✘ Capítulo IV. ✘

▲•▼•▲『✘』▲•▼•▲

Un extraño sentimiento está comenzando a florecer.
¿Será orgullo, admiración?
La verdad no lo sé.
O quizás... Estoy empezando a querer.

Es el inicio de una guerra sin fin
debo hacer todo bien.
O sino, moriré.

...

Eres un estúpido, debes parar ahora, no vayas con él.

▲•▼•▲『✘』▲•▼•▲

La vida de JeongIn había cambiado. Quizás no drásticamente ya que desde antes tenía actitudes rebeldes, ¡pero vamos! Esta es una gang.

Era un lindo domingo por la mañana, la familia Yang estaba desayunando.

— Hijo... ¿Qué tal la comida? —su padre trataba de sacarme conversación.

JeongIn no respondió, su pensamiento estaba ocupado por la BangGang... Más específicamente, por BangMind.

Por alguna razón no podía dejar de pensar en el líder. Estaba curioso de saber en qué pensaba, con su típica expresión inexpresiva imposible de leer, y que podría estar haciendo en este momento. No dejaba de preguntarse mil cosas sobre él.

Quería verlo, tal vez podría aprender algo de él. Por eso quiere verlo, ¿no es así?

— Contéstame, cabrón.

— Ah... ¿Cómo estás, papá?

— Que te importa.

Su progenitor levantó su plato y lo fue a dejar al lavaplatos de la cocina. Refunfuñaba mientras empezaba a lavar el objeto.

— Los dos son iguales —la señora Yang se puso de pies con su plato y fue a dejarlo para que su pareja lo lavara—. Me voy a trabajar, cariño.

— Sí mi amor —contestó y siguió en lo suyo.

Cuando su madre se fue, JeongIn dejó su plato y se iba a ir a cambiar para irse a la gang, de no ser porque su padre le detuvo antes.

— Aguanta, aguanta. ¿A dónde y con permiso de quien?

— A queti y con mi permiso —se cruzó de brazos.

El mayor lo agarró de la oreja y lo atrajo al lavaplatos, dándole una esponja.

— Ah no, niño, hoy me ayudas, nunca haces nada.

— ¡Hoy no puedo! ¡Me esperan!

— ¿Quién? Porque con ese carácter dudo que tengas amigos.

— ¡Papá!

— La verdad duele hijo, la verdad duele. Ahora lava el plato.

El menor de los Yang agarró el objeto, le pasó la esponja una vez y ya lo daba por limpio.

— Debes frotarla más veces, quitarle toda la suciedad.

— ¡Me quiero ir!

— Mira mis labios; N-O —dijo, con nuevas exageradas.

— Por eso quiero más a mamá.

— Fuera —agarró el cucharón.

JeongIn fue corriendo a su cuarto para cambiarse de ropa. Se puso su abrigo carhartt negro y la bandana, pero como nuestro amigo Innie no es tan tonto –es mentira, eso se lo dijo Bin–, se colocó una bufanda para tapar la bandana. Para su suerte, estaban en otoño y en esa época hacía frío.

Se guardó una navaja en el bolsillo y salió con su teléfono, por el cual le avisó a los demás miembros que llegaría tarde.

— Adiós pa'.

— Vete a la m-, adiós tesoro.

El adolescente salió y una vez más, corrió todo el camino hacia su destino. Al llegar estaba cansado y golpeó la puerta con cierto código para que supiesen que era él; dos golpecitos, un golpe. HitJin le abrió con una sonrisa.

— ¡El pequeño bro! —lo tomó en brazos y lo llevó hacia adentro, donde, esta vez, si estaban todos.

Se saludaron y cuando fue hora de saludarse con Bang Chan, JeongIn se puso algo nervioso.

— Ho-Hola BangMind...

— Hola —respondió un poco distante, cosa que... ¿Le dolió? A JeongIn—. Reunión chicos. A la sala.

El líder empezó a caminar hacia un cuarto de la guarida y todos lo siguieron. In antes de entrar se sacó la bufanda y el abrigo, dejando las prendas en el sofá.

Cuando ingresaron, todos tomaron asiento y BangMind puso unos papeles en la mesa.

— Miren, tenemos una gang enemiga. Se hacen llamar "SAVAGEEZ", creo que es una mezcla entre su "nombre" y salvaje en inglés. Calculo que hay unos ocho miembros más o menos.

— ¿Qué? ¿Nos declararon guerra?

— Aún no, pero si no hacemos que nos respeten o sepan de qué somos capaces, no dudarán en atacarnos.

— ¿Cómo estás tan seguro de que nos quieren atacar? Quizás ni nos conocen —Felix alzó una ceja.

— Miren esto —les mostró un papel arrugado—. Lo encontré no muy lejos de la guarida.

BangGang: miren, malditos hijos de puta, en cualquier momento atacaremos y no tendrán oportunidad.
SAVAGEEZ.

— Okay —HanShot no dudó en sacar su arma.

— Guarda eso, aún no les digo el plan —el sub-líder asintió y obedeció—. Bien, he estado pensando en esto desde que encontré la nota.

— ¿Es de hace mucho? ¿Por qué no nos dijiste? —se quejó Lee.

— Porque no me dio la gana. ¿Más quejas o van a cerrar la boca y escucharme? —todos se quedaron en silencio—. Bien. PlayerBin, necesito que seduzcas a un tal Jeong YunHo y le saques su correo.

— Anotado —le guiñó un ojo y recibió un papel de la información de YunHo, donde solía estar y cosas así.

— HackerIn, cuando tengamos su correo, ¿podrás hackear la computadora?

— Pff, con un simple caballo de troya tendré toda la información que quiera.

— Más te vale. HitJin, LixBoom, una vez tengamos la información necesaria y la ubicación, ustedes dos se encargarán de eliminar personas para ir directo a su líder.

— Pan comido, bro —Hwang sonrió.

— Será fácil —LixBoom acomodó su cabello.

— HanShot, serás francotirador. Ya veremos tu posición exactamente si HitJin o LixBoom solitas apoyo, abandonas tu puesto y vas a ayudarlos, ¿está bien?

— Dalo por hecho. Aunque con las increíbles habilidades de HitJin y... LixBoom ahí me dudo que me necesiten, ¿no, chicos? —les sonrió.

El de bandana roja asintió con su típica sonrisa y el de bandana púrpura soltó un bufido.

— ¿Todos entendieron?

Los discípulos asintieron y posteriormente PlayerBin se levantó.

— Me iré a poner otra ropa antes. ¿Estás seguro de que es gay o bi? Sabes que odio los rechazos y tener que insistir.

— Totalmente. La homosexualidad se le sale por los poros.

— Perfecto, nos vemos chicos. Usen condón ante todo —ChangBin les dedicó una sonrisa al tiempo que les guiñaba el ojo a sus compañeros.

Todos soltaron un quejido por la broma vulgar de su compañero, excepto HitJin; él rió y le devolvió el guiño. Cuando Bin salió, BangMind tiró más hojas.

— Estos son algunos miembros que alcance a investigar; Jeong YunHo, Song MinGi a.k.a El Mickey —nadie pudo aguantar la risa por eso—. Ya no se rían, es serio.

— E-es que... —JeongIn explotó en carcajadas—. ¿El Mickey? ¿En serio?

— ¡Hey! —HyunJin trataba de parar su risotear para hablar—. Al menos ese bro es original. "MinGi Micki".

— Le voy a contar a PlayerBin sobre esto —el rubio tenía sus brazos rodeando su abdomen.

— Dios... Que ridículo —dijo LixBoom, entre risas—. Igual fue más original que nosotros.

— Ya cállense. Choi JongHo a.k.a Manzanita... ¿De dónde sacan estos apodos? En fin. Por lo que alcance a investigar, el líder se llama Kim HongJoong... Al menos él tuvo dignidad y no se puso nada raro.

— Eres cruel, se llama originalidad y estilo —comentó HitJin poniéndose unas gafas de sol.

— ¿Y eso? —preguntó In, agraciado.

— Me las robé, bro.

— Para acabar —BangMind sonó su garganta—. Aquí tengo fotos de cada uno de ellos.

— ¿Cómo hiciste eso? —inquirió el menor de ahí.

HanShot le dio un codazo. — Es BangMind. No debes cuestionarle nada.

— Solo es curiosidad...

Un escalofrío recorrió toda la columna vertebral de JeongIn al ver como el líder se apoyaba con los antebrazos en la mesa, inclinándose hacia él con una expresión frívola.

— ¿Acaso no sabes que la curiosidad mató al gato? —gruñó y Yang mordió su labio inferior, bajando la cabeza.

— Lo siento...

Chan lo ignoró y, reacomodándose, siguió dando detalles de lo que harían. Les diría más cuando PlayerBin volviera.

Después de la reunión, cada quien fue a hacer sus cosas. HyunJin y JeongIn estaban practicando –aunque más bien In parecía ser un saco de boxeo–, LixBoom ordenaba todas sus armas para prepararse, HanShot buscaba la pistola perfecta para el ataque y BangMind escribía un sin fin de papeles para planear todo a la perfección.

Dos horas pasaron. PlayerBin al fin volvió, con su cabello todo desordenado, la camiseta desacomodada y sus labios hinchados y rojos. Se lanzó al sofá, totalmente agotado.

— ¿Lo conseguiste? —se acercó el líder.

Seo asintió y le mostró su brazo el cual tenía el correo algo corrido, pero aún era legible.

Felix hizo una mueca antes de aproximarse a su compañero, dándole un cálido abrazo.

— Bien hecho —Bang le revolvió el cabello y procedió, luego, a anotar el correo—. Descansa.

Bin asintió, acurrucándose contra Felix quien empezó a sobarles zonas del cuerpo con la intención de relajarlo.

JeongIn le mando una mirada interrogante y curiosa a HyunJin y este le indicó que salieran.

— Jin, no —murmuró con voz rota ChangBin antes de que salieran.

El mencionado asintió y egresó rápido de allí, tomando de la mano a Yang.

— Solo está cansado, bro.

— Pero... Se ve realmente mal, o sea-

— Pequeño bro, te quiero y todo pero quizás debas hacerle caso a BangMind.

— ¿Eh?

HyunJin lo miró con su usual sonrisa encantadora, sus ojos teniendo un pequeño brillo.

— La curiosidad mató al gato.

— Mm... Puede que tengas razón.

— ¿Puede? ¡Siempre la tengo!

Cargándolo, apoyó el hombro de In en su hombro y lo tomó de las corvas. Empezó a girarlo y todo era risas hasta que...

Hwang le pegó un palmazo en el trasero.

HackerIn se quedó quieto, analizándolo lo que acababa de pasar. HitJin lo soltó y le pidió disculpas con una sonrisa nerviosa, pero JeongIn sonrió y se vengó, dándole el mismo golpe.

— No homo bro.

BangMind miraba con el ceño fruncido la escena. Por alguna razón le enojaba, y mucho, aquello que ocurría. Bah, ¿qué tanto? Lo más seguro es que fuese porque mientras él trabajaba para el plan, esforzándose muchísimo, ellos se comportaban de tan tonta manera, perdiendo el tiempo. Salió y agarró a In de un brazo.

— Ve a hacer tu trabajo —ordenó, en un tono grave.

— Ah, sí... —JeongIn lo observó extrañado. ¿Cuándo es que apareció? ¿Y por qué tan de pronto?—. ¿Lo hago ahora?

— Sí.

— Pero bro —HyunJin intervino, quejoso—. Puede hacerlo después, no hay prisa.

— Si la hay, ve a hacerlo ahora.

— Vamos, déjanos jugar un r-

— HitJin, ¿debo patearte?

— Nope, bro. Gracias por la oferta pero paso —sonrió y se dio media vuelta, yendo a molestar a HanShot.

JeongIn vio al alto irse y regresó sus ojos a los del líder. Sentía cierta tensión en el ambiente, la alegría y el entonó juguetón se habían esfumado.

— ¿Qué esperas, una invitación?

— Es que.... Umh... Todavía me tienes agarrado del brazo.

Bang Chan miró el agarre que le tenía al menor y lo soltó. El pelinegro se iba a ir pero entonces el castaño lo volvió a agarrar, en esta ocasión, de la mano y así lo llevo adentro él mismo.

La mano de su líder era bastante suave, un poco pequeña y, sobre todo, muy cálida. Era una característica que enseguida atrapó por completo a JeongIn puesto las suyas tenían siempre una temperatura fría, así que se complementaban muy bien entre sí, haciendo que fuera agradable.

La acogedora acción tuvo que terminar cuando ya estaban dentro.

— Escucha, esto no es solo juegos. Debes saber cuándo ser responsable o tendré que disciplinarte.

— ¿Disciplinarme? Pero-

— Ya he dicho, haz tu trabajo.

— Si seño, digo BangMind, ¡líder!

El castaño le dio un golpecito en la frente y JeongIn se puso a hacer su trabajo. Creó un correo falso como si fuese ChangBin, adjunto un malware –más específicamente, un caballo de troya– y lo envió. Solo era cuestión de que YunHo se la creyera y descargara el malware.

— Listo.

— ¿¡Qué!? Mentira —BangMind se acercó a la computadora.

— A-ahí está, terminé...

— Esto debe ser una broma, ¡tardaste solo veinte minutos!

El menor se sintió halagado y sonrió un poco. Su cuerpo tenía una especie de reacción, se sentía pesado, como intimidado. Al sentir la mano de Chan en su cabello, agachó la cabeza avergonzado. El mayor ni lo notó y lo despeinó, diciéndole que lo había hecho bien.

JeongIn sonrió más.

Ni se dio cuenta en que momento era lunes y estaba en la clase de matemáticas. Se encontraba sonriendo al unísono que escribía el nombre de BangMind, no le veía nada dado, quizás era admiración, o quizás...

Sintió las mejillas calientes de solo pensar en que la respuesta a su actitud fuese... Eso.

— ¿Qué pasa, In? —SeungMin lo vio—. ¿Tienes fiebre?

— Estoy bien.

— ¿Quieres? —pasando el tema, su amigo le ofreció un chicle pero su compañero se negó.

— ¿Tienen algo que decir? —la profesora interrumpió.

Kim se puso rojo hasta las orejas por ser regañado y JeongIn, muy al contrario, solo puso una mueca y volcó los ojos.

— Solo me ofreció un chicle.

— ¿Otra vez comida, Kim SeungMin? ¿No te cansas de comer? Engordarás mucho si sigues así.

Al anterior mencionado agachó la cabeza por la vergüenza. Pequeñas risas empezaron a sonar en el salón.

JeongIn tensó su mandíbula.

— ¿Y a usted que le importa?

— Silencio, Yang.

— Como si engordar fuera algo malo. Al menos no terminará siendo una pobre resentida como usted.

— Fuera de aquí, ahora.

— Nah.

Se miraron directamente por unos segundos, mismos en lo que la mujer colmó su paciencia y se hartó, saliendo del aula a buscar al director. Yang suspiró y empezó a guardar sus cosas sabiendo lo que le esperaría.

— Gracias, JeongIn...

— Aprende a defenderte, no siempre puedo estar aquí.

— Lo sé, gra-gracias.

— Me debes un jugo —le sonrió de lado, con la mochila puesta en un hombro.

— Ten —Min sacó uno de durazno de su morral. JeongIn lo agarró y guardó.

Cuando vino el director a llevar al adolescente rebelde al psicólogo escolar, el chico se quejó, alegando que la profesora había humillado a SeungMin con sus comentarios innecesarios. La adulta de cuarenta se defendió diciendo que no se debía comer en clases y aunque el director le dio la razón en eso, también se la dio a JeongIn. Por lo tanto, la profesora ya no podía decir algo de ese tipo nuevamente y JeongIn debía ser más educado.

Obviamente el azabache alzó los hombros, mostrando su desinterés. Cuando llegó a la oficina del psicólogo, este lo recibió con una sonrisa.

— ¿Cómo estás?

— Bien. ¿Ya me puedo ir?

El profesional rió bajamente. — No, no. Necesito más tiempo. Dime, ¿qué te está pasando?

— Nada.

El adulto no se rindió; comenzó una ronda de preguntas básicas tales como cuántos eran en su familia, como se había sentido, que le gustaba y que no. JeongIn, en todo momento, tuvo una actitud cerrada.

Al parecer ahora debía ir con el psicólogo más a menudo.

— Fue un gusto conocerte, JeongIn. Mi nombre es-

— No me importa. Adiós.

A pesar del mal carácter del menor, el profesional fue muy amable y no dijo nada.

Tomando todas sus cosas, el joven pelinegro volvió al salón y cuando terminó todas sus clases fue momento de irse. Pero antes quería divertirse un poco con SeungMin, quizás podría hacer que fuera como él.

— SeungMin, ¿quieres ir a brincar?

— ¿Brincar? ¡Parece divertido! Claro que voy.

In tomó a Seung de la muñeca y corrieron hacia una esquina.

— JeongIn... —el pequeño de cabellos claros empezó a dudar—. No creo que este sea un buen lugar para brincar, ni siquiera trajimos cuerda.

El nombrado bufó. — Dios, "brincar" —hizo comillas con sus dedos— es una manera de decir robar.

— ¡¿Qué?! ¡¿Por qué querrías hacer eso?! ¿Necesitas dinero Innie, pasa algo? Puedo ayudarte si qui-

— ¡Solo vigila!

Kim agarró del brazo a Yang justo cuando éste iba a iniciar sus malos pasos, impidiéndole así todo movimiento.

— No, no está bien robar. Si necesitas dinero... Yo puedo prestarte.

— ¿Sabes qué? Olvídalo. Necesitas repasar el significado de "diversión".

JeongIn se volteó para irse caminando a su casa, sin tomarse la molestia de ver la carita de cachorro regañado que tenía SeungMin. El pobre chico no dejaba de auto-regañarse mentalmente porque, por su propia culpa, lo más seguro perdiese a su único amigo.

Al llegar a su casa, pasó rápidamente a su cuarto y cumplió su "ritual"; sacarse todo menos la camiseta y bóxer, tirar la mochila donde sea y lanzarse de panza a la cama.

Durmió un par de horas y se la pasó pensando sobre cómo actuó con SeungMin. En la cena, comió más que de costumbre, cosa que encantó a su padre.

Fue de nuevo a su habitación, ya con el tema de SeungMin muy repensado y decidido con la idea de que lo mejor era disculparse con él; admitía que se había pasado y fue muy pesado de su parte actuar así. El chico no tenía ninguna culpa. Pero cuando agarró su celular, este vibró en otra notificación.

BG

Te necesito, ahora.
8:48 P.M.

¿Quién eres, que pasa?
8:48 P.M.

Soy BangMind.
8:49 P.M.

Ehm... Pero es algo tarde, ¿no?
8:49 P.M.

No es una pregunta.
8:49 P.M.

Veré cómo hago para ir.
8:49 P.M.

¿Ocurrió algo malo?
8:50 P.M.

Solo ven.
8:50 P.M.

JeongIn, decidido, se levantó de la cama.

Qué imbécil, ¡no vayas! Renuncia. Es mejor que no te des cuenta.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top