotros no queremos que a una mujer tan bella le ocurra algo pudiéndose evitar eso —La mujer se sonrojo por las palabras de Hoseok. —Así que, si me permite sugerirle, podría hacerle otra cita para la otra semana, dejando usted ese antibiótico durante ese transcurso de tiempo, ¿qué le parece?

La mujer se acercó al pelirrojo, Hoseok creía que también le iba a gritar, pero eso no sucedió. —Ah, usted es tan lindo —La señora apretó la mejilla contraria, dándole un suave apretón, tal cual lo haría una abuelita con su nieto. —Ojalá todos los jóvenes fueran como usted —Dijo dándole una mirada sugestiva al azabache que la atendía con anterioridad. Taehyung apretó los labios entre sí evitando formular palabra alguna. —Creo que le haré caso doctor... —Miro la credencial que se alojaba en el centro del pecho del chico. —Doctor Jung. Pediré mi cita con usted la próxima vez, espero que me atienda amablemente

Sin más, la mujer salió del consultorio de Kim, no sin antes regalarle una mirada a Tae. El azabache soltó una risa sarcástica ante la actitud de esa vieja (manera en que le nombró a la mujer).

—Entonces... ¿qué crees que haces aquí? —Habló Taehyung unos segundos después de estar compartiendo miradas con Hoseok.

—Ayudarte —Pronunció con obviedad.

—Que yo sepa no pedí tu ayuda

—Pero estaba más que claro que ibas a gritarle a la señora, y no creo que hayas querido que el sub director te regañara —La confiada actitud que el pelirrojo le mostró a Tae fue el causante de que la última gota de paciencia se le derramara.

—Pero fíjate que yo no quiero tu maldita ayuda —Levantándose de su silla de trabajo, empujó por los hombros al chico nuevo; cerrándole la puerta en la cara.

Sunwoo, que se había mantenido viendo la escena desde la ventana con barrotes, se acercó al pelirrojo al verlo afuera mirando la puerta con su entrecejo levemente fruncido. —Te dije que no te le acercaras. Si le sigues molestando un día de estos te va a dar una golpiza y sus golpes duelen, lo digo por experiencia —Inconscientemente el de cabellos rosa sobó su estómago, lugar que había sido golpeado hace mucho tiempo por el azabache.

—¿Realmente su actitud es así? —Preguntó, mientras se alejaban del lugar. —No es que no crea que lo sea, pero se veía diferente a como es realmente así la gente —Desordenó su cabelló.

—Sea o no lo sea, cuídate de él. No quiero que mi nuevo amigo lo golpeen apenas entre a su trabajo —Comentó en manera de burla, para después soltar unas carcajadas.

—No es gracioso —Hoseok hizo un puchero con sus labios.

[...]

Las semanas de trabajo de Hoseok pasaron más lenta de lo que imaginó. Sus turnos no eran pesados en realidad, pero la cantidad de pacientes que atendía al día eran bastantes considerables como para hacer que se agotara hasta el último de ellos; ni siquiera poseía tiempo para poder almorzar adecuadamente, teniendo a veces que saltarse éste; días en que se tenía que quedar hasta media noche para arreglar papeles y más. Pero haber trabajado unos años en Estados Unidos fue algo que amenorizó la pesadez.

Hoy era el primer día libre que tenía desde el transcurso en el que ha trabajado en el hospital y las cajas que había en su departamento no habían desaparecido. A pesar de que su familia vivía con él, su padre se mantenía en su trabajo y su madre acomodaba lo suyo, dejando que el arreglara, decorara, su cuarto como quisiera; dándole algo de libertad en ese punto.

Y así fue como se pasó el día de Hoseok; abriendo cajas, sacando objetos, doblando las cajas cuando éstas ya se encontraban vacía, una tras otras, sin paro para por fin poder tener un descanso.

—Vamos, que falta sólo una caja más —Soltó un suspiro mientras sobaba su cuello y miraba las cajas dobladas que estaban amontonadas en una esquina.

Sentándose enfrente de la caja de cartón, la abrió. Lo primero que sus ojos captaron dentro de ellas fueron recuerdos de su niñez, juguetes viejos, un álbum de fotos, peluches pequeños. —¿Tenía esto en Estados Unidos? —Se preguntó a sí mismo al sacar un peluche de un conejito. —Juraba que mi madre los había botado —Colocó el peluche en la encimera que había en una pared. Iba a proceder a hacer lo mismo con el álbum, pero al alzarlo una foto salió desde entre las páginas.

Colocando el álbum en la mesa que estaba cerca, se agachó agarrando la foto entre sus manos. Una sonrisa apareció en sus labios y sus ojos se iluminaron; una foto de él junto con un anciano. Saliendo de su habitación, bajó rápidamente las escaleras para llegar al primer piso, yendo a la cocina, donde su madre preparaba el almuerzo.

—¡Mamá! —Saltó de emoción Hoseok.

—¿Qué sucede? —Dejó de cortar las verduras y lo miró directamente. Sus ojos se dirigieron a la foto que había entre las manos de su hijo.

—¿Crees que el Señor Min todavía viva en esa clínica? —Le colocó la foto en frente de la cara de la señora Jung para que pueda ver con claridad. —¿Has tenido comunicación con él? —Dio saltitos de emoción en su lugar haciendo que su sonrisa de corazón más grande.

—No he tenido comunicación con él, pero podría intentar ir a la clínica más tarde, tal vez y quizás lo encuentres —Removió el cabello pelirrojo del chico con una dulce mirada en sus ojos.

—Iré apenas termine de arreglar mi cuarto —Cerró sus ojos, dejándose ser mimado por su madre.

Él fue a su cuarto y guardó la foto en el álbum para terminar de arreglar lo que quedaba en la caja. Y así, fue a darse una ducha refrescante, para después colocarse ropa cómoda pero que acentuaban su cuerpo bien formado. Almorzó la comida que había preparado con anterioridad la señora Jung; para después de haber terminado de llenar su estómago vacío, agarró su celular al salir del departamento en el que tenía estadía.

Al salir, lo primero que hizo fue buscar en su teléfono la ubicación de la clínica Homingseo. Siguió el camino a pie, ya que no estaba muy lejos, hasta llegar a su destino. Cuando llegó, la clínica de medicina oriental de un estilo clásico apareció en su vista; la puerta doble de madera resulta por el lugar, con un letrero en la parte superior diciendo el horario de atención y el nombre de ésta.

Al ver que era hora de atención, entró al lugar. Recuerdos de él, siendo un niño, corriendo de un lado a otro, soltando carcajadas estruendosas que habían retumbado en el desolado lugar, mientras que el señor Min lo perseguía, riendo con él, los dos empleados que trabajaban con él en ese tiempo viendo la escena.

Podría decirse que el Señor Min fue como un abuelo para él.

A pesar de que no sabía si Min todavía siguiera trabajando en ese lugar, se dirigió al lugar en el que más frecuentaba estar en el pasado. Pasó por el suelo lleno de mala hierba y un camino de piedras que te guiaba hacia el lugar. El ladrido repentino de un perro ocasionó que se sobresaltara y soltara un pequeño grito que llegó al par que se encontraba en una habitación que daba hacia él.

La mirada sorprendida de un señor de avanzada edad con cabello canoso y la reconocible cabellera azabache fue lo que vio al recobrar la postura.

Taehyung no borraba el asombro de su rostro de ver a Hoseok ahí, mientras que este último le regresaba la mirada extrañado, pero sin argumentar nada. Así que el primero en hablar fue el Señor Min, o mejor dicho con su nombre completo, Min Yoongi.

—¿Hoseok? ¿Eres Jung Hoseok? —Yoongi se levantó de la almohada que estaba en el piso en donde había estado sentado hasta ahora. El mencionado simplemente asintió ante la pregunta, acercándose hacia el par. —¡Has crecido mucho, mi pequeño travieso!

Yoongi se acercó al pelirrojo y rodeo sus hombros, dándole un reconfortarle abrazo. Tae arrugó su entrecejo ante la escena que presenciaba.

—Ven, siéntate al lado de Taehyung —Lo guio hasta que se sentara en el cojín que estaba al lado del azabache y él en el puesto de frente, siendo separados por una mesa pequeña. — No sé si lo conozcas, pero es mi sobrino y es muy bueno medicina oriental. Estudió como loco para poder entrar en una buena universidad en china, pero al final no sé porque vino para acá, pudiendo allá tener mejor desempeño —Le inquirió al azabache, pero lo único que recibió fue una mala mirada, dando señal de que no dijera más de la cuenta.

—Señor Min, conozco a Taehyung, incluso trabajamos en el mismo hospital. El mundo sí que es pequeño —Soltó unas carcajadas junto al de avanzada edad.

Taehyung simplemente se removió en su lugar, incomodo de ver como el par hablaba y hablaba, incluso su tío no le prestaba atención y eso que había ido allí solo por él, dejando un pápelo a la mitad, e inconscientemente hizo un pequeño puchero en sus labios e infló sus mejillas.

La conversación entre par duró hasta unos minutos después en el que Yoongi se levantó, excusándose de que iría a traer té para los tres.

Taehyung al ver que Min se fue, miró a Hoseok. —¿Puedo saber qué haces en la casa de mi tío?

Hoseok colocó un codo encima de la mesita que había enfrente y apoyó su barbilla en la palma de su mano mirando directamente a la cara del azabache, ocasionado que éste se sintiera perturbado por lo "brillante" que eran sus ojos, cómo rayos de sol que salía de estos.

—Lo conozco desde pequeño, él le hacía acupuntura a mi familia. Gracias a él me comencé a interesar en la medicina oriental —Un brillo aún más radiante apareció en los ojos de Jung cuando mencionó su profesión. —Me encantó ver cómo manejaba las agujas, las ventosa, sus técnicas; la manera en la que movía ágilmente sus manos para colocar las agujas. Él fue quien me enseñó lo fundamental en la acupuntura. Imagínate un niño de sólo 6 años prendado en algo que lo dejó cautivado, pasando la mayoría de las horas viendo a alguien hacer acupuntura y aprendiendo de eso

Cuando Taehyung iba a responder a las palabras del chico, Yoongi regresó con una bandeja en donde había tres tazas de té y un plato con galletas.

—Tío —Pronunció captando su atención. —Yo ya me iré, dejé un trabajo a la mitad.

—Tu padre en el trabajo, dile a ese vejestorio que venga algún día —Bufó. —Dongtae debería de cuidarte más

—Su trabajo lo mantiene ocupado, no se puede hacer nada —Sin decir más escapó de la mirada curiosa de Hoseok ante lo dicho por su tío.

Cuando Taehyung salió vio la hora en su teléfono, tres de la tarde. Y todavía no había desayunado ni almorzado.

Así que en el trayecto a su casa vio una cafetería a la cual entro al sentir a su estómago gruñir de hambre. En el establecimiento compró un café americano con unas donas de chocolate y de vainilla. Se deleitó del maravilloso sabor que inundó sus papilas gustativas, terminándose la primera dona gusto y un cuarto del café, pero un mensaje captó su atención.

Taehyung, vi mi agenda y no podré ir para tu cumpleaños.

Un sabor amargo se instaló dentro de sí, vio el alimento que aún poseía entre sus manos y suspiró, en sólo unos segundos su estómago se había cerrado, eliminando cualquier hambre que había sentido con anterioridad. Cuando se encontró a un cantante callejero tocando la guitarra, se acercó a él y le entregó lo que iba a ser su comida del día; el señor le había agradecido, pero nada apaciguaba el dolor de su pecho.

Es lo mismo cada año. Mierda. No te debe ni importar.

Se repetía una y otra vez hasta llegar a su casa, en donde continuó con un trabajo que tenía pendiente.

[...]

Alrededor de cuatro meses habían pasado desde el ingreso de Hoseok y Taehyung podría decir que le irritaba por completo. Incluso ahora que estaba sentado a su lado en la sala de junta que habían sido reunidos la mayoría de los doctores de la sección de medicina oriental del hospital para una reunión importante, según el vicedirector.

—La reunión de hoy es para darle un aviso importante sobre el hospital —Comenzó a hablar captando la atención de los demás. —El director junto a algunos ejecutivos implantaron la idea de una sala VIP para la sección de medicina oriental. —Leyó lo que tenía en las hojas en sus manos. — Este tema lleva unas semanas rondados entre ellos, planeando y verificando. Ellos de paso ya eligieron a los que trabajarían en esa sección de acuerdo a su trabajo y desempeño

Todos miraron curioso al señor, esperando a que siguiera con la noticia.

—Son cinco los que irán a la sala VIP para encargarse de los altos funcionarios, por lo que es compresible que hayan elegidos a los mejores según los informes que habían hecho ellos y según el lugar en donde desarrollaron su estudio

La mayoría entonces tenían idea de quienes eran los que serían elegidos para estar en esa sala. Eran pocos los que habían estudiados en grandes universidades.

—Como consiguiente, nombraré a las personas que estará, éstos vengan al frente. Park Sunwoo —El mencionado se levantó de su puesto yendo hacia donde le habían indicado. —Ji Hansol, Park Jisung —Los dos mencionados hicieron el mismo cometido que el anterior chico. —Kim Taehyung —Frívolamente el chico fue hacia los demás con su rostro inexpresivo. —Por último, Jung Hoseok —El mencionado sonrió en grande dando un pequeño grito de emoción. Todo lo contrario a Tae, quien frunció el ceño ante su mención. No podía ser cierto.

Ya tenía suficiente con que, cada vez que pudiera, Hoseok se acercara a él para intentar hablar, que cada vez que se encontraba almorzando el chico se sentara enfrente suyo almorzando con él, que entrara a su consultorio con su maldita sonrisa por cualquier razón. Tiene que haber un error. Intentó convencerse.

—El día de mañana quiero a los cinco aquí mismo para acordar algunas cosas —Habló dirigiéndose a los que se encontraban a su lado.

Además, agregó unas palabras a algunas mejoras y renovaciones que podrían haber en el hospital a final de año, para después hacer que todos fueran a trabajar nuevamente. Y todos lo hicieron, Sunwoo apresurando el paso porque tenía una cita, y Hoseok con el otro par charlando entre ellos ocasionando que el estrépito de su voz retumbara hasta que la puerta se cerrara, a excepción de Taehyung que se quedó ahí.

—¿Quién tomó la decisión para que hubiera una sala VIP y Hoseok esté ahí, Heechul? —Reclamó con cierta vehemencia.

—Vicedirector, Kim Taehyung —Corrigió.

—Como sea, responde a mi pregunta —Bramó para soltar a lo último un bufido.

—El director, Kim DongTae —Recalcó brevemente el nombre, mientras arreglaba las hojas que había colocado en el escritorio. —Él propuso la idea de la sala VIP. Un día vio a Hoseok haciendo su trabajo y le pareció un buen desempeño por lo que decidió ponerlo en esa sala también

—Eso debe ser un error, Jung no puede estar en la sala VIP, apenas lleva unos meses en el hospital. ¡Es inaceptable! —La ira se le estaba subiendo a la cabeza. — Alguien como él no podía trabajar en algo que definía al orgullo del hospital. Jung Hoseok no puede trabajar ahí

—Taehyung, la decisión ya está tomada —Respondió cortante.

—Pero-

—Taehyung —Cortó las palabras contraria sabiendo lo que venía. —Tú sabes el buen desempeño que tiene, él es alguien competente por lo que es comprensible que él esté ahí. Si tienes algún problema, quéjate con el director, a ver si puedes comunicarte con él por lo menos una vez y siquiera te atiende una llamada

Y, oh, Heechul no debió haber dicho. Y él lo supo en el instante que vio como la mirada de Tae se colocaba vidriosa para después bajar levemente la mirada.

—Lo sé, mierda, lo sé. No tenía que echarme en la puta cara que soy un maldito huérfano por mi padre —Suspiró unos segundos después. —Hyung —Lo miró directamente a los ojos regresando a ser éstos fríos como un tímpano de hielo. —Espero que lo pases bien con tu esposa —Alzó la comisura de sus labios hasta crear una corta sonrisa.

—Tae, espera —Agarró su brazo. —Y-Yo lo siento

Soltándose del agarre respondió. —No importa, sólo dijiste la verdad

[...]

A la semana siguiente los integrantes sala VIP de la medicina oriental estaba siendo presentada ante millares de gente importante, siendo transmitida por la televisión. Los cinco chicos que iban a representar la sala se encontraban sentados en la primera fila del auditorio en el que ocurría la presentación.

A los pocos minutos el director apareció ahí para presentar a los chicos, con su impecable traje negro y su cabello perfectamente arreglado. Taehyung apretó sus labios entre sí, aguantando la respiración.

Taehyung miraba como su padre tenía el tiempo para ir a presentar eso y no para sus cumpleaños pasados.

— Primeramente, quiero agradecerles por estar aquí. Entre algunos ejecutivos estuvimos discutiendo sobre crear una sala VIP este año, dando una respuesta positiva tiempo después. Por lo que este año 2023. Tendremos una sección VIP —Los aplausos retumbaron en el lugar. —En este momento presentaremos a los doctores que se encargaran en esa sección

Uno a uno comenzó a llamarlos para que se dirigieran al frente y dijeran unas palabras, unos agradeciendo a otras personas, otros diciendo que el hospital los había cogido bien hasta que llegó el turno de Tae.

Él pasó al frente entre pasos que resonaron en la penumbra del lugar. —A consiguiente diré mis palabras de agradecimiento —Por primera vez sonrió en grande, pero no una sonrisa sincera sino que de puro sarcasmo. —Me alegra llegar a entrar en la sala VIP, que realmente desearía que mi difunta madre y mi difunto padre pudiera ver esto para celebrarlo con una gran cena —Dongtae miró a su hijo decir esas palabras, un pequeño apretón en su corazón apareció de repente, eliminando su sonrisa unos instante para después hacer como si no hubiera entendido la indirecta. —En especial mi padre, quisiera que me felicitara por esto —La sonrisa que formó desapareció para después mirar directamente al Dongtae. —¿No lo cree señor Kim? Eso haría feliz a cualquier hijo —El mencionado apretó los dientes entre sí. —Pero lamentablemente está muerto —Soltó unas carcajadas. Taehyung se puso al lado de los demás unos minutos después, ignorando como el ambiente en el auditorio se encontraba tenso..

El vicedirector Heechul que veía eso desde una esquina negó para sí mismo. Taehyung estaba en la mismísima mierda. 

Continuará...

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© FlyKingSquad
18032020

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