✘ Capítulo XVI. ✘
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Problemas compartimos.
Disgustos también.
Puede que no nos llevemos tan bien
pero mi ayuda igual quiero ofrecer.
Te escucharé con atención
te entenderé
te aconsejaré
te apoyaré
en ti solo quedar el creer
Si no quieres decirme...
Lo comprendo, está bien.
Lo único que quiero de ti
es que seas feliz.
...
No vale la pena intentarlo, ¿cierto?
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El denso silencio que había en la guarida, era el peor que JeongIn haya podido experimentado alguna vez en su vida.
Hace al menos media hora MinHo se había ido, y solo cinco minutos después, cuando Chan decidió intervenir en la tortura psicológica y física que se estaba dando JiSung, este mismo se levantó y se fue, sin decir nada.
¿Qué a donde? Ellos no lo sabían. Tampoco sabían cuando volvería o si siquiera lo haría. Todo había pasado de mal a terrible y monumentalmente mal en lo que tarda un pestañeo, y se volvió un doble nudo cuya dificultad de desatar era imposible.
El portazo que fue dado desde la entrada y salida principal de la estructura provocó en Chan un suspirar, en medio de una expresión decaída, para seguidamente encaminarse a su cuarto. Al igual que JiSung, no dijo ni expresó mucho o nada, en realidad. Pero como todos, estaba exhausto, y seguro solo iría a tomar algún tipo de descanso.
HyunJin fue el próximo en irse, puesto el hambre y el sueño que sentía eran del tamaño de cuatro campos de fútbol. Así que, besando la mejilla de JeongIn y despeinando un poco al todavía nervioso Felix, fue a cubrir todas sus necesidades.
Y sacando cuentas... Solo quedaron Felix y JeongIn. Los dos sentados en uno de los sofás de la sala, totalmente solos...
No eran la mejor combinación, pero Lee realmente agradecía que fuese con él con quien se quedase en lugar de Han. De hecho, muy a sus adentros, agradeció su ida. No lo malinterpreten ni piensen mal, pero la situación entre ambos seguía tan tensa que asfixiaba, y aún quedaba la cuenta sin saldar de su castigo.
Quien lo viese... Recibiendo lo que hace exactamente un día dio.
Las ironías de la vida, y en especial, de la suya, eran tristemente graciosas, por lo cual no pudo evitar reír bajo pero audible. Aquello no tardó en captar la atención de JeongIn el cual, extrañado, le observó por unos segundos.
Y la lengua le picaba, le picaba mucho en preguntas, en dudas de las que quería repuestas honestas, en dar ayuda...
No sabía por qué, pero, ¿qué perdía intentando?
— LixBoom...
— ¿Qué?
Bien, ese tono áspero y mirada rehuyente no eran el mejor inicio, pero no iba a darse por vencido.
— ¿Estás bien?
— ¿Tú qué crees?
«Que luces como la mierda» pensó, aunque claro que no diría eso.
— ¿Estás así por...?—quiso dar a entender a lo que se refería con movimientos de manos, pero Felix no entendió absolutamente nada y JeongIn se dio cuenta que no le quedaba de otra que ir al grano—... PlayerBin.
El pecoso frunció su ceño, bajando la mirada de nuevo al suelo en cosa de pocos segundos.
— No.
— ¿Entonces?
— Diablos, JeongIn, ¿qué te importa? —espetó rabioso, viéndole igual. Y aunque el menor se vio un poco intimidado, tragó y se puso rígido, con la expresión más seria que podía poner en momentos como estos.
— Si me importa... —respondió, escuchando luego la carcajada irónica que soltó el pelirrojo. Eso, por alguna razón, le molestó e hizo que lo fingido se volviese real—. Felix, te entiendo; también soy uno de los menores y también la he cagado muchísimas veces. ¿Acaso no crees que yo pueda comprenderte? Solo dime. Cuéntame y también te contaré lo que me-
— Para el carro ahí. Tú ni siquiera lo sabes —le detuvo, gruñendo—. No te he dicho nada, ¿por qué crees que eso es lo que me afecta?
— Es que se nota...
— Pues no es así —aclaró, mordiendo su labio con fuerzas mientras sentía sus ojos picar—. Tú no sabes nada...
— ¡Entonces dímelo! —se exasperó el azabache, levantándose de golpe del sofá. Felix alzó una ceja mientras lo veía, con una expresión que JeongIn no sabía como interpretar—. ¿Qué es lo que pasa? ¿Tienes miedo del castigo? ¿Tienes miedo de lo que le pase a ChangBin? ¿Te sientes mal por haber fallado el tiro? O-
— Ding, ding, ding —imitó el sonido Felix, con una sonrisa sin una pizca de ánimos o alegría—. Acertaste... En una.
Yang arrugó la nariz y pensó. «¿Cuál puede...?»
— ¿ChangBin? —insistió, sentándose otra vez, pero el otro negó con cierto titubeo—. Eh, bueno... ¿El disparo?
— No lo sé, tú dime.
JeongIn abultó sus labios en puchero.
— Felix...
— Esta bien —cedió—. Esa es. El disparo.
— ¿Es lo que tanto te afecta? —el contrario afirmó con ligero fastidio pero JeongIn seguía sin entender—. ¿Por qué? ¿Por JiSung o...?
— No, por mi —dijo, suspirando—. Por mí y mi... Terrible vista.
La confusión del más joven solo fue en aumento.
— ¿Terrible vista?
Él asintió.
— Tengo un problema de la visión. Esa mierda de... Atisma... Astim... A...
— ¿Astigmatismo? —completó In, con algo de gracia.
— Eso —Lix chasqueó su lengua.
— Y... ¿No deberías usar lentes para corregirlo?
Una risa rota se oyó por parte de Lee.
— ¿Un pandillero con lentes?
— Bueno —JeongIn rodó sus ojos, haciéndose de hombros después—, no es como si en la escuela si los usases...
— No me gustan -refunfuñó, cruzado de brazos y con la espalda recargada del todo en el respaldar del sofá—. Me veo como un idiota.
JeongIn enarcó una ceja y lo miró, imaginándoselo con unos lentes grandes y redondos, pero bonitos.
— No te quedarían tan mal...
— Tan mal... —repitió, con su cabeza sacudiéndose de lado a lado—. No, me quedarían horrorosos. Ya pasé por eso una vez y no lo haré de nuevo.
«¿Una vez? ¿De nuevo?»
— ¿Ya has usado lentes antes?
Felix abrió la boca pero al instante la cerró. JeongIn le vio vacilar varias veces antes de suspirar y, finalmente, decidirse a definitivamente hablar.
— Hace un tiempo... Pero... Me hacían molestaban mucho por eso.
— Wow—-JeongIn no se lo esperaba, porque, mierda, ¿quién se metería con Felix? ¿Acaso era el único que lo veía como un ser todopoderoso al cual era obligatorio temer? Al parecer, sí—. ¿En serio?
— Sí —siseó—. Y los muy imbéciles siguen haciéndolo aunque ya no los use. Malditos cobardes, que siempre vienen en grupo y me atacan en conjunto...
Así que eso explica la escena de hace un tiempo...
— Pero tú... Tú eres alguien muy... Ya sabes —intentó expresar con, de nuevo, movimientos raros de sus manos—. Das miedo. Al menos, a mí un poco...
— Hm -sus pupilas se fijaron en el techo—. Nada más a ti, por lo visto.
Yang rió, solo un poco.
— ¿Te importa mucho lo que digan los demás? —preguntó, con sus orbes en el mismo sitio que el pecoso, el cual hizo un mover de sus hombros en seña de desinterés.
— Es difícil olvidar —contestó. In esperó a que dijese algo más, y cuando creyó que no sería así, Felix agregó;—. Las palabras que recibí fueron duras. Nada que un pequeño niño debiese escuchar o sentir. Palizas, humillaciones, insultos...
— ¿Tú... Lo hablaste con alguien más alguna vez?
— Consejera escolar y HyunJin. Por obligación.
— ¿Ambas?
— Sí. HyunJin una vez me vio llegar y llorar aquí. Era un día donde, literalmente, estallé, y comencé a contar todo como si realmente se lo dijese a alguien. No sabía que él estaba cerca y al final tuve que decirle todo.
— Oh...
— Pero... —se impulsó, colocando sus codos en sus rodillas y sus manos agarrándose entre ellas, de frente—. A pesar de todo lo que me dijo, no sentí que hubiese diferencia así que por eso no se lo cuento a nadie. Realmente, para lo único que me sirvió, fue para que él me ayudase a curar mis heridas sin tener que dar explicaciones o inventar mentiras.
El menor muequeó.
— Supongo que no te gusta hablar de tus problemas...
— Si soy sincero, no —admitió—. No gano nada con eso. No siento nada. Así que prefiero ahorrarme escuchar algo repetido e innecesario una y otra vez, sabiendo que no causa efecto en mí...
— Comprendo.
— Pero supongo que decírselo a alguien más está bien. Tampoco pierdo nada, ¿no es así? —exhaló, apretando sus manos sobre su sucio pantalón, rasgado en algunas partes—. Supongo que gracias.
JeongIn boqueó.
— Supongo que de nada.
— Sé que no se lo contarás a nadie más, así que no veo necesidad de "advertirte" sobre eso —Felix entonces se levantó, cosa que causó que las pupilas de Yang fueran directo a él—. Iré a ver cómo está ChangBin.
— Esta bien.
Empezando a caminar, el pelirrojo fue alejándose. Pero, antes de abrir la puerta y pasar al cuarto de quién cuidaría, se detuvo, giró y visualizó a un pensativo JeongIn con una sonrisa a boca cerrada, ladina.
— Hey, JeongIn... —el aludido lo observó, expectante—. No puedes salvar a alguien que no quiere ser salvado.
E ingresó.
JeongIn acabó acostándose en el inmobiliario, muy confundido, con muchas dudas aún y esas diez palabras dándole constates vueltas a su abrumada cabecita.
No puedes salvar a alguien que no quiere ser salvado.
¿Siquiera había una manera? Es decir... Era una afección médica, algo que ya tenía una solución la cual era rotundamente rechazada. Aunque el pelinegro sabía, de antemano, que más allá de ese pequeño gran bache había muchos más. Había muchos miedos. Había muchas inseguridades. Había muchos traumas.
Y quería ayudarlo, sí, quería brindarle... Como una mano amiga, de apoyo. Pero si Felix no quería abrirse a él, ¿qué más le quedaba? No tiene sentido.
Pero ahora la frase sí.
No puedes salvar a alguien que no quiere ser salvado...
Cerró sus ojos y vació al completo sus pulmones.
— Tal vez... Tenga razón.
«¿La tiene?»
— O tal vez no, y lo único que hace es destrozarse a sí mismo más y más, sin retorno alguno...
Sin embargo...
¿Quién era él para hacer la diferencia?
Suspiró.
Sacó su celular poco luego, solo para ver la hora pero acabando sorprendido por la cantidad de mensajes y llamadas perdidas que había de su padre y solo de él. Ninguno de su madre.
201 mensajes, 100 llamadas perdidas.
— Nuevo récord —pensó en voz alta, levantándose con cierta dificultad y sin contestar ninguno de esos textos.
Era mejor solo llegar e inventar alguna escusa que al final no explicaría y así se quedaría.
Y aunque al principio le fastidiase, ya se le estaba haciendo rutina.
Era su nuevo estilo de vida.
Te vas a arrepentir tanto de esto...
***
hOOLAAAAA.
Pude actualizar temprano, así que ando alegre osi.
¿Cómo están? ¿Todo bien? ¿Cómo están las cosas en sus países? ¿Ya se enteraron del chisme del Juan no sé qué y la Lizbeth? JSHSJSHSJ, ALTO DRAMÓN Y YO CHISMOSEANDO TODO, PORQUE CHISMOSO SE NACE, NO SE HACE.
Ahre, basta.
¿Vieron lo de no salir mañana? Por si las dudas, no lo hagan. Tal vez sea cierto. Así que. 👀
Yo sí voy a salir porque perra vi- ahtecreas.
¿Que les pareció este capítulo? Otro pasado y, bueno, presente es relevado. ¿Ahora entienden porque el LixBoom nos llegaba con golpes? Ah.
Espero que estén bien y que les haya gustado el capítulo. Ahorita actualizaré otra parte. No es como tal... Un capítulo, pero ya van a ver. Les gustará. O eso espero. Nos leemos en unos minutos. ❤️
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