✘ Capítulo XVII. ✘

Dedicado a: lixxiefrecklesuwu, quien adivinó a quien iba dirigido el pequeño capitulo anterior. ¡Felicidades! 💞

Respuesta: de ChangBin a Felix.

▲•▼•▲『✘』▲•▼•▲

Todo ha cambiado.

En ti, en nosotros...
Todo ha empeorado.
¿O quizás mejorado?

Te has alejado sin razón aparente
Me apartaste, me ignoraste.
Lo sigues haciendo.
Y no pareces arrepentido de ello.

Quiero hacer lo mismo
Así, tan fácilmente.
Quiero dejar de pensarte
De quererte.
De desearte.
De mirarte.

...

Pero no puedo.

▲•▼•▲『✘』▲•▼•▲

— Oh... Si, ahí, más...

— ¿Aquí?

— Dios, si, justo allí... ¡Oh!

— ¿Estoy siendo muy brusco?

— Para nada. Sigue así... Ahh...

— Estás muy tenso...

— Sí... Lo siento.

— Está bien, está bien. ¿Más?

— Creo que ya... —el chico se separó y rodó por el suelo hasta estar boca arriba, mirando a su amigo con una gran sonrisa—. Gracias por el masaje, se me partía la espalda del dolor.

HyunJin solo rió, negando a la par que le devolvía el simpático gesto.

— No hay problema.

Los dos chicos estaban acostados en el piso con poco césped que había detrás de la guarida, sudados y rojizos, descansando un rato de una reciente ruda práctica tenida.

Bueno, si se toma en cuenta que era ruda el 30% del tiempo, porque el otro 70% se basaba en puro bromear y juguetear, como dos niños.

Costumbres.

— Estoy cansando.

— No hicimos casi nada.

— Pff, ese eres tú, que estás acostumbrado a eso —se defendió Jeong, dándole un suave golpecito en el hombro. Escuchó a Hwang risotearse antes de empezar un drama, dando vueltas por el suelo al mismo tiempo que se tomaba el hombro. JeongIn rió más—. ¡Ni te di tan duro!

Entonces, HyunJin se detuvo, justo con su cabeza en el pecho de JeongIn. Un brazo se alzó y le abrazó, y JeongIn se sintió un poco nervioso.

Pero no incómodo, realmente. Se había acostumbrado a las constantes muestras de cariño viniendo del alto, que si abrazos sorpresivos y extensos, o besos en las mejillas llenos de mucha baba que acababan con ambos riendo como estúpidos.

Igual, solo eran bromas y juegos tontos. Nada más.

¿Cierto?

— Así te decía anoche.

— ¿Qué? —JeongIn, al estar en su propio mundo, no captó al principio. Sin embargo solo le tomaron menos de cinco segundos para entender a lo que se refería—. ¡HyunJin! Eres un puerco.

El mencionado solo se carcajeó ruidosamente y Yang le volteó los ojos. Seguido a eso, Hwang se acomodó mejor y ambos se quedaron viendo el azulado panorama que se les mostraba en completo silencio. Pocas nubes eran las que le decoraban, y había un viento fresco, así que estaban bastante cómodos así.

— En un rato... —suspiró In, pensando como este momento pronto se arruinaría—... tengo clases con HanShot... Usaré una de esas armas para darme un tiro algún día.

— ¡Oye! No digas eso. La vida sería muy aburrida sin ti... —Jin puchereó, apegándose más—. Además, tú fuiste quién lo pidió.

— No pensé que sería tan horrible. ¡Sólo quería un poco de más práctica! Pero ahora me arrepiento rotundamente.

— Me hieres, pequeño bro.

— Ah, bueno, contigo si es entretenido porque lo haces divertido y no me exiges mucho, pero con HanShot...  —tuvo un escalofrío—. Anda más estricto que nunca.

— Si tomas en cuenta todo lo que sucedió... —HyunJin siseó—. Hasta yo..

— Cierto... Pero al menos volvió. Dos días después, pero lo hizo.

— Y que bueno, porque no me imaginaba a la BangGang sin él y sus constantes peleas con LixBoom.

— Tampoco yo, y creo que nadie —el menor rió un poco—. Aunque... La paliza que le dio como castigo por fallar los disparos...

— ... Estuvo fea, lo sé. En un punto pensé que terminaría matándolo, ¿sabes? Cuando Lix casi queda inconsciente, que sangraba muchísimo, y seguía dándole patadas —exhaló—. BangMind le decía que parase y no hacía caso.

— Seguro estaba cegado por la ira. Sigue culpando a Felix por lo de él y MinHo.

— Sí, aunque en realidad no es así... Pero bueno. LixBoomie fue fuerte y lo soportó como un campeón. Al principio de verdad me sorprendió que no regresase ningún golpe.

— Mhm, estoy seguro que se hubiesen matado entre sí de haber ocurrido. Ni BangMind hubiese podido separarlos.

HyunJin asintió.

— Aunque... —el hacker soltó un par de risillas, pasando la yema de sus dedos por toda la espalda impropia—. De verdad me pareció gracioso cuando le dije para curar sus heridas y me gritó "¡No!" —imitó, de forma patética, su gruesa voz—. "¡Vete, déjame en paz!" Aaaah, pero cuando PlayerBin le dijo lo mismo...

— "Ñiñiñi, por supuesto que sí Binnie, ñiñiñi..." —le siguió el juego HyunJin, haciendo exagerados sonidos de besos y ¿lengua? al final.

Los dos estallaron en estruendosas carcajadas mientras negaban con sus cabezas.

— Y después ChangBinnie diciendo que era una "devolución de favores" —Hwang hizo las comillas con sus dedos— porque Felix lo había cuidado todo el tiempo después de las apuñaladas, y no le gustaba "estar endeudado".

«Sí, como no...»

— ¿Tu pierna cómo está? —el mayor, cambiando de tema, le palmeó suavemente un muslo y posteriormente lo acarició—. ¿Ha sanado bien?

— Sip, está bastante bien, no duele y tampoco cojeo —sonrió el pequeño.

— Lo he notado —y Jin le imitó—. Los primeros días apenas y podías caminar. ¿Cómo hiciste para explicarle a tus papás?

— Fácil, les dije que me esguince el tobillo corriendo devuelta a casa.

— ¿Y te la creyeron? ¿Cómo si nada? ¿No te revisaron o algo?

— Me fui después de eso. Mi papá se puso pesado y es muy incómodo cuando casi me asfixia con un abrazo mientras me empapa el hombro con lágrimas. No sé que le sucede últimamente, literal, ni siquiera preguntó dónde estaba o por qué desaparecí toda la noche, no estaba molesto, no me regañó, solo preguntaba una y otra vez, "¿te sientes bien? ¿Quieres ir al hospital?"

— Parece que de verdad se preocupa por ti.

JeongIn se encogió de hombros.

— Solo se quiere hacer del papá ideal...

— Hm —HyunJin hizo una mueca al tiempo que su barbilla se apoyaba en el pecho del menor, viéndole desde ese ángulo—. ¿Y tu mamá?

— Ahí... —bisbiseó—. Existiendo.

— Ay —el de carnosos labios rió— Ya... —y volvió sus ojos al simple pero igual de bello cielo que ese día les ofrecía. Inhaló y exhaló muy profundo—. Y pensar que ya han pasado dos semanas desde eso...

Dos semanas.

JeongIn cerró los ojos y permitió que todo el oxigeno abandonase sus pulmones, de una sola entoscada.

El tiempo había pasado tan rápido y tan lento a la vez, que todavía le costaba asimilar algunas cosas. Sabía, desde el enfrentamiento con SAVAGEEZ, que nada sería tan sencillo como se lo imaginó. Recibir un disparo fue una experiencia horrible, ver la sangre salir en cantidades, poder olerla, verla, regada en todas partes. Un fuerte dolor, un fuerte olor. Pólvora. Las pistolas apuntándoles y haciéndoles sentir que ahí mismo ellas serían quienes le arrebatasen la vida, sin piedad, sin misericordia.

El sonido de la bala, las risas de aquellas, sus crueles palabras y... El fúnebre ambiente que les había envuelto al final. Se había sentido como si la mismísima muerte hubiese pasado por entre ellos, a punto de llevarse la vida de varios.

Mental y físicamente, la ardua lucha contra aquellas cínicas chicas les había dejado mal a todos. El casi fallecimiento de ChangBin y MinHo fue una sensación congelante para el pequeño corazón de JeongIn, que no estaba preparado para vivir algo así.

Fue tan fuerte, tan contundente. Anhelaba, muy dentro, que no se repitiese de nuevo. Sabía que no soportaría otra situación de tal magnitud –aunque también sabía que sí o sí se repetiría al ser parte de una gang–, por lo que se mentalizó hacerlo mucho mejor la próxima; aprender a defenderse con varios tipos de armas, ser frívolo, intimidante, imponente, un verdadero miembro de la BangGang.

Perder el miedo a... Matar.

Por eso pidió las prácticas.

Claro, siempre las había estado viendo desde su ingreso a la pandilla, pero esta vez era algo mucho más serio y constante. Con LixBoom aprendía a apuñalar y ser sigiloso, con HyunJin a pelear, aprendiendo datos claves, y con HanShot el disparo, la puntería y las armas.

Quedaba increíblemente exhausto a diario, con ganas de acostarse y dormir un año entero, pero con el pasar del tiempo se daba cuenta de que si valía la pena tanto esfuerzo; ya empezaba a ver lo frutos, incluso el sub-líder le dijo que iba por buen camino.

Y mira que eso ya era mucho viniendo del agresivo y, recientemente, insensible JiSung.

— Hm... Deberíamos continuar practicando —indicó el mayor, sentándose. JeongIn tuvo que parpadear varias veces, analizando todo, y posteriormente cuando ya había procesado aquellas palabras, produjo un berrinchudo quejido—. JeongInnie...

— No quiero... —sacudió sus extremidades a la vez que sus quejidos seguían—. De verdad estoy muy cansado, HitJinnie...

— Oww, pero pequeño-

— Hey, hey, nenes.

La repentina y auto-incluida tercera presencia rió antes de sentarse sobre JeongIn, justo cuando este alzaba la vista para ver a...

— ¡PlayerBin! —intentó quitárselo de encima, chillando frustrado al no poder—. ¡Me estás asfixiando! ¡Auxilio, HitJin!

— Ay, HitJin mimimi... —se burló ridículamente ChangBin, estallando luego en ruidosas carcajadas cuando vio la molesta y apenada expresión del menor. El peleador se le unió poco nada—. "Oh, príncipe HyunJin, sálvame de las filosas garras del malvado cerdo-conejo Binnie. Deme un besito y así tendré las fuerza para defenderme y dejar de ser un debilucho..." —relató con un timbre muy dramático ChangBin, haciendo algunas muecas y poses exageradas.

Hwang rió más. — Yo si jalo.

— No soy un debilucho, tú eres quien está gor- ¡HitJin, no ayudas!

Una vez más, los dos mayores explotaron en risotadas y JeongIn lloriqueó, siguiendo con sus vanos intentos de quitarse a Seo de encima.

— Yah, baby Binnie, déjalo —dijo HyunJin, cuando habían parado de risotearse a la vez que le agarraba con suavidad de una mano y le halaba a él.

Bin rodó sus ojos pero aun así hizo caso, quitándose de Yang para ir hasta el regazo del alto. Recostó su cabeza en su pecho en tanto Jin pasaba sus brazos por su cintura, apoyando su mentón en el hombro del castaño, ambos viendo a JeongIn que, recién, se sentaba acariciándose el abdomen con una carita de reproche.

— ¿No deberían estar practicando? —cuestionó el más bajito.

— Sep, pero estamos cansados y estamos teniendo un breve descanso —«... de ya casi una hora»—. ¿Tú cómo estás? ¿Cómo van tus heridas?

— Medio medio. Se están sábado pero aún duelen y estoy limitado de muchas cosas.

— ¿Y las pastillas analgésicas que te di? —el peleador alzó una ceja.

— ¿Qué crees que son eternas? —Bin igual—. Me tomaba una cada ocho horas. Hace unos días se acabaron.

— ¿Tons' por qué no me dijiste?

ChangBin se encogió de hombros con simplicidad y Hyun volcó los ojos. JeongIn se dedicaba a únicamente mirar y escuchar todo con cierto aire risueño.

Parecían padre e hijo, aunque el padre venía siendo menor que el hijo.

— Oye, pero no te molestes. Se me ocurrió una magnífica idea para conseguirlas —mencionó PlayerBin, pareciendo emocionado—. Será más divertida y definitivamente les va a gustar.

HyunJin y JeongIn alzaron una ceja, mostrando interés y curiosidad en sus palabras.

— ¿Y eso qué es?

ChangBin sonrió con juguetería.

Brinquemos.

Luego de pronunciar eso, la atmósfera quedo en total silencio. JeongIn y HyunJin intercambiaron miradas, el segundo algo confuso, hasta que JeongIn le dio una expresión obvia y el chico de mentalidad lenta captó, exaltándose inmensamente entusiasmado.

— ¡Bro, ha pasado mucho desde la última vez y no se imaginan cuanto lo extraño! ¡Por supuesto que sí! —fue su respuesta, sonriendo de oreja a oreja.

— Perfecto~.

— Yo también lo extraño pero... —In, por otro lado, produjo una mueca quejosa y comenzó a dar vueltas por el piso, como hace poco—. Me da mucha flojera, y HyunJin me exprimió todito hoy. No tengo fuerzas para nada...

— Uy —el manipulador levantó reiteradas veces las cejas, dándole un doble sentido a lo dicho por el más joven entre ellos. Debido a esto, Yang pudo sentir perfectamente como toda su sangre se le iba al rostro y le daba un fuertísimo color rojizo.

— ¡PlayerBin, no pienses así!

— Yaaah~. Anda, HackerIn —insistió el aludido, haciendo un tierno puchero y ojitos de corderito a punto de ser llevado al matadero—. Necesito las pastillas, ¿y si me muero? —agregó con bastante exageración, parpadeando varias veces. Las lágrimas ya podían vérsele amontonadas—. Me duele mucho la pancita... No seas así, por favor, ¡hazlo por mí!

— Aww. JeongInnie, ríndete, sabes que no puedes negarte a estos ojos... —acotó Hwang, divertido, y el menor solo se volteó, dándoles la espalda—. Anda, mira que esta pancit- —tocó la zona, delicadamente, por encima de las ropas, y su expresión divertida cambió drásticamente a una de sorpresa en tanto sus dedos se movían por la "pancita" de ChangBin—. Eh... Bueno, digamos que pancita pancita no es... Wah, aquí lavo mi ropa, fijo.

ChangBin no pudo evitar las fuertes carcajadas que salieron de él luego de aquel comentario. Dolía, pero valía la pena.

— ¿Entonces, HackerIn? ¿Nos vas a acompañar o vas a seguir siendo un bebito quejoso y llorón?

JeongIn viró sus ojos.

— Primero, no soy un bebito quejoso y llorón —enumeró con sus dedos mientras hacía puchero. Los mayores solo contuvieron la risa—. Segundo, en mi casa tengo una crema que es buena para cicatrizar. Es la que yo usé, y mis heridas están sanas ya. Podríamos buscarla y te quedas con un poco...

— Ah, pero eso es taaaaan aburrido —Bin bostezó al unísono que se echaba del todo en el pecho de Jin—. Estas, señores, son las consecuencias de pasar tanto tiempo junto al serio y aguafiestas líder Bang Chan.

— Ugh... —JeongIn chasqueó su lengua, pensando en el australiano. Si hablaba con honestidad, esas palabras ni una pizca de verdad tenían en ellas, por mucho que le doliese admitirlo—. De hecho, últimamente Chan y yo-

— ¿Que yo qué?

De inmediato y como si fuese algún tipo de corriente eléctrica en el cuerpo de Yang, este mismo se sentó e irguió su espalda, girándose levemente para levantar la mirada y presenciar de quién hablaban. Tragó grueso.

— Ba-BangMind...

El líder le echó un vistazo muy de reojo y procedió a ignorarlo, colocando sus claros orbes en el ChangBin y HyunJin.

«¿Es en serio?»

El hacker resopló. Ya le era costumbre que Bang pasase totalmente de él, que no le dirigiese la palabra para más que un saludo y sus ojos estuviesen alineados por solo un segundo después de los acontecimientos con la gang femenina.

¿La razón? Seguía siendo un completo misterio...

— Vengo a ver cómo van las prácticas, y los encuentro perdiendo el tiempo —gruñó el líder—. Que belleza.

— Hemos estado practicando toda la tarde... —contestó HyunJin, de mala gana. Los tres observaron cómo la expresión de Chan era de mera incredulidad, con sus brazos cruzados y una ceja levantada—. Descansamos un rato. No somos máquinas incansables.

— Ajám...

La tensión les rodeó.

— Eh... En fin... —In sonó su garganta—. Como decía, BangMind y yo ya casi ni nos hablamos, así que... —se escogió de hombros, como si no le importase, pero realmente había recalcado cada palabra a propósito en una medida desesperada por captar su atención y tener una respuesta del por qué eso pasaba.

Sin embargo, lo único que recibió fue una exhalación profunda y el continuo ignorar que comenzaba frustrarle tanto como exasperarle. ¿¡Por qué no respondía!? ¡Aunque sea podía verle!

Pero... Nada, absolutamente nada. Aunque no había que dejarse engañar, JeongIn no iba a rendirse; esperaría a la oportunidad ideal para atraparlo y dejarle sin escapatoria hasta que resolviese todas las dudas con respecto a lo que sucedía entre ambos.

— Bueno... Está bien —continuó ChangBin, matando el tema justo allí—. En otras noticias, ¿vamos a ir al final o qué?

— ¿A dónde? ¿Qué harán? —cuestionó Chan, con verdadera curiosidad.

— A robar. Necesito unos medicamentos y esas mierdas para las heridas de apuñaladas.

— Oh, ¿cómo está eso?

— Mejor, pero, ya sabes...

— Sí, está bien. Vayan entonces.

JeongIn tensó la mandíbula.

— Pero yo no qui-

— He dicho que vayan —carraspeó BangMind, observando fijo y serio a JeongIn—. No es sugerencia, es una orden, mocoso.

«Mocoso» frunció su ceño JeongIn, molesto, irritado. «¿Ahora sí me hablas, eh?»

— Bueno...

— Esta bien pequeño bro, te conseguiremos unos dulces como recompensa —le sonrió con dulzura HyunJin antes de dirigir sus ojos al más bajito de todos los presentes—, ¿verdad, ChangBinnie?

El nombrado asintió, igual de sonriente que HitJin. — Claro.

Y JeongIn les iba a decir que no era necesario, ya que no era fanático de las golosinas como se podrían esperar, pero la burlesca voz de su líder le interrumpió primero en una oración que provocó gran enojo en él.

— No lo traten como un niño o entonces se va a malcriar más de lo que ya es —riñó y JeongIn puso los ojos en blanco.

¿De verdad solo abría su boca para referirse a él diciendo tales estupideces? Era el colmo.

— Ni li tritin cimi niñi i intincis si vi i milcriir mis di li qui yi is —remedó, al no poder soltar su ira de otra forma, en un tono "bajo".

Aunque aparentemente no lo suficiente ya que BangMind logró escucharlo y, sin que JeongIn lo previese, lo agarró muy fuerte y firmemente de la nuca. Su expresión era de rabia pura.

— ¿Qué dijiste, mocoso? Repítelo.

— N-nada... Déjame —el mayor apretó más—. ¡Ah! ¡Déjame, BangMind, lo siento!

Justo luego de ello, el australiano le liberó y empujó con poca fuerza. Yang refunfuñó, viéndole con un sentir impotente muy dentro suyo al compás que su mano masajeaba la zona que había sido algo maltratada. La sentía arder, picar. Seguro tenía sus dedos marcados en un rojo vivo.

Tensó todo su cuerpo, conteniéndose.

— Niño mimado. Espero que la compañía de HyunJin no te esté afectando más de lo debido.

— ¿Qué se supone que signifique eso? —inquirió Hyun, con su mirada puesta en Bang.

— Ya sabes lo que significa —se dio media vuelta, regresando a paso lento a la guarida. Pero, justo en el marco de entrada, se detuvo y les vio, agregando;—. Tengan cuidado.

Y una vez la puerta fue cerrada, HyunJin y JeongIn suspiraron. Hwang, apartando cuidadosamente a Bin, fue hasta el otro pelinegro para abrazarle cariñosamente de la espalda. In se recostó en su pecho y su contrario aprovechó a dejar un beso en su nuca pues la zona se veía bastante enrojecida. El cuerpo de JeongIn sufrió un natural escalofrío, los labios de su amigo estaban realmente fríos, especialmente el arete entre medio del inferior.

— Habías... —pasó saliva, colocando sus manitos sobre los largos brazos del peleador—... perdido la costumbre.

— Oh, sí —el de carnosos belfos soltó un par de risitas antes de dejar otro beso—. Y, oye, JeongInnie, no le hagas caso a BangMind. Él siempre es así con todos, ¿bien?

— Bien —se volteó e, ignorando lo sucedido, sonrió. «Debes superar a ese hombre ya, Yang JeongIn. No le importas»—. ¿Nos vamos? No quiero que se haga más tarde.

PlayerBin y HitJin afirmaron con entusiasmo, todos poniéndose de pie casi que a la vez.

— Vamos ya.

— ¿Cuál es el plan?

Los tres chicos se vieron las caras, ya con sus bandanas puestas y dos de ellos con unas mochilas vacías en sus espaldas. ChangBin, que era quien había dado la idea y por lógica debía tener un plan, nada más hizo un efímero movimiento de desinterés con sus hombros.

— Realmente, no había pesando mucho en eso hasta ahora...

Yang se dio un palmazo en el rostro al compás que HyunJin no aguantó las bullosas risas, negando con la cabeza a la par.

— A ver —In respiró profundo—. ¿Crees que haya cámaras de seguridad?

Seo sacudió su cabeza de lado a lado. No estaba cien por ciento seguro pero dudaba de que una tienda tan pequeña y descuidada tuviese ese tipo de artefactos. Agregando que su dueño se trataba de un hombre de avanzada edad que de tecnología seguro no sabría ni como entrar en google.

— Entonces será más fácil. Entramos, coqueteas con el quien sea que esté en el mostrador y mientras eso, HyunJin y yo tomaremos las medicinas que necesites. Cuando esté todo listo, haces algo para que el vendedor no nos vea saliendo y luego afuera te esperamos, ¿va?

— Que potencial —HyunJin rió—. ¿Y si nos descubren?

— Corremos —dijo Yang, simple.

— La vieja confiable.

— Bien, BangMind 2.0, andando.

JeongIn le sacó la lengua y soltó una par de risillas para, acto seguido, ir tras sus mayores.

ChangBin pasó primero y la campanilla de la puerta sonó, avisando su entrada, por lo que HyunJin y JeongIn se apresuraron a ir a un pasillo y esconderse antes de que el hombre tras el mostrador los viese.

Para su suerte todo pasó tal cual y el tipejo que atendía, quien como ChangBin sabía pasaba muy seguramente de los cincuenta años por las canas en su cabellera y arrugas en su rostro, solo llegó a divisar a un travieso castaño. El mismo caminaba en su dirección hasta apoyarse en sus codos sobre la gastada y sucia madera que servía de dichoso mostrador, sonriendo coqueto.

Enseguida el mayor sonrió, no sin antes echarse una lamidita a su labio inferior. Y aunque eso fuese algo que asquease de sobremanera a ChangBin, se mantuvo en su papel y continuó.

Por lo menos así sabía que sería mucho más fácil y manipulable...

— Hola, buenas tardes —casi fue un canturreo, viendo directo al otro.

— Hola, cosita —devolvió el adulto, engrandeciendo su sonrisa—. ¿Qué se te ofrece?

— Oh, bueno...

En tanto Bin se encargaba de entretener al de muchísimos más años, HitJin y HackerIn buscaban cada uno de los medicamentos que Seo les había anotado en una hojita. Procuraban meter varias cajas en las mochilas que habían llevado.

— ¿Anti... Anm...? ¿Qué carajos dice aquí? —se quejó In, en susurros, maldiciendo no entender la letra de ChangBin.

HyunJin se acercó a leer, riendo poquito para alejarse y agarrar unas cajetillas.

Antiphlamine* —susurró, dejando la medicina en el morral impropio y, seguido, revolverle el cabello a un frustrado JeongIn.

— Parecen jeroglíficos.

— Te acostumbras con el tiempo.

Yang contuvo unas risitas y siguieron buscando todo lo que necesitaban. Una vez listos, con todas las cosas de la hoja tachadas y las mochilas algo pesadas, pudieron suspirar satisfechos.

— ¿Todo ya?

— Ujum —tratando de no ser muy ruidoso, HitJin cerró su mochila—. Veamos cómo va ChangBin...

El azabache de menos edad asintió y los dos se asomaron por una de las estanterías con cosas, visualizando a Bin con unos grandes y redondos lentes que antes tenía puesto el farmacéutico.

— ¿Me quedan bien? —preguntó "inocentemente" el de menos estatura, haciendo puchero.

El hombre frente a él rió y asintió.

— Te quedan preciosos... Como a un lindo chico aplicado pero sexy—dijo, acariciando una de sus mejillas—. Tienes tu encanto, cariño.

Esta vez fue PlayerBin quien libró unas cuantas risotadas, muy sutiles y provocativas, antes de apartarse de esa mano y devolverle sus anteojos.

De soslayo, observó a sus compañeros de gang hacerle un par de señas, por lo que internamente suspiró de alivio al no tener que soportar mucho más esto.

Les indicó por debajo del mostrardor que esperasen y regresó su concentración al hombre.

— Creo que ya recuerdo lo que venía a comprar —habló, ganándose toda la concentración de su contrario.

— ¿Ah, si? —se estiró para estar más cerca—. ¿Qué cosa?

— Condones.

El canoso estiró sus comisuras hacia arriba.

— ¿Te vas a divertir hoy, lindura?

— Puede ser... —jugueteó, haciendo círculos en donde se apoyaba—. Quiero varios. ¿Cuánto sería?

— Gratis si me das tu número...

— Es un trato.

El tipo agarró una pequeña nota color lila y un bolígrafo, entregándoselo a ChangBin que enseguida comenzó a anotar algo.

— ¿Listo, pequeño? —quiso espiar el mayor, pero Seo giró el papel, impidiendo que viese lo anotado.

— Listo y tuyo si me das lo que necesito.

Cediendo ante la miradita del menor, se dió media vuelta y se metió más al fondo de la tienda, desapareciendo de la vista de ChangBin. Con eso claro, volteó su cabeza a HyunJin y JeongIn, invitándolos a acercarse.

Ellos corrieron sin hacer ningún ruido, parando a costado de Chang.

— ¿Tienen todo? —asintieron—. No, falta una cosa... —se subió al mostrador y abrió la caja registradora de dinero. Los billetes de alta denominación, en gran cantidad y con muchos ceros le hicieron sonreír emocionado. Sin dudarlo agarró todos y cada uno de ellos, echándolos en la mochila que recién Jin abría—. Ahora sí. Largo de aquí. Saldré en un segundo.

Sacudiendo sus cabezas en afirmaciones, el par egresó de la tienda de lo más felices y la campana sonó. Poco nada apareció el mayor, con una expresión de preocupación que se ablandó al ver que el joven seguía allí, como si nada.

— ¿Alguien entró? —preguntó, dejando unos cuantos paquetitos del protector sexual frente al castaño, quien fingió confusión.

— ¿Uh? Pues, yo ni ví ni escuché nada —se hizo el desentendido, e iba a tomar lo que quería, justo cuando una gran mano se posó sobre la suya.

Retuvo un sonido de disgusto.

— No no, cosita... —apretó con cierta fuerza, y ChangBin deseó poder matarlo ahora mismo—. Tenemos un trato... ¿Recuerdas?

— Bien —doblando varias veces el papel, lo estiró al mayor pero cuando esté iba a agarrarlo el más joven lo jaló de la muñeca, con su boca a escasos centímetros de su oreja. Sonriendo, susurró:—. Dégoûtant vieil homme*.

El tipo no había comprendido sus palabras, pero aún así el acento y tono le parecieron tan dulces que la ignorancia al idioma le valió poco, mucho más al sentir el beso en su sien, que le hizo imaginar de todo.

La notita fue otorgada y ChangBin agarró los condones, metiéndoselos rápidamente al bolsillo para acción siguiente guiñarle un ojo e ir de salida, con un andar seductor.

El mayor se le quedó viendo hasta que la campanilla sonó y el cuerpo desapareció por la puerta, hacia la calle. Justo en ese instante fue que desdobló el papelito poco a poco, humectando sus labios lascivamente de anticipo con la punta de su lengua. Un y mil cosas viajaban por su sucia cabeza en ese instante, hasta que...

« Vete a la mierda, maldito viejo asqueroso .I. »

— Hijo de... —apretó el papel en su mano, rechinando sus dientes de la rabia a la vez que veía la puerta—. ¡Pedazo de mierda!

Y cuando se levantó, corrió a la entrada y se asomó, buscando al chico que había jugueteado con él, solo pudo oír diversas risas traviesas y pasos acelerados ya a la lejanía, siendo llevados por el viento.

Los chicos ya se encontraban en la BangGang.

Después del acto delictivo, el trío de ladrones fueron a comprar golosinas y otros aperitivos para la gang con el dinero robado y, campantes, regresaron a la guarida. JeongIn tuvo un momento de duda pues sabía que lo mejor hubiese sido ir derecho a su casa, pero, bah, ¿qué tanto? Últimamente su madre pasaba por completo de él y su padre andaba más crédulo y permisivo que nunca, así que debía sacar provecho, ¿no? Además, empezaba a detestar cada vez más y más estar en su propio hogar.

Aunque eso no era ninguna novedad.

HyunJin se emocionó de pasar más tiempo con el menor y dijo que, de todos modos y como se les iba haciendo costumbre, lo acompañaría cuando quisiese regresar, llevándolo en su espalda. Y sí, costumbre, ya que desde el lunes de hace dos semanas que lo venían efectuando debido a que Chan dejó de cumplir ese papel. Hwang no perdió el tiempo y, con todo el gusto del mundo, lo suplantó.

— Llevaré esto a la cocina y vuelvo —indicó ChangBin, alzando la bolsa con suministros alimenticios mientras sonreía victorioso—, ¿va?

— Está bien, te esperamos.

Seo afirmó y se fue a dónde dijo. JeongIn se acomodó mejor en el sofá y HyunJin se sentó a un lado, bastante cerca. Cuando In menos se lo esperó, su mano ya estaba siendo tomada por la de Jin, delicado, como tímido, incluyendo un par de caricias.

Mantuvo sus labios apretados entre ellos a la par que sentía sus mejillas en exceso de calientes, y por mero impulso apretó un poco su mano contra la ajena, deslizando lentamente sus dedos. Evitó ver a su adverso directamente, pero eso no impedía que pudiese apreciar su reluciente sonrisa por una de las esquinas de sus ojos.

Y su rojez no hizo más que subir de intensidad al percibir la cabeza ajena cayendo en su hombro. Dios, se sentía tan tonto por ello, y aunque ciertas cosquillitas se instaron en su estómago...

No era nada comparado a BangMind.

— Oye, JeongInnie —habló el mayor de los dos, a lo que Yang respondió con un nervioso «¿Hm?»—. ¿Puedo decirte algo?

El más joven giró su cabeza para poder mirarle frente a frente, llevándose la sorpresa de que estaban realmente cerca. Pasó saliva con dificultad.

— Ah... —titubeó pero, al final, asintió, algo temeroso—. Dime...

— Bueno, es que yo-

— ¿Y para cuando la luna de miel~?

Los azabaches se alejaron enseguida, llevando sus asustados ojos hasta Bin quien reía a carcajadas, con varias golosinas en sus manos. A su lado venía Felix, el cual tenía los brazos cruzados y una expresión neutra.

— Dios... ¡Sus caras! Son todo un poema —se burló el manipulador, tomando asiento al otro lado de HyunJin. JeongIn aprovechó a distanciarse un poco más mientras que Lee solo se dejó caer con flojera en el único sofá disponible; el más pequeño, también.

— No fue gracioso, bro... Dame acá —le arrebató una bolsa de papas HitJin, puchereando a la par que la abría bruscamente.

Felix agarró uno paquete pequeño de gomitas ácidas y Yang intentó tomar uno de los chocolates más grandes, pero ChangBin lo tomó primero, viéndole divertido.

— Oye, me deben algo... —indicó JeongIn, con la mano estirada en espera de su recompensa. No le importaba demasiado pero... Bueno, tal vez tenía unos pequeños antojos por comer de aquella golosina.

PlayerBin lo vio un poco más antes de reír y poner un chocolate en la mano de In, pero sin soltarlo. El menor iba a tomarlo, pero entonces el mayor le quitó y Yang se quejó infantilmente.

ChangBin se sentía tan poderoso como aquella vez que BangMind hizo lo mismo, solo que con la bandana, y JeongIn solo se preguntaba por qué demonios a todos les gustaba jugar así con él.

— ¡PlayerBin! —chilló.

— Ah, verdad que eres el bebé de la gang...

— ¡No lo soy!

— Bueno, entonces no tengo porqué darte los dulces...

— ¡PLAYERBIIIIIIIIN!

HyunJin y ChangBin rieron sonoramente al observar a JeongIn hacer esos berrinches, y este solo lloriqueó más, estirándose sobre el sofá con los brazos cruzados y el labio inferior exageradamente abultado.

— Dios mío, ¿pero que han hecho con HackerIn? —apareció JiSung, tomando asiento al lado del nombrado que por nada quitaba su carita—. Ahora más bien es "BabyIn". Está pasando mucho tiempo contigo, PlayerBin.

— ¿Qué? —subió una ceja el susodicho, risoteándose—. Primero HyunJin y ahora yo... Bueno, es de esperarse, somos los más cools de la gang.

HitJin sacudió su cabeza de arriba a abajo y chocó las cinco con ChangBin, a pesar de estar todavía un poco enojado con el bajito.

— Ah, no sé cómo los soporto...

— ¿Me vas a dar mi chocolate? —les interrumpió la charla el menor, con la mano de nuevo extendida.

— Ay, quejoso...

El manipulador acabó dándole lo que quería a Yang, por lo que el chico le sacó la lengua en reproche. Acto seguido ChangBin se le acercó mucho, juguetón, cosa que provocó el pánico de JeongIn que solo se arrinconó contra una esquina del sofá, comiendo de su dulce.

Los demás rieron, menos Felix, que solo tenía una expresión molesta. Vaya novedad.

— ¿Salieron a robar, no? —indagó el sub-líder, y el trío de ladrones afirmó—. ¿Y eso —señaló la variedad de chuches— es lo que robaron?

— No lo robamos —contestó un risueño Bin, lamiendo una paleta—. El dinero con que compramos esto, sí. Y también algunas cosas para comer acá en la guarida y mis medicinas. Sí, de nada.

— Ah... Ya entiendo —Han ignoró lo último, apoderándose de una bolsita con cereales coloridos—. BangMind me dijo algo así, pero honestamente no le hice caso.

JeongIn le vio curioso, llevándose un cuadro del chocolate a la boca.

— ¿Por qué? —preguntó.

— Es que comenzó a quejarse de ti —el rubio suspiró e In arrugó la nariz—. Y no paraba de hablar y hablar, entonces solo me desconecté por un instante hasta que se calló. Me aturde que se ponga así.

— ¿Que dijo de mi? Que sepa, he estado haciendo las cosas bien, practicando con las armas y defensa también...

— Uhm, de lo poco que escuché, recuerdo que dijo que en realidad no estabas haciendo nada, que no te estabas tomando las cosas en serio y solo andas jugueteando por aquí y por allá. Que te la pasas demasiado tiempo con HitJin y ya de ahí... No hago memoria de mucho más.

El pequeño mordió la cara interna de una de sus mejillas, con cada palabra repitiéndose en su interior.

«No estabas haciendo nada.»

«No estabas tomando las cosas en serio.»

«Jugueteando por aquí y por allá.»

«Te la pasas demasiado tiempo con HitJin.»

Gruñó, comiendo más y más de su golosina.

— Pues que se vaya al diablo —soltó, sin tapujos—. Realmente si hago cosas, ¡y lo saben! Que sea más lento e inexperto está claro, y lo siento por eso, pero en serio estoy intentando aprender.

El resto se quedó en total silencio, con la atmósfera tensa e incómoda. HackerIn bufó y siguió ingiriendo el dulce, deseando mejor haberse quedado callado.

Después de todo, ninguno se atrevía a ser sincero, ni mucho menos hablar así del líder.

— Bueno... ¿Quién tiene hambre? —trató de aligerar las cosas ChangBin, sonriendo a la fuerza pero convincente.

— Sé que fue en broma, pero —HyunJin se acarició el estómago— yo sí tengo hambre.

— Yo igual —apoyó la noción Han, con las mejillas llenas de lo que comía.

— Bien —ChangBin vio con una expresión menos tensa a Felix, mismo que parecía bastante perdido en algo desconocido para los todos los demás—. Lixie —pero apenas lo llamó, su atención fue totalmente en Bin—, ¿que te parece cocinar? Es que tenemos hambre...

Y aunque ChangBin hizo su carita y abultamiento labial más adorable, Lee nada más parpadeó un par de veces, con el mismo rostro de antes al tiempo que masticaba una gomita, y negó.

— No tengo ganas.

— ¿Qué?

HyunJin rió un poco, porque ChangBin en serio no se estaba esforzando nadita en ocultar la sorpresa que le generó ver y oír esa reacción. ¡Nadie jamás le decía que no a nada! ¡Y mucho menos Felix!

— Lo que escuchaste.

— Anda... —se levantó el castaño y el pelirrojo se puso alerta enseguida, mirándole muy atento—. Eres el único que sabe cocinar.

— BangMind también sabe.

— Pero no tan rico como tú —de nuevo sus pucheros vinieron al ataque, sentándose sobre las piernas del pecoso—. Andaaa~.

— Bin... No —sus manos le empujaron con cuidado del pecho, pero eso solo provocó que el otro se aproximase más, lo cual disparó de manera bestial los latidos del corazón de Lee—. Es en serio.

— Tú eres muy serio —resopló, llevando lentamente sus manos a las costados del de cabello rojizo—. Demasiado...

— ¿Tú que...? ¡No! ¡No, no, no, no! ¡ChangBin!

Antes de que Felix pudiese hacer algo, el más bajo ya se le había puesto prácticamente encima, haciéndole muchísimas cosquillas. Las risas de Lee fueron tan ruidosas que JiSung le miró impresionado, HyunJin se carcajeó casi que igual y JeongIn frunció el ceño, no creyendo posible ser testigo de tales carcajadas pertenecientes al chico que apenas y sonríe.

— ¡Anda! ¡La comida! —insistió Bin, sin dejar de mover sus manos aquí y allá. Más Felix sacudió su cabeza de lado a lado, frenético.

— ¡No soy su sirvienta! ¡ChangBin, basta, de verdad ya!

— ¡No hasta que nos hagas algo rico!

Y hubiesen seguido discutiendo por eso, sin dejar de cosquillearlo en ningún momento –o quizás hasta que se pusiese a llorar o aceptase, la que pasase primero–, de no ser porque un aclarar ronco de garganta hizo detener y callar a todos. Sin excepción, vieron a dónde se había oído tal ruido, encontrándose de frente con nada más y nada menos que el mismísimo líder, BangMind, apoyado del umbral de entrada a la sala con una cara que no parecía muy contenta.

Pero más allá de ser algo usual, esta vez se sentía como... Extrañamente, dueña de alguna razón en específico.

Al menos así lo pensaba JeongIn... Aunque la mente de éste también estaba ocupada apreciando los bíceps descubiertos del mayor, embobado, por poquito babeando.

Pero se contenía. Todavía tenía dignidad.

— ¿Qué están haciendo? —inquirió el castaño extranjero. JiSung abrió la boca pero Chan le detuvo, alzando la mano y apuntando, después, hacía ChangBin y Felix; el primero haciendo una mueca mientras que el segundo cerraba sus ojos, suspirando—. Con ustedes, sí.

— Cosquillas. ¿Tiene algo malo? —fue la respuesta de Bin, medio alzándose para observar mejor a su líder. Bang solo afiló más su mirada y se apartó de dónde se apoyaba de un hombro, caminando más cerca de ellos. Sus ojos posándose en Lee—. ¿Ah?

— Hablé muy seriamente contigo, LixBoom —Chan pasó por completo al de baja estatura y directamente se dirigió al de manchas en la cara. Pudo apreciar como Felix arrugaba su cara, pareciendo frustrado e, incluso, molesto—. Lo hice, ¿no?

— Es así —aceptó el joven, exhalando—. Pero esto no es nada malo, sabes que-

— No —detuvo—. Esto es en serio, LixBoom —Hwang agachó la vista y JeongIn, completamente contrario a él, la levantó, observando atento la situación—. Ven aquí.

— Oye —se interpuso Seo, visualizando con una fastidiada expresión a la mente maestra de la pandilla—. Solo estábamos jugando, nada del otro mundo. ¿Es necesario exagerarlo?

BangMind gruñó.

— Hago esto por su bien.

— ¿Cuál bien? Casi me asesinan hace menos de un mes.

— No es mi culpa. Nada de eso debió suceder.

— Pero sucedió, así que...

— PlayerBin, es momento de que te calles.

— Pero es que-

— PlayerBin —Han se unió, a lo que Chang lo observó y JiSung solo negó varias veces con la cabeza—. No y ya. Para.

A regañadientes accedió, por lo que Felix aprovechó, empujando ahora sí con más firmeza a ChangBin, causando su caída a uno de los posabrazos del pequeño sofá. Sus ojos se encontraron, y ambos lo sabían.

Pero callaron.

— No estamos tratando ese maldito asunto, ha quedado en el pasado —replicó el líder, regresando sus claros orbes a Felix—. ¿Entonces? ¿Todo el día? No estoy jugando, te he dicho que vinieses conmigo.

El pelirrojo no contuvo un gruñido, malhumorado, y seguido se alzó, yendo de mala gana con BangMind. «Otro regaño, otro reclamo...» pensó, deseando haberse ido hace unos minutos como quería, de no ser porque creyó que sería buena idea quedarse a esperar a ChangBin para despedirse.

Estúpido, estúpido, estúpido...

Y mientras gritos se empezaron a oír en la cocina, bramidos rudos, cargados de dolor e ira, los demás intentaron tener una conversación normal, pacífica, incluso divertida.

Aunque era difícil, no se sentía natural, no fluía ni daba la sensación de comodidad que antes sí. Las risas eran más por cortesía que por otra cosa, las sonrisas forzadas y las miradas rehuyentes.

Y JeongIn...

Él no fingía, ni ponía un mínimo esfuerzo en eso. Su cabeza estaba en otro mundo, tan disociada de la realidad, solo viendo fijamente por donde hace poco se habían ido Felix y Chan.

Entonces esperó a que volviesen, pero solo Felix apareció, con una expresión desanimada. Esperó más, distraído, desconectado, escuchando, como si estuviesen muy lejos, a los demás pelear por algo y luego un portazo.

Felix se había ido.

Esperó y esperó... ChangBin se largó también. Al rato JiSung y solo quedaron JeongIn y HyunJin.

Esperó.

Aún cuando HyunJin le dijo que era tarde, que debía ya volver a casa.

Esperó.

Aún cuando asintió y se puso de pie, sus ojos no se quitaron en ningún momento por donde se había ido BangMind para no regresar más.

Esperó...

Aún cuando cruzaba la puerta para salir, se detuvo un momento, pero...

Bang Chan no apareció.

***

HOLAAAAAA. ¿Cómo están? 💞

Antiphlamine: Medicina coreana usada para variedad de afecciones. Es muy popular allá.

Dégoûtant vieil homme: Viejo asqueroso.

Este capítulo no me gusta para nada, peeeero espero que algo sea rescatable y les haga agradado. Mmh, también hay muchas cosas resaltantes. Pongan atención.

Hay una graaan referencia a It, específicamente a la película actualizada de un terror clásico. Creo que es bastante obvio ajshsj.

¿A qué creen que se debe la actitud de Chan? Pueden ser muchas cosas wuuuu.

Gracias por haberme entendido cuando dije que no podía actualizar el lunes. Son lo mejor. De verdad que lo son. Lxs amo muchísimo. 💓

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top