✘ Capítulo XXVIII. ✘
Capítulo dedicado a: byounggonniee. Gracias por estar siempre tan atenta a la historia, por la bella adaptación y el dibujito que me hiciste, sigo sintiéndome muy especial por ello. Tqm. ❤️❤️❤️
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Si pudiera comenzar a ser
la mitad de lo que crees de mí,
cualquier cosa podría hacer
y podría aprender a amar como tú...
Amarme como tú...
Siempre creí que sería malo,
y ahora sé que es verdad.
Porque, tú eres tan bueno
y no soy como tú.
Te has ido hoy
y yo te adoro
Quisiera saber...
¿Qué te hace pensar que especial soy...?
Amar como tú - Steven Universe.
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SeungMin y JeongIn se encontraban hablando mientras caminaban a la salida.
A Yang realmente le sorprendía todo lo que sabía el menor. Era mucho, ¡era tan listo! Es decir, ya lo sabía, ¡pero ahora se daba cuenta que se trataba de todavía más! Socialmente podia parecer un tonto e ingenuo, pero cuando se va a temas de conocimiento general, era en verdad asombroso.
- ¿Entonces, hace muchos años, la homosexualidad era considerada una enfermedad? -Jeong parecía un niño pequeño, preguntando muchas cosas. SeungMin rió.
- Sí... Hace años, la gente creía demasiado en las energías Yin y Yang, por ejemplo, el estar consumido por fuerzas Yin lo atribuían a esta "enfermedad" -hizo comillas con sus dedos-. Entonces los llevaban con doctores que también eran brujos, y ellos les daban algunas cosas para tratar de curarlos...
- Oh...
- Mamá y papá todavía creen que esto es una enfermedad -informó-. Dijeron que si seguía así, debían llevarme con un psiquiatra y darme medicinas... Para que se me quitase.
- Eso no se quita así... En realidad, no se quita -el pelinegro enarcó una de sus cejas-. Principalmente, porque no es una enfermedad.
- Uhm, lo sé... -puso una de sus manos en su pecho-. Tampoco quería dejar de sentirme así.
- Ay, que tierno, arriesgando todo por HyunJin -le dió un suave codazo, provocando que Kim lo viese muy nervioso.
- Ahm... -comenzó a jugar con sus dedos.
- ¿Lo hablaste con tu mamá o...?
- En realidad, no. Lo estaba hablando con la ama de llaves, le dije que me sentí muy bien y pensé que él era demasiado atractivo. Ella... Es la única en quien confío, pero mi mamá nos oyó y entonces le contó a mi papá. En la cena ambos me dijeron lo mal que estaba y que no podían permitir que estuviese así de enfermo...
- ¿Y tu ama de llaves que te dijo? -el menor ladeó su cabeza.
- Que si eso me hacía feliz, estaba bien... Que no debía preocuparme por nada más, ni en si es chico como yo, aunque estuviese mal visto no tendría porque cohibirme. En cambio, debería intentar... Conquistarlo.
- ¡Sí, exacto!
- Pero JeongIn -hizo puchero-. Yo no sé nada de eso... Es la primera vez que siento algo así, es decir, lo he leído mucho y visto en televisión, pero nunca lo había experimentado y y, me da miedo que-
- Shh, tú tranquilo, lo resolveremos -posó una mano en su hombro y Seung se exaltó.
- ¿Lo resolve-
- ¡Oh, ahí viene!
SeungMin iba a salir corriendo, pero JeongIn lo agarró de su mochila y lo empujó de regreso, haciendo que tropezase. Cerró los ojos y esperó lo peor, más eso no sucedió. Él no cayó.
En su lugar, unos cálidos brazos lo acogieron e hicieron que quedase medio suspendido pero a salvo, cosa que le hizo abrirlos para describir a que se debía ello.
Y por poco muere de un infarto.
- Hey, hey, más cuidado -su rostro tan cerca y ese aroma suyo, tan natural pero delicioso... HyunJin lo fue enderezando, hasta dejarlo de pie delante suyo, sin darse cuenta del estado embobado del pequeño-. ¿Estás bien?
- S... Si... -contestó al medio espabilarse.
- Que bien...-se le quedó viendo y él menor se cohibió más-. Tú... Este... Eh...
Más la pena pasó a confusión al instante que le vio titubear tanto al decir nombre.
- S... S... -«¿Se le olvidó?»-. ¡Sunmin!
«Se le olvidó.»
- A menos que tú seas Hyunjae... -desvió su mirada, risueño. Era mejor que ponerse a llorar.
Entonces, la cara de Hwang se iluminó y comenzó a sacudirle de un brazo.
- ¡Oh, dios, ¿lees Heather?! -chilló. Seung, aunque atontado, afirmó-. ¡Listo, te amo, vamos a casarnos!
- ¿L-lo lees? -ignoró la última parte, celebrando nada más internamente por ello. Era obvio que no era algo serio, pero igual sonó muy tierno y lindo.
- ¡Si! Me encanta, ¡realmente es bueno! No había conocido a otro que le guste, aww...
SeungMin sonrió. - Bueno, ya lo haces...
- Ejem... -Al voltear, los se encontraron con la mirada cómplice, juguetona y divertida que tenía Yang, causando que Jin se confundiese y Seung se sonrojase, ya que él era conocedor del por qué esa expresión.
- ¿Que con esa cara? -Hwang enarcó una de sus cejas.
- Es mi cara de siempre, idiota -le sacó la lengua-. Y, ¿que andan hablando? ¿que es eso de "Heather"?
- Ay, no te voy a explicar y tampoco lo vas a entender -contestó HyunJin con cierta burla.
- Apoyo -Seung se unió a ello.
- Traidores. Y yo que te iba a decir el nombre de SeungMin, Hyun-... tÚ NO ESCUCHASTE ESO.
- ¡IMBÉCIL! -el peleador se lanzó al suelo y comenzó a reírse como loco, tomándose el estómago. JeongIn quería tirarse de un puente por la tremenda tontería que había dicho, pero en su lugar comenzó a patear a Hwang-. ¡Yah, yah, me sacarás una costilla!
- Tsk...
- Tú sabes que te quiero mucho -se levantó y mostró un corazón con sus dos manos. Acto seguido, se giró para abrazar fuerte al cenizo-. ¡SeungMin! Ya no lo olvidaré, y menos porque eres un gran lector y conocedor sabio. ¡Heather es tremendo arte!
- ¡Lo es!
- Ah, lamento haberlo olvidado -apoyó su cabeza en su pecho, con las manos puestas en sus hombros-. En serio.
- No importa -sonriendo de lado, acarició su cabeza. Tenía que aprovechar los milagros del todopoderoso-. No es como si fuese relevante... Muchos lo olvidan, así que estoy acostumbrado.
La cara que puso mientras decía esas palabras, como si se estuviese deshaciendo en conjunto a lo que decía, se le contagió a HyunJin el cual se enderezó para abrazarlo.
- Oye, eso es muy triste.
- Hm... -«cálmate, cálmate, cálmate, cálmate, cálmate, cálmate, cálmate, cálmate, cálmate, cálmate, cálmate, cálmate...»-. Su-supongo... -lo abrazó de vuelta.
«Oh cielos, ¡ellos se ven tan bonitos!» pensó emocionado JeongIn, feliz por el menor que se notaba especialmente contento con las atenciones físicas del alto.
- Hey -In ensanchó su sonrisa a la par que se movía un poco de un lado al otro, balanceándose-. ¿Ustedes se irán juntos, no?
- ¡¿Ah?! -Kim se puso en alerta máxima.
- ¡Oh, sí! -«¿¡Qué!? ¿Cuándo, cómo, dónde y por qué?»-. Tenemos que empezar las prácticas de pelea -lanzó dos puñetazos al aire, sonriente.
«Ah» Seung suspiró, no sabiendo si de alivio o dolor. «Es eso...»
Es que, de haber tenido una cita con HyunJin tan pronto, lo mataría pero de la tremenda emoción y vergüenza que sentiría a la vez. Era mucho para alguien tan chiquito, un corazón ingenuo. Deseaba ir de a poco...
- Sí, casi lo olvidaba -era honesto. No recordaba haber acordado eso hasta el momento. Sus divagaciones acerca del pelinegro mayor lo mantenían distraído-. ¿Será ya, ya?
- ¡Claro! -lo agarró por la muñeca. JeongIn, percatandose de ello, sonrió con la idea de irse, sin embargo...-. ¡Pequeño bro! ¿Seguro que no quieres venir con nosotros?
Volteó, viendo a ambos antes de enfocarse más que nada en su otro amigo pandillero.
- Tengo prácticas con... Han -le respondió, sonando confiado a pesar de que mentía-. En otra, les hago compañía.
- Bueno -aunque Hwang no estaba muy feliz por ello, no podía hacer nada. Solo callar y dejar las cosas ser-. Está bien, ¡suerte!
- ¡Ustedes igual! -deseó antes de irse por el camino totalmente contrario al de el otro par. Hyun no le quitó la mirada de encima, ni cuando desapareció por una de las esquinas de la calle.
- ¿Hyung? -el de apariencia de cachorrito jaló suavemente una de sus mangas, produciendo su voltear y centrar de atención-. ¿Vamos ya?
- Oh, sí -empezó a caminar hasta donde ellos estarían, pero su mente se había quedado en ese lugar, y su corazón... Solo le rogaba ir detrás de Yang, aunque era más que evidente que no podía obedecerle-. Vamos...
Solo callar. Siempre callar. Sonreír y fingir.
Apenas llegó y ya estaba haciendo un lanzamiento como si fuese todo un profesional de baloncesto, de su mochila a uno de los sofás, logrando que... Este cayese y todo fuese en vano, porque tuvo que ir a recogerlo y ponerlo de forma correcta en el lugar.
La guarida estaba sola. O eso parecía. Había muchísimo silencio en el lugar, las luces apagadas, paz y tranquilidad...
Era agradable, pero aún así extrañaba los viejos tiempos.
Empezó a caminar por ella, hasta cierta habitación. El camino era el mismo, nada cambiaba. No desde hace siete días exactos. Sonreía como un idiota enamorado en lo que pensaba como sería está tarde junto a su amor secreto.
Ew, que cliché y tonto romanticón se había vuelto por un chico... Aunque no cualquiera.
Es decir, era Christopher Bang Chan, un hombre de 20 años de edad, estatura de 1.71 m, agilidad en el canto y rap, líder de una de las gangs más aterrorizantes del estado que él ha encaminado bien al éxito, pero no se equivoquen porque tiene un corazón y sentimientos hermosos ante cualquier momento; sincero, empático con sus compañeros, divertido a su manera, poseedor de una dualidad increíble, su tipo ideal, dominador de idiomas como el inglés, coreano, japonés, griego y chino. Oh, sí, ese era su chico.
¿Que como sabía todo eso? Pues, unas buenas noches bajo la luz lunar y las estrellas eran las mejores para hablar hasta el cansancio y conocerse mejor al otro. Una eternidad en una hora, un minuto o un segundo.
Agh, ¡ya basta! De verdad que ese hombre le estaba volviendo poético, era por su estúpido lado filosófico...
Al llegar a su cuarto, notó como la puerta a estaba semi-abierta. Frunció el ceño y se acercó más, empujándola suavemente. No hizo ningún ruido y eso le dió la ventaja de apreciar en silencio como su pareja se ejercitaba con un par de pesas no tan grandes, pero seguramente bastante pesadas.
Oh, dios. Chan sudado, con una franelilla medio transparente gracias a lo mismo, dejando a la vista todos sus tatuajes. Músculos tensos y más definidos de lo normal, cabello medio húmedo, en especial en las puntas. Era lo más caliente que había visto en mucho tiempo.
Definitivamente era homosexual. ¿O Chansexual? Como sea, se da a entender.
No obstante, parando con su babeo por la imagen tan asombrosa y única que le estaba dando Christopher, una idea más traviesa e infantil se le vino de flashazo a la mente, por la cual sonrió, juguetón.
Y se acercó, un paso, otro y otro, sin hacer nada de ruido. Ni con misiones o entrenamientos de la gang eran tan bueno en el sigilo. Al estar a buena distancia, se acuchilló un poco, y...
- ¡No te mue-... AH! -se le había lanzado por la espalda pero el tiro le salió por la culata al sentir como le agarraba y ponía delante, colocando su brazo alrededor de su cuello seguidamente. Oh, mierda, ¿cuando había soltado las pesas?-. Oye... No me ahorques que me excito...
- JeongIn, santo cielos -lo empujó fuera de su regazo. JeongIn sonrió porque al final de todo, si había logrado su objetivo-. Casi me da un jodido paro cardíaco.
- Lo siento, abuelito -se burló, riendo a la par que le veía-. Era lo que quería, dah. No te molestes, Channie.
- Ni ti milistis Chinnie, dah -lo remedió mientras volteaba sus ojos, produciendo que In se carcajease todavía más alto antes de de echarse encima de él una vez más-. Idiota... No es gracioso.
- Lo fue -le quitó importancia, sintiendo el corazón aún acelerado de su pareja al estar aferrado a su cuerpo. Acarició su espalda y besó su mandíbula-. ¿Cómo estás? Además de pegosto y oliendo a perro mojado.
- No tienes que estar encima de mi -viró la mirada-. Y estoy bien... ¿Tú cómo estás? ¿Cómo te fue en el colegio?
- Me fue bien -se acomodó mejor sobre sus piernas, a propósito. Le gustaba fastidiarlo y en realidad, nada de lo que dijo antes era relevante como para alejarse-. Aburrido como siempre.
- ¿Que aprendiste hoy? Tuviste que haber aprendido algo.
- Dime otro chiste.
Christopher alzó una ceja, soltando unas cuantas risillas después.
- Eso es solo una cárcel... -siseó el menor-. Las cosas que deberían enseñarte, no te las enseñan. Solo te hablan de un montón de mierda absurda y molesta, de cosas religiosas, o homofóbicas, ¡o política!
- Oye, ese vocabulario -le dió un palmazo en uno de sus muslos-. Que boca tan sucia.
- Cállate, no tienes moral -se cruzó de brazos-. Estoy cansado de esta tortura llamada ir al colegio a perder el tiempo y solo escuchar a personas machistas y homofóbicas...
- Hm, eso parece de nunca acabar... -se refirió a esa clase de actitudes, un poco desalentado. Yang lo escuchó y no pudo evitar sentirse algo mal, porque eso era algo que realmente les afectaba, mucho.
El mundo siempre buscaba una forma de lastimarte, de hacerte menos, de pisotearte. En su caso, su sexualidad sería juzgada, por mucho, mucho tiempo... Quien sabe si algún día eso cambiaría en un país como en el que vivían.
- No importa -acarició una de sus mejillas y se aproximó a su boca, pero sin besarle todavía-. Te extrañé...
- No puedes vivir sin mi, lo sé -relajándose un poco más, los dos rieron por ello para luego darse un pequeño beso; corto y dulce-. Yo no te extrañé.
- Que mentira, tus labios me dicen lo contrario -los mordió y jaló. Chris jadeó-. Uy señor Bang, no se emocione.
- Ja, ja -volvió a volcar la mirada y acto seguido, lo apartó para dejarlo a un costado-. Me voy a bañar.
- Pero Chaaaaan -puchereó-. No tardes mucho...
- No lo haré, pegoste -tomó una toalla y se acercó a su baño personal.
- Ah, así me quieres.
- Ajá.
Se metió allí no sin antes verle y sonreír de lado, como dándole a entender un "yo más y lo sabes". JeongIn nunca necesitaba palabras. Sus acciones hablaban solas, hasta las más pequeñas y simples.
- Bobo -se echó sobre la cama, de cara. Le encantaba la fragancia de su novio, que no era un perfume o algo así, era... ¿Como algo más natural? No sabía explicarlo, sin embargo, lo dejaba anclado a esa cama siempre-. Mmh...
Y entre no haber dormido bien ayer, despertar temprano hoy y la tremenda comodidad que le brindaba esa colcha, acabó durmiendose sin siquiera quererlo.
Despertó al sentir movimiento.
Cuando abrió sus ojos, luego de parpadear un montón de veces, presenció a Chris colocándole una calentita manta blanca encima. Al parecer no se había percatado de que estaba despierto, por lo que estiró una de sus manos para agarrar el brazo que estaba por apartarse, y lo jaló, casi haciéndolo caer encima suyo.
- Chris... -susurró medio dormido, muequeando al sentirlo alejarse otra vez.
- Solo duerme -Jeong negó y haló una vez más-. JeongIn...
- Hazlo conmigo... -pidió-. Por favor...
El australiano desvió su mirada al tiempo que acariciaba su cuello. - No estoy seguro que sea buena idea...
- Lo es, por favor...
La expresión de un pequeño Innie todavía dormido pero lo suficientemente consciente como para solicitar ello, con la melena despeinada, sus ojitos entrecerrados y las pupilas dilatadas, brillosas, era una imagen a la que no podría responder con un "No". Oh, si JeongIn se estaba volviendo cursi por Chan, este mismo solo se hacía más débil por Yang.
- Bien... -exhalando, sonrió un poco antes de tomar lugar a su costado. Podría estar más tranquilo de que estaban solos y los otros chicos dijeron que llegarían en la noche, tenían tiempo de sobra-. Solo media hora. No quiero arriesgarme demasiado.
El pelinegro no respondió, solo se giró, apretó sus manitos en su camiseta y se acurrucó en su pecho, sonriendo también. Con él allí, se sentía mil veces mejor.
- Gracias... -murmulló y, con el pasar de menos de un minuto, ya había sido víctima del sueño por segunda vez, reposando pacíficamente en su pecho.
El castaño se dedicó a acariciar sus cabellitos, peinandolo pese a saber que sería en vano porque en un rato seguro estaría igual o peor a lo de anteriormente. Como sea, le parecía entretenido y una acción muy romántica que solo efectuaría con tal mimo teniéndolo a él en ese estado de sueño.
Le apenaba mostrarse en exceso de cariñoso y, de paso, tenía miedo por lo mismo. Dos veces, dos amores, dos decepciones, dos caídas horribles... En ese pozo tan hondo, mugriento y oscuro que ya conocía bien. Nada más la soledad, el terror y la inseguridad le esperaban allí, ansiosos de destruirlo una vez más. No quería más dolor, quería confiar en JeongIn y creer firmemente que no iba a repetirse.
Lo vió, allí, durmiendo como un ángel. Flasheos de Noah aparecieron, luego WooJin y ahora... JeongIn. Nunca ninguno pareció malo o que le iban a destrozar de una manera tan bruta.
- Pero tú no eres así... Tú... Eres como yo... -susurró, acercándose a dejar un pico sobre sus labios-. Sé que no me harás daño, yo soy quien lo ha hecho, lo siento, solo sigo teniendo miedo...
Volvió a callar, más mantuvo el dote de mimos, relajando su ansiedad y miedo de a poco. El tema seguía siendo algo delicado a tratar para él, más sabía que solo estaba re-pensando las cosas innecesariamente, un gran error.
- Creo que nunca te lo he dicho, pero ahora contigo he sentido el amor como... Un jardín -rió suavecito, pegándose un poco más a él-. Sí, eso, un jardín. La razón es porque... Para tener un buen jardín, hay que contar una buena base, para las cosechas y flores, algo que luego debes cuidar bien, regar con no demasiada agua pero si la suficiente, darles un ambiente agradable, hablarles, incluso cantarles... Aunque no todo era arcoiris y colores, y por eso pienso que se parece aún más -tomó un gran respiro-. Un jardín es una gran responsabilidad, tal cual una relación, y de ella no siempre se obtendrán excelentes cosechas, a veces ninguna. Va a haber muchísimas malas yerbas, espinas en las rosas tan hermosas a las cuales más dedicación le ponemos. Y eso es algo inevitable, así como el tomarlas y sentir el pinchazo que duele más de lo que podría parecer -sus labios se acercaron a besar su frente-. Ahora, nosotros tenemos nuestro propio jardín. Las bases fueron difíciles de fertilizar, ¿cierto? Yo me negaba a tenerlo, pero inconsciente o conscientemente, lo hicimos, y solo... Nos queda cuidarlo, arrancar las malas plantas que solo lo dañan y recoger cada buena y bonita cosecha. Prometo que voy a hacer de nuestro jardín, el más lindo de todos. No lo dejaré de ver ni por un instante. Espero que tú también estés decidido a lo mismo...
Confiar con tantas experiencias traumáticas como las que vivió era difícil, pero con un empujoncito le bastaba para creer, ayudarse y sanarse, con la ayuda indirecta de su pareja.
Estaba seguro, algún día... Él lo superaría todo.
ChangBin venía llegando de una salida con Felix, algo más temprano de lo esperado pues al pecoso le surgió una emergencia.
Últimamente se les hacía mucha costumbre salir los dos, como... ¿Citas? A tomar bebidas, comer o solo caminar, lo cual era entretenido. JeongIn le dijo que se distrajese cada que sintiese "esa necesidad" y eso estaba haciendo. Era reconfortante, la verdad, se sentía mucho mejor...
Pasó por la sala a pasos perezosos. Estaba cansado, deseaba ir a dormir y eso haría. Se deshizo de su chaqueta para dejarla en el mueble, pero justo cuando la soltó y lanzó, se percató que ahí estaba la mochila de alguien.
JeongIn.
Frunciendo el ceño, la tomó e inspeccionó un poco. Seguido, volteó a todas direcciones. No se escuchaba nada, ni el aleteo de una mosca. Volvió a dejar dicho objeto en su lugar y caminó por toda la casa, en su búsqueda.
Aunque no tuvo que recorrer mucho en lo que había pasado por la habitación de su líder, que estaba con la puerta medio abierta y desde allí, por el fino espacio, presenció algo que le dejó tan confundido como asombrado.
¿Que hacían JeongIn y Chan durmiendo juntos y acurrucados?
***
hey, ¡feliz navidad!
dije que quería actualizar por estas fechas, así que aquí tienen; un montón de azúcar para endulzar su día sea bueno o malo.
espero que la pasen muy bien. lxs amo. son lo mejor. disfruten tanto como puedan este día que de cierta forma, tiene su lado especial.
nos vemos. 💞💞
EDIT: Olvidé mencionar que Heather es una obra que realmente existe JAHSJSHSJS, es de devilsung (q no sé pq no me deja mencionarle aquí). Es hyunmin y es re linda. vayan a leerla. ❤️
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