✘ Capítulo I. ✘

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Necesito poder
quiero hacer a la gente estremecer.
Quizás me estoy metiendo en algo peligroso
pero eso hará que me sienta poderoso.


Quizás esté cavando mi propia tumba
pero no tengo dudas.
Esto es lo que quiero.
Esto es lo que deseo.

. . .

Una vez que entras, no sales.

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En el momento que JeongIn cumplió catorce es que empezó su rebeldía, siendo desobediente e insultando mucho. Su padre estaba harto de esa actitud, su madre trataba de no meterse ya que de por sí el trabajo la tenía muy estresada.

Cuando cumplió los dieciséis esa actitud no hizo más que empeorar, quería ser poderoso. Ya no se conformaba con simplemente escaparse de clases o fumar a escondidas. Necesitaba más.

Buscó por internet alguna forma de ganar poder, algo estúpido e inútil sinceramente. Así que al día siguiente se acordó de una pandilla que había ganado fama...

"BangGang".

Perfecto para él, en la mañana se bañó y preparó para "la escuela" –se iba a escapar de nuevo–. Su padre le dio el desayuno y JeongIn se lo comió a regañadientes.

— Más te vale ir derechito a la escuela y derechito a la casa.

— Ajá si. Buena suerte con eso.

Su padre quería romperle la sartén en la cabeza pero se controló. JeongIn dejó el desayuno a la mitad y se fue. Después de tanta búsqueda por Internet supo de alguien que sabía dónde estaba ubicada la BangGang.

En vez de ir a la escuela, pasó por un callejón donde se encontraría con esa persona. Como JeongIn no es tan estúpido, se llevó un cuchillo.

Una persona cubierta por completo, incluso bufanda, se acercó. Su altura era algo baja y extrañamente sus ojos se le hicieron conocidos.

— Tú no has visto nada. No le digas a la BangGang sobre esto, ¿bien?

La voz del chico también se le hizo conocida. La adrenalina corrió por las venas de Yang quien asintió y recibió el papel con una dirección. Apenas la persona se fue, JeongIn comenzó a fumar un poco para calmarse, luego de una hora de relajación y meditación sobre lo que haría, se fue a esa dirección.

Mentiría si dijera que estaba tranquilo, se supone que esa pandilla es muy peligrosa.

Pero valía la pena.

Cada vez que caminaba más y más, los edificios y casas desaparecían o estaba en ruinas, era obvio que una pandilla se escondería en un lugar así, caminó hasta que vio un cartel doblado y golpeado, caminó más hacia dónde esté indicaba y encontró una vieja casa.

Tragó saliva al tiempo que asomaba su cabeza de forma lenta, y sintió que su sangre se helaba al ver a los miembros sin bandana ni nada que escondiera su identidad.

Piercings, cigarros, tatuajes, y...

«¿¡Qué demonios hace ChangBin aquí!?»

Los miembros le miraron con el ceño fruncido, un chico rubio claro tenía lista la pistola y le apuntó, pero Yang se apresuró a levantar las manos.

— Uh... Yo... No vengo con malas intenciones.

Otro de cabello rojizo levantó una ceja y le hizo un gesto para que siguiera hablando.

— Uhm... Quiero... Quiero unirme a la BangGang.

Todos se miraron, menos ChangBin quien estaba escuchando música mientras limpiaba una navaja.

Luego todos estallaron en carcajadas. JeongIn frunció el ceño y el rubio de antes se acercó y en un movimiento rápido lo tenía rodeado del cuello con la pistola apuntando en su sien. La mochila de JeongIn fue tomada por el pelirrojo.

El anterior mencionado abrió la mochila de Yang para ver si tenía algo sospechoso, pero no vio nada por lo que la cerró y tiró al piso, posteriormente volvió a sentarse.

Esta vez un chico de cabello negro se le acercó y comenzó a toquetear a JeongIn buscando armas, al encontrar el cuchillo alzó una ceja y rió, se guardó el objeto y le guiñó un ojo al menor, después regresó a su asiento.

JeongIn estaba de verdad asustado pero trataba de no demostrarlo tanto.

— Mhm... No llora. ¿Qué dices, BangMind? —el rubio sonrió.

— Déjalo, HanShot —le dijo el de pelo rojo.

— Tú cállate LixBoom. Esto es muy fácil, o lo aceptamos dentro o... —HanShot cargó la pistola—... lo matamos. Sabe nuestras identidades.

— ¿R-realmente crees que me voy a acordar de todos ustedes sin saber sus nombres? —In era un estúpido.

— Oh-oh, es atrevido —el pelinegro rió—. HitJin aprueba esto.

— Les voy a meter a todos un dildo en la boca, déjenme escuchar música en paz —ChangBin se quitó los audífonos y miró sorprendido a JeongIn—. Anda... ¿Qué haces aquí?

— Eso debería decirte yo ChangBin. ¿El chico más tierno en una pandilla?

Los discípulos del líder se miraron y volvieron a reír. Al parecer JeongIn no estaba enterada a algunas cosas con respecto a ChangBin.

— Es que yo... —Bin empezó a sollozar—. Ellos me tienen atrapado.

JeongIn puso una expresión de preocupación y Seo empezó a reír.

— Nah, soy PlayerBin. Manipulador experto —le guiñó un ojo al azabache menor—. El de la escuela es toda una fachada.

— BangMind, ¿estás muerto o qué? ¿Qué hacemos? —HanShot le presionó con más fuerza la pistola.

El líder le hizo un gesto para que le trajera al chico, JiSung obedeció y lo llevó aún apuntándole con la pistola. JeongIn, al estar frente al líder, se arrodilló con la cabeza gacha.

— ¿Sabes qué estás jugando con fuego, mocoso? —todavía sin verle, podía sentir esa penetrante y fría mirada.

— Últimamente me gusta el calor. Así que si, lo sé —Yang no supo de dónde sacó la valentía para decir eso.

El castaño le tomó de la cara con fuerza, obligándole a alzar la vista y alinear sus ojos. JeongIn retuvo un quejido. Ese chico tenía demasiada fuerza.

Y unos ojos azules condenadamente hermosos.

— ¿Crees tener agallas? ¿Por qué debería dejarte entrar?

— Bueno... Yo... —JeongIn tragó saliva—. Quizás tenga algún talento útil.

— ¿Vienes a mi guarida, primeramente ni sé cómo lo supiste, a decirte que te deje entrar cuando no sabes si tienes un talento?

Yang otra vez bajó la mirada y el agarre se hizo más intenso, esta vez soltó un quejido del dolor e hizo una mueca. HanShot se aproximó, tomó a In del pelo y lo apuntó con la pistola.

— Eso es cierto. ¿Cómo supiste que estábamos aquí? Y quiero la verdad o no dudaré en disparar.

— No bromea niño, mejor que digas la verdad —HitJin no quitaba esa sonrisa.

— Ugh, que perdida de tiempo la verdad... —LixBoom se alejó de ahí.

JeongIn se mordió el labio inferior. Esa persona le dejó muy en claro que no se lo dijera a la BangGang, pero podría ser un voto de confianza si confesaba que alguien sabía de ellos.

— Me... Me lo dijo una persona en un callejón. Hablamos por internet.

BangMind lo soltó y aplaudió. Él ya sabía todo, miró a ChangBin para que hablara.

— Fui yo, bien hecho, JeongIn, por lo menos eso indica que podemos confiar en ti —Bin sonrió—. ¿Cierto, chicos?

Nadie dijo nada. HitJin solo tarareaba, LixBoom se hacía el estúpido, HanShot empezó a silbar y BangMind seguía observando a JeongIn.

— Tendrás que hacer un par de pruebas. ¿Estás dispuesto a todo?

— Sí, a todo.

— ¿Hasta... Matar? ¿Crees que tu mentecita de niño podrá aguantar eso? —el mayor subió una ceja.

— ... Sí —JeongIn lo miró directamente a los ojos.

HitJin estaba sorprendido de ese mocoso. Se levantó y lo agarró del hombro, haciendo que se pusiera de pie.

— BangMind, ¿puedo hacerle una novatada?

— Sí, hay que ver si por lo menos tiene buena defensa.

— ¿Defen-- —antes de que JeongIn terminara de hablar, HitJin comenzó a golpearlo.

Le golpeó el hombro y JeongIn intentó golpearlo en la cara, pero HitJin esquivó su intento de ataque y le pegó un rodillazo en el estómago, aprovechando después que jeonginse dobló para acariciar este mismo, le dio un codazo en la espalda, haciendo que volviera a ponerse recto.

Una segunda patada fue otorgada y JeongIn retrocedió. Consiguió golpear al otro pelinegro en el brazo pero él rápidamente aprovechó y golpeó una vez más su estómago.

Yang trataba torpemente de defenderse, pero el otro tenía mucha velocidad y fuerza. HitJin le pegó un puñetazo en la mejilla para posteriormente agarrarlo del cuello empujándolo para atrás y con la pierna para adelante, provocando que In se cayera, jadeando por aire. Jin empezó a darle patadas en el pecho y estómago.

— Suficiente. Vas a matarlo —el alto se detuvo y acto seguido el líder se acercó a JeongIn, tomándolo del cabello—. Necesitarás mucho entrenamiento.

— Estoy dispuesto —sonrió a pesar del dolor corporal y luego tosió.

— Wow, este niño ya me cayó bien. Disculpa por los golpes, amigo —HitJin sonrió y le dio dos palmaditas en la espalda.

El menor levantó su pulgar en señal de aprobación, y con ayuda de HitJin se levantó.

— Mira, tenemos planes hoy y podrías ser un estorbo, así que vete y ven mañana para el inicio de tu entrenamiento.

JeongIn asintió.

— Ah, y... Si nos enteramos que nos delataste, te matamos. Así de simple —le advirtió HanShot.

— Entendido. No tengo intenciones de hacer eso.

— Otra cosa, no puedes decirle esto a nadie. Nuestra identidad es confidencial, obviamente entre nosotros nos conocemos, pero como eres un novato aún no puedes conocer nuestros nombres. Debes actuar natural.

JeongIn asintió ante las indicaciones de LixBoom.

— Danos tú número de teléfono. Ahí te daremos más indicaciones.

Yang afirmó y le dio su numero a Chang--... PlayerBin.

Luego de eso se fue con un fuerte dolor en todo el cuerpo, probablemente tendría graves hematomas. Fue a la escuela para no tener problemas con sus molestos padres después, al llegar tarde se llevó un regaño pero le importó cero.

Estaba en la clase de historia donde el profesor estaba hablando de los adolescentes problemáticos. Ese profesor siempre se desvía del tema principal y termina hablando de cualquier cosa.

— Es muy común que jovencitos como ustedes o mayores terminen en malos pasos.

— ¿Cómo en drogas? —preguntó una chica.

— Exacto, es un buen ejemplo.

— ¿Cómo las pandillas? —el chico al lado de JeongIn dio el ejemplo.

— Sí y eso es muy peligroso, porque las pandillas o "gangs" están formadas por personas crueles.

— Ni modo que estén formadas por cristianos o algo así —In le miró, desafiante.

— Oh, eres muy inteligente al parecer. ¿Quieres dar otro "original" aporte la clase?

— ¿Cuál clase? ¡Oh, cierto que era historia! Olvidé eso por completo ya que lo único que he escuchado es "adolescentes malos esto, drogas lo otro, pandillas aquí, proxenetas allá", blah blah.

El profesor endureció su expresión.

— Sal de aquí.

— ¿Ahora me echará por querer estudiar historia? De lo cual, supuestamente, debemos aprender aquí.

Los alumnos dijeron un "uhh". El profesor intentó mantener la calma a pesar de que JeongIn tenía cierta razón.

— Quédate en silencio, Yang.

— Que buena forma de quedarse sin argumentos.

— Yang, basta. Te lo digo en serio o--.

— ¿O qué?

Ambos se miraron con profundo odio mutuo; JeongIn tenía una sonrisa arrogante y el profesor el ceño fruncido.

Suspiró. — Algún día espero que vayas por el buen camino, Yang.

El adolescente chasqueó la lengua y rodó los ojos, su compañero de asiento –que comía galletas a escondidas– le pasó su cuaderno en la última hoja que decía "Wow, eres muy cool".

JeongIn sonrió y escribió "Seh, soy todo un malote."

"Lol. ¿Podemos hablar en el recreo? Sería genial estar contigo."

"Claro, ¿tu nombre?"

"SeungMin. Kim Seung Min. Por lo que sé eres ¿Yang...?"

"Yang Jeong In."

"Nice."

SeungMin le sonrió y JeongIn le devolvió la sonrisa. Tal vez por fin habría una buena razón para ir a la escuela.

Cuando tocó el timbre del receso los dos chicos salieron y fueron a la fuente de ahí, se sentaron en la banca de al frente y SeungMin no dejaba de preguntarle cosas a JeongIn mientras tomaba un jugo de manzana.

— ¿En serio no le haces caso a tus padres? Eso... ¡Es súper brutal! Yo una vez le dije "no me importa" a mi mamá y me dio una cachetada.

— Solo frénala o vete luego de eso. No muestres arrepentimiento o debilidad.

— Eres genial —su sonrisa se ensanchó—. Por cierto, ¿te duele algo? Te haz estado quejando casi toda la clase.

— Uh... Fue una pelea, gané por supuesto, por eso llegue tarde.

— ¡Wow! ¿Y peleas? ¿Crees que puedas enseñarme?

— Quizás otro día, aún estoy adolorido. You know.

SeungMin asintió ansioso por aprender a pelear. En ese momento Kim sentía verdadera admiración por su compañero de banco. SeungMin se ve a sí mismo como un idiota débil, lo cual le hizo arrugar el entrecejo y pensar un poco.

Desde que tiene memoria fue rebajado en las burlas, lo llamaban "tonto", "estúpido", "débil", "marica" y él no hacía más que bajar la cabeza y llorar.

Quizás JeongIn pueda ayudarlo a enfrentar a todos esos bobos que le hicieron daño en el pasado.

Toda la escuela fue aburrida para JeongIn, lo mismo de siempre. Kim aunque al principio le apreció amable y ¿tierno? a Yang, ya lo estaba fastidiando un poco.

Era muy ¿pegajoso? Por decirlo de alguna forma. No dejaba de hablarle y de elegirlo como equipo en clases.

Cuando por fin terminó el ciclo escolar, JeongIn sintió su teléfono vibrar. Al sacarlo, vio un mensaje de un contacto no agendado

Número desconocido.

PlayerBin al mando. BangMind dice que mañana vengas temprano a la guarida. Pelearás con HitJin y LixBoom, practicarás con HanShot la puntería y conmigo veremos si puedes manipular ;)
4:56 P.M.

Entendido, estaré temprano allí. ¿Y BangMind? ¿No haré nada con él?
4:56 P.M.

¿Estás loco? BangMind es único ;))) nos vemos mañana ~
4:57 P.M.

JeongIn sonrió y agendó el contacto como "PB", aunque realmente no sabía de forma exacta de quién era el teléfono. Luego preguntaría.

Cuando llegó a su casa, su madre estaba dormida en el sofá por el cansancio y su padre limpiaba el baño.

— Llegué —fue lo único que dijo para luego irse directo a su cuarto.

— ¿Cómo te fue, cariño? —le gritó su padre.

— Bien —también gritó para que el mayor pudiese escucharlo.

— ¿Qué hiciste?

— Nada.

— ¿Entonces para que te pago el colegio, ah?

— Es una manera de decir, dios. Aparte, mamá lo paga.

— ¡No me contestes!

JeongIn chasqueó la lengua y lanzó su mochila al piso, se quitó los zapatos, el pantalón que sentía que le apretaba y se quedó con su camiseta y su bóxer acostado en la cama. Aún quejándose de los golpes de HitJin.

— Ah, cierto, ¿qué vas a querer para cenar? —su padre gritó de nuevo.

El adolescente no respondió y solo se quedó quieto, tratando de prepararse para mañana. Tendría que pelear con HitJin otra vez y no podía permitir que gane en esta ocasión, también tendría que pelear con LixBoom... Y quién sabe si es peor o mejor que HitJin.

— ¡Contéstame! —bramó su padre desde las escaleras.

— ¡Me dijiste que no te contestara!

— Andamos graciosos. Que buen comediante. Vamos a ver si te ríes cuando te pegue con la escoba.

— Con los golpes de HitJin ya estoy muerto... —murmuró bajo.

— ¿¡Qué murmuraste!? ¡Dilo en voz alta!

— AY NADA. DÉJAME SOLO.

Al escuchar los pasos de su padre en la escalera, se apresuró para pararse y cerrar la puerta con seguro. Se rió cuando su papá trató de entrar y no pudo, el señor tenía mejores cosas que hacer y decidió no perder más tiempo con el irrespetuoso de su hijo. JeongIn sintió que ganó la batalla.

— A ver, tampoco creo que me haya hecho demasiado daño, digo, ni me dolió —habló consigo mismo.

Se miro en el espejo y subió su camiseta, dejando ver dos moretones notables en su abdomen y unos pequeños en el pecho. Se dio vuelta y vio otro pequeño en su espalda. Suspiró, empezando a masaje se para tranquilizar el dolor de esos golpes.

Tenía que encontrar su talento, y pronto. Era obvio que para pelear era un completo inútil, así que quizás con HanShot le vaya bien. Agarró su pistola Nerf y apuntó un vaso de plástico, cuando disparó; el proyectil de juguete salió por la ventana.

— Mierda —dijo entre dientes.

Bueno, lo más seguro con práctica le iría mejor. Ahora, ¿manipulación? Bueno... Quizás eso podría ser, es muy fácil, ¿no?

Salió de su cuarto y fue hacia su madre, quien cabeceaba y trataba de mantenerse despierta en la mesa.

— Mamá... —JeongIn puso una expresión, según él, de tristeza.

— ¿Ah? —lo vio, confundida—. ¿Quieres ir al baño?

— No... Es que... Me siento mal.

— Ah... Yo igual... —la adulta cerró sus ojos.

— ¡Mamá! Estoy triste —gritó y fingió sollozar.

— ¿Ah? —frunció el ceño—. Si hijo, yo también te quiero... —bostezó y comenzó a dormirse.

Yang menor viró los ojos y fue donde su padre, el cual estaba ordenando unos libros en un mini estante.

— Papi... —otra vez puso su cara triste.

— ¿Quieres ir al baño? —lo miró curioso.

— No... Estoy triste... —inició un falso sollozar.

— JeongIn, cielo, no sabes mentir. Lo heredaste de la mala actuación de tu mamá, por algo no fue actriz.

— ¿¡Qué me dijiste!? —vociferó la madre a la distancia.

— N-nada mi amor. Te amo.

— Yo igu--... —volvió a dormirse.

El hijo Yang bufó y fue de vuelta a su cuarto, muy enojado. No puede ser tan malo en todo, ¿cierto?

Siguió quejándose hasta que lo llamaron para comer. Comió a regañadientes, su madre se estaba quedando dormida sobre la cena a cada rato y su padre digería todo lentamente.

La comida concluyó y su padre estaba limpiando los platos con cierto enojo.

— ¡Es la última vez que lavo los platos!

— ¿Qué? —dijo la madre, frunciendo el ceño.

— Que es la última vez que lavo los platos con esta esponja, ya está fea. ¿Mañana podrías traer una?

La mujer asintió y se fue a dormir. In hizo lo mismo.

Mañana sería un largo día.

Se levantó tan ansioso que se vistió de forma rápida, se lavó la cara y los dientes, desayunó a medias y se fue corriendo a la guarida de la BangGang.

A mitad de su camino se cansó y decidió ir más lento. Su mochila pesaba un poco. Iba escuchando música mientras llegaba a la BangGang, todavía ni lo habían aceptado y ya se sentía un miembro oficial.

Al llegar, solo se encontraban HitJin, HanShot y BangMind ahí.

— ¡Heeey! —sonrió HitJin al verlo.

— Hola... —entró con una media sonrisa—. ¿Y los otros?

— Probablemente aún duermen, aunque podemos empezar ya. Total yo iba primero, ¿no, BangMind?

— Sí. Pueden empezar, pero ten cuidado.

HitJin afirmó y se alzó. JeongIn se puso a la defensiva de inmediato.

— Oh no, no será así. Lo de ayer fue una novatada hoy te enseñaré bien.

El de gran altura se acercó con una simpática sonrisa y se puso delante de JeongIn.

— Primero, pon tus dos brazos como "L", puños arriba y que cubran tu cara.

Yang hizo lo indicado.

— ¿Eres derecho? —el contrario asintió—. Pon tu pierna derecha atrás e inclina tu cuerpo hacia ese lado, un poco no más.

JeongIn hizo lo indicado, pero estaba muy tenso.

— No te pongas demasiado recto. Debes flexionar algunas áreas —HitJin se puso atrás de In y le señaló las zonas que debe flexionar.

El menor se relajó un poco y HitJin volvió a ponerse al frente.

— Bien, con los antebrazos protégete. Como eres derecho, usa el brazo izquierdo para protegerte y el puño derecho para golpear. No haré nada, golpéame.

JeongIn asintió e intento golpearlo pero Jin se defendió con el antebrazo y lo empujó.

— De nuevo, recuerda que para golpear mi cara deberás distraerme golpeando otro lado o tratando de quitar mis brazos de mi cara. Usa las piernas también.

Yang volvió a asentir. Levantó la pierna derecha para patearlo pero HitJin la agarró antes de que lo golpeara y lo empujó hacia atrás. JeongIn pensó un poco e hizo un ademán de patearlo y, aprovechando que HitJin se iba a defender, lo golpeó pero el pelinegro esquivó el puñetazo y lo empujó nuevamente.

— Vamos, que hasta me la pasó mejor con LixBoom —sonrió.

JeongIn frunció el ceño y golpeó a quien se enfrentaba en el hombro para después hacerlo en el estómago, el mismo estaba sorprendido de lo que había hecho.

Pero lo que no sabía era que HitJin se dejó a propósito, ya que le estaba dando pena como JeongIn no podía ni rozarle la piel.

— Muy bien, al parecer trabajas mejor enojado —rió—. Sigamos.  Si puedes darme dos veces más, empezaremos a entrenar de verdad.

Siguieron practicando y al esto llegaron LixBoom y PlayerBin. HitJin se dejó golpear dos veces más y ahora no podía dejarse más, empezaron a entrenar de verdad. Yang no duró demasiado y se rindió, tirado en el piso por séptima vez.

— Creo que no sirve mucho para peleas físicas —el peleador experto se sentó encima de In—. Lástima, podrías haber sido HitIn y éramos como gemelos —se risoteó.

El pequeño estaba agitado y trataba de calmarse respirando suave. BangMind le hizo una seña a LixBoom y HitJin se levantó para ir a sentarse en el sofá.

— Ahora es mi turno —habló el pelirrojo—. Mi habilidad son las armas blancas o cualquier cosa que sirva, como bates y eso, así que veremos si puedes hacer algo.

JeongIn abrió los ojos con sorpresa. Armas blancas... ¿Cuchillos, no? ¿¡Se van a acuchillar!?

¿En qué te metiste, Yang Jeong In?

***

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