✘ CAPÍTULO XXXIV. ✘

ADVERTENCIA: Descripción semi-explicita de escena de asesinato.

Les recomiendo poner la canción de más arriba cuando vean el simbolito de "🎵". Le da ambiente, sobretodo, el ambiente que quiero que sientan. 🤙

Sin más que agregar, ¡disfruten!

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Yo nunca pensé
que yo a ti te podría perder.
Tan solo imaginé
un día a dia sin perecer.

Mi felicidad era tanta,
y mi ingenuidad, una bastarda,
que no me di cuenta
del peligro que abundaba.

Todo es mi culpa
y fielmente me arrepiento
de causarte este tormento
que te llevó a tu fallecimiento.

...

Perdóname, por favor.

▲•▼•▼•▲『✘』▲•▼•▼•▲

Oh, por todos los seres celestiales.

Apenas abría sus ojos y no podía creer todo lo adolorido que estaba. Su espalda baja y trasero tenían punzones insoportables y el resto de su cuerpo era un claro «duérmete un mes más, cola caliente».

Que diablos. Ni siquiera entendió como acabaron así. Pero, estaba feliz por ello pues todo fluyó muy tranquilamente, tal cual deseaban, y además ambos lo disfrutaron en demasía, al final...

Pero ahora solo quería agarrarlo por el cuello y no para ningún otro resultado sexual.

— Chan, imbécil...

— Mira, quien andaba brincando encima de mi era otro, no te hagas.

Se asustó al escuchar esa voz de repente, pues todo estaba en completo silencio, alzando su cabecita y observando a su novio entrando. En las manos traía un plato enorme. Casi parecía una bandeja.

— Sigues siendo un imbécil —replicó, haciendo puchero. No quería moverse. Se quedaría acostado boca abajo todo el día si era necesario.

— ¿Ah? —Bang rió, sentándose a su lado—. ¿Y por qué?

— Porque eres el activo.

— ¿Y?

— Y... Y la tienes grande. Eso, sí.

Más risas salieron de la boca de Christopher, como nunca me había escuchado. En verdad se notaba tan divertido y alegre por la situación, que dejaría pasar todo con tal de verlo así más tiempo.

— ¿En serio? —Jeong rodó sus ojos ante la sonrisa burlona y las cejas que se alzaban varías veces de Bang—. Bromeo, Innie, relájate.

— Tú no estás sufriendo, no tienes derecho.

— Pero-...

— Cállate, cállate, solo cállate —le dio un golpe en uno de sus muslos y el mayor se quejó, jalando de su cabello—. ¡Channie!

— ¡ES QUE TE PASASTE!

— EXAGERADO.

— ¿SE PUEDEN CALLAR? —a los dos se les pusieron los vellos de punta cuando escucharon esa voz; ChangBin—. Tuve suficiente con calarmelos ayer en la noche... ¡Déjenme dormir mejor ahora!

— Oops —In comenzó a reír muy alto, tapando su boca luego—. ¡Lo siento!

No hubo respuesta.

— Te traje esto —y Chris decidió desviar el tema, sentándose a su lado y enseñándole el sándwich con un juguito en caja, puestos sobre el dichoso plato—. Si quieres algo más, dime...

— Gracias —se puso de costado, tomando aquello para comenzar a comerlo feliz de la vida. El extranjero se mostró alegre de verle con mejor semblante.

— Te daré masajes —lo puso boca abajo, sorprendiendolo, pero se dejó porque lo necesitaba. Esperaba que fuesen buenos masajes en realidad y no algo que le terminase de desbaratar—. Dime si duele mucho.

El menor asintió, sintiendo que la frazada que cubría su desnudo cuerpo se deslizaba hasta dejar sus nalgas desnudas. Lo siguiente que sintió fueron sus manos en las zonas que más le dolían, quejándose, pero después suspirando complacido porque estaba haciendo un buen trabajo.

Tenía al novio perfecto; había pruebas y cero dudas.

— Uhm... Se supone que debo ir a la escuela —recordó que era día de semana, y otro día en la cárcel tocaba. Sin embargo, Chan negó—. ¿Eh?

— Lo mejor es que no vayas —recomendó, con la vista centrada en su labor pero parte de su atención en Jeong—. No sería bueno. Debes descansar. Así que, hoy te vas a quedar.

— Pero Channie-...

— Sin peros —le sonrió—. Créeme cuando te digo que es lo mejor. Además, podrías pedirle luego a... ¿SangMin? ¿SungBin? El niño ese, el amigo tuyo, la tarea. Tampoco es como si fueses el alumno ejemplar y tal...

— No es eso —rodó sus ojos—. Solo quería ir a casa...

Bang lo miró impresionado. — ¿A tu casa?

— Sí —se hizo de hombros—. No lo sé. Solo tengo ganas. Aunque es muy raro...

— Porque normalmente no te gusta estar allí.

— Exacto —bebió de la cajita—. Pero cuando desperté... —«JeongIn, yo lo vi...»—... fue lo primero que pensé.

— Hmm, quizás es solo una mala energía.

— ¿Crees en esas cosas?

— No totalmente, pero me parece curioso. Siempre hay un cambio o una sensación, y justo luego sucede algo. No creo que sea casualidad.

— Yo tampoco...

Continuó dándole masajes en lo que acababa de comer, recogiendo todo al culminar y buscando un cambio de ropa limpia suya.

— Vamos a bañarte. Apuestas.

— Habló el otaku.

— NO SOY OTAKU.

— Dile eso a las figuras de Goku que encontré bajo la cama la vez pasada, Channie.

La pareja se risoteó antes de que Bang lo cargase y lo llevase a su baño. No tenía una tina ideal como en todos los libros o películas de romance, sin embargo, pudieron bañarse juntos y muy a gusto en medio de más besos y cariñitos, sin perder esa pizca bromista que caracterizaba su peculiar relación. No se iba, nunca lo haría.

Amaban como se trataban, incluso si Chan era muy brusco o JeongIn muy fastidioso.

Y el resto del día, luego de ese baño, se basó en ellos siendo una pareja completamente normal, hablando hasta por los codos, comiendo, leyendo los comics y mangas que Chris tenía allí. El mayor masajeándolo y el menor siempre aprovechándose para recibir más mimos cada que podía. Besos robados, risas ruidosas. Tan perfecto. Un jodido sueño hecho realidad.

Ya no se esconderían, ni de la gang, ni de nadie más.

Cuando estaba por anochecer y JeongIn ya se sentía mejor, el australiano lo llevó hasta su casa... Literalmente, hasta la puerta de su casa.

Era peligroso, e inclusive Jeong le dijo que no era necesario, pero quería ayudarlo todo lo posible, ya que todavía presentaba incomodidades.

— Avísame si pasa algo —le avisó, al soltar su mano en la puerta del hogar Yang, cuyo hijo afirmó de lo más contento. Nada podría arruinarle este día—. Bien... —«Te amo»—. Te quiero.

— Te quiero.

Se despidieron con un tierno mover de manos y finalmente, a pesar de su cero ganas, JeongIn entró.

El silencio lo recibió. Una bienvenida fría que le heló la sangre.

Y un malpresentimiento se presentó.

«🎵»

Su casa siempre era silenciosa, al menos, desde hace un par de meses había empezado a hacerse común ello, no obstante, ahora... Esa sensación se sentía mayor.

Era gélico. Congelante hasta los huesos. Sus vellos se pusieron de punta y un escalofrío le recorrió de los pies a la cabeza. ¿Por qué tenía tanto malestar de pronto? Su aura llena de felicidad y brillos se esfumó, tan rápido. Un chasquear de dedos ensordecedor.

— ¿Papá? —se sentía como un niño pequeño, cuando llegaba a casa y lo primero que hacía era ir en busca de su padre, recorriendo la casa con paso pequeños—. ¿Pa... Papá?

Pero ahora no era para lanzarse a sus brazos, reír y preguntar que comerían, sino por una sensación de aterrorizante preocupación.

¿Por qué te sientes mal?

— Papá —llamó con más firmeza, caminando por el comedor, por la cocina; nada—. Lo siento... Por preocuparte. Pero ya estoy aquí.

La impaciencia por carencia del más mínimo sonido le llenó de ansiedad, causando que corriese ahora, a pesar del dolor, escaleras arriba. Con su vista agudizada ubicó a la velocidad de un rayo la puerta de su cuarto y fue hasta allá, abriéndola, metiéndose y tratando de encontrarlo. Pensó que lo encontraría en la cama, durmiendo tranquilo o roncando fuerte como siempre lo hacía.

Pero tampoco fue así.

¿Por qué te sientes mal?

— ¡Papá! —ya estaba por perder la cabeza de la exasperación que sentía. Bajó de nuevo, visualizando a la derecha, izquierda, atrás y adelante. Todas las direcciones, como si estuviese en algún estado de paranoia extremo—. ¡Papá!

¿Por qué...?

Sus pies frenaron al recordar que no había pasado por cierto lado, sintiéndose un imbécil. Quizás él estaba durmiendo en la sala de estar, solía hacerlo luego de días exhaustivos. Sí, allí estaría, allí se encontraría...

Y, en efecto, en el lugar se encontraba, sentado en su usual sillón, en dirección a la televisión apagada. Las luces también lo estaban, por lo que velozmente asumió que llevaba desde temprano tomando esa siesta.

Pudo respirar más tranquilo al unísono que se aproximaba.

— ¿No me escuchaste? —como estaba de espaldas a JeongIn, no podía verle casi, más que parte de su cabeza y brazos reposados a los lados—. Te estaba llamando, no sé que me pasa, pero-...

Calló e inhaló profundo, con sus ojos abiertísimos y las piernas de gelatina. No, no. Lo que veía... No podía ser real.

— Papá... —sollozó, sintiendo las lágrimas hirvientes bajar por sus mejillas en lo que un sinfín de recuerdos lo llenaban, pero sus pupilas no se apartaban—. ¡No!

Ojos mirando a la nada, boca entreabierta y tez pálida, muy pálida. El suelo bajo sus pies estaba lleno de sangre ya seca, sus pantalones y camiseta también. Se visualizaba un disparo de bala en una de sus piernas, otro en su hombro y el último... Entre ceja y ceja, mientras que en el centro de su pecho, con la ropa desgarrada, llegaba verse cierto signo. Letras y trazos perfectos, haciendo obvio que no había sido un simple robo o asesinato sin sentido.

« NCT IN.
   –BW. »

Si es todo tu culpa.

***

HOLA BUENAS NOCHES POLIEDRO DE WATTPAD.

UNA DISCULPA NUEVAMENTE POR DESAPARECER SJDGDKDHD, es q la universidad me está dando como cajón que no cierra y eso no está chido /sniff

PERO YA CASI ME GRADUO ASÍ QUE HETERO SI NO APRUEBO TODAS MIS MATERIAS ÉSTE SEMESTRE AAAAAAAAAAA.

Ando energético luego de tomar café, perdón.

Deseenme suerte en todas mis cosas de la uni. Prometo ir retomando mejor el ritmo de la historia con respecto a las actualizaciones. Y espero que a pesar de lo lúgubre de éste cap, les haya gustado. Honestamente, amo escribir escenas lindas y chistosas entre el ChanIn como las del comienzo.

Eso, lxs tqm. Gracias por ser pacientes siempre. Cuidense y nos vemos 💟

FELIZ PRIDEEEE 🏳️‍🌈🤍🤍

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